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Gogoan-por una memoria digna

~ Por una memoria digna como derecho de las víctimas y de la sociedad vasca en general. Una memoria que deslegitime la violencia y que sea pedagógica para prevenir situaciones como las vividas en Euskal Herria los últimos 50 años.

Gogoan-por una memoria digna

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#OrainPresoak

11 Sábado Ene 2020

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Dicen que no ha llegado aún la paz porque está sin resolver el tema de los presos de ETA. ¿Seguro? Convendría preguntarnos qué es exactamente lo que nosotrxs tenemos que resolver porque están en la cárcel por haber asesinado directamente o haber contribuido a que se cometa dicho delito; así pues, tienen que cumplir la condena que les corresponde.

Diario Información

¿Qué podemos hacer por los presos?

Podemos reclamar su acercamiento a cárceles más próximas a Euskadi. Es verdad, pero esto lo llevamos pidiendo desde que en 1994 Gesto por la Paz acuñó esa novedosa reivindicación frente a la dispersión que imponía el Gobierno y al reagrupamiento que exigía la izquierda abertzale (por cierto, daba igual que estuvieran todos juntos en Herrera de la Mancha. Lo importante era que estuvieran juntos).

Podemos reclamar que se excarcele a los presos enfermos de gravedad, tal y como indica la ley, pero esto que también lo pedimos hace muchos años, incluso cuando ETA asesinaba sin piedad, y además, ya se está aplicando.

La Vanguardia. Josu Uribetxebarria Bolinaga

La Vanguardia. Josu Uribetxebarria Bolinaga

Sare y el resto de asociaciones convocantes interpelan a la sociedad sobre la situación en la que viven los presos y sus hijxs como si tuviéramos alguna responsabilidad sobre ello, pero no es del todo cierto:

  • Fueron libres para tomar la decisión de asesinar. No les animamos a ello; más bien, todo lo contrario. Lo que hicieron es su responsabilidad y de quienes les jalearon. Y esa responsabilidad la tienen que asumir y no tratar de cargarla en otros.
  • Fueron libres para engendrar hijxs en los bis a bis, aún sabiendo que llenaban la mochila de lxs pequeñxs de kilómetros y ausencias. Y son libres de utilizar a estxs niñxs para tratar de “humanizar” la reivindicación de los mayores.
  • Y muy importante: son libres para iniciar, o no, un proceso de reinserción que comience con una profunda y seria reflexión sobre lo que hicieron, reconozcan el daño injusto que causaron y manifiesten un mínimo de humanidad hacia las víctimas que originaron. Teniendo en cuenta que por este camino podrían conseguir muchas de sus reivindicaciones, ¿por qué no lo hacen?

El colectivo de presos y la propia izquierda abertzale opta por descargar en toda la sociedad la responsabilidad de la situación de los presos de ETA. Una vez más, se equivocan. La responsabilidad fue y es suya y no les queda otra opción que asumirla.

Nos presentan un cuadro de injusticia cuando la mayor de todas fue el daño irreparable que causaron a sus víctimas.

Cuando Cristóbal fue asesinado, su hijo tenía 7 años.

Tenemos paz, pero sin duda alguna queda mucho camino para eliminar la perversión moral y política con que la violencia impregnó nuestra sociedad y que aún perdura.

 

 

Sobre la reinserción restaurativa

30 Lunes Dic 2019

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Reflexiones actualizadas sobre la política penitenciaria y sobre la reinserción restaurativa de los presos de ETA (diciembre 2019)

 

Una vez más este enero se acerca la cita anual de apoyo a los presos del EPPK, grupo donde no solo se han venido organizando los condenados por pertenencia a ETA, sino que también se han integrado presos de organizaciones políticas afines. En estos días, se vuelve a dar un cruce de diferentes datos y opiniones sobre la política penitenciaria con este colectivo. Por ello volvemos a compartir unas notas actualizadas con ánimo aclaratorio.

Datos aproximativos

Algunos datos aproximativos, contrastando distintas fuentes:

  • Quedan unos 257 presos de ETA (había 700 en 2011, cuando ETA abandonó la violencia). La mayoría son del EPPK, en torno a media docena de ATA, y ya solo uno de la vía Nanclares [Fuentes: Wikipedia, AVT, Foro Social].

