Documental ‘GESTO’ en ETB2

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El próximo jueves 1 de febrero a las 23:45 se emitirá a través de ETB2 el documental ‘GESTO’ –  La historia de la ciudadanía que se enfrentó a la violencia. ‘GESTO’ es una iniciativa de Gogoan, por una memoria digna y  Humanistic S.L.U. que ha contado con la colaboración de EITB. El documental ha sido dirigido por Xuban Intxausti y cuenta con la música original de Fernando Velázquez. Fue estrenado en la 70ª Edición del Zinemaldia.

GESTO es un trazo de la memoria de la ciudadanía que se manifestó en contra de la violencia en Euskal Herria, a través de la historia de los 28 años de andadura de Gesto por la Paz. Es un viaje, a través de imágenes del pasado y del testimonio de sus protagonistas, que invita a descubrir sus acciones y sus principios éticos y cómo muchos de ellos continúan vigentes hoy en día.

El documental quiere ser un elemento de memoria que ponga en valor la respuesta de la ciudadanía que, a través del cauce de expresión que fue Gesto por la Paz, se manifestó de forma pacífica en contra de la violencia y que defendió el respeto de los Derechos Humanos de todas las personas.

Esta emisión coincide con fecha muy significativa para Gesto por la Paz, el 30 de enero, aniversario de la muerte de Gandhi, Día Escolar de la No Violencia y la Paz, fecha en la que Gesto por la Paz organizaba su tradicional manifestación en Bilbao para exigir el fin de la violencia terrorista, el respeto de los Derechos Humanos y el reconocimiento de todas las víctimas.

Aprovechando esta efemérides también se van a realizar las siguientes proyecciones del documental en colaboración con Gogoan-por una memoria digna:

  • Martes, 30 enero. Sestao. 19:00. Musika Eskola. Organiza: Concejalía de Cultura y Memoria Histórica del Ayuntamiento de Sestao.
  • Lunes, 5 febrero. Bilbao. 18:30. Sede GOGORA. María Díaz de Haro 3. Organiza: GOGORA. Instituto de la Memoria, la Convivencia y los Derechos Humanos.
  • Martes, 6 febrero. Santurtzi. 19:00. Dorretxea, Casa Torre. Organiza: Ayuntamiento de Santurtzi.

29 de enero de 2024

Datorren osteguna, otsailaren 1ean, 23:45ean ETB2k “GESTO” dokumentala emango du

Biolentziaren aurka goratu ziren hiritarren historia. “GESTO” dokumentala Humanistic S.L.U eta Gogoan, por una memoria dignaren ekimena da eta EITBren laguntza izan du. Xuban Intxaustik zuzendu du eta Fernando Velazquezek jarri dio musika. Donostiako Zinemaldiko 70. edizioan estreinatu zen.

“GESTO” biolentziaren aurka goratu ziren hiritarren memoria da, Gesto por la Pazen 28 urteko ibilbidean oinarritua. Protagonisten elkarrizketa eta iraganeko irudiz jasotako bidaia da. Beraien printzipio etikoak balioan jartzen ditu. Gaur egun indarrean dauden printzipioak.

Hiritarrek  Gesto por la Pazen bitartez era baketsuan biolentziaren aurka eta pertsona guztien Giza Eskubideen alde egindako lana jasotzen duen Memoria baliabidea da dokumentala.

Telebistako emisio hau Gesto por la Pazentzat oso data esanguratsuarekin bat dator. Urtarrilak 30ean Gandhiren heriotzaren urteurrena aprobetxatuz biolentzia terroristaren aurka, Giza eskubideen errespetua eta biktima guztien errekonozimenduaren alde manifestazioa ospatzen zen Bilbon.

Urtemuga aprobetxatuz “GESTO” dokumentala Gogoan por una memoria dignaren eskutik ondorengo data eta lekutan egongo da ikusgai:

  • Urtarrilak 30, asteartea. Sestao. 19:00. Musika Eskola. Antolatzailea: Sestaoko Udaleko Kultura eta Memoria Historikoko Zinegotzigoa.
  • Otsailak 5, astelehena. Bilbo. 18:30. GOGORAren egoitza. María Díaz de Haro 3. Antolatzailea: GOGORA. Memoriaren, Bizikidetzaren eta Giza Eskubideen Institutua.
  • Otsailak 6, asteartea. Santurtzi. 19:00. Dorretxea, Casa Torre. Antolatzailea: Santurtziko Udala.

2024ko, urtarrilak 29

Ecos de una manifestación

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Publicado en Crónica Vasca *

Gogoan – Por una Memoria Digna

Queremos compartir con vosotros y con vosotras esta reflexión hecha al hilo de la manifestación que SARE convocó el pasado día 13 de enero en Bilbao, bajo el lema “Llaves para la resolución”. Empezaremos recordando algo que los que se consideran defensores de los presos de ETA suelen omitir: Cuando ETA existía, ella misma imponía las condiciones en las que sus presos y presas debían permanecer en la cárcel con el objeto de ejercer un férreo control sobre ellos y así poder manejarlos a su antojo. Acogerse a las medidas de reinserción para progresar de grado o disfrutar de permisos estaba prohibido, y consecuentemente el preso de ETA tenía doblemente restringida su libertad: estaba entre rejas cumpliendo una pena por haber cometido un delito, y ETA le obligaba a acatar una disciplina estricta impidiendo que progresara humana y penitenciariamente. Pero desde la izquierda abertzale solamente nos han contado la mitad de esta película.

Desde el momento en el que empezó a haber presos de ETA comenzaron las reivindicaciones en favor de sus derechos y por la amnistía. Se denunciaban las torturas, más adelante la excepcionalidad de las políticas penitenciarias y la dispersión, luego el alejamiento, etc, y todo esto ha estado omnipresente durante décadas en nuestras calles y en nuestra sociedad: en pancartas, pintadas, discursos, fiestas, bertsos, bares y manifestaciones varias. Algunas de esas demandas eran justas e imprescindibles -denunciar la tortura, por ejemplo-, otras justas y razonables, como el hecho de que los presos pudieran cumplir las penas en cárceles cercanas a su lugar de residencia, ya que lo contrario suponía un castigo añadido para los propios presos y para los familiares y amigos que querían visitarles.

