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Gogoan-por una memoria digna

~ Por una memoria digna como derecho de las víctimas y de la sociedad vasca en general. Una memoria que deslegitime la violencia y que sea pedagógica para prevenir situaciones como las vividas en Euskal Herria los últimos 50 años.

Gogoan-por una memoria digna

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La impostura sobre el tercer grado de algunos presos de ETA

30 viernes Dic 2022

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Reflexiones ante la manifestación de Sare, colectivo de apoyo a los presos de ETA, el próximo 7 de enero bajo el lema “Cerca el camino a casa”

Hoy quedan aproximadamente 170 presos de ETA en España (160 EPPK, 5 ATA, 2 Vía Nanclares y algunos no vinculados) y 13 en Francia (12 del EPPK y 1 ATA). Cuando ETA asumió su final, en 2011, había 700 presos de ETA [Datos de AVT (Asociación de Víctimas del Terrorismo) y Etxerat].

Terminada ya la injustificada política de alejamiento, el debate penitenciario sobre los presos de ETA se está centrando ahora en el acceso al tercer grado, una clasificación que permite, en su régimen normal, salir diariamente a la calle, pernoctando en la cárcel, o regímenes de algo más o algo menos de semilibertad.

Además, desde los colectivos de apoyo a los presos de ETA se piden dos reformas legales, una relativa al cómputo retroactivo del tiempo de prisión cumplido en Francia (que afectaría a 50 presos de ETA) y, otra, sobre la Ley 7/2003 para el cumplimiento íntegro de penas, que elevó hasta 40 años el límite máximo efectivo en privación de libertad. Pero ahora mismo su prioridad está fijada en la concesión de los terceros grados.

En el período 2018-2021 el Ministerio de Interior reconoció 28 terceros grados a presos de ETA. Asimismo el Gobierno Vasco en 2022, desde que empezó a ejercer la competencia de prisiones, ha concedido 33 terceros grados a este colectivo (14 firmes, 6 revocados judicialmente y 13 pendientes de resolución de recurso) [Datos AVT].

En el período 2018-2021 el Ministerio de Interior reconoció 28 terceros grados a presos de ETA y el Gobierno Vasco en 2022, cuando empezó a ejercer la competencia de prisiones, ha concedido 33 terceros grados a este colectivo

La clasificación en tercer grado está sometida a revisión judicial, si la impugna la fiscalía, tanto cuando se ha basado en razones humanitarias (enfermedad incurable), como cuando se fundamenta en la evolución favorable del preso hacia la reinserción. Los datos apuntados reflejan que no pocos presos de ETA han conseguido la clasificación en tercer grado, tanto cuando éstos dependían del Ministerio, como cuando lo hacen del Gobierno Vasco. Nos encontramos con que algunos sí han alcanzado este tratamiento penitenciario y, en cambio, otros no. Aunque sin duda hay valoraciones distintas entre las Juntas de tratamiento, y entre fiscales y jueces de la Audiencia Nacional.

no pocos presos de ETA han conseguido la clasificación en tercer grado

Hay que recordar que en delitos de terrorismo, la ley penitenciaria (artículo 72 LOGP) exige que para el acceso al tercer grado y a la libertad condicional las personas presas muestren signos inequívocos de haber abandonado los fines y los medios terroristas, y además hayan colaborado activamente con las autoridades, lo que podrá acreditarse mediante una declaración expresa de repudio de sus actividades delictivas y de abandono de la violencia y una petición expresa de perdón a las víctimas de su delito, así como por los informes técnicos que acrediten que el preso está realmente desvinculado de la organización terrorista y del entorno y actividades de asociaciones y colectivos ilegales que la rodean y su colaboración con las autoridades.

la ley penitenciaria exige que para el acceso al tercer grado y a la libertad condicional las personas presas muestren signos inequívocos de haber abandonado los fines y los medios terroristas, y además hayan colaborado activamente con las autoridades y una petición expresa de perdón a las víctimas de su delito, así como por los informes técnicos que acrediten que el preso está realmente desvinculado de la organización terrorista y del entorno

Pero en este debate nos parece que hay posiciones llenas de impostura desvergonzada, que hay que poner sobre la mesa. Después de décadas en las que la izquierda abertzale vetó a los presos, con mano de hierro y expulsiones, la petición de progresiones de grado (alargando innecesariamente los encarcelamientos), en 2017 el EPPK cambió de estrategia, pero imponiendo un límite inaceptable.

Y es que Antton Lopez «Kubati», responsable de presos de Sortu y quién mató a Yoyes, y Joseba Azkarraga, portavoz de Sare, manifestaron: «cada preso debe actuar de manera individual en la búsqueda de avanzar y mejorar su propia situación con las líneas infranqueables de no arrepentimiento y no delación»

la izquierda abertzale vetó a los presos, con mano de hierro y expulsiones, la petición de progresiones de grado, alargando innecesariamente los encarcelamientos

sus portavoces han impuesto públicamente que el reconocimiento de la injusticia cometida es una línea roja infranqueable para los presos de ETA

Por eso, tener que escuchar ahora a las organizaciones de la izquierda abertzale encargadas de estos temas, que todos los presos de ETA están asumiendo la “reinserción restaurativa”, cuando sus portavoces han impuesto públicamente que el reconocimiento de la injusticia cometida es una línea roja infranqueable para los presos de ETA, y han despreciado a los presos disidentes de la vía Nanclares por hacerlo, resulta contradictorio y engañoso, al afirmar una cosa y la contraria. Más allá de las dudas sobre sus connotaciones, las palabras “perdón” o “arrepentimiento”, significan desear no haberlo hecho; significan reconocer la injusticia de lo hecho, una valoración ética del daño causado, lo cual es diferente del mero reconocimiento de haber causado un daño. Decir que el daño causado fue injusto e injustificado es algo que sí puede tener efecto reparador para las víctimas y para el conjunto de la sociedad.

las palabras “perdón” o “arrepentimiento”, significan desear no haberlo hecho; significan reconocer la injusticia de lo hecho, una valoración ética del daño causado, lo cual es diferente del mero reconocimiento de haber causado un daño.

Esta impostura sobre los procesos de reinserción de ciertos presos de ETA se enmarca en la posición de fondo de Sortu en cuanto al relato y la memoria, desplegada mediante tres estrategias:

  1. Evitar a toda costa que los presos de ETA y quienes les dieron y les dan soporte sociopolítico hagan público cualquier gesto de reconocimiento de la injusticia de la violencia y del «bietan jarrai» que promovieron durante décadas.
  2. Extender una viscosa niebla ética relativista con el «todos los relatos son válidos», una mercancía averiada que pretende neutralizar el suelo ético democrático deslegitimador del terrorismo.
  3. Y mientras tanto, reproducir su relato épico-martirológico con distintos proyectos memorialísticos sectarios, y hegemonizando el espacio público con fotos y murales de presos condenados por gravísimos delitos, como sigue sucediendo en cientos de lugares del país.

pretender a la vez vender que todos los presos de ETA están transitando la reinserción restaurativa, reconociendo la injusticia provocada, es un insulto a la inteligencia, que muestra una escasa honestidad

Defender el relato de ETA y de la izquierda abertzale es una histórica posición política, éticamente brutal, aunque amparada por las libertades fundamentales. Pero pretender a la vez vender que todos los presos de ETA están transitando la reinserción restaurativa, reconociendo la injusticia provocada, es un insulto a la inteligencia, que muestra una escasa honestidad. Hay unos que sí (dejadles recorrer su propio camino ético y permitidles su libertad de expresión sin líneas rojas); pero otros muchos, y el conjunto de la izquierda abertzale vinculada a Sortu, por el momento, no. Y ya que algunos no están todavía para rectificar los relatos justificadores de su violencia, que al menos abandonen el uso de la trampa y el engaño victimista.

