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Gogoan-por una memoria digna

~ Por una memoria digna como derecho de las víctimas y de la sociedad vasca en general. Una memoria que deslegitime la violencia y que sea pedagógica para prevenir situaciones como las vividas en Euskal Herria los últimos 50 años.

Gogoan-por una memoria digna

Archivos mensuales: noviembre 2020

Nuestras raices también están en esta sociedad

15 domingo Nov 2020

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asesinatos, conflicto político, Coordinadora Gesto por la Paz de Euskal Herria, ETA, Franco, Movimiento de Liberación Nacional Vasco, secuestros, Víctimas

“Zer eskatzen du herriak? / Askatasuna! / Zer eskatzen du herriak? / Presoak kalera! / Zer eskatzen du herriak? / Txakurrak barrura! / Zer eskatzen du herriak? / Gora Euskadi askatuta!

Gora Euskadi sozialista, gora… gora Euskadi askatuta!”

(“¿Qué pide el pueblo? / ¡Libertad! / ¿Qué pide el pueblo? / ¡Qué los presos salgan a la calle! / ¿Qué pide el pueblo? / ¡Que los perros (policía) entren en la cárcel! / ¿Qué pide el pueblo? / ¡Una Euskadi libre!

¡Viva una Euskadi socialista, viva… viva una Euskadi libre!”)

En la década de los 70, en nuestra niñez, solíamos cantar esta canción y otras parecidas. El estado español salía a duras penas de una dictadura que duraba 40 años y poco a poco llegó la democracia, con toda su grandeza, y una transición en la que para algunos las cosas se dejaron demasiado atadas, haciendo imposible que se pudieran materializar los anhelos de los defensores de determinadas opciones políticas, y para otros en cambio, el nuevo marco era suficiente y daba la oportunidad de desarrollar cualquier idea. Lo que es innegable es que con la democracia se recuperaron la libertad y los derechos, y como ocurría en los países avanzados la soberanía volvía al pueblo y se establecía el juego de las mayorías.

Y para cuando los aires de libertad empezaron a entrar por nuestras puertas y ventanas un elemento intruso ya se había colado por las rendijas: la banda terrorista ETA.

Y para cuando los aires de libertad empezaron a entrar por nuestras puertas y ventanas un elemento intruso ya se había colado por las rendijas: la banda terrorista ETA. No está de más recordar que el brazo político de ETA no ha obtenido nunca, ni de lejos, una mayoría suficiente para gobernar, pero se ha valido de las pistolas y las bombas de su “hermano mayor” ETA para incidir en nuestra sociedad de manera absolutamente desproporcionada y para autoproclamarse en la voz del pueblo en innumerables ocasiones: sin la legitimidad que en democracia da el respaldo de las mayorías, y por medio de la violencia, que no tiene legitimidad alguna. Justo cuando estábamos emancipándonos del autoritarismo de “papá” Franco, llegó el “hermano mayor” ETA, vestido con un colorido disfraz de libertad, despreciando la voluntad y la soberanía de los que vivíamos en casa y pretendiendo imponerse por la fuerza.

No tenían el respaldo de la sociedad vasca y navarra, pero gracias al comodín de la violencia y a una potente maquinaria de hacer propaganda –sectaria y engañosa- lograron influir en la política, en la cultura y en los movimientos sociales con el ánimo de manejarlos a su antojo, y consiguieron que las proclamas que se recogen en la canción que citamos al inicio de este texto fueran las únicas que se expresaran en la sociedad, como si la sociedad entera estuviera detrás de ese todo compacto que proclamaban. Se autodenominaron Movimiento de Liberación Nacional Vasco y se apropiaron de la calle.