AVT

  • A los 37 presos que están en cárceles francesas se les ha dejado de aplicar casi completamente la política de alejamiento y de vigilancia especial por peligrosidad (DPS) [EITB, 2019].
  • De los 220 presos en cárceles españolas, cerca del 72% (160) está utilizando la legalidad penitenciaria para progresar de grado y acceder a beneficios penitenciarios. Por el contrario, 60 presos han decidido no emplear los cauces ordinarios de reinserción y mejora penitenciaria [Foro Social, 2019].
  • El 74% de los presos en cárceles españolas, cumple pena en grados o en módulos ordinarios. El resto (58), se encuentran en primer grado puro.

Heraldo de Aragon

  • A principios del 2019 el Ministerio de Interior derogó la instrucción penitenciaria que restringía la excarcelación de presos gravemente enfermos solo a casos terminales. Durante el año ha habido varias excarcelaciones por este motivo.

 

Tres ideas

1. La política penitenciaria ya está cambiando. En Francia de manera completa, y en las cárceles españolas a un ritmo más lento, aparentemente debido a la interinidad gubernamental. Pero el cambio en la política penitenciaria de grados y con los presos gravemente enfermos es claro, y también se han concedido permisos de salida, mientras que los acercamientos hasta ahora se han producido muy parcialmente, manteniendo situaciones de alejamiento injustificables.

2. Lo que se mantiene es la negativa de los presos del EPPK y de la izquierda abertzale (con la tímida excepción de Etxerat) a avanzar con gestos reparadores hacia sus víctimas, a dar pasos en la justicia restaurativa. Algo que, tal y como nos ha mostrado la vía Nanclares y sus encuentros restaurativos, es capital para paliar y deslegitimar tanto dolor injusto, y para la recuperación de la convivencia.

3. Además, el colectivo Sare de apoyo a los presos oficialistas del EPPK, sigue manteniendo un enfoque sesgado, que junto a reivindicaciones parciales compartibles, ampara tratar a los presos de ETA como si fueran mártires, incluso justificando los ongi etorris/omenaldis. Y con esa falta de empatía difícilmente se podrá construir una convivencia basada en la memoria y en los Derechos Humanos universales.

 

 

 

Sobre el ataque a las placas en memoria a las víctimas

23 Viernes Ago 2019

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Nota de prensa

Desde Gogoan-por una memoria digna, deseamos manifestar nuestra profunda preocupación, malestar y nuestra condena por el ataque a las primeras placas de reconocimiento y memoria a unas víctimas del terrorismo en Donostia-San Sebastián.

Este tipo de actos nos recuerdan a los cometidos anteriormente, cuando el terrorismo pretendía imponer su proyecto totalitario, contra la tumba de Gregorio Ordoñez, contra el monolito a Juan Mari Jauregi, etc. Desconocemos qué es lo que ha cambiado para la izquierda abertzale, si es que ha cambiado algo. Poco o nada, al menos, desde el punto de vista ético.

Hoy mismo, en las calles de Bilbao, el grupo de apoyo a los presos de ETA, SARE, convocaba una manifestación con el espíritu de “desatar nudos” y afirmaban querer dar pasos en favor de la paz y la convivencia. A nuestro entender, la izquierda abertzale manifiesta muy poca coherencia al exigir al resto de la sociedad “presoak etxera” -en otras palabras, una amnistía- y obviar un deber moral inaplazable que es el de realizar una profunda, muy profunda, labor pedagógica entre sus seguidores sobre lo que debe ser la convivencia en este país, sobre los principios morales y éticos en los que se tiene que sustentar.

Tenemos el reto de reconstruir toda la degeneración que originó tantos años de terrorismo y violencia, pero para ello solo hay un camino válido: analizar críticamente el pasado, revisar los errores cometidos, deslegitimar la violencia, reconocer el daño injusto causado, etc. Y esta labor la tiene que realizar de manera muy especial la izquierda abertzale; sin embargo, desde la desaparición de ETA se está limitando a exigir unos derechos de los presos un tanto torticeros y a manifestarles públicamente su apoyo aun sabiendo que es doloroso para las víctimas e indignante para el resto de la sociedad.

Confiamos en que la izquierda abertzale reflexione sobre la estrategia diseñada que claramente es errónea y también confiamos en que los partidos y la sociedad en general sean más exigente con ellos.