Gogoan, por una memoria digna

Todos los futuros ganados

03 lunes Oct 2022

Posted by gogoanmemoria in convivencia

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Hace unas semanas, tuve la oportunidad de asistir a la presentación del libro “Todos los futuros perdidos” publicado por la editorial Plaza Janés en la Universidad de Deusto (Bilbao). El libro lo guardaré siempre con mucho cariño porque está firmado por los tres protagonistas del mismo: Lourdes Pérez Rebollar, Eduardo Madina y Borja Semper, personas por las que sentía un gran respeto ya antes y ahora, tras la lectura de este interesante libro, más aún.


“Esa memoria ha sido convocada aquí, en este caserón donde solo parece caber la felicidad epidérmica de los placeres pequeños, pero sobre el que aún planean, como sobre todos nosotros, los fantasmas de lo vivido, de lo sufrido y de lo que todavía resta por contar. De los secretos ocultos bajo la alfombra. De las ventanas cerradas durante tanto tiempo. De todos los futuros perdidos que han dejado tras de sí el reguero de lo irrecuperable, de lo que pudo ser y ETA no permitió que fuera”

Esta es una parte del epílogo que nos regala Lourdes Pérez Rebollar en este libro y del que se extrae el título del mismo, un epílogo que no tiene desperdicio. Sólo por él, ya merecería la pena leer el libro. Pero es que, además, Eduardo Madina y Borja Semper nos ofrecen una serie de confesiones y reflexiones que a todas luces resultan muy interesantes.

Un dúo disímil

Los dos protagonistas principales, Borja y Eduardo tienen perfiles distintos, pero coinciden en varios aspectos claves en su vida. Quizás el más anecdótico es que nacieron con un día de diferencia, pero les une muy desde las entrañas el hecho de que ETA tratara de terminar con sus vidas cuando contaban 22 y 26 años, respectivamente. ¿Cómo se ve la vida si con esas edades tienes que asumir que cuando sales cada día de tu casa no sabes si volverás a ella? Sin duda alguna, esto te tiene que convertir en alguien especial, diferente.

          

También tienen en común que ambos fueron políticos en los que mucha gente confiaba como el perfecto relevo para una política nueva en unos partidos quizás excesivamente rígidos y antiguos, pero… abandonaron, no la Política, pero sí la política partidista que, en ocasiones, se convierte en mezquina y pobre. Lo dieron todo y, en unos años, eligieron marcharse.

Adolescencias de plomo

El libro tiene dos partes diferenciadas: en una primera se realiza una reflexión sobre sus vivencias personales, aquellas que vivieron rozando la muerte y que sin duda perfilaron su vida y la de sus seres más queridos. Tremendos episodios en los que abundan reflexiones sobre su implicación en la política, sobre el sentido y sinsentido de lo que les tocó vivir y cómo lo fueron asimilando; sobre cómo viven la identidad propia y la identidad con el entorno. Reflexiones y confesiones realmente interesantes.

“Estas páginas charlan sobre el miedo, y mucho. Sobre la culpa y sobre el odio. Sobre el perdón, la ira, la frustración y la rabia. Sustantivos tan grandes como oscuros pronunciados, no obstante, sin amargura ni rencor. Sí con el orgullo del compromiso personal, con la satisfacción moral del superviviente”.

La memoria de la verdad

En una segunda parte del libro, lo personal deja paso a un análisis político de temas que fueron y son claves como la justicia, la libertad, las elecciones con la amenaza de ETA, la lucha antiterrorista, el pacifismo, la Vía Nanclares, Miguel Ángel Blanco, la convivencia en Euskadi, los ongi etorris, el reconocimiento a las víctimas… Se podrá o no compartir su visión sobre cada uno de los temas mencionados, pero no abusan de los tópicos y cada reflexión te invita a repensar la cuestión.

El 20 de octubre de 2011, principio y final

El libro empieza y termina con esta inolvidable fecha. He de decir que no comparto la alegría que dice Eduardo Madina que sintió el 20 de octubre de 2011, cuando ETA anunció que abandonaba la “lucha armada”. Ni la sentí, ni la percibí a mi alrededor, ni siquiera en la sociedad esa alegría.

Gesto por la Paz fue probablemente la única organización que públicamente ‘celebró’ el final de ETA.

Confieso que la mezcla de alegría y profunda tristeza se mezclaron tanto que no sabría identificar bien lo que sentí. Ahora bien, comparto que aquel día sí marcó un antes y un después para toda la sociedad vasca y, muy especialmente, para quienes habían sido víctimas de tanta violencia y para quienes continuaban siéndolo.

Y termina Lourdes así:

Con la incomprensión natural del que disfruta de un país que ha sepultado la violencia para siempre y no concibe otra cosa que convivir respetándose en libertad. Con la libertad de todos los futuros ganados.

 

Tras su lectura, solo puedo decir GRACIAS y de esta manera me uno al agradecimiento final del libro:

“Gracias a todas aquellas personas que superaron el miedo para que hoy podamos afrontar el futuro en Paz y Libertad”

Isabel Urkijo Azkarate, miembro de Gogoan, por una memoria digna

«Déjame que te cuente»

09 jueves Dic 2021

Posted by gogoanmemoria in Memoria

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El profesor Manuel Reyes Mate siempre nos recuerda la importancia de la memoria. En su artículo publicado en El Periódico en 2017, “El deber de memoria”, explica que el deber de memoria no es acordarse de lo mal que lo pasaron los judíos en los campos de exterminio, sino en la obligación de reflexionar sobre la historia política europea que llevó a la catástrofe. Esto es, la memoria claramente tiene un sentido de pedagogía social. Aportar a su enriquecimiento está en manos de cualquier persona que tenga capacidad y voluntad de contribuir a reflexionar, en este caso, sobre lo que aquí ocurrió.

el deber de memoria no es acordarse de lo mal que lo pasaron los judíos en los campos de exterminio, sino en la obligación de reflexionar sobre la historia política europea que llevó a la catástrofe.

El 20 de octubre pasado, en una de las salas que la UPV tiene en Abandoibarra (Bilbao) la periodista Lourdes Pérez presentó su libro “Déjame que te cuente. Memorias para el futuro en el décimo aniversario del final de ETA”.

La sala estaba llena de gente entregada y encantada de escuchar a uno de los invitados por la Fundación Rubial, el Lehendakari Patxi López, a Juan Luis Ibarra, autor del prólogo del libro, y a la autora, la periodista. El acto estuvo muy bien; muy ajustado en tiempo y forma a lo que era, pero ¿y el libro? El libro es un gesto imprescindible de Memoria.

