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Gogoan-por una memoria digna

~ Por una memoria digna como derecho de las víctimas y de la sociedad vasca en general. Una memoria que deslegitime la violencia y que sea pedagógica para prevenir situaciones como las vividas en Euskal Herria los últimos 50 años.

Gogoan-por una memoria digna

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Hasta siempre, Laura

09 lunes Ene 2023

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Ana Rosa Gómez Moral, Bake Hitzak-Palabras de Paz, BVE, Día Internacional de Solidaridad con las Víctimas de la tortura, ETA, Francisco Tomás y Valiente, GAL, Gesto por la Paz, José Amedo, Juan Carlos García Goena, justicia, Laura Martín, Melchor Miralles, Memoria, Parlamento Vasco, solidaridad, terrorismo, Tribunal Supremo, Unidas Podemos, víctimas de la tortura, víctimas del GAL, víctimas del terrorismo, verdad

Ha empezado 2023 y quería comenzarlo recordando a una de las pérdidas más tristes del pasado año. Sí, tenía especial interés en que el primer post de 2023 fuera en memoria de una amiga, compañera por la paz y víctima del terrorismo, Laura Martín.

Confieso que la noticia de la muerte de Laura Martín el pasado 15 de octubre, me llenó de tristeza, de mucha tristeza. No me esperaba su muerte. Hacía tiempo que no había coincidido con ella y la comunicación entre nosotras no era regular, pero… ambas sabíamos lo que habíamos compartido.

Le conocí hace casi 30 años, en el otoño de 1993 concretamente, cuando Ana Rosa Gómez Moral y yo nos fuimos a entrevistarle a Hendaya para la revista de Gesto por la Paz, Bake Hitzak-Palabras de Paz. En aquel tiempo, poco se sabía de su vida y de la tristeza que arrastraba desde que unos desalmados decidieron asesinar a Juan Carlos García Goena, su pareja y padre de sus hijas. ¿Por qué?

De aquella entrevista, Ana escribió unas cartas imaginarias que se publicaron en el número 7 de Bake Hitzak-Palabras de Paz que me gustaría recordar aquí.

Carta imaginaria de Juan Carlos a un amigo de Tolosa

Carta imaginaria de Laura al mismo amigo de Tolosa

Siempre les he contado la verdad aunque a veces es muy difícil explicar a una criatura lo que ningún adulto sería capaz de comprender

Después de aquella entrevista, compartí con Laura Martin otros momentos, algunos de ellos bastante especiales. Recuerdo un día que me llamó y me pidió que le acompañara a una entrevista que iba a tener con José Amedo en un hotel de Bilbao. Aquel encuentro lo había organizado Melchor Miralles y Laura estaba muy nerviosa. Necesitaba un apoyo y me llamó. ¿Cómo no iba a estar nerviosa si se iba a enfrentar a una de las pocas personas que, de haber tenido un poco de piedad y humanidad, le habría explicado lo que Laura llevaba esperando cada día de su vida desde el 24 de julio de 1987: conocer la verdad, saber qué ocurrió, por qué, quiénes…? Nada: Amedo se llevó una vez más la verdad para su casa.

Solo concibo el arrepentimiento si hay un sincero acercamiento al desastre que has originado, al dolor que has generado. Sin embargo, Amedo no tuvo un ápice de compasión con Laura.

Tiempo más tarde, el 30 de marzo de 1996, Laura se sumó al acto de solidaridad hacia las víctimas del GAL que organizó Gesto por la Paz en Bayona. Recuerdo perfectamente que la pancarta solo decía JUSTICIA. Era lo que pedíamos: JUSTICIA para las víctimas del GAL.

Fue indignante cómo nos recibió un grupo de simpatizantes de ETA. Los insultos, los huevazos, el acoso, la carga de violencia en sus gritos, en sus actitudes, etc. ya eran métodos conocidos que practicaban semanalmente contra la gente de Gesto por la Paz que pedíamos la libertad de las personas secuestradas, pero aquella falta de respeto tan enorme que mostraron hacia las víctimas del GAL para las que pedíamos Justicia, y más concretamente, hacia Laura Martín, fue insufrible.

Laura no quiso dejar el nombre de Juan Carlos ni la flor que le correspondía por temor a que, luego, fuera pisoteada por los amigos de ETA.

