• Hitzaldiak – Charlas
  • Memoria
  • Quiénes somos…

Gogoan-por una memoria digna

~ Por una memoria digna como derecho de las víctimas y de la sociedad vasca en general. Una memoria que deslegitime la violencia y que sea pedagógica para prevenir situaciones como las vividas en Euskal Herria los últimos 50 años.

Gogoan-por una memoria digna

Publicaciones de la categoría: Memoria

30 de enero

12 martes Feb 2019

Posted by gogoanmemoria in Memoria, Víctimas

≈ 2 comentarios

Etiquetas

Bilbao, derechos humanos, fanatismo, Gandhi, Gesto por la Paz, globada por la paz, intolerancia, Itaka, justicia, manifestaciones, manifestaciones de enero, Memoria, paz, terrorismo, víctimas del terrorismo, Ya es hora de vivir en paz

El 30 de enero, para muchas personas en Euskadi, no es un día más del calendario, sino que es una fecha muy señalada. Durante muchos años, cada 30 de enero, miles de pacifistas llenaban las calles de Bilbao. Por la mañana con las Globadas por la Paz que

Globada-ITAKA

Globada ITAKA

organizaba y organiza el colectivo Itaka y, por la tarde, recorriendo en silencio la Gran Vía de Bilbao reclamando, año tras año, la paz para esta tierra tras las pancartas de Gesto por la Paz.

Esto decía el comunicado final de la manifestación de 1992:

 

Llevamos ya demasiado tiempo sufriendo la violencia y sus consecuencias. Sin duda, la más dolorosa de éstas ha sido la pérdida irreparable de casi 900 vidas humanas. A esto hay que sumar un enorme número de heridos, los daños a la convivencia entre los ciudadanos, las pérdidas económicas,… Por otra parte, muchas personas que se han valido de métodos terroristas para sus fines políticos se encuentran encarceladas, con lo que ello supone para sus familias.
Pero hoy la mayoría del pueblo vasco se posiciona claramente en favor de la Paz y en contra de la violencia. Y lo manifiesta públicamente en cada convocatoria electoral, así como a través de todo tipo de iniciativas cívicas por la paz, la justicia y los derechos humanos.

19920202 manifestación Gesto por la Paz

2 de febrero de 1992

A pesar de los años transcurridos, el mensaje no perdió actualidad durante muchísimos años, como tantos y tantos de los creados por Gesto por la Paz que siguen teniendo la vigencia que le otorga haber sido creados sin mezquindad, con la mirada del largo plazo, del bien común, de los principios fundamentales…

Desde que Gesto por la Paz desapareció, algunos de sus militantes se siguen reuniendo en torno al 30 de enero en Bilbao. De manera privada, recorren algunos lugares donde fueron asesinadas vecinas y vecinos de Bilbao; les recuerdan, denuncian la injusticia de su asesinato y, cada año, se siguen sorprendiendo de ocurrido en todos aquellos años de tantísima violencia.

Este año fueron al barrio de Rekalde y este es el video que hicieron de su recorrido:

 

Como se sabe, ETA dejó de matar en octubre de 2011 y, como se puede ver, los restos del fanatismo y de la intolerancia, aun campan a sus anchas en muchos rincones de Euskal Herria. Queda mucho camino aún por recorrer.

Relatos para el futuro

29 martes Ene 2019

Posted by gogoanmemoria in Memoria

≈ 2 comentarios

Etiquetas

arrepentimiento, asesinatos, Carrero Blanco, conciencia, convivencia, delación, El Correo, ETA, franquismo, futuro, Joseba Azkarraga, Joseba Eceolaza, Memoria, Noticias de Gipuzkoa, Noticias de Navarra, perdón, presos de ETA, reconciliación, relato, SARE, Transición, vía Nanclares

“Hacer sufrir es la única manera de equivocarse”

Albert Camus

Hay quienes hacen del relato sobre la violencia de motivación política una batalla por el pasado, pero en realidad el relato siempre debería tener puesta la mirada en el futuro, en la fijación de unos valores que hagan que nuestra convivencia sea mejor. Quienes quieren justificar un pasado lleno de violencia a través del relato están abocados a pegarse siempre contra la misma pared; contra la pared de la insensibilidad. Porque, con esa pretensión, el relato siempre será esclavo de los horrores del pasado que ellos mismos callaron, justificaron o animaron.

19950821-el-correo

El Correo

Los procesos de construcción de memorias son algo abierto, en constante revisión, por eso son inútiles los intentos de quienes quieren clausurar el pasado planteándonos un empate infinito o una neutralización de la responsabilidad ante el ejercicio de la violencia y el odio, en el que lo mismo tuvieron la culpa quienes se enfrentaron en la calle y en silencio a la violencia, como quienes animaron a ETA a matar.

Es habitual que quienes han estado dentro del desastre de la violencia de ETA quieran pactar una equiparación, eliminando así una frontera ética evidente. Sucedió con el franquismo en la transición, transicioncuando se nos intentó colar el relato de los dos bandos, de la guerra entre hermanos, de las muertes por envidia. Y sucede ahora con quienes tratan de contar víctimas a su favor para dar la sensación de que esto era una guerra entre dos ejércitos legítimos, en la que ellos, por supuesto, luchaban a favor de un bien justo por el que merecía matar, morir y resistir. Una locura, porque eso es tanto como dar por buena la venganza o la pena de muerte en democracia.

No estamos ahora en un periodo fundacional, pero sí que estamos en un momento de transición en el que toca consolidar unos valores. Construir un andamiaje ético, no sólo tiene que ver con la consideración hacia el uso de la violencia, tiene que ver también con la valoración que hacemos sobre las ideas y actitudes que han propiciado tanto horror.

Por eso la restitución hacia las víctimas de ETA pasa también por la dignificación social y moral. Es obvio que la mayoría de estas víctimas han tenido unas políticas públicas que les han protegido, pero es obvio también que no han tenido “prestigio social”. En numerosas ocasiones se les ha despreciado, el insulto de “español” ha jugado a dedo apuntador, o peor aún, a diana social. El desprecio al otro ha sido la base de las relaciones políticas de quienes han ido en el mismo tren con ETA, no fue algo generalizado, pero sí un elemento diferencial.

Monolito Juan Marí Jauregi
Monolito Juan Marí Jauregi
Lápida Gregorio Ordoñez
Lápida Gregorio Ordoñez
yoyes 2

Desde posiciones cercanas a ese actuar se entiende el relato como algo instrumental, sólo como un elemento que permite darle sentido a las barbaridades que en nombre de la independencia y el socialismo se cometieron. Mirarse al espejo desde el autoengaño habitualmente es reparador a corto plazo, porque siempre habrá una agresión “en el otro lado” que cuenta más que lo que hicieron “los nuestros”, pero es una ruina moral. Creer que todas las víctimas eran Carrero Blanco tranquiliza las conciencias de quienes no podrían soportar, o no querrían saber, que en su nombre fueron asesinadas una tras otra hasta 842 personas más.

Atentado

De ahí que siempre haya creído que contar los detalles de la violencia es tan importante como las cifras globales. Muchas víctimas de ETA cuentan que el asesinato y el posterior desprecio social fueron todo uno. A las pistolas, al impuesto revolucionario, al coche bomba se le sumó la hostilidad social. Es conocido el caso de José Luis López de Lacalle; tras asesinarlo apareció una pintada en su portal que decía “Lacalle jódete”. Por eso el resto de la sociedad tenemos que hacer el esfuerzo por describir y contar, aunque cansemos, las crueldades que hubo alrededor, o antes, o después de los tiros.

La memoria siempre debería ser cálida y construida desde la cercanía ante el dolor. El sujeto-víctima debería constituir por eso un espacio de consenso moral, un lugar de encuentro. Y las llamadas a la impunidad y no esclarecimiento dificultan la necesaria reconstrucción del tejido social dañado por años de violencia y odio.

noticias de gipuzkoa

Noticias de Gipuzkoa

Joseba Azkarraga, portavoz de Sare afirmaba en agosto que “cada preso debe actuar de manera individual en la búsqueda de avanzar y mejorar su propia situación con las líneas infranqueables de no arrepentimiento y no delación”, marcando así una línea roja que no ayuda a abordar la necesaria convivencia.