La propia ETA les prohibía entrar en procesos de reinserción y progresar de grado

Cuántas veces se ha hecho alusión a la mochila que cargaban los hijos de los presos, o a los kilómetros que tenían que hacer los familiares y amigos que querían visitarles en la cárcel. Por el contrario siempre se ha evitado y se evita verbalizar cuál es el delito o los delitos que han cometido estas personas –para así reforzar la idea de que es injusto que estén encarcelados-; se evita decir que bastantes presos cumplieron íntegras sus penas porque la propia ETA les prohibía entrar en procesos de reinserción y progresar de grado; y nunca te dirán que hubo muchos que habrían tenido la ocasión de beneficiarse de permisos penitenciarios y no lo hicieron porque tenían que acatar las órdenes de sus jefes. En consecuencia, ¿Cuántos abuelos y abuelas se murieron con la pena de no volver a ver a sus nietos presos? ¿Cuántas madres y padres han sufrido con el corazón encogido por no poder abrazar a esos hijos? ¿Cuántos besos y caricias se perdieron los niños que tenían a sus padres y a sus madres en la cárcel? Nos han machacado hasta la extenuación con sus críticas hacia la política penitenciaria del Estado, pero yo diría que la que impusieron ETA y su entorno fue mucho más cruel.
Sin contar con que en su relato el gran drama y la gran injusticia siempre han sido las cárceles y la represión del Estado; como si tener un hijo que tras un proceso de radicalización agarre una pistola y se dedique a asesinar a la gente fuera el sueño de cualquier madre y no fuera una auténtica desgracia; o como si meter explosivo en un sobre para que la persona que lo abra pierda los ojos y parte de las extremidades fuera un acto político.

Afortunadamente ETA ya no existe, pero la huella que ha dejado en esta sociedad es nefasta. A día de hoy son 150 los presos que permanecen en la cárcel. Un tercio de ellos ha decidido seguir el camino que establece la legislación penitenciaria, y desde el 1 de octubre de 2021 51 de ellos solicitaron la concesión del tercer grado y 40 ya lo disfrutan de manera firme.

La propia ETA les prohibía entrar en procesos de reinserción y progresar de grado

En este contexto SARE convocó su manifestación anual el sábado 13 de enero. La verdad es que es complicado encontrar un adjetivo amable que defina su discurso: hacen alusión a los derechos de los presos vascos y eso es inexacto, porque únicamente se refieren a los presos de ETA; siguen calificando como políticos a presos que están en la cárcel por haber atentado o haber ayudado a atentar gravemente contra la vida y la integridad física de otras personas; aunque oficialmente aseguran no pedir la amnistía, es algo que flota en el aire que les rodea; y en estos momentos propugnan el fin de la excepcionalidad legislativa defendiendo la supresión del requisito del arrepentimiento y la petición de perdón a las víctimas. Es inexplicable cómo en una sociedad democrática se aceptan como legítimas este tipo de reivindicaciones, y cómo se puede organizar una manifestación cuyo espíritu sea éste. Pocas cosas serán más ofensivas para una víctima, más nocivas para trabajar los valores de una sociedad, y más dañinas para que las personas que entraron en un proceso de deshumanización y cometieron actos tan terribles puedan iniciar un camino de regeneración y recuperar su humanidad.

No cualquier reivindicación es un derecho, y si es un derecho humano, en principio debería ser reclamado para todas las personas. No arrepentirse por asesinar a alguien no es un derecho, es una opción, y que la ley penitenciaria recoja que para obtener un beneficio la persona en cuestión deberá hacer una revisión crítica de los crímenes que ha cometido es una condición que no parece injusta. Por el contrario, marcar desde fuera una línea roja para que estos presos no se arrepientan es cruel e inmoral se mire por donde se mire. ¿Esto que piden para los presos de ETA lo pedirían para personas presas por haber cometido delitos sexuales, por ejemplo? ¿Lo pedirían en el caso de que las víctimas fueran otras? Sería un auténtico escándalo en esta sociedad nuestra.
Y entre tanto, ¿dónde quedan las víctimas de ETA? ¿Las que recibieron el zarpazo de un terrorismo que iba dirigido a toda nuestra sociedad? Víctimas de una violencia radicalmente injusta a las que han infligido y siguen ocasionando tanto sufrimiento. Entra dentro de la lógica de la izquierda abertzale o de SARE ningunearlas o no mencionarlas para nada –a no ser que sea para ensuciar su nombre y justificar la violencia ejercida contra ellas-, ¿Pero, qué pasa con el resto de la sociedad? ¿Qué pasa con muchas personas que nunca han estado a favor de ETA? ¿Qué pasa con partidos políticos, sindicatos y asociaciones que no tienen un vínculo directo con la izquierda abertzale? ¿Cuántas personas de éstas no pierden la ocasión de manifestar públicamente que están a favor de los derechos de los presos de ETA e incluso participan en manifestaciones como las del sábado pasado? ¿En cambio, cuántas de ellas han hecho en alguna ocasión un ejercicio mínimo de empatía hacia estas víctimas? ¿Cuántas no se han manifestado nunca en contra de ETA o a favor de una de sus víctimas?

La ley penitenciaria recoge que para obtener un beneficio la persona en cuestión debe hacer una revisión crítica de los crímenes que ha cometido

Es evidente que en amplios sectores de nuestra sociedad ha existido y sigue existiendo un silencio sepulcral a la hora de arropar a las víctimas o deslegitimar la violencia de ETA, al mismo tiempo que muchos y muchas se han manifestado en favor de sus victimarios. No es tarde para expresar la solidaridad hacia ellas, es una de nuestras asignaturas pendientes. Y sigue siendo absolutamente necesario que cada uno de los miembros de esta sociedad exprese que la violencia de ETA fue injusta y cruel, ya que el resto de las violencias ya las condenamos, y hacemos bien. Están en juego nuestros valores y nuestro futuro.

Y a los partidos políticos que se adhirieron a la manifestación del sábado recordarles que propugnar el fin de la excepcionalidad legislativa en lo referente al tercer grado es defender la supresión del requisito de arrepentimiento y petición de perdón a las víctimas, que son los requisitos específicos que afectan a los delitos de terrorismo. Es decir, dar cobertura a quienes no se arrepienten y no piden perdón a sus víctimas. ¿Alguno de los partidos va a plantear iniciativas legislativas para reformar la legislación penitenciaria en este sentido? Sería el camino lógico y adecuado.

Sigue existiendo un silencio sepulcral a la hora de arropar a las víctimas o deslegitimar la violencia de ETA

Detrás de todo esto se sitúa la trampa ética consistente en seguir presentando a quienes han cometido gravísimos delitos como si fueran víctimas-mártires. Un victimismo con el que se camuflan las responsabilidades de los presos de ETA y de quienes les apoyaron en su estrategia político-militar terrorista.

Y acabamos haciendo una pequeña mención a toda la polémica surgida a raíz del llamamiento al boicot hacia una persona por haber participado en la citada manifestación. Pedimos que se respete su libertad de expresión y su derecho a trabajar y desarrollar su talento sin que sea víctima de ninguna campaña de boicot en su contra. Pero es indecente que desde un ámbito como el de la la izquierda abertzale, que junto con ETA impulsó durante años duras y despiadadas campañas de boicot contra personas, productos y empresas -campañas que tuvieron en muchos casos unas consecuencias devastadoras- se atrevan a denunciar eso mismo que ellos hicieron sistemáticamente, ahora que las víctimas del boicot se encuentran entre ellos, sin haber hecho previamente el más mínimo ejercicio de autocrítica. No queremos vivir en una sociedad en la que a quien piense diferente se le señale, se le acose, se le corten las alas y se le haga la vida imposible. Eso mismo hicieron ETA y su entorno durante décadas y fue horrible. Aún estamos sufriendo sus consecuencias.