La siguiente vez que coincidimos fue en 1997, en el acto en el que Gesto por la Paz organizó una protesta ante el Tribunal Supremo en Madrid: pedíamos que se desclasificaran «los papeles del CESID» con objeto de poder conocer la Verdad y que se hiciera Justicia sobre determinados asesinatos, entre otros, el de Juan Carlos.

Por circunstancias de la vida, en aquel acto coincidieron el hijo de un hombre recientemente asesinado por ETA, Tomás y Valiente, y Laura Martín. No sé lo que se dijeron, pero doy fe de que pasaron un largo rato compartiendo todo aquello que les unía: ser víctimas de una injusticia enorme.

La última vez que vi a Laura fue en el Parlamento vasco en 2019, cuando se debatía la propuesta de Unidas Podemos sobre el Día Internacional de Solidaridad con las Víctimas de la Tortura.

Noticias de Gipuzkoa, 2019

Hacía muchos años que no le veía, pero estaba igual. Seguía luciendo aquella sonrisa triste con la que siempre la vi.

Efectivamente, Laura siempre arrastró un punto de tristeza. Tantos años reclamando en todas las ventanillas, de todas las maneras, por todos los medios… la VERDAD y JUSTICIA y recibir tan poco, tiene que ser absolutamente desesperante. Ahí demostró Laura su gran fortaleza. Nunca se rindió. Siempre peleó y peleó por conocer la verdad y que se hiciera justicia por aquel asesinato de 1987 que le partió la vida de una manera absolutamente cruel.

Luchó por conocer la verdad del GAL, luchó contra un Estado traidor a sí mismo que encubrió -cuando no organizó directamente- determinado terrorismo, luchó contra la hipocresía de quienes se solidarizaban con las víctimas del terrorismo, pero solo del terrorismo de ETA, tratándola a ella como si fuera casi una cómplice del terror, y luchó contra quienes utilizaban el terrorismo para tratar de conseguir unos fines políticos. Para todas las víctimas, fueran de ETA, del GAL, del BVE o del propio Estado, Laura tuvo no solo comprensión y sincera solidaridad, sino que no tuvo ningún reparo en movilizarse contra lo que no tenía cabida: la falta de respeto a la vida de cualquier ser humano.

Ver pasar el 2022 sin recordar a Laura y lo que ella nos enseñó a todxs no sería justo. Por eso quiero dejar aquí estas palabras y el firme compromiso de que no abandonaremos el trabajo por la MEMORIA, por la VERDAD y por la JUSTICIA.


Mila esker Laura!
Isabel Urkijo Azkarate

 

 

El deber de memoria

28 jueves Oct 2021

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"Heridos y olvidados", asesinatos, colaboración con la justicia, deslegitimación de la violencia, El Diario Vasco, El Español, ETA, extrema derecha, Gabriele Nissim, GAL, Gesto por la Paz, Javier Marrodán, justicia, María Jiménez, Memoria, memoria histórica, pancartas, paz, silencio, Víctimas, violencia de motivación política, violencia policial, Zofia Kossak

El deber de memoria es un artículo escrito en junio de 2019 por Joseba Eceolaza, destacado político y sindicalista navarro. Es, además, escritor y una persona muy interesada en la memoria histórica y, también, en la memoria del periodo de violencia reciente en Euskal Herria. Por esta razón es miembro de Gogoan, por una memoria digna.


En este tiempo post-ETA el impulso de la memoria histórica, con sus valores y sus enseñanzas, es un buen guión para tratar de cerrar de la mejor manera posible un capítulo negro, otro más, de nuestra historia. Quienes vivimos aquí y ahora tenemos la ocasión de que las consecuencias del trauma de la violencia no se expandan a las siguientes generaciones. Sería imperdonable que volviéramos a cerrar en falso heridas o despreciáramos la memoria de las víctimas.

Y es que en todos los episodios de violencia de motivación política, se trabaja para que nadie se sienta en la tentación de volver a apretar el gatillo. Pero aquí la garantía de no repetición debería estar centrada en trabajar para que los valores que hicieron posible la violencia desaparezcan. En ese marco de preocupaciones la deslegitimación social de la violencia es lo prioritario, por urgente, por determinante.

La memoria es frágil y a veces no aguanta ni una generación. En el futuro quienes no han vivido la crueldad de la violencia, se pueden ver cautivados por la épica de la violencia que no se ha sufrido. Por eso, necesitamos ciertos anticuerpos para que no se extienda el odio, para que no sedimente, para que nadie vuelva a creerse en el derecho a decidir quién vive y quién no.