Confundir la legítima y justa defensa de los derechos de las personas presas, en cuanto personas encarceladas, con la narrativa de la violencia hace que se pierda una ocasión propicia para avanzar en la convivencia y el cierre de heridas. Porque vetar la vía Nanclares, a la que se acogieron varios presos, que inició un camino de perdón y reconciliación sincero, no darle valor, condenar a sus protagonistas al aislamiento personal y político, no querer sentarse a escucharles apunta a una rigidez que no facilita una reconstrucción del sedimento ético necesario para superar periodos de violencia.

No hubo ninguna justificación para matar al que pensaba diferente, no hubo ninguna justificación para sumar a la muerte el desprecio, el vacío y el odio y en el reconocimiento de ese hecho no puede interponerse ninguna visión parcial y deshumanizada. Reconocer, apoyar y relatar que hubo otras violencias, y que hay víctimas de la violencia policial a las que se les ha coartado el derecho a la verdad y a la justicia no puede, jamás, servir como excusa para no abordar las tareas de quienes estuvieron pegados a la crueldad que supuso la mera existencia amenazadora de ETA.

 

Joseba Eceolaza, miembro de la asociación Gogoan, por una memoria digna

 

[noticias de navarraEste artículo fue publicado en Noticias de Navarra el 28 de enero de 2019]

La sociedad vasca ante el terrorismo

10 jueves Ene 2019

Posted by gogoanmemoria in Memoria

≈ 5 comentarios

Etiquetas

Antonio Rivera, Basta Ya, charla-coloquio, Chillida, Colectivos Vascos por la Paz y el Desarme, exposición, Foro Ermua, Fundación Centro Memorial de Víctimas del terrorismo, Fundación Fernando Buesa, Fundación Sancho El Sabio, Gesto por la Paz, Instituto Valentín de Foronda, Irene Moreno Bibiloni, Itaka, Jesus Zubiaga, manifestaciones multitudinarias, Oteiza, Pacifismo, Raúl López Romo

Como se informó en un post anterior, las fundaciones Fernando Buesa y Sancho el Sabio han realizado una interesante exposición sobre «La sociedad vasca ante el terrorismo» en la que recogen las distintas reacciones de la sociedad y cómo fueron evolucionando a lo largo de los años. Precisamente, los comisarios de la exposición, los historiadores Antonio Rivera e Irene Moreno, utilizan las imágenes de dos artístas vascos, Chillida y Oteiza, para reflejar esa evolución de pensamiento y actitud ante el terrorismo.

Es un buen material el que se expone y, en este sentido, hay que felicitar a la Fundación Sancho el Sabio.

Respecto a la realización de la exposición, hay que reconocer el esfuerzo de  investigación realizado porque la muestra no se limita a recoger el trabajo de organizaciones pacifistas o no pacifistas conocidas, sino que se nombran y se reconoce el trabajo de organizaciones locales y minoritarias que también hicieron su aportación, como Colectivos Vascos por la Paz y el Desarme o Itaka.

Sin duda alguna, es difícil la labor de interpretar los hechos y que su lectura satisfaga a todas las personas. En este sentido, cualquier visitante que leyera este panel, por ejemplo, podría interpretar que solo se produjeron manifestaciones multitudinarias ante el terrorismo a partir del surgimiento de Basta Ya o del Foro Ermua -«Su manera de hacer ya no era el silencio de Gesto sino grandes manifestaciones«- y muy posiblemente, quien hubiera seguido a Gesto por la Paz, habría considerado esto un injusto error.

2 de febrero de 1992
enero 1993
enero de 1995

enero de 1996
1997-secuestros
enero 1998


Todas estas fotografías, salvo una que pertenece a la campaña contra los secuestros, son de manifestaciones convocadas por Gesto por la Paz en torno al 30 de enero. No eran respuesta a actos terroristas, ni a ejecuciones especialmente dolorosas y dramáticas como muchas vividas. Eran simples convocatorias por la paz.


Es un ejemplo, sin más, de lo difícil que resulta exponer los hechos sin abandonar la particular visión de las cosas que tiene cada persona.

Como colofón de la exposición, ayer, 9 de enero, se ofreció esta charla-coloquio en la que participaron Jesús Zubiaga (Fundación Sancho el Sabio), Antonio Rivera (Instituto Valentín de Foronda), Irene Moreno (Instituto Valentín de Foronda) y Raúl López Romo (Centro Memorial de Víctimas del terrorismo). Para quienes no pudísteis estar presentes, la Fundación Fernando Buesa nos la ofrece aquí.

 

Al margen de interpretaciones y enfoques personales, es una muy buena iniciativa que debería extenderse por más lugares, porque es importante que se sepa que hubo una parte de la sociedad que sí trabajó altruistamente y con una generosidad desbordante para que todo aquel infierno terminara.

¿Dónde estabas entonces?

19 miércoles Dic 2018

Posted by gogoanmemoria in Memoria

≈ 7 comentarios

Etiquetas

Antonio Rivera, carteles, fondo documental, Fundación Centro Memorial de Víctimas del terrorismo, Fundación Fernando Buesa, Fundación Sancho El Sabio, Fundación Víctimas del terrroismo, Gesto por la Paz, hemeroteca, Instituto Valentín de Foronda, Irene Moreno Bibiloni, Luis Castells Arteche, Memoria, Raúl López Romo, sociedad vasca, terrorismo, UPV-EHU, violencia del Estado

Con este interrogante terminó la intervención de Antonio Rivera en la presentación de la exposición «Euskal gizartea terrorismoaren aurrean – La sociedad vasca ante el terrorismo» que ha organizado la Fundación Sancho el Sabio junto a la Fundación Fernando Buesa y que ha contado con la colaboración del Instituto Valentín de Foronda, de la UPV-EHU, la Fundación Centro Memoria de Vícitmas del terrorismo y la Fundación de Víctimas del terrorismo.

Después de toda esta relación de relación de colaboradores, es obligatorio mencionar a quienes realmente han llevado el peso de la exposición: Irene Moreno Bibiloni, autora de una tesis sobre Gesto por la Paz defendida esta misma primeravera y que se publicará en breve; y Antonio Rivera, profesor de la UPV-EHU y miembro destacado del Instituto Valentín de Foronda.

A través de fondos documentales de la Fundación Sancho el Sabio, han realizado una interpretación de cuál ha sido el posicionamiento de la sociedad vasca ante el terrorismo y la violencia del Estado. Los fondos son fundamentalmente prensa, carteles, pegatinas, pasquines… todo ello acompañado de paneles interpretativos de la evolución de una sociedad


El valor de estos objetos es enorme porque permite de una manera muy visual e irrefutable conocer de primera mano cuáles eran los mensajes de aquellos años. Por otra parte, como se ha mencionado, los comisarios de la exposición van realizando su interpretación de las distintas décadas de violencia y la evolución de cuál fue la reacción de la sociedad ante esta violencia. Como parte de la exposición, se ha editado una pequeña publicación con artículos de Irene Moreno, Antonio Rivera, Luis Castells y Raúl López que lo puedes leer aquí: CATÁLOGO.


Sin duda alguna, es una muy buena iniciativa. Es fundamental utilizar esta documentación para que recordemos o para que aprendamos qué ocurrió. Luego, cada cuál que piense dónde estaba entonces, pero… que nadie olvide que todos/as llegamos tarde.

 


Una licencia:

https://youtu.be/soVfDVC_L3s


La exposición estará abierta desde el 18 de diciembre hasta el 11 de enero en la Sala Araba de Vitoria-Gasteiz.

Justos, insumisos y resistentes

20 martes Nov 2018

Posted by gogoanmemoria in Memoria

≈ 1 comentario

Etiquetas

amenazas, Centro Memoria Victimas del terrorismo, concejales, El Correo, El Diario Vasco, Gesto por la Paz, Iñaki Dubreuil, Justos insumisos y resistentes, Memoria, miedo, no-violencia, Pacifismo, pluralismo, prejuicios, Raúl López Romo, relato, silencio, terror, violencia de persecución

El pasado 2 de octubre, Raúl López Romo, historiador del equipo del Centro Memorial Víctimas del terrorismo, escribía en El Correo y El Diario Vasco el artículo «Justos, insumisos y resistentes» que podéis leer en el link.