 

23 de agosto de 2019

Relatos para el futuro

29 Martes Ene 2019

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“Hacer sufrir es la única manera de equivocarse”

Albert Camus

Hay quienes hacen del relato sobre la violencia de motivación política una batalla por el pasado, pero en realidad el relato siempre debería tener puesta la mirada en el futuro, en la fijación de unos valores que hagan que nuestra convivencia sea mejor. Quienes quieren justificar un pasado lleno de violencia a través del relato están abocados a pegarse siempre contra la misma pared; contra la pared de la insensibilidad. Porque, con esa pretensión, el relato siempre será esclavo de los horrores del pasado que ellos mismos callaron, justificaron o animaron.

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El Correo

Los procesos de construcción de memorias son algo abierto, en constante revisión, por eso son inútiles los intentos de quienes quieren clausurar el pasado planteándonos un empate infinito o una neutralización de la responsabilidad ante el ejercicio de la violencia y el odio, en el que lo mismo tuvieron la culpa quienes se enfrentaron en la calle y en silencio a la violencia, como quienes animaron a ETA a matar.

Es habitual que quienes han estado dentro del desastre de la violencia de ETA quieran pactar una equiparación, eliminando así una frontera ética evidente. Sucedió con el franquismo en la transición, transicioncuando se nos intentó colar el relato de los dos bandos, de la guerra entre hermanos, de las muertes por envidia. Y sucede ahora con quienes tratan de contar víctimas a su favor para dar la sensación de que esto era una guerra entre dos ejércitos legítimos, en la que ellos, por supuesto, luchaban a favor de un bien justo por el que merecía matar, morir y resistir. Una locura, porque eso es tanto como dar por buena la venganza o la pena de muerte en democracia.

No estamos ahora en un periodo fundacional, pero sí que estamos en un momento de transición en el que toca consolidar unos valores. Construir un andamiaje ético, no sólo tiene que ver con la consideración hacia el uso de la violencia, tiene que ver también con la valoración que hacemos sobre las ideas y actitudes que han propiciado tanto horror.

Por eso la restitución hacia las víctimas de ETA pasa también por la dignificación social y moral. Es obvio que la mayoría de estas víctimas han tenido unas políticas públicas que les han protegido, pero es obvio también que no han tenido “prestigio social”. En numerosas ocasiones se les ha despreciado, el insulto de “español” ha jugado a dedo apuntador, o peor aún, a diana social. El desprecio al otro ha sido la base de las relaciones políticas de quienes han ido en el mismo tren con ETA, no fue algo generalizado, pero sí un elemento diferencial.

Monolito Juan Marí Jauregi
Monolito Juan Marí Jauregi
Lápida Gregorio Ordoñez
Lápida Gregorio Ordoñez
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Desde posiciones cercanas a ese actuar se entiende el relato como algo instrumental, sólo como un elemento que permite darle sentido a las barbaridades que en nombre de la independencia y el socialismo se cometieron. Mirarse al espejo desde el autoengaño habitualmente es reparador a corto plazo, porque siempre habrá una agresión “en el otro lado” que cuenta más que lo que hicieron “los nuestros”, pero es una ruina moral. Creer que todas las víctimas eran Carrero Blanco tranquiliza las conciencias de quienes no podrían soportar, o no querrían saber, que en su nombre fueron asesinadas una tras otra hasta 842 personas más.

Atentado

De ahí que siempre haya creído que contar los detalles de la violencia es tan importante como las cifras globales. Muchas víctimas de ETA cuentan que el asesinato y el posterior desprecio social fueron todo uno. A las pistolas, al impuesto revolucionario, al coche bomba se le sumó la hostilidad social. Es conocido el caso de José Luis López de Lacalle; tras asesinarlo apareció una pintada en su portal que decía “Lacalle jódete”. Por eso el resto de la sociedad tenemos que hacer el esfuerzo por describir y contar, aunque cansemos, las crueldades que hubo alrededor, o antes, o después de los tiros.