Por una memoria deslegitimadora de la violencia y el terrorismo.

(*) Firman este artículo: Maite Leanizbarrutia Biritxinaga, Eugenio Ariztimuño Amas, Antonio Duplá Ansuategui, Joseba Eceolaza Latorre, Fabián Laespada Martínez, Amagoia L. de Larruzea Zarate, Xabier Mugarza Ayastuy, Lourdes Oñederra Olaizola, Pello Salaburu Etxeberria, Iñaki Uribarrena Ibarguengoitia y Sabin Zubiri Rey.

Asumir la reinserción restauradora del daño injustamente causado o abonar la trampa victimista en el apoyo a los presos de ETA

Reflexiones ante la manifestación de Sare, el próximo 13 de enero, bajo el lema “konponbiderako giltzak” (llaves para la resolución)

Hoy quedan aproximadamente 150 presos de ETA (9 de ellos en Francia, y 142 forman parte del EPPK). Cuando ETA asumió su final, en 2011, había 700 presos de ETA [Datos AVT y Etxerat].

Conseguido el reivindicado traslado a Euskadi y Navarra de todos los presos de ETA que cumplían condena alejados de sus lugares de residencia, el debate penitenciario sobre ellos continúa centrado en el acceso al tercer grado, una clasificación que supone en la práctica un régimen de semilibertad.

Desde SARE y el movimiento de apoyo a los presos de ETA se denuncia la actuación sesgada de los jueces de la Audiencia Nacional, concretada en interpretaciones restrictivas y desproporcionadas de los requisitos legales exigidos para acceder al mencionado tercer grado. Reivindican la supresión del control judicial por parte de la Audiencia Nacional de las decisiones adoptadas por la administración penitenciara vasca.

También se añade la exigencia de poner fin a la excepcionalidad legal existente en el ordenamiento penal y penitenciario respecto los delitos de terrorismo. Por un lado, para equiparar los requisitos legales para la concesión del tercer grado con respecto al resto de delitos. También, la posibilidad de computar con carácter retroactivo el tiempo de prisión cumplido en Francia. Y, finalmente, modificar el cumplimiento íntegro de penas y los 40 años de límite máximo efectivo de privación de libertad. De cualquier manera, ahora mismo, su prioridad está fijada en la concesión de los terceros grados.

El 80% de los presos de ETA (40 de 51) que han sido calificados en tercer grado, lo disfrutan ya de manera firme

Hay que recordar que para el acceso al tercer grado y a la libertad condicional en los casos de delitos de terrorismo, la ley penitenciaria exige que las personas presas muestren signos inequívocos de haber abandonado los fines y los medios terroristas, y además hayan colaborado activamente con las autoridades, lo que podrá acreditarse mediante una declaración expresa de repudio de sus actividades delictivas y de abandono de la violencia y una petición expresa de perdón a las víctimas de su delito, así como por los informes técnicos que acrediten que el preso está realmente desvinculado de la organización terrorista y del entorno y actividades de asociaciones y colectivos ilegales que la rodean y su colaboración con las autoridades.

La clasificación en tercer grado corresponde a la administración penitenciaria (Gobierno Vasco en el caso de Euskadi) y está sometida a revisión judicial en el caso de que sea impugnada por la fiscalía.

Desde el 1 de octubre de 2021, el Gobierno Vasco ha aprobado 61 resoluciones de concesión de tercer grado (10 de ellas repetidas) a 51 presos de ETA, de las cuales 28 han sido recurridas por el Ministerio Fiscal. De ellas, 15 fueron revocadas, 7 están suspendidas pendientes de decisión judicial y 6 fueron confirmadas por la Audiencia Nacional, que desestimó el recurso interpuesto. Esto es, el 64% de las concesiones de tercer grado a presos de ETA por parte de la administración penitenciaria se han ajustado a derecho, según el criterio del Ministerio Fiscal y de la Audiencia Nacional. Por otra parte, casi una de cada cuatro fue revocada, suponiendo algo más de la mitad del total de las resoluciones recurridas. Y por lo tanto el 80% de los presos de ETA (40 de 51) que han sido calificados en tercer grado, lo disfrutan ya de manera firme. [Datos EuropaPress y Diario Vasco].

Por tanto, la realidad es que no pocos presos de ETA han conseguido la clasificación en tercer grado y también la libertad condicional.

La experiencia que supuso el proceso de encuentros restaurativos de Nanclares

Cabe preguntarse cuál es la razón por la cual no hay mayores avances en el tratamiento penitenciario y en el acceso a los regímenes de semilibertad en el colectivo de presos de ETA.

En este sentido, es preciso recordar que nuestra legislación penitenciaria concibe la reinserción, objetivo principal de la pena privativa de libertad, con protección constitucional, como un derecho del reo y no como una obligación para él. Es el condenado quien puede dar los pasos necesarios para avanzar en el camino hacia una libertad adelantada. Es su decisión. La ley no hace sino marcar ese camino. Y por él parece que han transitado no pocos presos de ETA, a la luz de los datos antes expuestos.

¿Por qué habrían de ser más, si no cumplen los requisitos legales exigidos? Las leyes están para ser cumplidas y los jueces para garantizar su cumplimiento. Si no se está de acuerdo con la ley, habrá de plantearse su reforma, pero no su incumplimiento.

Trampa ética consistente en seguir presentando a quienes han cometido gravísimos delitos como si fueran víctimas-mártires

Ya hemos escuchado con claridad las voces que desde ese mundo han dibujado la frontera infranqueable para los presos: lo que ellos denominan arrepentimiento y delación. Olvidándonos de la cuestión de la delación, que no ha estado realmente sobre la mesa en ningún momento, pensemos en el significado del arrepentimiento y sus posibilidades de expresión. Ni siquiera se plantea como exigencia el seguimiento mimético de modelos que han causado el aplauso, la aprobación y la satisfacción muy generalizada en la sociedad vasca, como la experiencia que supuso el proceso de encuentros restaurativos de Nanclares. Hay otras vías con niveles inferiores de exigencia que se han demostrado válidas para cumplir con la ley. Ese es el camino. Y quien no quiera seguirlo, está en su derecho, pero no podrá pretender derivar ese problema al conjunto de la sociedad.

Es necesario subrayar que propugnar el fin de la excepcionalidad legislativa en lo referente al tercer grado es defender la supresión del requisito de arrepentimiento y petición de perdón a las víctimas, que son los requisitos específicos que afectan a los delitos de terrorismo. Es decir, dar cobertura a quienes no se arrepienten y a quienes no piden perdón a sus víctimas. ¿Alguno de los partidos va a plantear iniciativas legislativas para reformar la legislación penitenciaria en este sentido? Sería el camino lógico y adecuado.