No tenían el respaldo de la sociedad vasca y navarra, pero gracias al comodín de la violencia y a una potente maquinaria de hacer propaganda –sectaria y engañosa- lograron influir en la política, en la cultura y en los movimientos sociales con el ánimo de manejarlos a su antojo

La niebla de su propaganda distorsionaba la realidad, y además ya se encargaban ellos de mezclarlo todo: el conflicto político con el uso de la violencia y con la reivindicación de los derechos de los suyos –defendiendo a su vez la conculcación de los derechos de los otros-. En relación al conflicto político huelga decir que en democracia las diferencias se encauzan a través del debate y de los acuerdos. Y qué bien que exista el conflicto político, porque durante 40 años no lo hubo, ya que unos iluminados que estaban por encima de la voluntad de la ciudadanía así lo decidieron, pues ya sabían ellos que lo mejor para el pueblo era su ideología totalitaria y su régimen fascista, y cuando parecía que la ciudadanía recuperaba la mayoría de edad, llegaron los otros iluminados, y emponzoñaron la política, los movimientos sociales y culturales, y lo pervirtieron todo.

Y a pesar de que hacían una defensa sectaria de los derechos de las personas que les eran afines, por desgracia está probado que tal y como denunciaban, hubo torturas y conculcación de derechos, y que el terrorismo de estado hizo de las suyas, con todo lo que eso supuso: el inmenso e injusto sufrimiento que se infligía a esas víctimas –llegando en algunos casos a ocasionarles la muerte- y el daño que se le hacía al estado de derecho.

Pero existía otra cruda realidad que nunca se denunciaba en las movilizaciones callejeras, una realidad de la que casi nadie hablaba: la de los asesinatos de ETA, los secuestros, las extorsiones, las amenazas… ¿Y por qué se silenciaba de todo esto? ¿Quizás porque era ETA la autora de estos crímenes? ¿Quizás porque ETA y su brazo político manipulaban los hilos de las reivindicaciones callejeras? ¿Quizás porque habían inoculado el virus del miedo? ¿O porque toda la propaganda que maquinaron estaba haciendo su efecto en la sociedad?

Hay que reconocer que lo que ofrecía este autodenominado movimiento de liberación era muy atractivo, sobre todo para la juventud: nos vendían que ofrecían la forma más auténtica de ser jóvenes, y a su vez necesitaban a los jóvenes para nutrir su militancia. Pero no se trataba de una militancia cualquiera, el uso de la violencia o su legitimación era algo que se aceptaba con normalidad, con lo cual los valores éticos se dejaban de lado. Y no faltaron en los pueblos y en los barrios elementos que se dedicaron a captar a chicos y chicas para a lavarles el cerebro: muchos se radicalizaron, otros llegaron a participar en algaradas callejeras e incluso en la “kale borroka” y algunos acabaron en ETA. Qué poco se ha hablado de estos procesos de radicalización, qué poco se mencionan los efectos tan nocivos que ha tenido la violencia en la juventud vasca. Cuánta gente joven se echó a perder. Todo esto merecería una reflexión profunda, pero no parece que esto esté entre las prioridades de muchos.

Y no faltaron en los pueblos y en los barrios elementos que se dedicaron a captar a chicos y chicas para a lavarles el cerebro: muchos se radicalizaron, otros llegaron a participar en algaradas callejeras e incluso en la “kale borroka” y algunos acabaron en ETA

Nosotros también crecimos rodeados de esa niebla, pero por suerte nuestras familias y nuestro entorno nos tenían agarradas de la mano para que no nos perdiéramos en la bruma, y los mensajes que nos emitían en contra de la violencia eran claros. De cualquier manera no era difícil enredarse, ya que como es natural todos aspirábamos a ser más “progres” que nuestros padres y madres, y era bastante habitual sucumbir y acabar sintiendo simpatía por ese movimiento “liberador”.

Y entonces apareció en escena la Coordinadora Gesto por la Paz de Euskal Herria, que con sus movilizaciones propició en ciertos sectores de la sociedad una reflexión en torno a esa violencia que nos atenazaba casi sin darnos cuenta, y nos pusieron frente a esa realidad que aunque estaba delante de nuestros ojos nos resistíamos a mirar: ETA asesinaba casi todas las semanas y varios días por semana . Pero esos muertos no contaban; se les quitaba la vida, todo lo que tenían, pero eso se pasaba por alto y además a las víctimas se le asignaba una infame presunción de culpabilidad: seguro que ETA tenía alguna razón para actuar.