1993 manifestación Gesto por la Paz. Diario Vasco

Y la gente de Gesto por la Paz, que se enfrentó a la violencia cuando (casi) nadie lo hacía, constituye hoy un patrimonio moral que no podemos desperdiciar. La paz no la hicieron quienes militaron en ETA, de ninguna manera. La paz la hicieron quienes construyeron mentalidades de paz con sus pancartas y sus silencios. Ese, y no otro, es el motivo por el que la deslegitimación social de la violencia se ha extendido.

La paz no la hicieron quienes militaron en ETA, de ninguna manera. La paz la hicieron quienes construyeron mentalidades de paz con sus pancartas y sus silencios.

El deber de memoria, por eso, implica no solo tener presente lo horrible de la muerte violenta, es preciso tener en cuenta a quienes no callaron ante el terrorismo ni cuando les llovían tuercas e insultos.

En el deber de memoria juegan un papel importante los valores universales, aplicables incluso a situaciones que no nos gustan. Por ejemplo, supone una trampa ética enorme pedir que los crímenes ultras de la transición no queden impunes y sin embargo no exigirle a ETA que colabore en el esclarecimiento de los múltiples asesinatos pendientes. Esa desconexión ética es la que tenemos que quebrar, si queremos reconstruir todos los tejidos sociales rotos por años de violencia.

El deber de memoria exige anular la parte del relato que ha hecho que miles de personas le encontraran sentido a la barbaridad que supone el tiro en la nuca. Que ETA naciera en un contexto determinado no justifica su actuar. Matar, y seguir haciéndolo incluso una vez se murió el dictador, fue una decisión autónoma de ETA solo condicionada a su voluntad de imponer un proyecto político a la sociedad, una dinámica que no todos los antifranquistas ejercieron. Como se recoge en el libro “Heridos y olvidados” de María Jiménez y Javier Marrodán sobre las primeras acciones mortales de los años sesenta de ETA, hay que tener en cuenta que “matar a alguien fue una decisión meditada, debatida y acordada de forma mayoritaria”.

También el deber de memoria nos cuestiona en nuestros peros, porque ahí es donde se suele descubrir la inconsistencia ética, porque ese pero nos hace viajar a un túnel oscuro en el que la salida siempre es por la puerta falsa.

El deber de memoria apunta a evitar esa agotadora necesidad de hablar del GAL, o de la violencia policial cada vez que nombramos a ETA, como si una cosa compensara la otra, como si no supiéramos, no pudiéramos o no quisiéramos emitir un mensaje de solidaridad hacia el dolor sin más matiz que la cercanía humana ante quien ha sido agredido.

Rescatar y valorar, entonces, la importancia de Gesto por la Paz como nuestros “justos” locales hará que construyamos un futuro mejor.

Dice Gabriele Nissim sobre el pensamiento de Zofia Kossak en un libro genial que se titula «La bondad insensata» que esta, a pesar de su antisemitismo, llega a pensar que “los que mueren físicamente en Auschwitz, de los cuales incluso sería posible desentenderse, son los judíos, pero con ellos moralmente también mueren los polacos que les niegan ayuda”.

Diario Vasco. Acto de Gesto por la Paz en Zumarraga, 2004

Aquella gente de Gesto por la Paz asumió una responsabilidad personal frente a la intolerancia, porque quisieron elevar un mensaje moral de condena, a pesar de las consecuencias que implicaba hacerlo. Y eso nos conmovió incluso a quienes rozamos la violencia y nos pegamos de bruces contra su silencio.

Trabajemos, entonces, por la ética de una memoria responsable y coherente, las siguientes generaciones nos lo agradecerán, porque solo así romperemos definitivamente y para siempre la infinita cadena del odio, esa sin duda es la mejor garantía de no repetición.

¿Prevaricación o negligencia inexcusable?

13 miércoles Ene 2021

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Arnaldo Otegi, Bateragune, Cadena SER, condena, Derecho Internacional, EITB, Gesto por la Paz, imparcialidad, juicio, justicia, Ley de Enjuiciamiento Criminal, Mihalache contra Rumanía, negligencia, ongi etorri, presos, prevaricación, sentencia, terrorismo, Tribunal europeo de Derechos Humanos, Tribunal Supremo, Xabier Deop Madinabeitia

LA ORDEN DE REPETICIÓN DEL JUICIO BATERAGUNE. ¿PREVARICACIÓN O NEGLIGENCIA INEXCUSABLE?