Quien quiso saber, supo

Esta semana he leído el libro y, con pena, lo he terminado. Me gustaría compartir con todas las personas que están leyendo este post, las distintas citas, referencias, expresiones, reflexiones… que me han encantado, pero no sabría cuáles elegir. Bueno, sí. Hay una que aparece en la página 71 y la vuelve a repetir en la 154: “Quien quiso saber, supo”. Creo que yo habría elegido éste como Título del libro. Otra referencia que me gustó por diferentes motivos fueron las palabras de Rafaela Romero sobre el funcionamiento del terrorismo: Opera un engranaje asimilable al que despliega la violencia machista para anular la autoestima de las mujeres: El maltratador primero te aísla y luego te golpea. Así hizo ETA.

La periodista relata con agilidad y frescura de muy alta calidad muchos de los episodios que le tocó vivir como trabajadora de El Correo y El Diario Vasco. Recoge los testimonios de varios familiares de víctimas de ETA y de supervivientes y los va tejiendo a lo largo de las 173 páginas con una maestría admirable, tratando cuestiones que están ahí engarzadas en cada historia: la vía Nanclares, el perdón, la reacción de la sociedad, el abandono de las víctimas, el valor de quienes defendieron la democracia, etc. He de reconocer que el relato de Manuel Zamarreño hace enmudecer.

El libro engancha y no te suelta hasta el final y, precisamente esa continua invitación a reflexionar sobre cada pequeño detalle, es la que lo convierte en el mejor regalo que yo haría a cualquier persona que estuviera mínimamente interesada en la Memoria de las consecuencias de la actividad de ETA. Lourdes Pérez, la periodista, nos ofrece estas páginas donde ha esculpido un ejemplo de nuestro “deber de memoria”. Os animo a que lo leáis.

Lourdes Pérez nos ofrece estas páginas donde ha esculpido un ejemplo del “deber de memoria”.

Y termino agradeciendo muy sinceramente a la periodista el fabuloso trabajo que ha hecho, así como a las personas que nos ofrecen su testimonio bien a través de entrevistas (Nuria Imaña, Estanis Amutxastegi, Edurne Albizu y Rafaela Romero), bien a través de las diversas referencias a las que recurre la autora. De todas aprendemos.

 

Isabel Urkijo Azkarate

[Fotos: Socialistas vascos]

«El tiempo del testimonio»

05 domingo Dic 2021

Posted by gogoanmemoria in Memoria

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Los de ETA han sido unos muertos incómodos, sobre todo porque les taparon la boca con la tierra podrida del “algo habrá hecho”. Saber sabíamos que estaban allí abajo gritando “¡estamos aquí!”, pero los cautiverios mentales de algunos de nosotros eran más fuertes que su verdad. Por eso sacarlos del olvido cerrado donde los han querido sus asesinos es hacernos a nosotros mismos un favor. Porque las víctimas, su recuerdo y su presencia, nos hacen mejores.

para mantener el silencio y el odio hicieron falta muchas mentiras

Por ello tan importante como el relato es la verdad porque para mantener el silencio y el odio hicieron falta muchas mentiras. La memoria de lo que ha provocado el terrorismo en nuestras vidas supone un recordatorio de lo que nunca debiera suceder, por eso exige un aprendizaje continuo, una visibilidad permanente. No es que lo hagamos una vez y ya. Exige tenerlo presente porque de alguna manera ese recuerdo es un antídoto frente al culto a la violencia. Recordar no es solo un acto simbólico. Recordar es también resistir ante unas ideas autoritarias por las que se asesinó en nuestro nombre.

Recordar es también resistir ante unas ideas autoritarias por las que se asesinó en nuestro nombre

Escribía certero Muñoz Molina que “no hay injurias más fáciles de olvidar que las que han sufrido otros, sobre todo si es uno mismo el que las ha cometido”. Ante la tentación del olvido o de la interpretación sesgada de lo sucedido quedan las víctimas, con su mano alzada y sus vivencias. Pasar del asunto, mirar con hastío a quienes pretendemos recordar, o huir hacia delante nunca debería ser una opción.

El “no debió suceder” que expresó Otegi hace unas semanas no es lo mismo que “no debimos hacerlo”: en lo primero aparece una visión táctica del final del terrorismo; en lo segundo una convicción ética. Y era exigible lo segundo, porque ETA es mitad fracaso, mitad catástrofe.

 no debimos hacerlo es una convicción ética

El odio hacia el otro y la ideología autoritaria en la que se parapetaba ha sido la ruina de mucha gente, a pesar de vivir en un lugar del mundo privilegiado, y en ocasiones en familias privilegiadas. Afirma Martín Alonso que el odio es una emoción de bajo coste, sobre todo, digo yo, para quienes empujaron al precipicio a cientos de jóvenes. Sobre ello Carmen Gisasola, una de las presas de ETA que inició el camino de la “vía Nanclares” basado en la autocrítica y el reconocimiento del daño injusto causado, en 2019 apuntó que “en mi pueblo son solo media docena de forofas de la lucha armada las que no me saludan. Pero decir, no me dicen nada. ¿Qué me van a decir si se han pasado cuarenta años evitando entrar en ETA?”.

Afirma Martín Alonso que el odio es una emoción de bajo coste, sobre todo, digo yo, para quienes empujaron al precipicio a cientos de jóvenes.

Florencio Domínguez, en su libro La agonía de ETA, destaca que un amigo de un miembro de ETA le escribió: “La ETA militar cada vez es menos militar. A ver si zumbáis fuerte y empezar a poner muertos encima de la mesa, que lleva un tiempo vacía”. El dirigente de ETA Txomin Iturbe escribía así al comando Zuberoa en 1978: “Bueno, sin más y esperando que continuéis con ejecuciones, nos despedimos de vosotros con un fuerte abrazo, y hasta la vista”. “Yo no he asesinado a nadie, yo he ejecutado. No me arrepiento”, confesaba Josu Zabarte, otro miembro destacado de ETA, en una entrevista.

Yo no he asesinado a nadie, yo he ejecutado. No me arrepiento, confesaba Josu Zabarte

Y ese pensamiento se trasladó a la violencia que ETA ejerció; al quién y al cuándo, pero también al cómo. A Vicente Zorita, asesinado en 1980, le pegaron siete tiros, pero antes, arrodillado como estaba, le pusieron una bandera española en la boca. Era miembro de Alianza Popular. A Antonio Cedillo, policía nacional, le tirotearon en una carretera rural de Rentería en 1982, salió malherido, logró pedir auxilio y se metió en una furgoneta camino al hospital. Sin embargo, el comando volvió a la zona, detuvo la furgoneta y remató a Antonio. Eso mismo le hicieron al ex guardia civil, José María Panizo, en 1978. El miembro de ETA que le descerrajó varios tiros se dio cuenta de que, caído en el suelo, no había muerto, se acercó al cuerpo de José María, le puso la rodilla en el cuello y le disparó en la cabeza.

Más. Asesinan al guardia civil Aurelio Prieto, natural de Extremadura. Su viuda, Conchi Fernández, viaja en un avión de carga camino del entierro de su marido. Allí, entre el eco metálico y la soledad del aparato, el féretro, la hija en común de seis meses y la hermana de Conchi llenan el vacío. Van camino de Mérida a empezar una nueva vida en una tierra que no era la suya, porque Conchi era de Alsasua.

El exilio interior, el que llena de tristeza infinita una vida, tal vez haya sido uno de los peores exilios que hayan tenido que sufrir muchas víctimas. En 1982 ETA asesina al industrial Rafael Vera Gil. A los tres meses, su viuda, María Dolores Bernisa, se suicida.