Por lo tanto la lucecita que iluminó nuestros inicios en el camino de la paz fue un principio ético, el fundamental: “no matarás”. Y lo pusimos por encima de nuestros miedos y de nuestras dudas, porque en esos principios está la salvaguardia del bien común y de la convivencia. Y nos pusimos en marcha, y comenzamos a ir a las concentraciones de Gesto por la Paz, que nos ofreció un pequeño mapa para el camino, y aunque el recorrido que nos proponía no era nada fácil, nos atrevimos y nos lanzamos a la calle. Y a lo largo de los años fuimos desarrollando principios como el derecho a la vida, el respeto a las personas, la paz, la justicia, la libertad, la solidaridad, etc. y los aplicamos a nuestra realidad, intentando transformar la sociedad con nuestras acciones.

aunque el recorrido que nos proponía Gesto por la Paz no era nada fácil, nos atrevimos y nos lanzamos a la calle. Y a lo largo de los años fuimos desarrollando principios como el derecho a la vida, el respeto a las personas, la paz, la justicia, la libertad, la solidaridad, etc.

En los inicios nos movió una responsabilidad cívica, acudíamos a las concentraciones de Gesto pero la mayoría de las veces no sentíamos a las víctimas como algo afín. Pero llegó la víctima cercana, y con ella empezamos a sentirnos cerca de las otras. Más tarde empezamos a disgustarnos por los asesinatos, por los secuestros, y comenzamos a empatizar con las víctimas y sus familiares, y según pasaba el tiempo el sentimiento de indignación ante los atentados era total, así como el convencimiento de que todo aquello era una tremenda injusticia. Y a lo racional se le unió lo emocional y nos fuimos haciendo fuertes y cada vez estábamos más convencidas de que lo que hacíamos era lo correcto.

Lo que he relatado en los últimos párrafos es una experiencia personal mía y de muchos compañeros y compañeras de camino, y lo comparto porque es posible que pueda servirle de ayuda a alguien. Creo que es imprescindible analizar todo lo sucedido a la luz de los principios éticos, revisar lo que hemos hecho y lo que hemos dejado de hacer. Nunca es tarde y se lo debemos a esta sociedad, sobre todo a las generaciones futuras, porque si no revisamos lo acontecido, si no corregimos nuestros errores, si hacemos como si nada de esto hubiera pasado es posible que la historia se repita y, sinceramente ¿Queremos que nuestro futuro sea un reflejo de nuestro pasado? Si la respuesta es no, algo tendremos que hacer. Y hay personas que por sus actos y por la responsabilidad que han tenido en los tristes hechos acontecidos en las últimas décadas deben hacer una profunda autocrítica; éste sería el mejor legado que podrían dejar. Esto no se arregla con un “todo el mundo tiene su parte de responsabilidad” y “todo el mundo ha cometido errores”, porque esa es la fórmula perfecta para que nada cambie, porque si no hay autocrítica y cada uno no asume su responsabilidad, todo vale y no hay nada que mejorar.

si no revisamos lo acontecido, si no corregimos nuestros errores, si hacemos como si nada de esto hubiera pasado es posible que la historia se repita y, sinceramente ¿Queremos que nuestro futuro sea un reflejo de nuestro pasado?

En resumidas cuentas, todos y todas hemos salido perdiendo con la violencia y la pérdida de valores, sobre todo las víctimas, que fueron las que sufrieron el ataque directo de la violencia, pero nuestra sociedad también se ha quedado muy tocada ya que la violencia ha dejado una huella muy oscura y profunda.

Acabo este escrito citando las clarividentes palabras que pronunció Maixabel Lasa en el acto de homenaje a su marido en el 20 aniversario de su asesinato a manos de ETA: “no se le puede pasar este marrón a la siguiente generación para decir que lo que sucedió no pudo haber sucedido. Simplemente eso».

todos y todas hemos salido perdiendo con la violencia y la pérdida de valores, sobre todo las víctimas, que fueron las que sufrieron el ataque directo de la violencia, pero nuestra sociedad también se ha quedado muy tocada ya que la violencia ha dejado una huella muy oscura y profunda.

 


Maite Leanizbarrutia Biritxinaga

Miembro de la desaparecida Coordinadora Gesto por la Paz de Euskal Herria y de “GOGOAN-Por una Memoria digna”.