A algunas personas nos pareció extraño que bajo ese título, el artículo no hiciera referencia al compromiso de parte de la ciudadanía frente al terrorismo, que no existiera la más mínima referencia a las personas que participaron en la revolución -¿exagerado?, quizás- no violenta que realizaron de la mano de Gesto por la Paz y grupos similares. Dado que el autor del artículo es un historiador que trabaja en un memorial, repetimos, consideramos necesario publicar otro artículo con nuestra propia visión sobre quiénes fueron justos, insumisos y resistentes.

Este ha sido el resultado publicado en El Diario Vasco (23 de octubre) y El Correo (20 de noviembre):


Sobre Justos, insumisos y resistentes

Como estamos en tiempo de relato, cuando hace unos días abrimos el periódico y leímos el título de un artículo que decía «Justos, insumisos y resistentes» enseguida intuimos que el artículo sería una especie de reconocimiento a la gente que de manera absolutamente desinteresada y motivada exclusivamente por hacer «lo que tenía que hacer», salió a la calle tomada por los llamados «violentos» y con un silencio atronador inició toda una convulsión social en una comunidad que estaba paralizada por el miedo, los prejuicios y la comodidad. Estas personas hicieron un hueco muy relevante en el espacio público lo que supuso, en ocasiones, tener en frente literalmente a quienes atemorizaban a toda la ciudadanía con sus actitudes chulescas, violentas y dictatoriales. Y estas personas, sobre todo, empezaron a cambiar la mentalidad y despertaron la conciencia moral de la sociedad vasca que era capaz de pasar por delante de un cadáver y asumirlo con «normalidad». Empezaron el largo camino de deslegitimar la violencia. Como alguien dijo en una ocasión, «Gesto por la Paz nos enseñó que matar estaba mal«. Así de sencillo y así de inaudito.

Sorprendentemente, el artículo no tenía nada que ver con estas personas anónimas que objetivamente fueron justas, insumisas y resistentes y, de forma similar a lo que había ocurrido en determinadas circunstancias durante esos años de violencia, esas personas vuelven a quedar en el olvido. No se trata de quitar ningún mérito ni reconocimiento a quienes, a pesar de tener una amenaza de muerte por parte de ETA, se presentaban a las elecciones en sus pueblos.

Iñaki Dubreuil. Acto Gesto por la Paz Durando, abril 2003

Precisamente siendo fieles a una memoria justa y verdadera, queremos recordar lo que los anónimos pacifistas escribían ya en 2003, en plena época de acoso a los concejales de partidos amenazados: «Agradecemos públicamente el esfuerzo y sacrificio personal que supone presentarse como candidato en las próximas elecciones municipales, especialmente a quienes participan en las listas de los partidos políticos amenazados. Hoy en día, ser candidato implica un alto coste, tanto para ellos como para su entorno más cercano. Gracias a estas personas el ejercicio democrático del voto sigue siendo posible.» [*] Y lo decían entonces, cuando la amenaza se convertía en realidad un día sí y el otro también. Además, los pacifistas salían a la calle a manifestar ese apoyo; incluso estos pacifistas ofrecieron de manera no pública su insignificante nombre para rellenar candidaturas que no se podían completar por la presión del terrorismo.

Y hay un matiz que no debemos obviar: esta movilización pacífica estuvo protagonizada por un colectivo muy plural; todas, eran personas que coincidían en la defensa de valores universales asumiendo que su mensaje era político, pero pre partidista. De ahí que ese espacio pacifista conquistado lo compartiera gente procedente de todas las sensibilidades políticas existentes, siempre que se asumiera que violencia y política eran realidades contrapuestas e imposibles de casar en un sistema democrático.

Estamos en un tiempo de relato y es necesario mantener un escrupuloso rigor en las palabras y en la valoración de los hechos, más si proceden de quienes apuntan a escribir la verdad de lo ocurrido. Todo no se puede restringir al ámbito de la producción y difusión editorial.

Una tarea pendiente es precisamente desarrollar nuevos espacios para dar a conocer lo mucho, o poco, que se hizo por parte de la sociedad vasca durante los años de la violencia. Por ejemplo, hoy en día sigue siendo muy importante dar a conocer la voz de las víctimas porque, tristemente, aún a muchas personas les resultará novedosa, pero también, en la construcción de ese relato, habrá que resaltar que hace cerca de 20 años ya se inició ese ejercicio, en un contexto de violencia en el que resultaba mucho más difícil que se oyera la voz de las víctimas.

En resumen, si se quiere lanzar un mensaje sobre “Justos, insumisos y resistentes“ es de rigor mencionar que también hubo personas anónimas que reaccionaron frente al mal instalado, defendieron los valores democráticos, mantuvieron posicionamientos radicalmente no violentos, rompieron la cadena del terror y fueron un ejemplo de moral y dignidad. Gente valiente que hizo lo que pensaba que “tenía que hacer”. Gracias a todas esas personas.

 

Firman: Isabel Urkijo Azkarate, Jesús Herrero Arranz, Iñaki García Arrizabalaga, Maite Leanizbarrutia Biritxinaga, Fabián Laespada Martínez, Lourdes Oñederra Olaizola, Pello Salaburu, Eugenio Ariztimuño Amas, Garbiñe Santacoloma Ibañez, Amagoia López de Larruzea, Iñaki Uribarrena Ibarguengoitia, Inés Rodríguez Ranz y Edorta Martínez Fraile, miembros de Gogoan, por una memoria digna

[*] Declaración en favor de la libertad y la convivencia. Gesto por la Paz, 2003


 

Para terminar, queremos añadir la reflexión final del artículo de Jesús Herrero Arranz para la revista GALDE, «Las paradojas del final«:

Algunos análisis actuales intentar reducir a Gesto por la Paz únicamente al plano de la ética, obviando sus aportaciones a la política pre-partidista, para diferenciarlo de otras organizaciones con otras aproximaciones ante el problema de la violencia. Estas y otras muchas cuestiones son las que tienen que ser analizadas con rigurosidad para construir y reivindicar la memoria de lo que nunca debió comenzar.

 

 

«Herenegun»

18 domingo Nov 2018

Posted by gogoanmemoria in Memoria

≈ 4 comentarios

Etiquetas

actuaciones desproporcionadas de las fuerzas de seguridad, Acuerdo de Aiete, Acuerdo de Lizarra-Garazi, agresiones, asesinato, autovía de Leizarán, BVE, concentraciones pacifistas, Coodinadora Lurraldea, deslegitimación de la violencia, Diputación Foral de Gipuzkoa, dolor generado, El Correo, El País, elkarri, ETA, Euskalduna, Fabio Moreno, Fernando Mugica, funerales, GAL, Gesto por la Paz, Gregorio Ordoñez, Herenegun, Herri 2000 Eliza, Herri Batasuna, iglesia vasca. José María Setién, insumisión, izquierda abertzale, José Edmundo Casañ, José María Aldaya, Joseba Eceolaza, Juan Mari Jauregi, Julio Iglesias Zamora, la mili con los milis, La SER, lazo azul, manifestaciones, mediadores internacionales, Memoria, Noticias de Navarra, Ortega Lara, Pacto de Ajuria Enea, respuesta social a la violencia, secuestros, T-4, tregua, Víctimas

Aportaciones de Gogoan, por una memoria digna al programa educativo Herenegun elaborado por el Gobierno Vasco

 

Presentamos las aportaciones que ha realizado Gogoan, por una memoria digna al programa educativo Herenegun en la confianza de que sirvan para mejorar dicho programa.

Antes de presentar las reflexiones, queremos comentar un aspecto que nos parece importante: no cuestionamos los hechos expuestos -ocurrieron, sí-; sin embargo, a nadie se le escapa que su ubicación en el relato, la intensidad de unos frente a otros, las deliberadas ausencias, los tiempos, etc. son determinantes para crear un relato con una mirada determinada o justo con la contraria. Por este motivo, consideramos que es necesario pulir gran parte de ese tratamiento añadido.