El exilio interior, el que llena de tristeza infinita una vida, tal vez haya sido uno de los peores exilios que hayan tenido que sufrir muchas víctimas

Todavía estamos en el tiempo del testimonio. Porque la transmisión de toda esta barbaridad que fue el matar es una obligación moral si queremos superar un trauma como el de la violencia. Sobre todo para que nadie nunca vuelva a decir que no sabía.

 

Joseba Eceolaza, miembro de Gogoan por una Memoria Digna

 

De políticas penitenciarias

05 viernes Nov 2021

Posted by gogoanmemoria in derechos humanos

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La situación de los presos de ETA está muy presente en determinados ámbitos que se esfuerzan mucho en no dejarlos en el olvido y en denunciar la situación en la que viven que califican de injusta.

Bien, pues a propósito de los presos, hemos querido rescatar el artículo que escribió un ex preso de ETA, Joseba Urrosolo Sistiaga, en 2020 en el periódico El Diario Vasco y en El Correo donde nos ofrece un punto de vista crítico con quienes aparentemente más están haciendo por los presos.

Para los suscriptores a este medio: El Correo


“Están a otra cosa”

Hace más de 10 años que algunos presos comenzamos a dar pasos en lo que luego se conoció como Vía Nanclares. Era un marco que facilitaba la aplicación de la legalidad penitenciaria en los casos en los que había un desmarque de la actividad de ETA, un reconocimiento del daño causado y la solicitud de traslado a la cárcel de Nanclares. Todo esto estaba prohibido dentro de la política penitenciaria que la Izquierda Abertzale imponía a sus presos.

qué difícil se hacía plantear algo tan evidente como que ETA debía desaparecer, que el final de ETA debía estar acompañado de una reflexión necesariamente crítica de nuestro pasado

Después incluso de desperdiciar toda posibilidad de un final negociado o acordado, qué difícil se hacía plantear algo tan evidente como que ETA debía desaparecer, que el final de ETA debía estar acompañado de una reflexión necesariamente crítica de nuestro pasado. Qué difícil cuando los comisarios políticos salían constantemente en los medios de comunicación asegurando que era imposible que ETA desapareciera mientras hubiera presos en las cárceles. Desperdiciaron 8 años alargando gratuitamente el desarme y la desaparición de ETA. Con mucha pompa y escenificación para su parroquia y decepción para quienes esperaban algo más que ayudara a cerrar heridas y recuperar la convivencia.

Y así siguen. Como si no fueran conscientes de la difícil situación en la que les han dejado abandonados, siguen tratando de afrontar el tema de los presos desde los fuegos de artificio, mareando la perdiz, sin ir al fondo del problema. Para ello se ponen en marcha toda una serie de movidas como Sare, Foro Social… controlados por SORTU, por militantes de SORTU, cuyo único objetivo es escenificar que se dan pequeños pasos, que se hacen cositas. Parece que tiran del carro, pero tan despacito que frenan la corriente positiva que hay en la sociedad para superar los errores del pasado.

Joseba Azkarraga en nombre de SARE, frivolizaba sobre los resultados de la política de dispersión de la que él mismo fue parte. Decía que no se consiguió que los presos se alejaran de ETA, que no hubo desertores salvo unos pocos casos (…) Ni fuimos tan pocos en tantos años, ni era la dispersión sino la discrepancia la que nos alejaba de ETA, ni se puede obviar la presión social que se ejercía sobre presos y familiares, y el costo que tuvo

En un reciente escrito, Joseba Azkarraga en nombre de SARE, frivolizaba sobre los resultados de la política de dispersión de la que él mismo fue parte. Decía que no se consiguió que los presos se alejaran de ETA, que no hubo desertores salvo unos pocos casos. Todo muy épico, hasta hablar de deserción, cuando la realidad es que han tenido que hacer desaparecer a ETA, “porque les sobraba y estorbaba”, entregaron las armas a la policía y están solicitando a nivel individual un tratamiento como presos comunes.

Como para frivolizar con ese tema. Además, ni fuimos tan pocos en tantos años, ni era la dispersión sino la discrepancia la que nos alejaba de ETA, ni se puede obviar la presión social que se ejercía sobre presos y familiares, y el costo que tuvo, para evitar que el preso decidiera por sí mismo sobre los beneficios penitenciarios a los que tenía derecho.

Ahora, a los que siguen en la cárcel les dicen que ánimo, que sigan fuertes, que ya no es un deshonor solicitar el cambio de grado, ni trabajar en la cárcel, ni salir de permiso, que lo intenten, que ya no tendrán que soportar los insultos, las campañas de desprestigio y el acoso social que el entorno de la Izquierda Abertzale sometía a los que lo hacían.

Pero no les facilitan lo imprescindible. Porque, como decían los responsables del tema de presos en SORTU, “ellos están a otra cosa”. De momento, a evitar lo fundamental: la reflexión crítica y ética sobre todo el sufrimiento injusto que causamos desde el mundo de ETA. Y no solo los militantes de ETA. Algún día afrontarán esa responsabilidad, siempre demasiado tarde.

Ellos están a otra cosa. De momento, a evitar lo fundamental: la reflexión crítica y ética sobre todo el sufrimiento injusto que causamos desde el mundo de ETA. Y no solo los militantes de ETA.

Joseba Urrosolo Sistiaga, ex preso de ETA y miembro del grupo de la llamada Vía Nanclares

Dos ciabogas en la política penitenciaria

30 miércoles Dic 2020

Posted by gogoanmemoria in presos

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acercamiento, Acuerdo de Lizarra, alejamiento, convivencia, Deia, derechos humanos, deslegitimación de la violencia, EPPK, ETA, homenajes, izquierda abertzale, Josu Zabaleta, justicia restaurativa, Koldo Mediavilla, manifestación, Miguel Ángel Blanco, Ortega Lara, perdón, pluralismo democrático, política penitenciaria, presos enfermos, presos y presas, reinserción, secuestro, vía Nanclares, Víctimas

Algo de perspectiva sobre las dos recientes ciabogas en la política penitenciaria (en recuerdo de Josu Zabaleta)

 

Tras el lento final de ETA (cese la violencia en 2011, desarme en 2017 y disolución en 2018), y cuando los presos y presas de ETA han pasado de 700 a 227, por fin están virando las dos políticas penitenciarias que se han aplicado durante décadas:

Por una parte, la política penitenciaria de alejamiento de los distintos Ministerios de Interior desde 1989, que ha supuesto una injusta carga para familiares y amistades, obligados a recorrer durante años largas distancias innecesarias. Desde 2018, se vienen produciendo numerosos acercamientos de manera individualizada que deberían generalizarse para el conjunto de presos, sin condicionantes añadidos.

EPPK, presos oficialistas de ETA, y la Izquierda Abertzale hasta finales de 2017 se negaban a emplear las vías y beneficios que contempla la legalidad penitenciaria. Lo que ha supuesto un alargamiento de penas en condiciones evitables

Por la otra, la política del EPPK, presos oficialistas de ETA, y la Izquierda Abertzale, que hasta finales de 2017 se negaban a emplear las vías y beneficios que contempla la legalidad penitenciaria. Y marginaban a las decenas de disidentes que durante años las han recorrido con mucha dignidad y riesgo para sus propias vidas e incomodidad para su entorno. Esto ha supuesto un lamentable alargamiento de penas en condiciones evitables. A este tardío y todavía parcial cambio de estrategia se han sumado, según Instituciones penitenciarias, el 60% de los presos de ETA (75% según el Foro Social).