Lo que más beneficiaría a la convivencia en Euskadi y Navarra sería el reconocimiento del daño injusto que ETA causó en nuestra sociedad

Detrás de todo esto, se sitúa la trampa ética consistente en seguir presentando a quienes han cometido gravísimos delitos como si fueran víctimas-mártires. Un victimismo con el que se ocultan o camuflan las responsabilidades de los presos de ETA, y de quienes les apoyaron en su estrategia político-militar terrorista.

¿Beneficia realmente esta postura a la convivencia en nuestro país? En nuestra opinión, lo que más beneficiaría a la convivencia en Euskadi y Navarra sería el reconocimiento del daño injusto que ETA causó en nuestra sociedad, fruto de la decisión personal de quienes apostaron por esa estrategia y de quienes les apoyaron y legitimaron.

Ahí, les seguimos esperando.

Bidegabe sortutako kaltea berrezartzeko birgizarteratzea onartu edo ETAko presoen laguntzan tranpa biktimista erosi

“Konponbiderako giltzak» lelopean Sarek urtarrilaren 13an egingo duen manifestazioaren inguruko hausnarketak

Gaur egun ETAko 150 preso inguru daude kartzeletan (horietatik 9 Frantzian, 142 EPPKren parte direlarik). ETAk bere amaiera onartu zuenean, 2011n, ETAko 700 preso zeuden [AVT eta Etxerat-en datuak].

Zigorra beren bizilekuetatik urrun betetzen ari ziren ETAko preso guztiak Euskadira eta Nafarroara lekualdatzeko aldarrikapena lortu ondoren, espetxe inguruko eztabaidak, praktikan erdi-askatasuneko erregimena suposatzen duen hirugarren graduaren inguruan zentratuta jarraitzen du.

SAREk, ETAko presoen aldeko mugimendua lideratuz Auzitegi Nazionaleko epaileen jokabide partziala salatu du, hirugarren graduan sartzeko eskatzen diren lege-baldintzen interpretazio murriztaile eta neurrigabeak egitea. Auzitegi Nazionalak euskal espetxe-administrazioak hartutako erabakien kontrol judiziala ez izatea aldarrikatzen dute.

Horrez gain, terrorismo-delituei dagokienez, zigor-arloko eta espetxe-arloko ordenamenduan dagoen lege-salbuespenari amaiera emateko eskakizuna gehitu da. Batetik, hirugarren gradua emateko legezko baldintzak gainerako delituekin parekatzeko. Halaber, Frantzian betetako espetxealdia atzeraeraginezko izaerarekin zenbatzeko aukera. Eta, azkenik, zigorrak osorik betetzea eta kartzelaratzeko 40 urteko gehieneko muga efektiboa aldatzea. Dena den, une honetan, lehentasuna hirugarren graduen gaia da.

Hirugarren graduan kalifikatutako ETAko presoen % 80a (51tik 40k) irmoki daude egoera horretan

Espetxe legeak, terrorismo-delituetan, hirugarren gradua eta baldintzapeko askatasuna lortzeko presoek helburu eta bitarteko terroristak alde batera utzi dituztela argi eta garbi erakustea eskatzen duela gogoratu behar dugu, agintariekin modu aktiboan kolaboratzearekin batera. Hori egiaztatzeko, alde batetik berariaz adierazi beharko dute beren delitu-jarduerak gaitzesten dituztela, indarkeria bertan behera uzten dutela eta beren delituaren biktimei barkamena eskatzen dietela; eta bestetik txosten teknikoen bidez egiaztatu daiteke presoa ez dagoela benetan lotuta erakunde terroristarekin eta haren inguruko elkarte eta kolektibo ilegalen jarduerekin.

Hirugarren graduan sailkatzea espetxe-administrazioari dagokio (Eusko Jaurlaritzari, Euskadiren kasuan), fiskaltzaren aurkaratzearekin berrikuspen judizialaren mende dagoelarik.

2021eko urriaren 1etik, Eusko Jaurlaritzak 61 ebazpen onartu ditu ETAko 51 presori hirugarren gradua emateko (horietako 10 errepikatuak). Horietatik 28 errekurritu ditu Fiskaltzak. Horietatik, 15 baliogabetu egin ziren, 7 epailearen erabakiaren zain daude eta 6 Auzitegi Nazionalak berretsi zituen, jarritako errekurtsoa ezetsita. Hau da, espetxe-administrazioak ETAko presoei emandako hirugarren graduen % 64 zuzenbidera egokitu dira, Ministerio Fiskalaren eta Auzitegi Nazionalaren irizpidearen arabera. Bestalde, lautik ia bat ezeztatu egin zen, errekurritutako ebazpen guztien erdia baino gehixeago. Beraz, hirugarren graduan kalifikatutako ETAko presoen % 80a (51tik 40k) irmoki daude egoera horretan. [EuropaPress eta Diario Vasco-ren datuak].

Beraz, begi bistakoa da ez direla gutxi hirugarren gradua zein baldintzapeko askatasuna lortu duten ETAko presoak.

Datu hauekin, ETAko presoei dagokionez, espetxe tratamenduan eta kolektibo honetan erdi askatasuneko erregimenerako bidean aurrerapen handiagorik zergatik ez dagoen galdetu beharko genioke gure buruari.

Onarpena eta gogobetetze oso orokorra eragin zuen Langraizko berrezartze topaketen parekorik

Ildo horretan, gogoratu behar da gure espetxe-legeriak birgizarteratzea, kartzelaldiaren helburu nagusia dena, babes konstituzionalarekin, errudunaren eskubide gisa ulertzen duela, eta ez betebehar gisa. Kondenatua da askatasun aurreratu baterako beharrezkoak diren pausoak eman dezakeena. Bere erabakia da. Legeak bide hori markatu baino ez du egiten, aurretik aipatu datuen arabera ETAko preso dexentek jarraitutako bidea hain zuzen ere.

Zergatik izan behar dute gehiago hirugarren graduan, legezko baldintzak betetzen ez badituzte? Legeak betetzeko daude, eta epaileak, berriz, betearazteko. Legearekin ados ez bagaude, legearen aldaketa planteatu beharko da, baina sekula ez ez-betetzea.

Tranpa etikoa dago, delitu oso larriak egin dituztenak biktima, martiri bezala aurkezten baitira

Argi eta garbi entzun ditugu mundu horretatik presoentzako muga gaindiezina marraztu duten ahotsak: damua eta salaketa. Inoiz mahai gainean egon ez den salaketaren gaia alde batera utzita, pentsa dezagun damuaren esanahia eta adierazteko aukeren inguruan. Euskal gizartean txaloak, onarpena eta gogobetetze oso orokorra eragin zuen Langraizko berrezartze topaketen parekorik ez da eskatzen. Badira eskakizun-maila baxuagoko beste bide batzuk, legea betetzeko baliozkoak direla frogatuak. Hori da bidea. Eta jarraitu nahi ez duenak bere eskubidea du, baina ezingo du arazo hori gizarte osora bideratu.