Gu ere gizarte honetan sortu ginen

15 domingo Nov 2020

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Bakearen Aldeko Koordinakundea, biktimak, ETA, Franco, gatazka politikoa, Gesto por la Paz, Maixabel Lasa, talde terrorista, torturak eta tratu txarrak

“Zer eskatzen du herriak? / Askatasuna! / Zer eskatzen du herriak? / Presoak kalera! / Zer eskatzen du herriak? / Txakurrak barrura! / Zer eskatzen du herriak? / Gora Euskadi askatuta!

Gora Euskadi sozialista, gora… gora Euskadi askatuta!”

Horrelakoak eta antzerakoak sarri entzuten eta abesten genituen gure ume denboran. 70. hamarkada zen eta 40 urteko diktaduratik ateratzen ari zen estatu espainiarra. Apurka-apurka demokrazia iritsi zen, bere handitasun guztiarekin. Batzuen iritziz trantsizioan gauzak lotuegi utzi ziren, zenbait aukera politikoren alde zeudenen asmoak betetzea ezinezkoa bilakatuz, beste batzuentzat aldiz, marko eta gobernamendu berriak ideia guztiak garatzeko abagunea eskaintzen zuen. Dena den ukaezina da demokraziarekin askatasuna eta eskubideak berreskuratu zirela, eta herrialde aurreratuetan gertatzen zen bezala subiranotasuna herrira bueltatuko zen eta erabakiak gehiengoaren babesarekin hartuko ziren.

Eta askatasun haizea gure ate eta leihoetatik sartzen hasi zenerako, bitxo txar bat sartu zitzaigun zirrikituetatik zehar ia konturatu barik: ETA talde terrorista. Ezin dugu ahaztu ETAren adar politikoak ez duela inoiz, ezta hurrik eman ere, gobernatzeko gehiengorik lortu, baina ETAren pistola eta bonben laguntzarekin neurriz kanpoko eragina lortzen ahalegindu zen gure gizartean, askotan herriaren ahotsa izango balira bezala agertuz: demokrazian hiritarren babesak ematen duen derrigorrezko zilegitasunik izan gabe, eta inongo zilegitasunik ez duen indarkeriaz baliatuz. “Aita” Francoren agintekeriatik emantzipatzen hasiak ginenean, ETA “anai nagusiak” sartu zuen muturra, askatasun mozorro koloretsuarekin jantzita, etxean bizi ginenon borondatea eta burujabetza gutxietsiz bere nahia bortxaz ezartzeko.

Ez zuten Euskadiko eta Nafarroako gizartearen babesik, baina indarkeriaren laguntzatxoari esker eta propaganda sektario eta gezurrezkoa jaurtitzen zuen makineria indartsu bat martxan jarri ondoren, politikan, kulturan eta gizarte mugimenduetan bilatzen zuten eragina izatea lortu zuten, hauek euren nahierara maneiatuz, eta kalean idatzi honen hasieran aipatzen dugun kantuan jasotzen ziren aldarrikapenak baino ez ziren adierazten, gizarte oso bat balego bezela aldarrikapen multzo trinko horren atzean. Euskal Nazio Askapenerako Mugimendua deitu zioten beren buruari eta kaleaz jabetu ziren.

indarkeriaren laguntzatxoari esker eta propaganda sektario eta gezurrezkoa jaurtitzen zuen makineria indartsu bat martxan jarri ondoren, politikan, kulturan eta gizarte mugimenduetan bilatzen zuten eragina izatea lortu zuten

Euren propagandaren behelainoak errealitatea distortsionatzen zuen, eta eginahalak eta bi egiten zituzten gauzak ondo nahasteko: gatazka politikoa indarkeriaren erabilerarekin, eta beraien hurbilekoen giza eskubideak aldarrikatzen zituzten beste askoren eskubideen urraketa bultzatu eta babesten zuten bitartean. Gatazka politikoari dagokionez esan beharrik ez dago demokrazian ezadostasunak eztabaida eta akordioen bidez bideratzen direla. Eta zer osasuntsua den gatazka politikoa! 40 urtetan zehar bahituta izan zuten, hiritarren borondatearen gainetik zeuden “iluminatu” batzuk hala erabaki zutelako, bazekitelako euren ideologia totalitarioa eta erregimen faxista zirela herriarentzat onena, eta hiritarrek adin-nagusitasuna berreskuratu zutela zirudienean beste “iluminatuak” etorri ziren, politika, gizarte mugimenduak eta kultura pozointzera, eta guztia usteldu zuten.