Foto extraída del blog de Koldo MediavillaAsí las cosas, puede aportar cierta perspectiva recuperar una antigua carta del ya fallecido claretiano Josu M. Zabaleta. Esta persona recorrió muchas cárceles visitando a presos de ETA y fue un importante apoyo para el colectivo de la ‘vía Nanclares’, un camino pionero de reinserción social y de justicia restaurativa a favor de la convivencia, frente a tanto dolor injusto. La llamada ‘vía Nanclares’ es un ejemplo del que sería importante que aprendieran los presos ETA y quienes social y políticamente les apoyaron.

La coherencia en la defensa de los Derechos Humanos es clave. Convendría no llamar un día a apoyar un trato humanitario hacia los presos de ETA y, al siguiente, homenajearles como si fueran mártires, porque es una manera de legitimar su pasado de ataques contra el pluralismo democrático, y porque muestra una nula empatía hacia sus víctimas, o vetar y marginar gestos de petición de perdón ante tanto dolor injusto e injustificado. ¿Promovemos los Derechos Humanos o un victimismo autojustificador de tantas violaciones de los mismos? Para reflexionar, os invitamos a leer el escrito de Josu M. Zabaleta (Deia, 10 de enero de 2013).

 

¿Por qué no voy a la manifestación del 12-E?

Estoy totalmente de acuerdo con los dos objetivos de la manifestación: el acercamiento de los presos a Euskadi y la liberación inmediata de los presos gravemente enfermos. Pero no voy a la manifestación principalmente por estos dos motivos:

1. El grupo de presos de ETA de la Vía Nanclares ha sido ninguneado, calumniado y vilipendiado por parte de algunos -no todos- de los organizadores de la manifestación y por parte de varios de los habituales participantes a dichas manifestaciones. Y para los miembros del Grupo de Nanclares todavía ha sido mucho más doloroso el hecho de que muchos de sus familiares han sido despreciados y abandonados por muchos del mundo de la IA.

Sin embargo, a mí esos presos disidentes de la Vía Nanclares me llaman positivamente la atención desde hace ya varios años por el camino que han tomado desde la revisión crítica del pasado. Para ello se basan en una ética humanista -no marxista donde el fin justifica los medios- desde la afirmación del valor supremo de todo ser humano, desde el reconocimiento del daño causado, reparación y reconciliación con las víctimas. Esto sí que es, desde mi punto de vista, avanzar en la construcción del Pueblo Vasco.

Foto extraída del blog de Koldo Mediavilla

2. Desde mi punto de vista, muy limitado e imperfecto, estas manifestaciones, ayunos, encierros, etc. valen muy poco o nada para conseguir los objetivos que se marcan. Pueden servir para tranquilizar -dicho de una manera suave- a algunos de los organizadores que quieren hacer ver al colectivo y a sus familiares que les tienen muy presentes en sus vidas. ¿De verdad creen que el pueblo les va a sacar de la cárcel? Sin querer herir a nadie, pero algunos me recuerdan a esos amigos de los presos que desde Tailandia o las Bahamas, gozando de unas estupendas vacaciones, les envían cálidos recuerdos y muxus. ¡Qué paradoja! Pero no tengo dudas de la sinceridad y buena voluntad de muchos de los organizadores y manifestantes.

ETA, la IA y el Colectivo de Presos conoce perfectamente cuáles son los caminos para conseguir los objetivos para con los presos. Acepto también que la postura del Gobierno en muchos casos es inaceptable.

En los últimos 30 años cuántas manifestaciones, encierros, ayunos…. Que no han servido para nada. Recordemos con el Acuerdo de Lizarra-Garazi las decenas de miles de carteles en los balcones de nuestras casas de nuestros pueblos con el lema: Euskal Presoak, Euskal Herrira… ¿cuántos quedan ahora?

Si el abominable secuestro de Ortega Lara, el asesinato de Miguel Ángel Blanco -por cierto, tan jaleados y aplaudidos por muchos de la IA- y tantas otras ekintzas no sirvieron para nada, sino todo lo contrario, para mejorar la situación de los presos, ahora con el cambio estratégico de la correlación de fuerzas, ¿se puede creer que con estas manifestaciones se pueden conseguir esos objetivos?

Ojalá estuviera equivocado y se acierte en los medios para conseguir esos objetivos que muchos anhelamos para todos los presos de ETA.

Sobre los deberes de la izquierda abertzale

22 domingo Mar 2020

Posted by gogoanmemoria in presos

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"Cambiar la política penitenciaria", "Están a otra cosa", "Me niego a aceptar la factura de Azkarraga", acercamiento de presos, alejamiento de presos, concentración, dispersión, Dolores González Katarain, Edurne Albizu Ormazabal, El Diario Vasco, EPPK, Ernest Lluch, ETA, Eugenio Olaziregui, Iñaki Lasagabaster, izaquierda abertzale, Joseba Azkarraga, Joseba Urrosolo Sistiaga, ponencia Oldartzen, Ramón Zallo, reconocimiento del daño causado, Red Ciudadana Sare, reinserción, socialización del sufrimiento, vía Nanclares, víctimas de ETA, Yoyes

El pasado 2 de marzo, se publicó en El Diario Vasco el artículo «Cambiar la política penitenciaria» firmado por Joseba Azkarraga, Iñaki Lasagabaster y Ramón Zallo, miembros de la Red Ciudadana SARE.

De entrada es importante diferenciar, y no seguir confundiendo, el «alejamiento vs. acercamiento», por un lado, y la «dispersión vs. concentración» por otro. En dicho artículo, además de relatar la situación injusta de alejamiento que padecen los 208 presos, realizan afirmaciones como que la dispersión fue la razón por la que se tardó en tomar la decisión de que ETA desapareciera.

La tardanza de esa disolución –en un proceso de cierre ordenado y general– se debió en buena medida a la dispersión en cárceles lejanas,

Sin embargo, esto es una simple anécdota, si continuamos con su lectura porque también cuestiona la política de dispersión: «Esa política no alcanzó sus objetivos puesto que ETA tomó la decisión de dejar la violencia 22 años después, sin que aquella defección se produjera salvo en algunos casos«, obviando el trato que dio ETA a quienes se reinsertaron o el denso trabajo que hizo la izquierda abertzale sobre quienes salían de la cárcel por esta vía.

Quizás uno de los puntos menos digerible del artículo es cuando afirman que ya se había reconocido el daño causado: «En 2013 una declaración del colectivo mayoritario de personas presas EPPK reconocía el daño causado y manifestaba su decisión de hacer uso de la legislación para normalizar su régimen carcelario.» Esta referencia al daño causado ETA la concretó más en su comunicado de 2018 cuando dijo:

A consecuencia de errores o de decisiones erróneas, ETA ha provocado también víctimas que no tenían una participación directa en el conflicto, tanto en Euskal Herria como fuera de ella. Sabemos que, obligados por las necesidades de todo tipo de la lucha armada, nuestra actuación ha perjudicado a ciudadanos y ciudadanas sin responsabilidad alguna. También hemos provocado graves daños que no tienen vuelta atrás. A estas personas y a sus familiares les pedimos perdón.