Tras leer la Sentencia 692/2020 por la que el Tribunal Supremo ordena repetir el juicio contra Arnaldo Otegi y cuatro personas más (por comodidad, me referiré en adelante solo a Otegi), puedo afirmar que el Tribunal Supremo ha dictado una resolución manifiestamente ilegal y dudo mucho que por ignorancia. Intentaré explicarlo para los que no son juristas.

Bateragune. Foto EITB

Bateragune. Foto EITB

En 2008, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) dijo en el caso Otegi Mondragón y otros contra España que los demandantes no tuvieron un juicio justo porque la juez que presidió el tribunal que los condenó en primera instancia carecía de imparcialidad, lo cual violaba el artículo 6 del Convenio Europeo de Derechos Humanos (CEDH), que menciona el derecho a un proceso equitativo.

El artículo 46 del Convenio Europeo de Derechos Humanos dice que los Estados deben acatar las sentencias del Tribunal Europeo de Derechos Humanos, cosa que el Tribunal Supremo no ha hecho

El artículo 46 del CEDH dice que los Estados deben acatar las sentencias del TEDH, cosa que el Tribunal Supremo no ha hecho. Quizás haya que disculpar que no hayan tenido esto en cuenta, porque en las oposiciones para la judicatura hay pocos temas de Derecho Internacional.

Como decía, el Tribunal Supremo debe acatar la sentencia del TEDH. ¿Y qué dice esa sentencia? Vamos a verlo: “este Tribunal mantiene que la forma más apropiada de reparación sería, en principio, celebrar un nuevo juicio o reabrir el caso, a solicitud de la persona interesada”. El Tribunal Supremo ha dicho, con razón, que esta sentencia no obliga a indemnizar a Otegi, sino que apunta a la repetición del juicio. Cierto, pero la sentencia que deben acatar, dice claramente que a solicitud de la persona interesada, que no es otra que Otegi y el resto de los condenados.

Tribunal Supremo-SER

También dice el Tribunal Supremo que, al ser nulo el juicio en el que un tribunal parcial juzgó a Otegi, “que las acusaciones no han decaído, y quienes las sostienen tienen derecho a una resolución motivada respecto de sus pretensiones debidamente formuladas”. Eso, sencillamente es MENTIRA y podría ser constitutivo de un delito de prevaricación (dictar una resolución injusta a sabiendas).

El artículo 954.3 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal permite revisar una sentencia judicial firme cuando el TEDH declare que la sentencia ha sido dictada en violación de algún derecho reconocido en el CEDH, que es lo que ha ocurrido en este caso. Pero, pequeño detalle, este artículo dice lo siguiente: “la revisión SÓLO PODRA SER SOLICITADA por quien, estando legitimado para interponer este recurso [el penado y la Fiscalía del Tribunal Supremo], HUBIERA SIDO DEMANDANTE ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos”.

la revisión sólo podrá ser solicitada por quien, estando legitimado para interponer este recurso [el penado y la Fiscalía del Tribunal Supremo], hubiera sido demandante ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos.

En este caso, el único demandante ante el TEDH fue Otegi, no la fiscalía ni las acusaciones. Formalmente, fue Otegi el que solicitó la revisión, pero, al hacer lo contrario a lo que pidió, el Tribunal Supremo lanza el mensaje de que, si alguien ejerce su derecho a solicitar que se revise una sentencia, corre el riesgo de quedar en la misma situación o incluso peor, lo cual es contrario al derecho a la tutela judicial efectiva e, insisto, contrario a la sentencia del TEDH, que dice claramente que son los perjudicados los que tienen derecho a decidir si se ha de repetir o no el juicio.

Aunque esto es suficiente para calificar la sentencia del Tribunal Supremo de ILEGAL y, acaso, de prevaricación, hay todavía más, porque esa sentencia es contraria al derecho a no ser juzgado o condenado dos veces por un mismo hecho.

Sorprendentemente, el Tribunal Supremo cita entre comillas un extracto de una sentencia del TEDH para hacer lo contrario de lo que dice esa sentencia. En concreto, citando el caso Mihalache contra Rumanía, dice que a causa de un vicio fundamental es posible reabrir un juicio “en perjuicio del imputado cuando éste haya sido absuelto de un delito o sancionado por un delito menos grave que el previsto en la ley aplicable”. Otegi no fue absuelto por el tribunal parcial y tampoco fue condenado por un delito menos grave que el previsto en la ley. Si hubiera sido así, el Tribunal Supremo no le habría rebajado la condena.

el Tribunal Supremo ha violado el Derecho Internacional y el Derecho Español. La única duda es si lo ha hecho por ignorancia o prevaricando.