Comentarios sobre el programa educativo Herenegun

Nuestros comentarios se van a centrar fundamentalmente en el material audiovisual. Consideramos que precisan cambios sustanciales:

  • El papel de la Iglesia ha sido mucho más importante que el que transmiten los videos. Si bien es verdad que mucha gente de iglesia ha trabajado duramente por la paz en Euskadi, se debe reflejar que ha habido bastantes curas profundamente implicados en la actividad de ETA y muchos que se han identificado de forma pública (cartas, artículos de opinión, sermones, manifestaciones, etc.) con la izquierda abertzale que han apoyado el terrorismo. Su peso ha ido disminuyendo de forma pareja a la secularización de la sociedad, más que por un abandono consciente de posturas identificadas con quienes estaban causando un grave daño a la sociedad.

  • El papel de la universidad, desde un doble punto de vista: en los 60 y 70, la universidad fue un hervidero de ideas y movilizaciones, al tiempo que grandes sectores pedían la creación de una universidad pública (hubo que esperar hasta 1968); más tarde muchos universitarios alzaron con fuerza su voz contra las actividades de ETA, a la par que otros apoyaron el terrorismo.

 

Comentarios más concretos sobre diferentes cuestiones planteadas en los capítulos del audiovisual

 

  • Hay un enfoque erróneo de lo que fue el Acuerdo de Ajuria Enea, ya que no se le da la importancia y carga institucional que tuvo y lo que supuso de marginación a ETA y Batasuna. No se explica bien. Además, se firmó en enero de 1988; esto es, en la década anterior.

Transcurridos casi once años desde las primeras elecciones democráticas, el terrorismo es un fenómeno que persiste entre nosotros. Su erradicación sigue siendo hoy, por tanto, un objetivo común fundamental de la acción de todas las instituciones y fuerzas democráticas.

El combate contra el terrorismo es, por encima de todo, el combate de la razón frente a la sinrazón, de la vida frente a la muerte, de la libertad frente a la imposición. Es, en consecuencia, el esfuerzo por hacer prevalecer los principios éticos en que se asienta la convivencia en una sociedad civilizada ante quienes lo niegan.

Pacto de Ajuria Enea, 1998. El Mundo

  • Elkarri no fue una organización por un acuerdo por la paz, sino «por el diálogo y el acuerdo«; esto es, trabajaba en la búsqueda de un acuerdo político que pudiera satisfacer los deseos de ETA y así obtener la paz. Se supedita la política a las reivindicaciones de la violencia y se ofrece en el envoltorio democrático del referéndum o consulta.
Elkarri, 1994
Elkarri, 1995. Paul Rios
Elkarri, 1995
Elkarri 2012. Gorka Espiau
Elkarri 2012

Por otro lado, esta organización aparece con un protagonismo excesivo. No se dice cuál fue su origen: un movimiento ecologista (Coordinadora Lurraldea) que quería influir el trazado de la Autovía de Leitzaran, cercano a HB y dirigido por un concejal de esa formación que nunca condenó ningún ataque de ETA, aunque hubiera asesinados en su mismo municipio, Tolosa. Ni siquiera cuando ETA intervino directamente en la autovía. [José Edmundo Casañ fue asesinado por ETA el 4 de marzo de 1991]

La firma del acuerdo con el presidente de la Diputación Foral de Gipuzkoa, que atentaba de forma directa contra las reglas del juego democrático (pues fue el resultado de una imposición desde fuera de las instituciones elegidas) se presentó como un éxito y un ensayo general. En efecto, lo fue… para HB y quienes dirigían la Coordinadora.

Manifestación en defensa de las instituciones democráticas sobre la autovía de Leizarán.

Ese origen es muy importante para entender el papel que la organización jugó en años posteriores. Nada de esto aparece en los documentos.

  • Manifestación Gesto por la Paz, 1993

    Se presenta a Elkarri como otro movimiento para la paz, cosa que no es cierta, similar en cierto modo a Gesto por la Paz, y la importancia de esta organización queda absolutamente diluida en el único video en el que aparece -1’18»-, cuando Gesto por la Paz, a diferencia de Elkarri, fue un movimiento desprovisto de connotaciones políticas, y que aglutinó a todos quienes estuviesen en contra de acciones terroristas. Todo esto debería de quedar muy claro si queremos ofrecer a los jóvenes una información ajustada a la realidad.

  • Firmantes Acuerdo de Lizarra. 1998

    Hay un salto abrupto entre la detención de la cúpula de HB y el Acuerdo de Lizarra, que se describe como un acuerdo de paz: “Los participantes de Lizarra Garazi querían abrir un proceso de Paz en Euskadi”. Que se sepa, se trataba de un acuerdo político, con un objetivo político: obrando de esa manera se confiaba en que ETA dejaría de “tener sentido”. De hecho, la clave de bóveda del acuerdo de Lizarra es la vinculación entre violencia y política. De esto no se dice nada.

Acuerdo firmado el 12 de septiembre de 1998 en la localidad de Lizarra, ratificado posteriormente en Donibane Garazi, por fuerzas políticas sindicales y sociales que reconocían Euskal Herria como marco de decisión, para delinear un proceso de solución política al conflicto vasco-español-francés.

Por Iñaki Egaña

  • Manifestación Julio Iglesias Zamora, 11 de septiembre de 1993

    Se echa de menos, y mucho, un tratamiento específico de los secuestros. En los 90 hubo cuatro secuestros muy largos y con una contestación ciudadana como nunca antes se había conocido, con manifestaciones multitudinarias, artículos en prensa, concentraciones, implicación coordinada de la élite social y de ciudadanía anónima, tomas de posición… El secuestro de Ortega Lara merece 16 segundos, frente a 1’50» la primera manifestación de Elkarri. En estas campañas contra los secuestros, el papel desempañado por Gesto por la Paz fue fundamental ya que lideró todo el movimiento ciudadano. Pero todo eso se olvida: como ya habían sacado a esos pacifistas en el capítulo anterior, en este no había que hacerlo.

    Concentraciones José María Aldaya, 1995

Por cierto, el secuestro de Aldaya que aparece sin que la actitud agresiva de los contramanifestantes merezca comentario alguno, sucedió en la década de los 90.

 

  • Aparece la socialización del sufrimiento, pero sin la fuerza necesaria. Unas imágenes de archivo no penetran en lo que aquello significó para amplios sectores de la sociedad. Aquella estrategia fue un ataque directo a la gente (o a propiedades públicas que usaba la ciudadanía). Eso no se puede transmitir solo con la imagen de un autobús ardiendo. Afectó a miles de personas, muchas de ellas corrieron grave peligro. Había zonas a las que daba miedo ir; verdaderos territorios prohibidos por peligrosos para muchas personas. En ellos, durante años, unos pocos -la izquierda abertzale-, decidían lo que se podía o no se podía hacer. Nada de eso aparece.

Campaña contra el lazo azul

La izquierda abertzale actuó siempre como un entorno opositor, al margen de que su partido, Herri Batasuna, gobernara en determinados lugares. Y esta izquierda abertzale apoyó el ataque sistemático contra el que pensase diferente, se enfrentó con manifestantes pacifistas impidiendo concentraciones o agrediendo directamente a los manifestantes… Nada, no aparece nada de todo esto.

 

  • La actividad de ETA queda reflejada en frías estadísticas: tantos muertos aquel año, tantos heridos, fotos de periódicos…, como si fuesen accidentes de tráfico. Necesaria, pero fría, incapaz de transmitir lo que muchas víctimas vivieron. No se habla con un mínimo de garra de los enormes sufrimientos de las víctimas: los funerales en soledad, casi en la clandestinidad; persecución de familias que han perdido un miembro (negando el saludo, haciendo manifestaciones en la puerta, pintadas…); ataques hasta en las tumbas o en los monolitos de recuerdo a la víctima; familias de guardias civiles que vuelven al pueblo en absoluta soledad… Por otra parte, los chivatos no existen; tampoco las bienvenidas como héroes a los que salen de la cárcel… No hay sentimiento alguno. Tampoco hay estadística capaz de reflejar eso.
Monolito Fernando Mugica
Monolito Juan Marí Jauregi
Lápida Gregorio Ordoñez

  • Tornillo arrojado contra pacifistas, 1995

    Tampoco aparece el papel que durante años han jugado la Ertzaintza y los jueces, salvo que sea para detener a manifestantes de la izquierda abertzale, o cuando son atacados en fiestas. Pero nada se dice sobre su papel separando manifestaciones: una autorizada y la otra convocada con el objetivo de impedir que los primeros se manifestasen. Esto ocurrió durante algún tiempo: las directrices que recibía la Ertzaintza parecían no distinguir entre «buenos» y «malos» y, mientras, los jueces miraron hacia otro lado. Nada de esto aparece.