Eta giza eskubideen defentsan sektario hutsak ziren arren, zoritxarrez frogatuta geratu zen askotan salatzen zuten bezala, torturak eta tratu txarrak egon zirela eta estatu terrorismoak ere izugarrikeria ugari egin zituela, guzti horrek suposatzen zuenarekin: biktima horiei eragiten zitzaien oinazea eta mina –batzutan heriotza eragiteraino- eta zuzenbide estatuari egiten zitzaion kaltea.

Baina bazegoen beste errealitate gordin bat, kaleko mobilizazioetan salatzen ez zena, publikoki inork gutxik aipatzen zuena: ETAren hilketak, bahiketak, estortsioa, mehatxuak… Eta zergatik ez zen honetaz hitz egiten? Agian ETA zelako indarkeria guzti horren egilea? Agian ETAk eta bere adar politikoak mugitzen zituztelako gizarte-aldarrikapenen hariak? Agian beldurra sartu zigutelako? Agian aipatutako propaganda bere eragina egiten ari zelako gure gizartean?

Onartu beharra dago bere burua askapen mugimendutzat zeukan honek eskaintzen zuena oso erakargarria zela, batez ere gazteentzat, gazte izateko erarik benetazkoena eskaintzen zutela saltzen zigutelako, eta aldi berean gazteak behar zituzten euren militantzia hornitzeko. Baina militantzia hura ez zen nolanahikoa, indarkeria erabiltzea edo zilegitzea normaltasunez onartzen zen, eta balore etikoak albo batera uzten ziren. Eta herri eta auzo guztietan zeuden gazteen buruak berotzera eta neska-mutilen buruak jatera dedikatzen ziren elementuak, eta asko erori ziren euren sareetan: gazte pilo bat erradikalizatu zen, asko kaleko istiluetan eta kale borrokan parte hartzera iritsi ziren, eta beste batzuk ETAren barruan bukatu zuten. Zer gutxi hitz egin den radikalizazio prozesu hauetaz, zer gutxi aipatu den guzti honek euskal gazteriari eragin dion kalte ikaragarriaz. Zenbat gazte alperrik galdu ziren. Guzti honek hausnarketa sakona merezi du, eta ez dirudi askoren lehentasunen artean dagoenik.

Zer gutxi hitz egin den radikalizazio prozesu hauetaz, zer gutxi aipatu den guzti honek euskal gazteriari eragin dion kalte ikaragarriaz. Zenbat gazte alperrik galdu ziren. Guzti honek hausnarketa sakona merezi du, eta ez dirudi askoren lehentasunen artean dagoenik.

Gu geu ere aipatutako behelaino horretan hazi ginen, baina zorionez etxekoek eta ingurukoek eskutik helduta geunzkaten lanbro artean ez galtzeko, eta indarkeriaren aurkako mezu argiak igortzen zizkiguten. Dena den ez zen zaila nahastea eta nahiko ohikoa zen gurasoak baino aurrerakoiagoak izateko nahiak bultzatuta, “askapen” mugimendu horrekin kidetzea.

Hatan-horretan Euskal Herriko Bakearen Aldeko Koordinakundea sortu zen eta gizarteko eremu batzuetan indarkeriari buruzko hausnarketa bultzatzen lagundu zuen, eta begi bistan egon arren gizartean inor gutxik ikusi nahi zuen errealitatea aurrez-aurre jarri ziguten: ETAk ia egun birik bat norbait hiltzen zuela. Baina pertsona hauei bizitza kentzen zitzaien arren, zeukaten guztia, ez ziren aintzakotzat hartzen, eta horretaz gain “erruduntasun” presuntzio iraingarri bat ezartzen zen euren gain: ziur ETAk egin zuena egiteko arrazoiren bat izango zuela.