Se podría llenar el resto del post con fotografías de las otras víctimas, las que, según ETA, sí se merecieron ser asesinadas. Os dejamos un ejemplo, pero no olvidemos que hay cientos más como él:

 

A raíz del mencionado artículo, se han publicado dos a lo que queremos dar especial eco por la importancia de los colectivos a los que pertenecen sus autores -Joseba Urrosolo Sistiaga, preso disidente de ETA y miembro de la llamada Vía Nanclares, y Edurne Albizu Ormazabal, familiar de una víctima de ETA- y por el propio contenido de los mismos. Ambos son un cúmulo de verdades que difícilmente se pueden contestar.

«Están a otra cosa» de Joseba Urrosolo Sistiaga

La ponencia Oldartzen y la socialización del sufrimiento se debatieron y se apoyaron en las asambleas de la izquierda abertzale en los pueblos. Por eso es tan importante que esa responsabilidad se asuma y no se la dejen solo a los presos

«Me niego a aceptar la factura de Azkarraga» de Edurne Albizu Ormazabal

al reconocimiento le falta lo más importante: despojarse de la chulería y aceptar que todas sus víctimas han sido completamente injustas; que han asesinado a ciudadanos indefensos una y otra vez. Y que, para que así fuera, han recibido la ayuda de una parte de la sociedad que, unos  activamente y otros mirando al otro lado, han posibilitado que el terrorismo durara 50 años.

 

Recomendamos absolutamente su atenta lectura. Reflexionemos sobre las verdades que ambos nos colocan delante.

 

 

 

Valores intermitentes

16 jueves Ene 2020

Posted by gogoanmemoria in derechos humanos

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asesinato, autocrítica, Casa del Pueblo de Portugalete, derechos humanos, deslegitimación de la violencia, dictadura franquista, El Correo, El Mundo, empatía, ETA, ETA mátalos, Gesto por la Paz, impunidad, Jon Sistiaga, Joseba Eceolaza, Katrim Himmler, Maria Luisa Sánchez, memoria histórica, nunca más, pena de muerte, presos de ETA, Primo Levi, Sara Buesa, valores intermitentes, vía Nanclares, víctimas del terrorismo, venganza, verdad justicia y reparación, Zubiak

Joseba Eceolaza

La violencia hace que las vidas y los valores se resientan. Porque entre quienes la han defendido, a veces con un entusiasmo cruel, se da un cambio evidente de los parámetros morales. Así hay quienes, mientras exigen el respeto a los derechos humanos de los “suyos”, defienden la historia política de quienes han sido el principal colectivo vulnerador de los derechos humanos en nuestra historia reciente; ETA. Es lo que se podrían llamar  valores intermitentes. Pero los valores, si representan algo, es la universalidad, es decir, la necesidad de aplicarlos ante cualquier situación, incluso ante aquellos hechos que más nos incomodan.

Por eso tienen tanta validez las enseñanzas que la memoria histórica de lo sucedido en el 36 y en la dictadura franquista nos apunta. La tríada verdad, justicia y reparación vale para aquello y también para abordar las consecuencias dramáticas de los asesinatos de ETA. Porque la impunidad y la ausencia de verdad es negativo en cualquier caso.

Así el espacio de los valores, de la reconstrucción de la moral colectiva, tiene tanta importancia en el relato. Porque tras la “costumbre de la muerte”, como decía Primo Levi, tiene que venir necesariamente la deslegitimación social de la violencia. Sólo así lograremos sanar todas las heridas que, aunque no queramos, aún siguen abiertas.

Decía Sara Buesa que con el relato buscamos el “nunca más” y es cierto que esa es la base de cualquier debate sobre el tema. Por eso ha tenido también tanta importancia la polémica  sobre los recibimientos a presos de ETA que se ha dado este verano, porque es central huir de la autoafirmación y acercarse a la empatía con las víctimas. El potencial de un momento post violencia no solo reside en lo retórico, sino que se basa sobre todo en la necesidad de generalizar actitudes más conciliadoras.

Acto de Gesto por la Paz, 2000. El Mundo

La reivindicación orgullosa del historial de ETA retrasa la tarea pendiente del espejo, que es la más dura y más intensa de las tareas. Porque el dolor que ETA estaba generando hubiera sido descifrable mucho antes si nos hubiéramos quitado el velo de la política y sus autoengaños.

Por eso, buscar refugio en una verdad consoladora que llena nuestra historia de victimarios generosos que ejercían una violencia de respuesta, es romper el círculo de los valores y la coherencia. Porque en ese discurso hay un perturbador odio que todavía resiste en el lenguaje, en actitudes, en la mirada tuerta al pasado, porque aceptar la lógica de la violencia de respuesta es tanto como defender la pena de muerte y la venganza.

La representación socialmente predominante de ETA debe ser aquella que niega la secuencia conflicto político-violencia, porque el hecho de la muerte no fue algo inevitable. Quienes decidieron ejercer algo tan brutal como el asesinato lo hicieron solo condicionados por la decisión que tomaron, de forma autónoma, porque creían que así se conseguirían mejor sus objetivos políticos. El entorno social, un contexto histórico o incluso el terrorismo de Estado no justifican semejante caudal violento que afectó a miles de personas asesinadas, amenazadas o chantajeadas.

Por eso, tener el impulso de justificar la historia de ETA a través de la compensación entre víctimas diferentes, por encima de la sensibilidad y el sentido del dolor ajeno, eterniza la salida ante este periodo de violencia. Porque en la compensación, en la existencia de otras víctimas, no puede encontrarse la coartada perfecta para no abordar una revisión crítica de lo hecho y defendido. En ocasiones, el terrorismo de Estado se convierte así en una escapatoria evidente en la asunción de responsabilidades colectivas e individuales ante la historia de ETA.

Katrim Himmler decía que “escarbar en aspectos secundarios tenía a la postre su sentido, pues fue así como se resolvieron los cautiverios mentales”, y es que profundizar en lo que sucedió tras los disparos de ETA suele impactar. Porque en ocasiones solo hemos visto los grandes atentados, las víctimas más conocidas, pero tras los atentados hay tanta barbaridad, que merece la pena rescatarla como elemento pedagógico.

Sacar a la luz que dos personas de Portugalete murieron abrasados en un ataque a la Casa del Pueblo, nos hace ser conscientes de la magnitud de lo que nos ha sucedido. Porque buena parte de la sociedad, especialmente sectores de izquierdas, hemos tenido una falta de empatía aterradora con las víctimas del terrorismo de ETA.

No solo hubo silencio o ambigüedad, también hubo un entusiasmo por el asesinato que se expresaba de muchas formas y en muchos ámbitos, desde el champán hasta el “ETA mátalos” y eso ha formado parte de nuestro paisaje. Por eso ahora toca, aunque canse, consolidar el “nunca más”, especialmente centrado en la garantía de no repetición de ese discurso del desprecio que ha hecho que el discrepante haya sido objeto del odio. Es importante también lo que Reyes Mate llama proceso de rehumanización de quienes ejercieron la violencia.