 

  • Aparecen varias víctimas en los videos. Casi todas ellas han dado pasos para acercarse de algún modo a los asesinos, protagonizando los llamados encuentros restaurativos o participando en encuentros con víctimas causadas por otros terrorismos, acudiendo a centros educativos, etc. Se trata de una actitud ejemplar en el camino hacia la paz que reconocemos, admiramos y consideramos que tiene que ser referente, pero debe decirse que estamos hablando de una minoría absoluta, de una excepción. Hay miles de otras víctimas que no han tomado ese camino y a las que tampoco podemos pedir que lo hagan. El respeto debe ser absoluto. Pero su elección les ha llevado a una vida más solitaria, más oscura, más apartada, seguramente mucho más traumática. Estas víctimas no existen, no aparecen para nada en los documentales. Pero ahí están. Y son muchos miles.
1976 funeral atentado ETA
1980 funeral atentado BVE
1991 funeral atentado ETA

  • Aparece el movimiento de los insumisos en contra del servicio militar (nada menos 2’30»). Fue importante, y está bien que se cite en un material de este tipo. Pero se le concede una importancia excesiva. Además, ¿qué tenía que ver aquello con el tema central, más allá de que muchas personas fueran insumisas y de la izquierda abertzale al mismo tiempo y pintaban «la mili con los milis»?

 

  • Se ensalza el papel de los enviados internacionales, como si el cerco al que la policía y jueces habían sometido al entorno etarra no hubiera existido o como si el mundo de la política y gran parte de la sociedad no les hubiera democráticamente acorralado. Esto no se refleja ni se explica, y fue, en nuestra opinión, la clave de la renuncia a seguir pegando tiros: estaban moral y materialmente exhaustos, muertos. En realidad, el montaje de Aiete se organizó, con ETA ya casi desaparecida, para que ese mundo no se sintiese “ofendido”, pero la realidad es que habrían seguido con su actitud si no les hubieran detenido tres cúpulas en un solo año. De hecho, la tregua de la T-4 se vino abajo porque esta gente seguía convencida del acuerdo político para dejar las armas.

Mediadores internacionales. Aiete, 2011

En resumen, es fundamental para quien no lo ha vivido de cerca que se refleje que ETA abandonó las armas por cuasi-rendición. Habría que usar esa palabra, rendición, porque es la que con más fidelidad refleja lo ocurrido, pero si aún no nos atrevemos a decirlo, el documental, al menos, debería reflejar con claridad que ETA entregó las armas; no dijo nada ni solicitó nada a cambio (porque tampoco tenía fuerza alguna para hacerlo); dio publicidad a unas excusas muy light, pero excusas en definitiva, y echó la persiana sin nada en su haber, salvo todo el sufrimiento causado. Esto hay que contarlo. Porque en el documental se da a entender que con la escenificación de Aiete, los facilitadores convencieron a los etarras de que eso de matar ya no se llevaba y estos, bonachones y campechanos, decidieron hacerles caso. Las cosas no fueron así.

 

  • La sociedad vasca tiene una deuda con todas las personas que lucharon democráticamente contra el entramado etarra y se la jugaron deteniendo comandos y poniéndoles contra las cuerdas.

 

En general, visto el material, se constata lo siguiente:

Faltan testimonios de personas del colectivo más acribillado por ETA: familiares de guardias civiles, policías y militares asesinados por ETA. Son el colectivo más numeroso de muertos (506 personas) y no se ve a nadie decir nada. La balanza siempre es injusta, pero en este caso es brutalmente desequilibrada. Eso sí, una persona que se traslada en bus a ver a su familiar etarra preso muy lejos habla de su sufrimiento. ¿Por qué no se ha entrevistado al guardia civil Antonio Moreno, padre del niño Fabio, y sí a cuatro mujeres de trabajadores de Euskalduna -2’43»-?

Creemos que los documentos no reflejan ni de cerca que el dolor generado en esta tierra ha sido tremendamente cruel e injusto para con las víctimas de ETA, del GAL y de los grupos organizados por la extrema derecha; igualmente, para las víctimas de actuaciones policiales indebidas, desproporcionadas e injustas. Y todo ese dolor (el de los asesinatos) no es comparable con el de una novia que tiene que hacer cada mes 2.000 kilómetros para ver a su novio etarra. No es lo mismo. Y es muy importante no frivolizar sobre lo que son violaciones de derechos humanos, porque es distinto quedarte sin micrófono a quedarte sin padre. Lo primero tiene remedio y lo segundo, no. Y esto no se refleja de ninguna manera en los materiales didácticos.

Toda actuación policial que aparece en los documentales se reduce a mera brutalidad policial.

Nos parece un material excesivo en duración: hay que ser más claro, directo y objetivo: datos (Historia) y testimonios (Memoria), pero con la graduación e intensidad del tamaño de las violencias vividas, de los dolores sufridos y de las aportaciones para la paz realizadas.

Queda muy corta la parte dedicada a la respuesta social y pacífica a la violencia, que fue muy meritoria creando sensibilidad y conciencia pacifista. Además, los miembros de esos grupos aguantaron desplantes, humillaciones y ataques de la izquierda abertzale en numerosas concentraciones ¿De eso, es decir, de la intransigencia y de la imposición por la fuerza no hay que hablarles a los jóvenes?

Sugerencias

Para terminar, aportamos algunas sugerencias que se nos ocurren como mejor manera de abordar este material y sería siguiendo estas claves:

  1. Deslegitimación total de la violencia
  2. No ha existido ninguna justificación para esa violencia
  3. El único logro de la violencia ha sido el daño irreparable generado a sus víctimas

Por esta razón,  el enfoque se debería centrar en:

  • Mostrar la realidad de todas las víctimas.
  • No realizar interpretaciones de la historia

 

___________________________________

Nota final: Se señala la duración de algunas escenas. Solo a título orientativo. Unos segundos de una imagen hablan a veces con más claridad que unos minutos de explicaciones. Pero los que hemos señalado revelan también algo sobre la filosofía en la que estos documentales se asientan.

15 de noviembre de 2018


 

Estas han sido las aportaciones realizadas por Gogoan, por una memoria digna al programa educativo Herenegun. No queremos finalizar esta aportación, sin incluir uno de los artículos más sensatos que, según nuestro parecer, se han publicado sobre este tema:

«Paisaje moral» de Joseba Eceolaza publicado el 17 de noviembre en Noticias de Navarra.

 

 

Memorias de futuro

10 sábado Nov 2018

Posted by gogoanmemoria in Memoria

≈ Deja un comentario

Etiquetas

autovía de Leizarán, Blas de Otero, Día de la Memoria, Egunkaria, Fabián Laespada, Gesto por la Paz, Iñigo Lidón, Joseba Arregi, Lasa y Zabala, Memoria, Mikel Zabalza, Ministerio de Interior, Olvido, secuestrados, secuestros, Segundo Marey, Víctimas, violencia de persecución

[Artículo de Fabián Laespada publicado en El Correo, el 9 de noviembre de 2018 con motivo del Día de la Memoria]

Repensar el recuerdo, traerlo al presente, como si fuéramos sirgueras, acarreándolo con todo su peso e incomodidad. Vernos en él, ahí dentro, protagonistas de nuestra propia memoria, de lo vivido. Puede que la memoria me resulte un estorbo que se pone en mi pasado. Sensaciones confusas, lejanas, irreconocibles, como rabia, impotencia, dolor, injusticia no declarada. Había miedo, no era fácil decir NO y tardé mucho en hacerlo. Memoria personal e individual. Lectura crítica de lo que fue pero no debio ser.

Ahora que celebramos el Día de la Memoria yo propongo rememorar lo inmemorable para deshacernos de fantasmas olvidadizos. Y porque, además, el olvido está lleno de recuerdos indeseados.