Azpimarratzekoa da, hirugarren graduari dagokionez, lege-salbuespenaren amaieraren alde egitea damua eta biktimei barkamena eskatzeko betebeharra kentzea dela, horiek baitira terrorismo-delituei eragiten dieten baldintza espezifikoak. Hau da, babesa ematea damutzen ez direnei eta biktimei barkamena eskatzen ez dietenei. Alderdiren batek lege-ekimenik planteatuko al du ildo horretan espetxe-legeria erreformatzeko? Bide logikoa eta egokia litzateke.

Mina horren bidegabetasuna aitortzea izango litzateke Euskadin eta Nafarroan bizikidetzari mesede handiena egingo liokeena

Horren guztiaren atzean tranpa etikoa dago, delitu oso larriak egin dituztenak biktima, martiri bezala aurkezten baitira; ETAko presoen eta estrategia politiko-militar terroristan babestu zituztenen erantzukizunak ezkutatzen dituen biktimismoa.

Benetan mesede egiten dio honek gure herriko bizikidetzari? Gure ustez, gure gizartean ETAk eragindako mina babestu eta legitimatu zutenek, mina horren bidegabetasuna aitortzea izango litzateke Euskadin eta Nafarroan bizikidetzari mesede handiena egingo liokeena.

Hor, zuen zain gaude.

Ulayar: un asesinato que sigue interpelando

Pello Salaburu

Por muchos años que pasen, todos los asesinatos siguen interpelando. En nuestra historia reciente, los asesinatos cometidos en nombre del pueblo vasco, sin que nadie hubiese contratado al ejecutor, interpelan aún más: lo hacen a quien fue el causante, a la familia que lo sufrió, a la parte de la sociedad que lo permitió y al resto que quiere pasar página, con la confianza íntima de que olvidando lo sucedido se puede vivir con más tranquilidad.

Estamos ante algo mucho más básico y elemental. Es la viva imagen de la miseria moral de un pueblo, de la ruptura y pisoteo de unas normas mínimas de convivencia y respeto

Me referiré en particular a uno de estos asesinatos: reúne todos los ingredientes que sazonan una crueldad ejercida a lo largo de los años contra una familia acorralada por matones de pueblo. Se asemeja a esas persecuciones sin miramientos que hemos visto en las películas del lejano oeste, y se ha producido con el visto bueno, cuando no con el apoyo explícito, de los gobernantes locales. Una persecución tuvo su punto culminante en el asesinato del padre, Jesus Ulayar (alcalde de Etxarri-Aranatz entre 1969 y 1975), pero que no acabó allí. El hostigamiento a la familia, terco en hechos, continuó durante varias décadas más, a la vista de todos. Aún continúa. Su hijo Salvador lo contó en un libro publicado en 2014: Morir para contarlo.

El 27 de enero de 1979 Salvador Ulayar tenía 13 años cuando vio con horror que alguien disparaba contra su padre y lo remataba en el suelo. Territorio comanche: Etxarri Aranatz. ETA: asesinado por «actividades fascistas y antivascas». El libro lo narra con detalle: el salvaje asesinato; las injurias contra una familia impotente en un pueblo silencioso; las enormes dificultades de todos y cada uno de los miembros para seguir haciendo su vida (el hermano mayor, 19 años, tuvo que hacerse cargo del negocio al día siguiente, para poder alimentar a los cinco miembros de la familia); la falta de empatía generalizada por parte de la mayoría de los vecinos; la revictimización de la familia que pasa a ser en la práctica la causante de sus propias desgracias («Algo habrá hecho») y los fallos del sistema judicial y de todos los sistemas de servicio de la administración frente a una familia sufriente pero llena siempre de enorme dignidad. La viva imagen del vacío.

«A mí algún día me pegarán cuatro tiros». Estremece pensar lo que pudiera pasar por la cabeza de aquel hombre cuando soltó esa frase a su hijo adolescente

«A mí algún día me pegarán cuatro tiros». Estremece pensar lo que pudiera pasar por la cabeza de aquel hombre cuando soltó esa frase a su hijo adolescente. El autor añade a continuación: «Solo se equivocó en uno». Fueron cinco, en realidad, aunque parece que quizás una de las balas no llegó a tocarlo. El larguísimo calvario de la familia aparece recogido con fidelidad en un libro que ninguna editorial quiso publicar, bien sea por miedo o porque entendían que tenía poca salida comercial. Un libro editado por la propia familia, según indica el epílogo, y que resulta esencial para preservar nuestra memoria: la memoria y el recuerdo de unos hechos sobrecogedores que jamás debieron suceder. Y que una sociedad democrática está obligada a recordar.

La familia vivió rodeada de mentiras, de esas mentiras que comenzaron ya de inmediato cuando desde el ayuntamiento, y en una asamblea multitudinaria, se negó a Martina y Petra, hermanas de Jesús, que alguien que firmaba como Andrés Fernández de Garayalde, de Bilbao, hubiera remitido 1.500 pesetas para contribuir a los gastos del entierro. Se les tachó de mentirosas en público. Ese dinero, sin embargo, apareció como por arte de magia en la cuenta corriente de la familia al cabo de diez meses. El Ayuntamiento hizo el ingreso sin ninguna explicación.

No ha habido piedad con esta familia. Salvo excepciones, no ha habido compasión, solo ha habido escarnio. El pequeño comercio que tenían se convirtió en el termómetro de la actitud de los vecinos, que condenaron a la soledad más absoluta a una familia del pueblo que vio cómo su vida se convertía en un horror.

Entre quienes fueron detenidos, un pariente, Eugenio Ulayar Huici, hijo de un primo carnal del asesinado, a quien Salvador aseguró haberlo visto a los pocos minutos del asesinato, en el lugar de los hechos. También los hermanos Nazabal Auzmendi. Reparaz Lizarraga completaba el listado de héroes. Del proceso judicial, que concluyó con años de condena (entre 27 y 6) para todos los acusados, la familia casi no se enteró. Nadie les dijo siquiera que podían personarse como acusación particular.

Varias veces se han colocado grandes fotografías de los asesinos en la fachada principal del Ayuntamiento mientras los vecinos bailan en las calles.

El trabajo de policías y jueces fue completado en el juicio paralelo que impulsó el propio ayuntamiento: despegó pancartas a favor de los detenidos, ante la oposición de una familia rota por el dolor; y para cuando abandonaron la prisión, entre 1996 y 1998, la Corporación Municipal ya los había nombrado hijos predilectos. Vicente Nazabal, uno de los hermanos, el que apretó el gatillo, salió de la cárcel en 1996. Me río yo de los ongi-etorris. Recibió un sentido y cálido homenaje de bienvenida, con comida popular incluida, y un alegre pasacalles festivo-militar desfiló por delante de la casa donde vivió el exalcalde asesinado. Como no era suficiente, ese año inauguró las fiestas del pueblo lanzando el chupinazo desde el balcón. En 1998 se repetiría algo parecido con el siguiente delincuente que salía de la cárcel, el otro hermano. Todo en familia. Varias veces se han colocado grandes fotografías de los asesinos en la fachada principal del Ayuntamiento mientras los vecinos bailan en las calles. La corporación completó su actuación colocando tres contenedores de basura en el lugar donde mucho antes había caído abatido Jesús. Años más tarde, a instancias del gobierno presidido por Uxue Barkos, y no sin insistencia, se consiguió que se retiraran. Por supuesto, en esos años se habían abonado ayudas a esos modélicos presos y a sus familiares con cargo al presupuesto municipal o mediante aportaciones «voluntarias» de fondos que incluso fueron solicitados a la propia familia Ulayar, como publicara en su día (10/12/2000) un amplio reportaje de Diario de Navarra firmado por Javier Marrodán Ciordia.