En definitiva, el Tribunal Supremo ha violado el Derecho Internacional y el Derecho Español. La única duda es si lo ha hecho por ignorancia o prevaricando.

Para finalizar, si Otegi o alguno de los condenados lee este artículo y le gusta, le pido que no me dé las gracias. El autor ha sido muchos años activista contra el terrorismo, siente náuseas ante los ongi etorri a los presos condenados por terrorismo y se indigna cuando se niega a condenar el terrorismo y a reconocer que nunca debió haber ocurrido.

Si Otegi o alguno de los condenados lee este artículo y le gusta, le pido que no me dé las gracias. Durante muchos años he sido activista contra el terrorismo,

 

Xabier Deop Madinabeitia, Doctor en Derecho, profesor de Derecho Internacional, ex-militante de Gesto por la Paz.

Una lección de dignidad y de autoridad moral

17 miércoles Abr 2019

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Manifiesto «Reconocimiento a las víctimas de abusos policiales»

Las personas que suscribimos este documento, plurales en lo político pero todas ellas víctimas o familiares de víctimas del terrorismo asesinadas por ETA o grupos afines, queremos manifestar a la opinión pública que consideramos un error político y humano grave no querer reconocer a las víctimas de abusos policiales y de grupos de extrema derecha.

Este reconocimiento que reclamamos no supone caer en un interesado totum revolutum, ni referirnos de manera genérica a las “víctimas del conflicto político que sufre nuestro pueblo”. Tenemos muy claro que esa lectura interesada solo conviene a quienes más responsabilidad tienen en todo el sufrimiento que hemos vivido, a los que persiguen la impunidad judicial o histórica.

Para nosotras, reconocer a las víctimas de abusos policiales y grupos de extrema derecha no significa blanquear, equiparar, ni legitimar nada con relación a nuestros atentados o al asesinato de nuestros familiares. Solo implica reconocer que esas víctimas también tienen derecho a la verdad, la justicia, la reparación y la memoria. Y con su reconocimiento no vemos mancillado ni el honor ni la memoria de nuestros familiares asesinados por los terroristas de ETA o grupos afines.

Constatamos que desde distintos sectores sociales y políticos se trata de minimizar -cuando no de invisibilizar- a las víctimas de abusos policiales o de grupos de extrema derecha, argumentando que sus muertes se debieron a fallos o atropellos dentro de la obligada respuesta de la sociedad a la agresión recibida. Somos conscientes de que nuestros procesos de victimación fueron radicalmente distintos a los de estas personas, que nuestros atentados o el asesinato de nuestros familiares fueron una deliberada estrategia de aniquilamiento del diferente con el apoyo de una parte muy importante de nuestra sociedad, pero no podemos admitir que en el caso de las víctimas de abusos policiales y de grupos de extrema derecha se menosprecien actos irreversibles contra la vida y la dignidad humana. Creemos que admitir ese menosprecio daña la legitimidad del estado democrático de derecho y el tejido moral de nuestra sociedad.

Por eso, afirmamos que el reconocimiento de los derechos de estas víctimas debería ser un sentimiento pre-político, por encima de siglas, banderas u opciones políticas concretas.


Víctimas y familiares de victimas que han firmado el manifiesto:

Mari Jose Agirre Larraona, Carlota Arguimberri Zuloaga, Jaime Arrese Araolaza, Nerea Barrios Cuevas, Sara Buesa Rodríguez, Esther Cabezudo Martínez, Guillermina Cabré Baldellou, Marc Cabré Baldellou, Marta Cabré Baldellou, Rosa María Cabré Baldellou, Sandra Carrasco Romero, Bárbara Dührkop, Josu Elespe Pelaz, Patxi Elola Azpeitia, Jesús Fructuoso Gómez, Iñaki García Arrizabalaga, Fernando Garrido Velasco, José Miguel Gómez Elósegui, Nagore González Berrio, Mari Carmen Hernández Sánchez, María Jauregi Lasa, Andoitz Korta Zearreta, Ibai Korta Zearreta, Gorka Landaburu Illarramendi, Maixabel Lasa Iturrioz, Rosa Lluch Bramon, Robert Manrique Ripoll, Belén Mentxaka Lejona, Dori Monasterio Burgos, Alberto Muñagorri Berdasco, Ainara Olaciregui Villarta, Ainhoa Pedrosa Hernández, Gabriel Portell Torres, Arantza Puelles García, Iván Ramos Torrano, Rosa Rodero Palacios, Carmen Torres Ripa, Abel Uceda Vázquez, Jordi Valls Olivé, Luis Mari Vega Castresana, Silvia Vidal Pinar, Naiara Zamarreño Fernández, Pilar Zubiarrain Lasa.