Retocando con el debido respeto al poeta bilbaíno Blas de Otero, pido la paz y la memoria, en defensa del hombre y de la justicia. Pido usar la memoria para no caer en el abismo del olvido y retroceder años, dolores y responsabilidad. Algo positivo podemos extraer de estos 50 años atrás: el horror y las injusticias no pueden repetirse. Hay que contar lo que nos pasó. Los expertos que redacten la historia. Las y los demás, contemos nuestra experiencia, volteemos las campanas de nuestra memoria.

Memoria de decenas de asesinatos que pasaban rasgando nuestra mirada sin detenerse más que un modesto minuto de imágenes a las que, encima, nos íbamos haciendo insensibles. Memoria de lo que hicieron con Segundo Marey, secuestrado; fue un error, dijeron, pero el Ministerio de Interior español chantajeó al francés, en un intento de ventajismo gansteril. Memoria del escalofrío adherido a la piel cuando un escritor, pensador, profesor… decide exiliarse al silencio, abandonar el “conflicto” y esconderse en temas neutros para poder desmontar la barricada de desprecio y chantaje al que le ha sometido extraoficialmente el entorno talibán. Hoy en día lo contamos a nuestros estudiantes y no se lo pueden creer. Pero muchos de nosotros lo vivimos de cerca y, no se sabe cómo, a menudo se caen de la memoria esos tiempos y esos hechos, quizá porque sean recuerdos ásperos e incómodos.

Memoria del chantaje y sometimiento que padeció el poder público de Gipuzkoa y Navarra con el asunto de la autovía. De cómo fue posible que esas tres personas asesinadas no sean nunca recordadas ni inmortalizadas en alguna placa, en algún homenaje, mención, memoria, olvido… en la autovía del oprobio.

Algunos trabajadores cambiaron de empresa por miedo. No pretendo machacarnos con los hechos, tan solo recordar que esto fue así, que la violencia se impuso.

El País

Memoria sin distinción, porque ordenar dos cierres de periódicos es mucho cerrar y poco democratizar. Al final no hubo delito ni nada. Testimonios para la memoria de lo que no debe suceder.

Memoria de la soledad de cientos de huérfanos. Repienso el vacío emocional que sintieron tantos niños y niñas, bien pequeñas, cuando les tuvieron que decir, a duras penas, que ese padre se había marchado a algún sitio que ellos nunca descubrirían; esas soledades, tan pequeñitas y semivacías de abrazos infalibles. Esa memoria que nos lleve al relato de Montse, invitada por Gesto por la Paz en 2005, que sufrió lo indecible y lo decible después de casi perder a su recién marido, con una criatura de nueve meses en la cuna de su habitación, ahora convertida en una sala de curas. Memorias que desconocemos completamente, de la angustia de muchos niños que sabían que su padre podía no volver, infancias secuestradas, jugar sí, pero con un ojo en el televisor, temiendo un informativo especial.

La memoria funciona y solicita que hagan justicia sobre nuestros muertos prematuros, que no se cierren sumarios sin resolver, tal y como pedía Iñigo Lidón el otro día: que la desidia no clausure la justicia.

El Mundo

A esta memoria de bombazos y secuestros no se le olvidan las inadmisibles torturas padecidas por muchas personas, como las de Arregi, Zabalza, Lasa y Zabala que acabaron en asesinato. Alguien debiera responder y relatar qué fue de aquello. La memoria, esa gota incómoda que nos araña la conciencia y nos trae imágenes increíbles a las puertas de la cárcel, con una multitud acompañando a un ministro delincuente sentenciado a diez años. A los tres meses salieron de esa prisión, indultados. ¿Cómo se puede explicar eso a nuestros jóvenes?

Memoria que se extiende hasta el relato de los secuestrados, angustia de verse con el cañón en la frente, saberse chivo expiatorio para que los demás aprendan y paguen por seguir vivos.

Hay un relato que apenas nos ha llegado: el de esas personas perseguidas y amenazadas -más de 40.000- durante varios años. Mucho silencio social entorno a la amenaza, que ni la familia ni amigos conocían, por no inquietarles, por no perderlos… Necesitamos rescatar la memoria de los silencios y de las indiferencias, de los miedos que sí padecimos y de las soledades a las que sometimos a todas las víctimas sin nombre.

El olvido es -como nos contó Borges- ese vago sótano de la memoria. A veces tengo la sensación de que una parte muy considerable de nuestra sociedad ya ha bajado varios peldaños hacia ese cripta del olvido. Pero ahí abajo no hay apenas luz. Está lleno de olvidadores, de indolencias y de pragmáticos que solo miran para adelante, como si adelante significara deshacerse del pasado y sus lecciones, sin saber que la mejor manera de avanzar es no retroceder. Sin saber que el olvido es retroceso, es involución; es tropezar en la misma piedra de la historia que nunca debió ser.

Día de la Memoria – Oroimenaren eguna 2018

Los pasos de la Memoria

08 jueves Nov 2018

Posted by gogoanmemoria in Memoria

≈ 6 comentarios

Etiquetas

Alfonso Alonso, Ayuntamiento de Donostia-San Sebastián, Ayuntamiento de Vitoria-Gasteiz, CCAA, Diario Vasco, Eneko Goia, ETA, GAL, Gesto por la Paz, Los Pasos de la Memoria, Memoria, Pacifismo, Partido Popular, PNV, PP, silencio, víctimas de abusos de las fuerzas de seguridad, víctimas de la violencia, víctimas del terrorismo

Eneko Goia, alcalde de Donostia-San Sebastián por el PNV, ha anunciado que recordará a las 128 víctimas del terrorismo y de los abusos policiales (107 asesinadas por ETA y CCAA, cuatro por el GAL, 11 por la violencia policial y seis de autoría desconocida) que se produjeron en esta capital durante los años de violencia y terror, a través de unas placas que se pondrán en los lugares donde fueron asesinadas.

Sin duda alguna, quiere ser escrupulosamente cuidadoso. Ha adelantado que consultará cada placa con la familia de cada víctima y que solo se colocará con su consentimiento. Añade que la iniciativa «no tiene caducidad» ya que «los allegados pueden cambiar de opinión, de forma que si ahora no quieren ningún recuerdo y en el futuro sí, tengan la posibilidad de que se coloque la placa más tarde». Más en El Diario Vasco 

No es una iniciativa novedosa porque ya el 12 de marzo de 2007, Alfonso Alonso, alcalde de Vitoria-Gasteiz por el Partido Popular, hizo pública la decisión de colocar unas placas incrustadas en el suelo con el nombre de las personas asesinadas entre el 5 de marzo de 1978 y el 22 de octubre del 2000. En estas placas, solo aparece el nombre de la víctima, la fecha en la que fue asesinada y una cita de un pensador como Gandhi, Octavio Paz, Camus, Asimov…

Hasta hoy, no había cundido el ejemplo de Alonso en los ayuntamientos de las otras capitales. Sin embargo, la ciudadanía sí dio pasos firmes hacia la memoria. Este fue el caso de la organización pacifista Gesto por la Paz que en 2010 realizó un emotivo acto en Bilbao, Los Pasos de la Memoria, al que los medios llamaron «La ruta del dolor en Bilbao», «La huella de la bala y la bomba en Bilbao», «Pintadas contra el olvido»… [Dossier de prensa de aquel acto]

Desde diferentes puntos de Bilbao, grupos de pacifistas recorrieron los distintos lugares donde el terrorismo había usurpado la vida de vecin@s de la localidad; vecin@s de toda condición social, laboral…


En cada lugar donde se pintaba el nombre y la fecha de su asesinato, le leían las circunstancias en las que se habían producido aquel horror que nunca tenía que haber ocurrido y se guardaba un minuto de silencio.


Y aquellas columnas de pacifistas convergieron en el Parque de Doña Casilda donde leyeron los nombres de cada una de las personas asesinadas y pusieron una flor sobre sus nombres.


Quienes tuvieron la oportunidad de vivir aquel acto -pacifistas y víctimas que componían las columnas- lo recordarán. De nuevo, Gesto por la Paz fue pionera en el trabajo por la memoria.