Por eso, el documental Zubiak de Jon Sistiaga, es tan relevante en este itinerario de paz positiva al visibilizar la importancia de quienes se acogieron a la Vía Nanclares, porque pone en valor muchas cosas, entre otras, el nuevo papel que un victimario puede jugar en su comunidad como agente defensor de los derechos humanos, porque en su dolor, en su autocrítica, en el acercamiento al daño causado, aparece el ser humano, solo y frente a su pasado, sin más bandera, ni más épica, ni más recibimiento que ese.

Que no transcurra demasiado tiempo y que no se sobrescriban los recuerdos, es una responsabilidad de quienes hemos vivido en un tiempo en el que, a veces, nos despertábamos con la noticia fatal de la muerte. Habrá sin duda diferentes relatos, pero contemos al menos la verdad de lo sucedido, sin compensaciones, sin relatos auto justificatorios, sin despreciar a quien piensa diferente, porque la buena convivencia se construye con valores consistentes y universales.

Joseba Eceolaza miembro de Gogoan, por una Memoria Digna


 

Este artículo ha sido publicado en los principales periódicos de la Comunidad Autónoma Vasca y Comunidad Foral Navarra.

Sobre la reinserción restaurativa

30 lunes Dic 2019

Posted by gogoanmemoria in presos

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acercamiento de presos, alejamiento, ATA, AVT, beneficios penitenciarios, cárcel, derechos humanos, deslegitimar la violencia, EPPK, Etxerat, Foro Social, Grande Marlasca, izquierda abertzale, justicia restaurativa, Memoria, Ministerio de Interior, ongi etorri, política penitenciaria, presos de ETA, presos gravemente enfermos, progresión de grado, reinserción restaurativa, SARE, vía Nanclares

Reflexiones actualizadas sobre la política penitenciaria y sobre la reinserción restaurativa de los presos de ETA (diciembre 2019)

 

Una vez más este enero se acerca la cita anual de apoyo a los presos del EPPK, grupo donde no solo se han venido organizando los condenados por pertenencia a ETA, sino que también se han integrado presos de organizaciones políticas afines. En estos días, se vuelve a dar un cruce de diferentes datos y opiniones sobre la política penitenciaria con este colectivo. Por ello volvemos a compartir unas notas actualizadas con ánimo aclaratorio.

Datos aproximativos

Algunos datos aproximativos, contrastando distintas fuentes:

  • Quedan unos 257 presos de ETA (había 700 en 2011, cuando ETA abandonó la violencia). La mayoría son del EPPK, en torno a media docena de ATA, y ya solo uno de la vía Nanclares [Fuentes: Wikipedia, AVT, Foro Social].

AVT

  • A los 37 presos que están en cárceles francesas se les ha dejado de aplicar casi completamente la política de alejamiento y de vigilancia especial por peligrosidad (DPS) [EITB, 2019].
  • De los 220 presos en cárceles españolas, cerca del 72% (160) está utilizando la legalidad penitenciaria para progresar de grado y acceder a beneficios penitenciarios. Por el contrario, 60 presos han decidido no emplear los cauces ordinarios de reinserción y mejora penitenciaria [Foro Social, 2019].
  • El 74% de los presos en cárceles españolas, cumple pena en grados o en módulos ordinarios. El resto (58), se encuentran en primer grado puro.

Heraldo de Aragon

  • A principios del 2019 el Ministerio de Interior derogó la instrucción penitenciaria que restringía la excarcelación de presos gravemente enfermos solo a casos terminales. Durante el año ha habido varias excarcelaciones por este motivo.

 

Tres ideas

1. La política penitenciaria ya está cambiando. En Francia de manera completa, y en las cárceles españolas a un ritmo más lento, aparentemente debido a la interinidad gubernamental. Pero el cambio en la política penitenciaria de grados y con los presos gravemente enfermos es claro, y también se han concedido permisos de salida, mientras que los acercamientos hasta ahora se han producido muy parcialmente, manteniendo situaciones de alejamiento injustificables.

2. Lo que se mantiene es la negativa de los presos del EPPK y de la izquierda abertzale (con la tímida excepción de Etxerat) a avanzar con gestos reparadores hacia sus víctimas, a dar pasos en la justicia restaurativa. Algo que, tal y como nos ha mostrado la vía Nanclares y sus encuentros restaurativos, es capital para paliar y deslegitimar tanto dolor injusto, y para la recuperación de la convivencia.

3. Además, el colectivo Sare de apoyo a los presos oficialistas del EPPK, sigue manteniendo un enfoque sesgado, que junto a reivindicaciones parciales compartibles, ampara tratar a los presos de ETA como si fueran mártires, incluso justificando los ongi etorris/omenaldis. Y con esa falta de empatía difícilmente se podrá construir una convivencia basada en la memoria y en los Derechos Humanos universales.

 

 

 

Sobre la nueva versión de ‘Herenegun’

19 jueves Dic 2019

Posted by gogoanmemoria in Memoria

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acercamiento de presos, astilleros Euskalduna, atentados, Conferencia de Aiete, Coordinadora Lurraldea, Diario Vasco, elkarri, ETA, euskera, franquismo, Gesto por la Paz, Glencree, HB, Herenegun, insumisión, izquierda abertzale, Koldo Mitxelena, movilización social, Pilar Zubiarrain, ponencia Oldartzen, reinserción de presos, secuestros, separación de conflictos, vía Nanclares, violencia de persecución, yihadismo

En relación a los materiales didácticos Herenegun, tras la modificación realizada ante las distintas quejas de diversos colectivos, desde Gogoan por una memoria digna deseamos manifestar que el material presentado supone una mejora sustancial con respecto a la primera versión.

Sin embargo, al margen de algunas afirmaciones tan precisas como inexactas (ni Koldo Mitxelena presentó en Arantzazu “las bases de un nuevo euskera”, ni es cierto tampoco, dicho con esa rotundidad, que “el euskera estaba prohibido”) queremos hacer algunas observaciones que pensamos pueden contribuir a mejorar el material presentado.

[Aquí puedes ver los nuevos vídeos de Herenegun: «Así son los nuevos videos de Herenegun» Diario Vasco]

 

 

 

Ausencia del papel de la izquierda abertzale

La primera y fundamental es la ausencia del papel de la izquierda abertzale en toda esta historia de violencia. Es verdad que los partidos políticos no tienen un papel protagonista en los vídeos, pero en el caso de la izquierda abertzale, ocultar su papel protagonista es desvirtuar la realidad.

A ETA le hubiera sido complicado subsistir sin el apoyo de una parte de la población, la aglutinada en torno a la autodenominada izquierda abertzale. El apoyo de esa parte de la población, citado en los vídeos, pero sin añadir más explicaciones, diluye por completo responsabilidades de actores centrales que han condicionado por completo esta historia. ETA secuestraba y mataba, sí, pero era alentada por estos sectores que organizaban manifestaciones, jaleaban sus acciones y extendían el sufrimiento atacando comercios, quemando autobuses y amenazando de forma directa a quien no comulgase con ellos: “Hoy tú de negro, mañana tu familia”; manifestación frente a la familia del secuestrado Ibarra… En los documentos NO se informa suficientemente sobre este apoyo.