Esta situación surrealista causa estupefacción a quien tenga, no ya algo de empatía con sus propios vecinos, sino dos dedos de frente. No estamos hablando de arrepentimiento: de hecho, cuando los condenados se han encontrado en alguna ocasión con los hijos de las víctimas, no han tenido empacho en lanzarles una patada, pegarles un cabezazo e incluso apuntarles con un paraguas simulando un arma. Estamos ante algo mucho más básico y elemental. Es la viva imagen de la miseria moral de un pueblo, de la ruptura y pisoteo de unas normas mínimas de convivencia y respeto. Eso es una lacra inmensa para la sociedad en su conjunto, una lacra que parece que no queremos ver. Porque el asunto no acaba ahí.

La corporación completó su actuación colocando tres contenedores de basura en el lugar donde mucho antes había caído abatido Jesús.

La familia Ulayar intentó que el Ayuntamiento retirara ese título abyecto de hijos predilectos. No pudo ser. La moción, presentada por UPN, indica el reportaje citado, así como el libro de Salvador, fue rechazada por los cuatro concejales de HB y la abstención de los seis concejales de la coalición EA-PNV («enterados del escrito sin entrar en la votación del mismo», parece que estuviesen friendo la velocidad). Estamos ante una historia que llena de miseria moral a todos sus protagonistas: un ambiente claustrofóbico, lleno de mesianismo y miedo, que acaba encerrándolos en una espiral sin sentido.

Todos esos años, la familia se ha sentido sola. Se sigue sintiendo sola. Porque, además, para completar el cuadro, durante esos años, la casa ha aparecido en muchas ocasiones con pintadas a favor de ETA. Han sido inútiles, por supuesto, todos los esfuerzos del Departamento de Paz y Convivencia del gobierno de Navarra y el empeño de la familia para que los servicios de limpieza de un municipio que de forma tan entusiasta y estúpida se ha volcado con los integrantes del comando asesino limpiasen a fondo la pared. No les toca. El 14 de noviembre pasado la Delegación del Gobierno de Navarra se dirigió al ayuntamiento para que procediera a borrar la pintada «ETA» en una pared de la casa. Daba un mes de plazo. No parecía complicado.

La miseria moral no desaparece

En el sano juicio de una persona o de una institución no parece que debiera haber problemas. Los hubo. El Ayuntamiento, ante una petición de esa envergadura, solicita un informe jurídico para ver si, además de recibir como héroes –sin ningún informe– a delincuentes que han matado a un ex-alcalde del municipio, puede borrar también la palabra «ETA» de un domicilio particular, tras haber sido solicitado de forma reiterada por la familia y ordenado por la Delegación del Gobierno.

Se trata de un informe prolijo de 13 páginas del 11 de diciembre), lleno de párrafos farragosos, cuyo coste en horas y euros desconozco. Y concluye, atención, (en lo que sigue incluyo comas que faltan en el original, aunque he respetado las redundancias) de este modo: «El Ayuntamiento, en un sentido amplio de la limpieza viaria, debería limpiar aquellas pintadas que estuvieran en edificios o espacios públicos; y trasladar una notificación al particular propietario del bien afectado por la pintada, informándole del oficio». Es decir: da lo mismo que diga «Gora ETA!», «El dueño es un violador de niños», «Muerte al alcalde”, “Esta señora tiene 5 esclavos en casa» o «Beba Coca-Cola». El Ayuntamiento no puede intervenir. ¿Por qué? Porque así se evitan posibles reclamaciones de los particulares afectados.

De modo que eso se ha comunicado a la familia (Expediente 678/2023, sin fecha): ¿Quieren que se quite eso? Pues quítenlo ustedes, que nosotros nos metemos en un lío con ustedes si lo hacemos. No vaya a ser que ustedes nos acaben llevando a los tribunales.

Pronto serán ya 45 años de tortura. La miseria moral no desaparece. Antes de que termine este año, y ante la falta de esperanza en que se puedan conseguir unos mínimos de convivencia un poco más dignos, desde Gogoan-Por una memoria digna queremos mandar un sentido abrazo a toda la familia Ulayar. Nosotros, al menos, estamos con ellos.

NOTA. En la última semana del año 2023, el Ayuntamiento de Etxarri Aranatz borró la pintada de la fachada.

GAL: Víctimas abandonadas y desamparadas

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Gorka Landaburu

El pasado 25 de noviembre en el hotel Radisson Blu, ubicado frente al mar en Biarritz, organizado por la Fundación Buesa con la colaboración de Gogoan y COVITE, nos reunimos por primera vez en Iparralde víctimas de ETA y del GAL, bajo el lema “Las voces de las víctimas del terrorismo y la construcción de la memoria”.

Este acto lleno de simbolismo no tenía otro objetivo que dar a conocer y sobre todo llevar al País Vasco francés, el testimonio conjunto de unas víctimas de la sinrazón de la violencia y del terrorismo de ETA y el GAL.

El evento presentado por Eduardo Mateo, coordinador de la Fundación Buesa, no lleno plenamente nuestras expectativas al asistir solamente unas treinta personas. Nuestro temor confirmó que el GAL no es de interés general para el país vecino. Ni la prensa se hizo eco del evento y la losa del silencio perdura en todos los estamentos. La presencia de la alcaldesa de Biarritz nos alivió al principio, pero su ausencia apenas inaugurarse el acto nos dejó perplejos.

Sin embargo, la intervención de Véronique Caplanne, hija de Robert Caplanne asesinado por el GAL, el 24 de diciembre de 1985, nos devolvió a la cruda realidad del olvido, del desamparo y la soledad con la que han vivido y viven las víctimas del GAL.
Véronique Caplanne con una voz serena pero entrecortada por la emoción, relató como todos estos años, ella y su familia no han recibido ni el menor apoyo ni reconocimiento público por parte de la administración e instituciones francesas.
Con el poco dinero que recibieron del ejecutivo galo pudieron pagar a los abogados españoles que defendieron su causa: ”Me ofrecieron poder disponer del transporte gratuito y hasta hoy nada más”.