Beraz gure bakearen ibilbidea argitu zuen lehen argitxoa printzipio etiko bat izan zen, oinarrizkoena: “ez duzu inor hilgo”. Printzipio horietan dago guztien onaren eta elkarbizitzaren estalpea eta gure beldur eta zalantzen gainetik jarri genituen. Eta martxan jarri ginen eta Gestok deitutako isiluneetara joateari ekin genion, zeinek biderako mapatxo bat eskaini zigun, eta ibilbidea zaila iruditu zitzaigun arren ausartu egin ginen eta kalera atera. Urteetan zehar bizitzeko eskubidea, pertsonei zor zaien errespetua, bakea, justizia, askatasuna eta elkartasuna bezalako printzipioak landu genituen, gure errealitatera aplikatuz, eta gizartea aldatzeko ahalegina egin genuen gure ekintza eta hausnarketekin.

ibilbidea zaila iruditu zitzaigun arren ausartu egin ginen eta kalera atera

Hasieran gizabidezko erantzukizunak eragin zigun, Bakearen aldeko Koordinakundearen bilkuretara joaten ginen baina askotan ez genituen biktimak hurbil sentitzen. Baina iritsi zen hurko biktima eta berarekin batera besteak ere gertukoak bezala sentitzen hasi ginen. Ondoren atsekabea etorri zen, hildakoengatik, bahitutakoengatik, senitartekoengatik eta biktimekin enpatizatzen hasi ginen, eta denborak aurrera egin ahala sumindura sentitu genuen, eta guzti hura erabateko injustizia zenaren uste osoa. Eta emozioek arrazoiarekin bat egin zutenean indartsuagoak bilakatu ginen eta gero eta argiago geneukan hartutako bidea zuzena zela.

2 de febrero de 1992

Idatzi honetan nire esperientzia pertsonala jasotzen dut, baita bidelagun izan ditudan beste askorena ere, eta hemen partekatu nahi izan dut norbaitentzat lagungarria izan daitekelakoan. Nire ustez ezinbestekoa da gertatutako guztia printzipio etikoen argitan aztertzea, egin duguna eta egin gabe utzi duguna begiratzea. Inoiz ez da berandu eta gizarte honi zor diogu, batez ere gure ondorengoei, zeren eta gertatutakoa aztertzen ez badugu, akatsak zuzentzen ez baditugu, gertatu dena ahazten badugu, baliteke jazotako guztia berriz gertatzea. Esan dezagun zintzotasunez: Gure etorkizuna iraganaren isla izatea nahiko genuke? Erantzuna ezezkoa bada zerbait egin beharko dugu. Eta pertsona batzuk, euren ekintzengatik eta azken hamarkadetan gertatutakoaren inguruan duten erantzukizunagatik autokritika sakona egin beharko lukete, hau izango litzateke gure gizarteari, beraien gizarteari egin liezaioketen ekarpenik onena. Hau ez da konpontzen “mundu guztiak du erantzukizuna” edo “guztiok egin ditugu akatsak” esanda, hori bait da ezer ez aldatzeko formula perfektoa, zeren eta autokritikarik ez badago, norberak bere erantzukizuna bere gain hartzen ez badu, gertatu den guztia balekoa da eta ez dago hobetu beharreko ezer.

Amaitzeko esan beharra dago istorio honetan guztiok atera garela galtzaile, batez ere biktimak, beraiek jasan dutelako indarkeriaren eraso gordina, baina gizartea ere oso ukituta geratu da, sarritan oinarrizko baloreak alperrik galdu direlako eta azken hamarkadetako indarkeriak bere arrasto beltza eta sakona utzi duelako.

istorio honetan guztiok atera garela galtzaile, batez ere biktimak, beraiek jasan dutelako indarkeriaren eraso gordina, baina gizartea ere oso ukituta geratu da

Idatzi hau Maixabel Lasak bere senarraren hilketaren 20. urteurrenean esandako hitz argiekin bukatuko dugu: “Ezin zaio hurrengo belaunaldiari utzi gertatutakoa ez zela inoiz gertatu behar esatearen fardela. Hori besterik ez «.

Ezin zaio hurrengo belaunaldiari utzi gertatutakoa ez zela inoiz gertatu behar esatearen fardela. Hori besterik ez

 


Maite Leanizbarrutia Biritxinaga

Euskal Herriko Bakearen Aldeko Koordinakundeko kide ohia eta “GOGOAN-Por una Memoria digna” taldeko kidea.

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