Memorias del terrorismo en España

26 miércoles Sep 2018

Posted by gogoanmemoria in Memoria

≈ 2 comentarios

Etiquetas

"Breve memoria de un esfuerzo institucional", amenazas, Antonio Rivera, Asociación por la Paz de Euskal Herria, atentado contra el bar Aldana, atentado de Alonsotegi, atentado de Hipercor, Ayuntamiento de Hernani, Ayuntamiento de Zarautz, ética y moral, BVE, Centro Memorial Víctimas del terrorismo, Comandos Autónomos Anticapitalistas, Consuelo Ordoñez, convivencia, Cristina Cuesta, Dirección de Atención a Víctimas del terrorismo del Gobierno Vasco, Enrique Cuesta, Enrique Ullibarriarana, ertzaina, ETA, Florencio Dominguez, GAE, GAL, Gorka Angulo, Gregorio Ordoñez, Iñaki Arana, Jesus Maria Pedrosa, Joseba Arregui, Joxan Rekondo, justicia, Liborio Arana, Manuel Fuentes Pedreira, Maria Carmen Hernández, mosso de escuadra, nacionalismo, Pacto de Lizarra, paz, Raúl López Romo, Roberto Manrique, Santos Santamaría, Santos Santamaría Avendaño, Secretaría General de Derechos Humanos Convivencia y Cooperación, Stefan Zweig, Txema Urkijo, UPV-EHU, violencia de persecución

Este es el nuevo libro que ha presentado Raúl López Romo con el prólogo de Florencio Domínguez, historiador y director del Centro Memorial de Víctimas del terrorismo, respectivamente.

Son 65 relatos cortos escritos por familiares de «víctimas, por profesionales de diversos campos y por activistas«. Diferentes miradas que, como dice Stefan Zweig, ayudan a reconstruir la «atmósfera espiritual» de una  época. «Esta no se encuentra sedimentada en los acontecimientos oficiales, sino más bien en pequeños episodios personales«.

Como no puede ser de otra manera, los relatos son muy diversos y plurales y van desde el minucioso estudio del catedrático de Historia Comtemporánea de la UPV-EHU, Antonio Rivera, sobre los Comándos Autónomos Anticapitalistas hasta el sencillo relato del asesor de la Secretaria General de Derechos Humanos, Convivencia y Cooperación, Enrique Ullibarriarana. Por esta razón, hemos seleccionado frases de algunos de estos relatos.

Joseba Arregui en relación al Pacto de Lizarra:

Implicaba asumir que para conseguir la paz era preciso conceder a ETA la realización de su proyecto nacionalista radical bajo la argucia de que era mayoritario en la sociedad vasca

El de Cristina Cuesta, hija de Enrique Cuesta asesinado por los Comándos Autónomos Anticapitalistas en 1982, es uno de los relatos más recomendables. Narra cómo fueron los primeros pasos de la Asociación por la Paz de Euskal Herria en 1986, cuando se concentraron por primera vez por el asesinato de Manuel Fuentes Pedreira tras la pancarta «Basta ya. Nuestro pueblo quiere paz«.

Nos comprometimos a convocar concentraciones silenciosas tras el asesinato o la muerte violenta de un ser humano, independientemente del grupo terrorista que actuara, la profesión de la víctima, su ideología, su procedencia o cualquier otra circunstancia. Nos centrábamos en la irreparable pérdida humana.

Nació una nueva manera de mirar y de actuar ante la realidad de sufrimiento y de miedo que nos rodeaba, en la que las víctimas se hacían presentes y tímidamente empezaban a alzar la voz, incluso en silencio.

Roberto Manrique, víctima del atentado de Hipercor (ETA, 1987), dice esto sobre la actuación de la Justicia, según el juicio por su atentado:

Del enorme número de personas con seres queridos asesinados o de la extensa relación de heridos solo iban a aportar su testimonio dos: una herida grave que, al ser extranjera y no dominar el idioma excusó su asistencia, y uno de los heridos más leves del atentado. Cuando pregunté la razón para esa pantomina, me explicaron que habia sido una elección por sorteo. ¿Sorteo? ¿La justicia escuchaba la voz, el dolor y la experiencia de las víctimas a través de un sorteo? ¿solo iban a escuchar a dos?. Salí del juicio con la impresión de que la víctima era quien menos importaba a la justicia, que éramos la inoportunidad personificada.

Consuelo Ordoñez, hermana de Gregorio Ordóñez asesinato por ETA en 1995, dice esto:

Al final, no fue ETA quien de forma directa me explusó del País Vasco, sino mis propios conciudadanos que colocaron su miedo al ostracismo social un peldaño por encima de su dignidad.

Y también sobre la actitud de los vecinos y vecinos habla Mari Carmen Hernández, viuda de Jesús Mari Pedrosa asesinado por ETA n el 2000:

Sientes el vacío de la gente que, por miedo o porque no le afectaba de cerca, pasaba de ello. Vecinos, personas que te dejan de hablar, de saludar. Gente que has conocido de toda la vida y se manifestaba debajo de casa. ¡Es muy triste!

Santos Santamaría es el padre de Santos Santamaría Avendaño, mosso d’escuadra asesinado por ETA en 2001, dice:

No necesitamos homenajes porque sabemos que solo hemos sido el instrumento del terrorista para crear terror a la sociedad. Simples instrumentos. La única víctima real ha sido y es la sociedad. Pero la sociedad es cómoda, hasta el punto de acceder a cualquier arreglo cobarde solo por aquello de ‘para que a mí no me toque’.

Joxan Rekondo, ex alcalde de Hernani y víctima de la violencia de persecución durante muchos años, escribe:

Me atrevo a decir que difícilmente podrá regenerarse la convivencia entre vascos sin sanar los daños que la intimidación y el terror han provocado durante todo este tiempo en todas las dimensiones de la vida social.

Zarautz, 2000 Gesto por la Paz

Gloria Vázquez, concejala del Ayuntamiento de Zarautz y también víctima de la violencia de persecución, nos cuenta:

Algunos amigos me reprocharon que hubiera asumido un cargo público que implicara escolta teniendo hijos. Como si yo estuviera poniendo en riesgo a mis hijos. Era una de las perversidades del terrorismo y de sus seguidores, que pretendían traspasar la responsabilidad de lo que pudiera ocurrir a los propios amenazados. Y lo conseguían

Gorka Angulo, periodista del Centro Memorial de las Víctimas del terrorismo, finaliza su relato de esta manera:

Cuando una sociedad, una generación, ha tenido el terrorismo en la puerta de la casa y esto solo ha concienciado y movilizado a una ínfima parte de sus integrantes, solo se puede pensar que el miedo y la cobarcia moral han hecho más daño que los propios terroristas. Si siendo más jóvenes fallaron la ética y la moral, que siendo más mayores no falle la memoria

A este relato le sigue el de Iñaki Arana, hijo de Liborio Arana asesinado por los GAE (Grupos Armados Españoles) en 1980. Iñaki describe la sencillez de su padre, el lechero de Alonsotegi, el tremendo golpe que causó en la familia el asesinato del padre y el maltrato que sufrieron por parte de la policía que no mostró ningún interés por investigar el caso. Motivado por querer conocer la verdad, Iñaki se hizo ertzaina, pero esto también trajo consecuencias: la madre recibió cartas amenazadoras que decían:

Los otros han matado a tu marido, pero nosotros te vamos a matar a los hijos por ser ertzainas

1991. Concentración de Gesto por la Paz ante la Audiencia Nacional. Javier Madrazo, Pedro MIguel Urzainki, Ignacio Urrutia, José Luis Navarro y Txema Urkijo

Finalmente, conviene destacar el relato de Txema Urkijo quien fue primero Director de Derechos Humanos en el Gobierno Vasco y, posteriormente con tres lehendakaris diferentes, trabajó en la Dirección de Atención a Víctimas con Maixabel Lasa. En su relato se puede hacer un perfecto seguimiento de los pasos que fue dando en Gobierno Vasco en relación a las víctimas; primero con las víctimas de ETA y, posteriormente, con las víctimas de otros grupos terroristas como GAL, BVE, etc. Os invitamos a leer con atención su relato completo: «Breve memoria de un esfuerzo institucional»

Como es normal, quedan muchas más cosas en el tintero por lo que recomendamos la lectura de este libro.