Francia siempre ha jugado de forma ambigua con el tema de ETA

Este es un debe inadmisible y preocupante que se asemeja a los años de plomo que vivimos en Euskadi en la década de los ochenta. Francia siempre ha jugado de forma ambigua con el tema de ETA, permitiendo que la banda terrorista mantuviera durante largos años su santuario en Iparralde. Del mismo modo el comportamiento de muchos electos y de la prensa francesa siempre han considerado a ETA, como una organización independentista y no como un grupo terrorista. Es cierto que esta actitud pasiva cambió radicalmente a partir de los años noventa y que posteriormente permitió con la colaboración policial el desmantelamiento y el final de la banda armada. Por fin Paris se tomó en serio el tema de ETA.

Los distintos gobiernos franceses empezaron a preocuparse con la llegada del GAL y sus asesinatos indiscriminados. El Eliseo y los distintos ministros de interior, lavándose las manos consideraban, y así lo hacían saber y afirmando reiteradamente que “ETA, c’est un problème espagnol”. La policía vigilaba y no intervenía para que el País Vasco francés no se contagiara de sus vecinos del norte. Un alto responsable de Renseignements Generaux llego a confesarme que los sábados se desplazaban a la calle Pannecau (casco viejo de Bayona), donde chiquiteaban tranquilamente muchos miembros de ETA con total impunidad, para comprobar quién estaba y quién faltaba. A menudo se saludaban y entablaban la conversación con muchos de ellos.

Nuestro temor confirmó que el GAL no es de interés general para el país vecino

Así se explica en gran parte su no intervención, su omisión y negligencia hasta con sus propias víctimas. Desde los poderes políticos siempre se ha intentado evitar que el territorio galo cayera en un nuevo campo de batalla que podía afectar a la convivencia en Iparralde y sobre todo a su economía y principalmente a su turismo. Sorprendentemente surgió el grupo Iparretarrak, que pretendía emular a su hermano mayor de Hegoalde. Fueron rápidamente desmantelados por la policía. Ni a Paris ni menos a ETA interesaba que este grupo pudiera crecer al otro lado de la frontera. ETA sabía que el nacimiento de Iparretarrak iba a incrementar la presencia policial en Iparralde y perjudicar su movilidad e intereses.

La construcción de la memoria consiste en visibilizar a las víctimas en arroparles, en acompañarles y protegerles para sacarles del olvido, omisión, abandono e indiferencia en la que viven las víctimas del GAL en Francia, desde hace 40 años.
Véronique Caplanne con un reflexión lapidaria nos interpeló a todos al afirmar “Aquí no hay sitio para la memoria. Muchas puertas se han cerrado. Aquí toman partido por los presos, pero no se escucha a las víctimas ni se les reconoce”.

Aquí no hay sitio para la memoria. Muchas puertas se han cerrado. Aquí toman partido por los presos, pero no se escucha a las víctimas ni se les reconoce

En Biarritz en la primera la mesa participamos además de Véronique Caplanne, Marta Buesa, Ana Azpiri y un servidor. En la segunda Martin Alonso, Luisa Etxenique y Pablo Garcia Astrain. El debate fue fructífero y nos comprometimos con la Fundación Buesa, Gogoan y COVITE, a seguir por la vía de la colaboración, a estrechar los contactos y los encuentros para levantar esa losa pesada del olvido y de la incomprensión. Queda tarea. La construcción de la memoria nos debe requerir y comprometer a todos; sobre todo a los franceses.

‘GESTO’ en Ugao-Miraballes y Deba

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El documental ‘GESTO’ se proyectará esta semana en Ugao-Miraballes y Deba en sesiones organizadas por sus ayuntamientos.

  • Ugao-Miraballes. Jueves, 14 de diciembre 2023, 18:30 h. en el Ático del Palacio de Jane. Organiza el Ayuntamiento de Ugao-Miraballes. Presentación y Coloquio a cargo de Jesus Herrero.

  • Deba. Domingo, 17 de diciembre 2023, 19:00 h. en KULTUR ELKARTEA (C/ Ostolaza 12). Organiza el Ayuntamiento de Deba a través de DEBAKODEZINE. Presentación y coloquio a cargo de Maite Leanizbarrutia.

GAL: 40 años de una deuda de Estado

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Sergio Campo / Pello Salaburu *

Artículo publicado en las versiones digitales de El Correo, Diario Vasco y otros periódicos del grupo Vocento.

«Si la democracia mata, la democracia muere», denunció Gesto por la Paz.

Hace escasas semanas, en una charla organizada por la asociación Gogoan, Pili Zabala, hermana de Joxi Zabala, asesinado junto a Josean Lasa por el llamado ‘GAL verde’, ofrecía un testimonio tan desgarrador como constructivo. Desgarrador, por el cúmulo de sufrimientos que tan injustamente ha padecido y que tiene que ver no solo con el secuestro, tortura, asesinato y desaparición de su hermano, sino también con el maltrato posterior al que está siendo sometida por parte de algunos poderes públicos. Sin embargo, el testimonio de Pili Zabala también fue constructivo. Habló la víctima y también la activista por los derechos humanos. «El dolor de la familia Buesa es mi dolor», dijo en relación con los ataques a la tumba de Fernando Buesa, dirigente socialista asesinado por ETA en 2000.

«Lasa-Zabala: GAL, 40 años» Charla organizada por Gogoan. Bilbao, 10 de octubre de 2023.

Aunque no sea una novedad que víctimas de diferentes terrorismos se reconozcan entre sí (la experiencia de Glencree abrió el camino), estos ejemplos empujan decididamente para que los partidos políticos y la ciudadanía en general interioricemos que todas las víctimas y sus sufrimientos injustos nos interpelan y que para todas ellas debemos exigir el mismo respeto y reconocimiento. No hay argumentación ética que justifique diferencias en el tratamiento social, institucional y jurídico entre las víctimas de ETA y las de los GAL. Tienen los mismos derechos y, por ello, la sociedad y el Estado tienen la obligación de procurar del mismo modo el ejercicio efectivo de sus derechos a la verdad, la justicia y la reparación.

En cuanto a la reparación, las víctimas de los GAL se encuentran, por diferentes motivos, en situaciones muy diversas. No todas ellas eran victimarios y algunas de ellas ya recibieron indemnización en 1999. Es con la reforma de 2012 de la Ley de Reconocimiento y Protección Integral a las Víctimas del Terrorismo cuando se incorporó la posibilidad de suprimir la indemnización si la víctima hubiera sido también victimario, bajo la excusa de que humillaba al resto de las víctimas. Frente a ello, debemos aclarar que las víctimas quedan igualadas por el mal injusto que sufrieron con su asesinato y esa condición la comparten a partir justamente de ese hecho, no antes. La ejemplaridad de sus vidas nada tiene que ver con su reconocimiento como víctimas.

No hay argumentación ética que justifique diferencias en el tratamiento social, institucional y jurídico entre las víctimas de ETA y las de los GAL.