Prensa

Diario Vasco, 16 de abril de 2019

Diario Vasco, 16 de abril de 2019

Diario de Noticias, 17 de abril de 2019

Noticias de Navarra – La Vanguardia – EITB – Naiz

 

 

30 de enero

12 martes Feb 2019

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Bilbao, derechos humanos, fanatismo, Gandhi, Gesto por la Paz, globada por la paz, intolerancia, Itaka, justicia, manifestaciones, manifestaciones de enero, Memoria, paz, terrorismo, víctimas del terrorismo, Ya es hora de vivir en paz

El 30 de enero, para muchas personas en Euskadi, no es un día más del calendario, sino que es una fecha muy señalada. Durante muchos años, cada 30 de enero, miles de pacifistas llenaban las calles de Bilbao. Por la mañana con las Globadas por la Paz que

Globada-ITAKA

Globada ITAKA

organizaba y organiza el colectivo Itaka y, por la tarde, recorriendo en silencio la Gran Vía de Bilbao reclamando, año tras año, la paz para esta tierra tras las pancartas de Gesto por la Paz.

Esto decía el comunicado final de la manifestación de 1992:

 

Llevamos ya demasiado tiempo sufriendo la violencia y sus consecuencias. Sin duda, la más dolorosa de éstas ha sido la pérdida irreparable de casi 900 vidas humanas. A esto hay que sumar un enorme número de heridos, los daños a la convivencia entre los ciudadanos, las pérdidas económicas,… Por otra parte, muchas personas que se han valido de métodos terroristas para sus fines políticos se encuentran encarceladas, con lo que ello supone para sus familias.
Pero hoy la mayoría del pueblo vasco se posiciona claramente en favor de la Paz y en contra de la violencia. Y lo manifiesta públicamente en cada convocatoria electoral, así como a través de todo tipo de iniciativas cívicas por la paz, la justicia y los derechos humanos.

19920202 manifestación Gesto por la Paz

2 de febrero de 1992

A pesar de los años transcurridos, el mensaje no perdió actualidad durante muchísimos años, como tantos y tantos de los creados por Gesto por la Paz que siguen teniendo la vigencia que le otorga haber sido creados sin mezquindad, con la mirada del largo plazo, del bien común, de los principios fundamentales…

Desde que Gesto por la Paz desapareció, algunos de sus militantes se siguen reuniendo en torno al 30 de enero en Bilbao. De manera privada, recorren algunos lugares donde fueron asesinadas vecinas y vecinos de Bilbao; les recuerdan, denuncian la injusticia de su asesinato y, cada año, se siguen sorprendiendo de ocurrido en todos aquellos años de tantísima violencia.

Este año fueron al barrio de Rekalde y este es el video que hicieron de su recorrido:

 

Como se sabe, ETA dejó de matar en octubre de 2011 y, como se puede ver, los restos del fanatismo y de la intolerancia, aun campan a sus anchas en muchos rincones de Euskal Herria. Queda mucho camino aún por recorrer.

Memorias del terrorismo en España

26 miércoles Sep 2018

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Este es el nuevo libro que ha presentado Raúl López Romo con el prólogo de Florencio Domínguez, historiador y director del Centro Memorial de Víctimas del terrorismo, respectivamente.

Son 65 relatos cortos escritos por familiares de «víctimas, por profesionales de diversos campos y por activistas«. Diferentes miradas que, como dice Stefan Zweig, ayudan a reconstruir la «atmósfera espiritual» de una  época. «Esta no se encuentra sedimentada en los acontecimientos oficiales, sino más bien en pequeños episodios personales«.

Como no puede ser de otra manera, los relatos son muy diversos y plurales y van desde el minucioso estudio del catedrático de Historia Comtemporánea de la UPV-EHU, Antonio Rivera, sobre los Comándos Autónomos Anticapitalistas hasta el sencillo relato del asesor de la Secretaria General de Derechos Humanos, Convivencia y Cooperación, Enrique Ullibarriarana. Por esta razón, hemos seleccionado frases de algunos de estos relatos.