No hay balas de olvido

11 martes Sep 2018

Posted by gogoanmemoria in Memoria, Víctimas

≈ Deja un comentario

Etiquetas

ABC, Ana Rosa Gómez Moral, Antton López Ruíz, asesinato, Bake Hitzak-Palabras de Paz, concierto contra el miedo, Desde su ventana, Dolores González Katarain, El País, ETA, Gesto por la Paz, Imanol, Imanol Larzabal, izquierda abertzale, Kubati, Memoria, reinserción, secuestros, terrorismo, Víctimas, Yoyes, Yoyes 1986-1996

Hoy hace 32 años que el miembro de ETA, Antton López Ruiz, alias Kubati, asesinó en una plaza de Ordizia a Dolores González Katarain, Yoyes, ex miembro de la organización terrorista que optó por abandonarla. Como se puede ver en la imágen, esta es la interpretación que ETA y sus seguidores hicieron de aquella decisión.

Fue un asesinato que impactó a toda la sociedad y que retumbó en los cimientos de la propia izquierda abertzale y de muchas personas que, hasta la fecha, habían manifestado cierta simpatía «por la causa» o se habían mostrado un tanto «indiferentes». Otros cogieron el testigo de la rebeldía y ya no lo soltaron.

  • «Ex militantes de ETA apoyan a Imanol Larzabal tras las amenazas sufridas por parte de ETA» El País
  • «Imanol Larzabal» El País
  • «Todos contra el miedo» ABC

En 1996, en plena época de secuestros y con un importante acoso a todas aquellas personas que cuestionaran a ETA, se cumplía el décimo aniversario del asesinato de Yoyes y su familia y amig@s le rindieron un homenaje en Ordizia. Además de aquel acto público, editaron el libro «Yoyes, 1986-1996» en el que se recogían escritos de diversas personas; unas cercanas a la víctima, otras simplemente comprometidas con la libertad y la paz en Euskal Herria.

En el número 22 de la revista de Gesto por la Paz, Bake Hitzak-Palabras de Paz, además de incluir una reseña del libro, reprodujo un artículo escrito por Ana Rosa Gómez Moral con motivo de este décimo aniversario que queremos recuperar aquí.

A Yoyes
Si hubiera un arma que matara la memoria, no habría víctimas. Pero aún no se ha inventado nada que dispare el olvido. Es más, cuando alguien mata, no hace más que propagar el recuerdo de su víctima. De hecho, mis propias palabras son una prueba de esa contradicción entre el deseo de aniquilar y el efecto no buscado que difunde la memoria de la víctima, porque la existencia de Yoyes, para mi hasta entonces difuminada en esas siglas que la mataron, se asomó a mi vida justo el día de su asesinato.
Quienes la conocieron no podrán eludir el recuerdo de una vivencia o de un sentimiento en aquellos lugares donde los compartieron con ella. Los rastros de esas experiencias estarán prendidos como girones de tela ondeando al viento que volverán a ver cada vez que pasen por allí. También en mi memoria, hay una plaza de Ordizia que siempre tendrá la mancha de su sangre, una sábana blanca y un tractor. Y fue, precisamente, la plasticidad y el impacto de esa muerte violenta el pistoletazo de salida que despertara mi curiosidad por su vida, justo en el momento en que yo empezaba a hacerme las mismas preguntas que, luego, descubriría que ella ya se había formulado mucho antes, un momento que aún perdura, porque trataba de explicarme lo de entonces y lo de ahora que, al fin y al cabo, son lo mismo, puesto que los une un hilo invisible que, como aquel que sirve de trampa mortal al pez, no se ve, pero acaba desgarrándonos por dentro. Aquel momento es siempre, porque no hay nada que no haya ocurrido ya, ni nada que no vaya a seguir ocurriendo después en el mismo o en cualquier otro lugar.
Más tarde, con el libro de su vida en las manos, supe también que hay memorias que se aprenden. Yo leía como si anduviera con un vaso rebosante de cuyo contenido no debía derramarse ni una gota. Su voz escrita se convertía, a veces, en el mar oído desde lejos, grave, serio y profundo, mientras que, en otras ocasiones, el agua salada sonaba enérgica, ágil e indómita, como si me hubiera acercado a una orilla de acantilados.
Ahora sé que las ruinas de su existencia recobraban vida a través de la memoria compartida y sé, también, que su historia ocupa una parcela de mis propios recuerdos. Sin embargo, aunque llegué a familiarizarme con los nombres, los lugares y los hechos que formaron parte de su vida, todos ellos resultaban anecdóticos frente al espíritu de esa inmensa tarea que, según destilaban sus palabras, se había auto impuesto y que consistía en vivir conscientemente la vida en lugar de dejar que fuera la vida misma la que arrollara implacablemente su existencia.
El recuerdo de ese compromiso supremo, el compromiso consigo misma, es el que mantiene vivas su libertad y su rebeldía, y el que va a procurar que no permitamos
que nuestros sueños se conviertan en inútiles embarcaciones luchando por deshacer-los nudos que los atan al puerto de la indolencia.
Una vez que hemos participado de la memoria de alguien, la hemos hecho, de alguna manera, nuestra. De esa forma, el compromiso consigo misma, la libertad y la rebeldía de Yoyes forman parte de los nuestros. Por eso, no hay balas contra la memoria ni tiempo que pueda hacer amarillear los recuerdos que compartimos.

 

 

 

← Entradas anteriores
Entradas recientes →

Suscribir

  • Artículos (RSS)
  • Comentarios (RSS)

Archivos

  • diciembre 2025
  • noviembre 2025
  • octubre 2025
  • septiembre 2025
  • agosto 2025
  • julio 2025
  • junio 2025
  • marzo 2025
  • febrero 2025
  • enero 2025
  • diciembre 2024
  • octubre 2024
  • enero 2024
  • diciembre 2023
  • noviembre 2023
  • septiembre 2023
  • junio 2023
  • mayo 2023
  • febrero 2023
  • enero 2023
  • diciembre 2022
  • noviembre 2022
  • octubre 2022
  • septiembre 2022
  • agosto 2022
  • junio 2022
  • mayo 2022
  • abril 2022
  • marzo 2022
  • enero 2022
  • diciembre 2021
  • noviembre 2021
  • octubre 2021
  • julio 2021
  • junio 2021
  • mayo 2021
  • abril 2021
  • marzo 2021
  • febrero 2021
  • enero 2021
  • diciembre 2020
  • noviembre 2020
  • octubre 2020
  • septiembre 2020
  • agosto 2020
  • junio 2020
  • mayo 2020
  • abril 2020
  • marzo 2020
  • febrero 2020
  • enero 2020
  • diciembre 2019
  • noviembre 2019
  • octubre 2019
  • septiembre 2019
  • agosto 2019
  • julio 2019
  • junio 2019
  • mayo 2019
  • abril 2019
  • marzo 2019
  • febrero 2019
  • enero 2019
  • diciembre 2018
  • noviembre 2018
  • octubre 2018
  • septiembre 2018
  • julio 2018
  • junio 2018
  • mayo 2018
  • abril 2018
  • marzo 2018
  • febrero 2018
  • enero 2018
  • diciembre 2017
  • noviembre 2017
  • agosto 2017
  • julio 2017
  • junio 2017
  • mayo 2017
  • abril 2017
  • marzo 2017
  • febrero 2017
  • enero 2017
  • noviembre 2016
  • octubre 2016

Categorías

  • 'Gesto'
  • convivencia
  • derechos humanos
  • Guerra sucia
  • justicia
  • Justifica restaurativa
  • libros
  • Memoria
  • memoria, partidos políticos, víctimas inocentes, violencia injusta, víctimas injustas, Día de la Memoria
  • Pacifismo
  • Películas
  • presos
  • Reflexiones
  • Sin categoría
  • Víctimas

Meta

  • Crear cuenta
  • Iniciar sesión

Blog de WordPress.com.

  • Suscribirse Suscrito
    • Gogoan-por una memoria digna
    • Únete a otros 38 suscriptores
    • ¿Ya tienes una cuenta de WordPress.com? Inicia sesión.
    • Gogoan-por una memoria digna
    • Suscribirse Suscrito
    • Regístrate
    • Iniciar sesión
    • Denunciar este contenido
    • Ver el sitio en el Lector
    • Gestionar las suscripciones
    • Contraer esta barra
 

Cargando comentarios...