Las indemnizaciones (y con ellas el reconocimiento formal de su condición de víctimas) a presuntos victimarios-víctimas de los GAL han sido denegadas única y exclusivamente por un acto de voluntad política. Ya que la literalidad de la ley no establece un mandato obligatorio de hacerlo, sino que concede al Estado la potestad de decidir si se lo deniega o no, dejándolo a su voluntad política. Siendo así, para resolverlo ni siquiera sería imprescindible reformar la norma. La misma voluntad que creó el problema lo puede solucionar ahora arbitrando el mecanismo preciso para reconocer a estas víctimas en igualdad de condiciones respecto a las demás.
En lo que respecta a la verdad y a la justicia, es cierto que algunos de los delitos de los GAL han sido juzgados y ha habido condenas, especialmente para los mercenarios en Francia, pero no podemos obviar que las responsabilidades no fueron esclarecidas hasta sus últimas consecuencias. La opinión autorizada y poco sospechosa de los tribunales de justicia españoles es reveladora. La sentencia 24/99 de la Audiencia Nacional en la que se considera a los GAL como banda armada, dice: «Fue el Ministerio del Interior el organismo desde el que finalmente se pudo atajar, en colaboración con el Ministerio del Interior francés, la lucha ilícita contra ETA. Si eso fue así, significaría que ambos departamentos tenían información sobre personas involucradas y que solo a partir de un momento dado lograron neutralizar. Ello conduce a la convicción de que existen responsabilidades de diversa naturaleza que estarían aún por deducir». Añádase que los condenados por crímenes cometidos por los GAL tuvieron en España cumplimientos de pena livianos, en general, propiciados por el propio Estado, incluso a través de indultos.

Acto de Gesto por la Paz en Donostia 6/05/1995

Por todo ello, en estos días en que se cumplen 40 años de las primeras acciones de los GAL, no podemos ni debemos permanecer en silencio porque el dolor de estas víctimas, su sufrimiento injusto, continúa hoy y nos sigue interpelando. Nuestra sociedad tiene que atender las consecuencias de todos los terrorismos y, en particular, es necesario reconocer la enorme grieta ética que representó para nuestra democracia que fuera precisamente el Estado quien, excusándose en su defensa, vulnerara la dignidad y los derechos de sus ciudadanos. «Si la democracia mata, la democracia muere», denunció Gesto por la Paz, porque los GAL fueron una auténtica subversión contra el Estado de derecho.

Así, hoy, 40 años después, el Estado tiene una deuda pendiente con sus víctimas y con el conjunto de la sociedad. El reconocimiento de los errores y los horrores cometidos, lejos de debilitar al Estado de derecho, lo fortalece y lo legitima. Nadie debería valorarlo como una muestra de debilidad, sino como voluntad de superar los traumas del pasado y fortalecer la convivencia.

Nuestra sociedad tiene que atender las consecuencias de todos los terrorismos.

Por eso, algunas personas de la sociedad civil vasca que nunca callamos ante el terrorismo, queremos alzar la voz para decir con claridad que el Estado tiene deudas pendientes y emplazar a sus responsables a realizar un solemne reconocimiento de responsabilidad en la injusticia del daño causado, así como a poner fin a los agravios en el tratamiento de los derechos de las víctimas de los GAL, aplicando el principio constitucional de igualdad.

Es de justicia. Que no tenga duda nadie.

*Firman también este artículo: Isabel Urkijo, Gorka Landaburu, Lourdes Oñederra, Milagros Rubio, Jon Arrizabalaga, Sabin Zubiri, Iñaki García Arrizabalaga, Jesús Herrero y Kepa Korta.

Musa de la libertad

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Carta de Agustín Ibarrola dirigida a la Comisión de Homenaje a Yoyes.

Yoyes, Dolores González Katarain, fue una ex miembro de ETA que abandonó la organización terrorista en 1980. Tras cinco años de exilio en Méjico, regresó a Ordizia en noviembre de 1985. Su regreso lo negoció con ETA a través de Txomin Iturbe y con el Gobierno español que, al no tener ninguna causa pendiente con la Justicia debido a la Ley de Amnistía de 1977, no tenía motivo para impedir su vuelta a casa. Diez meses  más tarde, cuando paseaba en las fiestas de Ordizia junto a su hijo de tres años, fue asesinada por el miembro de ETA Antonio Ruiz López, Kubati.

Agustín Ibarrola Goikoetxea fue un pintor y escultor vasco muy comprometido con la sociedad de su tiempo. En la década de los 50 entró a formar parte del grupo artístico ‘Equipo 57’. Posteriormente, inició su compromiso político durante el franquismo lo que le llevó a ser encarcelado y a sufrir la tortura (1962-1965 y 1967-1973). Dos años después, un grupo de «incontrolados» de extrema derecha quemó su caserío en Ibarrangelua.

Formó parte del movimiento artístico del ‘Land Art‘ y una de sus obras más conocidas la realizó en el Bosque de Oma entre 1982 y  1985.

En 1986, cuando Yoyes fue asesinada por ETA, Agustín Ibarrola formó parte de un valiente movimiento ciudadano que manifestó públicamente su radical rechazo a este asesinato. A partir de entonces, su posición en contra de ETA fue nítida y muy activista. En 1993, formó parte de la Iniciativa Ciudadana en favor de la liberación de Julio Iglesias Zamora y fue quien diseñó a petición de Gesto por la Paz, la imagen del lazo azul que meses antes había puesto en marcha la organización pacifista.

Su compromiso con la paz le llevó a formar parte de otros movimientos contra ETA en años posteriores y sufrió los ataques de la izquierda abertzale a través de la violencia de persecución.

Con motivo del reciente fallecimiento del artista (17 de noviembre, 2023), publicamos la carta que Agustín Ibarrola escribió de puño y letra con objeto de sumarse al movimiento ciudadano contra el asesinato de Yoyes.

 

 

 

 

 


Gernika 15 Octubre 1986

En nombre de Euskadi pido paz.

Pido el derecho a ser vasco libremente sin imposiciones de ningún modelo ideológico. Pido que la construcción del pueblo vasco y de su cultura sea el producto de la participación democrática del ciudadano.

A los que degradan todo razonamiento político, social o cultural a la dialéctica de la liquidación física de las personas y a la difamación de quienes sustentan otros principios les pido que abandonen esas aberrantes prácticas de intolerancia y de devaluación de los procesos democráticos que caracterizan a cualquier comunidad moderna civilizada.

A los que callan por miedo o por complicidad les recuerdo que aquí somos Yoyes en gran parte de nuestra dimensión humana y social casi todos y que con su actitud contribuyen a mantener una situación de violencia, militarización, división y derechización que está impidiendo la salida real de nuestro pueblo hacia la democracia.

Igualmente me dirijo a los presos y exiliados invitándoles a seguir el ejemplo de Yoyes abandonando su actual condición de mercancía política y a regresar a casa, a la casa del padre y a defenderla con los medios propios de una sociedad con voto y partidos políticos, sindicatos, etc.

Hoy todavía tengo que pedir junto a Blas de Otero también la palabra para todos.

Yoyes, por el poder que me confiere mi aportación tanto artística como ciudadana al pueblo vasco yo te nombro MUSA DE LA LIBERTAD

Ibarrola