Joseba Arregui en relación al Pacto de Lizarra:

Implicaba asumir que para conseguir la paz era preciso conceder a ETA la realización de su proyecto nacionalista radical bajo la argucia de que era mayoritario en la sociedad vasca

El de Cristina Cuesta, hija de Enrique Cuesta asesinado por los Comándos Autónomos Anticapitalistas en 1982, es uno de los relatos más recomendables. Narra cómo fueron los primeros pasos de la Asociación por la Paz de Euskal Herria en 1986, cuando se concentraron por primera vez por el asesinato de Manuel Fuentes Pedreira tras la pancarta «Basta ya. Nuestro pueblo quiere paz«.

Nos comprometimos a convocar concentraciones silenciosas tras el asesinato o la muerte violenta de un ser humano, independientemente del grupo terrorista que actuara, la profesión de la víctima, su ideología, su procedencia o cualquier otra circunstancia. Nos centrábamos en la irreparable pérdida humana.

Nació una nueva manera de mirar y de actuar ante la realidad de sufrimiento y de miedo que nos rodeaba, en la que las víctimas se hacían presentes y tímidamente empezaban a alzar la voz, incluso en silencio.

Roberto Manrique, víctima del atentado de Hipercor (ETA, 1987), dice esto sobre la actuación de la Justicia, según el juicio por su atentado:

Del enorme número de personas con seres queridos asesinados o de la extensa relación de heridos solo iban a aportar su testimonio dos: una herida grave que, al ser extranjera y no dominar el idioma excusó su asistencia, y uno de los heridos más leves del atentado. Cuando pregunté la razón para esa pantomina, me explicaron que habia sido una elección por sorteo. ¿Sorteo? ¿La justicia escuchaba la voz, el dolor y la experiencia de las víctimas a través de un sorteo? ¿solo iban a escuchar a dos?. Salí del juicio con la impresión de que la víctima era quien menos importaba a la justicia, que éramos la inoportunidad personificada.

Consuelo Ordoñez, hermana de Gregorio Ordóñez asesinato por ETA en 1995, dice esto:

Al final, no fue ETA quien de forma directa me explusó del País Vasco, sino mis propios conciudadanos que colocaron su miedo al ostracismo social un peldaño por encima de su dignidad.

Y también sobre la actitud de los vecinos y vecinos habla Mari Carmen Hernández, viuda de Jesús Mari Pedrosa asesinado por ETA n el 2000:

Sientes el vacío de la gente que, por miedo o porque no le afectaba de cerca, pasaba de ello. Vecinos, personas que te dejan de hablar, de saludar. Gente que has conocido de toda la vida y se manifestaba debajo de casa. ¡Es muy triste!

Santos Santamaría es el padre de Santos Santamaría Avendaño, mosso d’escuadra asesinado por ETA en 2001, dice:

No necesitamos homenajes porque sabemos que solo hemos sido el instrumento del terrorista para crear terror a la sociedad. Simples instrumentos. La única víctima real ha sido y es la sociedad. Pero la sociedad es cómoda, hasta el punto de acceder a cualquier arreglo cobarde solo por aquello de ‘para que a mí no me toque’.

Joxan Rekondo, ex alcalde de Hernani y víctima de la violencia de persecución durante muchos años, escribe:

Me atrevo a decir que difícilmente podrá regenerarse la convivencia entre vascos sin sanar los daños que la intimidación y el terror han provocado durante todo este tiempo en todas las dimensiones de la vida social.

Zarautz, 2000 Gesto por la Paz

Gloria Vázquez, concejala del Ayuntamiento de Zarautz y también víctima de la violencia de persecución, nos cuenta:

Algunos amigos me reprocharon que hubiera asumido un cargo público que implicara escolta teniendo hijos. Como si yo estuviera poniendo en riesgo a mis hijos. Era una de las perversidades del terrorismo y de sus seguidores, que pretendían traspasar la responsabilidad de lo que pudiera ocurrir a los propios amenazados. Y lo conseguían

Gorka Angulo, periodista del Centro Memorial de las Víctimas del terrorismo, finaliza su relato de esta manera:

Cuando una sociedad, una generación, ha tenido el terrorismo en la puerta de la casa y esto solo ha concienciado y movilizado a una ínfima parte de sus integrantes, solo se puede pensar que el miedo y la cobarcia moral han hecho más daño que los propios terroristas. Si siendo más jóvenes fallaron la ética y la moral, que siendo más mayores no falle la memoria