De modo sorprendente, no se habla de HB ni de las organizaciones de la izquierda abertzale con su nombre propio. Es como si no existieran. Parece que se trata de un apoyo indefinido y poco estructurado, cuando lo cierto es que fue un apoyo organizado hasta en los últimos detalles. Con actividad incansable en la calle, y apoyando a los terroristas tanto en los momentos de activismo como cuando el militante es detenido, está en la cárcel condenado, y regresa a su origen una vez cumplida la pena. HB como tal (al margen de referencias muy de pasada -imágenes de titulares de periódicos, por ejemplo) no aparece hasta el año 1996, con el mitin de Anoeta y la estrategia Oldartzen. Esto nos parece incomprensible. No se puede explicar la historia de ETA si al mismo tiempo no se indica con claridad que gran parte de su trayectoria la recorrió de la mano de las organizaciones de la llamada izquierda abertzale. Hubo una complicidad directa con el terrorismo, algo que todos hemos visto durante años.

 

El papel de los movimientos sociales

También conviene apuntar algunas cuestiones sobre el papel de los movimientos sociales.

  • Resulta llamativo que no exista ninguna referencia a la coordinadora Lurraldea, dado que es fundamental para comprender el sentido que tuvo posteriormente Elkarri.

En el vídeo 3 se silencia por completo, de forma sospechosa, la actividad de Lurraldea para “solucionar” el problema del trazado de la autovía de Leitzaran. Lo de Lurraldea sí que es, a diferencia de otros muchos hechos que aparecen en los vídeos, una cuestión periférica, pero directamente relacionada con la actividad de ETA. Basta con echar un vistazo a la prensa de la época: aquello acabó porque una coordinadora que se presentaba como ecologista, dirigida por personas directamente vinculadas a HB, presionó en la Diputación de Gipuzkoa para que esta adoptase un acuerdo en la línea que ETA propugnaba. Ese es un ejemplo claro e ilustrativo de apoyo social, como lo demuestra la famosa foto del brindis con champán.

[Un poco de memoria con la hemeroteca: El País, 10 de agosto de 1991]

 

  • También resulta llamativo el papel residual concedido a Gesto por la Paz.

Es llamativo no solo porque lo que se recoge de la entrevista es testimonial y personal, sino porque su actividad se incluye en los 80 obviando, por una parte, que continuó trabajando hasta 2013 y, sobre todo, obviando todas las singulares aportaciones que realizó esta organización en temas como la reinserción (Vía Nanclares), el acercamiento de presxs (familiares en el bus), la violencia de persecución, la separación de conflictos, etc.

Resulta hasta doloroso que se oculten los dos años de movilización social pidiendo la libertad de las personas secuestradas y las contramanifestaciones, sin valorar la enorme violencia y tensión que supuso en la sociedad y sin crítica alguna de la pasividad de fuerzas policiales y judiciales frente a esa conculcación de derechos básicos.

El Correo, 1995

 

Respecto al modo de realizar el relato

Es una realidad que en los años del franquismo y durante los primeros años de la democracia, las actuaciones de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado fueron escandalosamente reprobables. Y de esa manera se refleja en los vídeos; sin embargo, a lo largo del resto de las décadas, se queda una especie de tic, una insistencia constante de toda la descripción histórica de los hechos como de dos bandos, con una de cal y otra de arena: atentados de ETA / torturas y asesinatos por parte del Estado. Ese relato introduce una enorme nebulosa que tiende, si no a ocultar la actividad de ETA, sí a debilitar su protagonismo.

 

Otras observaciones de menor calado

Además, hay algunas observaciones de menor calado, pero que deberían tenerse en cuenta:

  • En todos los capítulos se sitúa lo sucedido (básicamente, la acción terrorista de ETA atacando a la sociedad, y los abusos policiales y de grupos de extrema derecha) en un contexto demasiado amplio de hechos, que tienden a confundir y a diluir la acción de los principales causantes de la violencia.
  • Hay “cuestiones ajenas” cuya referencia es absolutamente prescindible en el tema que nos ocupa, porque poco tuvieron que ver con la historia de la violencia motivo de análisis:
      • el movimiento de la insumisión,
      • el atentado yihadista de Madrid -más allá de la repercusión negativa que tuvo en ETA-,
      • o, por ejemplo, la lucha en los astilleros de Euskalduna que proyecta un contexto muy conflictivo que contribuye a dar una imagen de violencia de respuesta. Eso se complementa con la falta de referencias a la normalidad y la indiferencia con la que ha vivido durante décadas una buena parte de la sociedad vasca.
  • La referencia a Glencree está cogida ‘por los pelos’ y es muy posible que más allá de las personas interesadas, nadie pueda llegar a saber en qué consistió esa iniciativa, de dónde partió, cuáles fueron sus principales aportaciones…

https://euskalpmdeushd-vh.akamaihd.net/multimediahd/videos/2013/01/09/1013240/20130109_16005620_0005595344_001_001_PROMO_GLENCR.mp4

  • Todo el tema “Vía Nanclares” está tratado más desde el sentimiento (necesario) que como una vía política que daba en la línea de flotación de ETA. No se explica qué fue, cuántos tomaron parte en la iniciativa y su importancia en la organización, por qué se impulsó, por qué no tuvo más éxito, cómo se acogió el posicionamiento dentro de ETA y por los comités de apoyo a presos (cuya actividad queda, por cierto, absolutamente diluida en los materiales presentados), etc. En definitiva, nadie que vea los vídeos sabrá qué fue aquello de la “Vía Nanclares”. Sería deseable incluir el testimonio conjunto de Maixabel Lasa e Ibon Etxezarreta.
  • Se dan muchos datos estadísticos de lo ocurrido. Imprescindibles para conocer la dimensión del terror. Pero faltan testimonios de víctimas anónimas y ocultas: testimonios de quienes llevaron el cuerpo de su hijo asesinado a un pueblo pequeño y quedaron sepultados en el olvido durante años o testimonios como el de la abogada Pilar Zubiarrain. A veces eso es mucho más esclarecedor que un listado frío de datos.

  • En el capítulo 5 se intenta hacer un resumen de la década prodigiosa que antecedió a la Conferencia de Aiete y a la actividad de los organizadores de Conferencias de Paz. Se ha preferido concentrar el tema en Aiete. Pero, ¿cómo se llegó ahí? En la descripción (cierta) de los hechos se silencian de forma cuidadosa cuestiones que explican, más que cualquier otro argumento, el cese de la actividad de ETA. Bastaría con haber incluido una frase de este estilo: “La población vasca había llegado a tal nivel de hartazgo insoportable con la actividad de ETA, que se manifestó de forma continua contra la banda en movilizaciones sociales de todo tipo. Por otro lado, la acción eficaz y continuada de policías y jueces llevó a la organización a una situación insostenible y de difícil salida. No cupo otra opción que el abandono de la actividad. Máxime hasta cuando sus referentes políticos habían decidido tomar caminos que ellos mismos habían vetado durante decenas de años a los miembros de la banda encarcelados: aceptación del marco constitucional, acuerdos con fiscales y jueces, beneficios penitenciarios, etc.”. Nada de eso aparece. Pero una frase de ese tipo, leída con un poco de convicción, acaba siendo más ilustrativa que un listado de asesinatos.

Aun siendo conscientes de la dificultad de realizar un retrato que satisfaga a todas las personas, confiamos en que estas aportaciones sean tenidas en cuenta porque están elaboradas pensado exclusivamente en el bien común y en la necesidad de crear una memoria basada en la verdad y en el análisis crítico del pasado.

 

 

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