A este relato le sigue el de Iñaki Arana, hijo de Liborio Arana asesinado por los GAE (Grupos Armados Españoles) en 1980. Iñaki describe la sencillez de su padre, el lechero de Alonsotegi, el tremendo golpe que causó en la familia el asesinato del padre y el maltrato que sufrieron por parte de la policía que no mostró ningún interés por investigar el caso. Motivado por querer conocer la verdad, Iñaki se hizo ertzaina, pero esto también trajo consecuencias: la madre recibió cartas amenazadoras que decían:

Los otros han matado a tu marido, pero nosotros te vamos a matar a los hijos por ser ertzainas

1991. Concentración de Gesto por la Paz ante la Audiencia Nacional. Javier Madrazo, Pedro MIguel Urzainki, Ignacio Urrutia, José Luis Navarro y Txema Urkijo

Finalmente, conviene destacar el relato de Txema Urkijo quien fue primero Director de Derechos Humanos en el Gobierno Vasco y, posteriormente con tres lehendakaris diferentes, trabajó en la Dirección de Atención a Víctimas con Maixabel Lasa. En su relato se puede hacer un perfecto seguimiento de los pasos que fue dando en Gobierno Vasco en relación a las víctimas; primero con las víctimas de ETA y, posteriormente, con las víctimas de otros grupos terroristas como GAL, BVE, etc. Os invitamos a leer con atención su relato completo: «Breve memoria de un esfuerzo institucional»

Como es normal, quedan muchas más cosas en el tintero por lo que recomendamos la lectura de este libro.

Vida, memoria y futuro

08 miércoles Nov 2017

Posted by gogoanmemoria in Memoria, Víctimas

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Antonio Moreno, Arantxa Asla, Arantza Asla, banda terrorista, ETA, Fabio Moreno, futuro, Iñigo Lidón, izquierda abertzale, Jordi Lidón, José María Lidón, justicia, Marisa Galarraga, negociación, reconocimiento, víctimas del terrorismo

La vida, implacable, continúa hacia delante. Impúdica e irremediable, tira del carro con fuerza sin mirar atrás, sin contar con quienes se quedaron prematuramente en el borde Lidon familiadel camino. Dentro del carro seguimos casi todos, incluso aquellos que un tiempo atrás se dedicaron a defenestrar con su pólvora y sus pretextos a muchos de nosotros. Dicen que lo importante es el futuro, que dejemos en paz la historia y sus despojos. Pero yo no puedo porque me despojaron del bueno de José Mari y nos dejaron heridos, muy heridos, especialmente a Marisa, Iñigo y Jordi. Nos despojaron de Fabio, una criatura de dos años, y sus padresFM prensa Arantxa y Antonio quedaron absolutamente desolados. Todo eso fue un día como hoy, 7 de noviembre. Recuerdo las declaraciones de esos que hoy día, montados en el mismo carro,  nos conminan a no regodearnos en el pasado, como si nos gustara remover aquel horror: «No permitiremos que se utilice ese dolor para la realización de denuncias hipócritas por parte de quienes tienen la responsabilidad de estar prolongando el sufrimiento de este pueblo». Y a continuación reclamaban  la negociación con ETA. Todo esto sucedió hace unos pocos años. La historia -los hechos y su relato objetivo- nos ayuda a reforzar la memoria, esa experiencia vital que habita en cada persona. Esa memoria nos lleva necesariamente al reconocimiento de la injusticia padecida por todas las víctimas, pero este reconocimiento debe ser otorgado por unanimidad social. Todas y todos sin excepción.

Fabio Moreno
Lidon1

Sin embargo, faltan voces que se alcen en contra de la violencia y terror ejercido por ETA. Mientras no tengan la suficiente valentía de reconocer el error de haber apoyado a la banda terrorista y de haber justificado aquellos crímenes, el futuro ideal seguirá lejos, esperando una revisión y reparación. El futuro sólo nos permitirá acercarnos si tenemos el  pasado razonablemente resuelto. Yo creo que no hay proyecto de país medianamente digerible si a él nos quieren llevar líderes ensangrentados y olvidadizos de su pasado. Hoy, como otros tantos y tantos del calendario, es un día para el recuerdo, el reconocimiento y el abrazo cercano a quienes más sufrieron injustamente. Vaya, pues, un cariñoso abrazo para Marisa y sus ya cuatro hijos, así como para Antonio, Arantxa, Alex y Marco. No os olvidamos

Fabián Laespada

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