La memoria siempre debería ser cálida y construida desde la cercanía ante el dolor. El sujeto-víctima debería constituir por eso un espacio de consenso moral, un lugar de encuentro. Y las llamadas a la impunidad y no esclarecimiento dificultan la necesaria reconstrucción del tejido social dañado por años de violencia y odio.

noticias de gipuzkoa

Noticias de Gipuzkoa

Joseba Azkarraga, portavoz de Sare afirmaba en agosto que “cada preso debe actuar de manera individual en la búsqueda de avanzar y mejorar su propia situación con las líneas infranqueables de no arrepentimiento y no delación”, marcando así una línea roja que no ayuda a abordar la necesaria convivencia.

Confundir la legítima y justa defensa de los derechos de las personas presas, en cuanto personas encarceladas, con la narrativa de la violencia hace que se pierda una ocasión propicia para avanzar en la convivencia y el cierre de heridas. Porque vetar la vía Nanclares, a la que se acogieron varios presos, que inició un camino de perdón y reconciliación sincero, no darle valor, condenar a sus protagonistas al aislamiento personal y político, no querer sentarse a escucharles apunta a una rigidez que no facilita una reconstrucción del sedimento ético necesario para superar periodos de violencia.

No hubo ninguna justificación para matar al que pensaba diferente, no hubo ninguna justificación para sumar a la muerte el desprecio, el vacío y el odio y en el reconocimiento de ese hecho no puede interponerse ninguna visión parcial y deshumanizada. Reconocer, apoyar y relatar que hubo otras violencias, y que hay víctimas de la violencia policial a las que se les ha coartado el derecho a la verdad y a la justicia no puede, jamás, servir como excusa para no abordar las tareas de quienes estuvieron pegados a la crueldad que supuso la mera existencia amenazadora de ETA.

 

Joseba Eceolaza, miembro de la asociación Gogoan, por una memoria digna

 

[noticias de navarraEste artículo fue publicado en Noticias de Navarra el 28 de enero de 2019]

Política penitenciaria y convivencia

11 Viernes Ene 2019

Posted by gogoanmemoria in presos

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Nota de prensa de Gogoan, por una memoria digna sobre política penitenciaria y convivencia

Desde Gogoan, por una memoria digna pedimos una política penitenciaria humanitaria orientada a la reinserción de los presos de ETA y pedimos pasos de estos a favor de la deslegitimación de la violencia y por el reconocimiento del daño injusto causado.

A nuestro juicio, se debería practicar una política penitenciaria humanitaria que de manera incondicional acabara con la pena añadida que supone la política de alejamiento y se debería dar un tratamiento humanitario a los presos enfermos graves adecuado a sus enfermedades, sin esperar, en ningún caso, a agravamientos irreparables de su situación.

Asimismo, consideramos un paso importante para la convivencia que estos presos reconozcan el daño causado y deslegitimen el uso de la violencia. En nuestra opinión, el modelo de la vía Nanclares constituye un ejemplo importante ya que estos presos han caminado por esta senda desde el convencimiento de que empatizar con el dolor de las víctimas, acercase a ellas, a sus vivencias es una aportación muy valiosa para la recuperación de la convivencia.

La vía Nanclares es una referencia determinante para entender la deslegitimación del uso de la violencia y, también, como camino para mejorar la convivencia. Reconocer la injusticia del daño causado, sin más matices que la cercanía a la víctimas, es un elemento central para el futuro.

En este sentido, opinamos que colectivos como Sare, Etxerat o Kalera mantienen un enfoque sesgado, que junto a reivindicaciones parciales compartibles, amparan tratar a los presos como si fueran mártires. Estas asociaciones siguen manteniendo una épica en torno a los presos, como si estos no hubieran generado un daño enorme en las víctimas, en su entorno familiar, social y político y en el conjunto de la sociedad.

Reivindicar los derechos de las 270 personas presas no implica avalar su ideario, ni mucho menos implica avalar la teoría del conflicto, que enmarca en un enfrentamiento militar lo que ha sido una agresión a la sociedad. Matar al que piensa diferente no tuvo ninguna justificación, y recibir con honores a un preso supone una doble victimización para las víctimas, porque humilla la memoria de las personas damnificadas después de tantos años de violencia.

Una apuesta coherente por la convivencia también implica una apuesta integral y completa de los derechos humanos, y sin duda el respeto a la memoria de las víctimas está entre esos derechos.

10 de enero de 2019

 

Sobre la política penitenciaria

03 Jueves Ene 2019

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Por una política penitenciaria humanitaria orientada a la reinserción de los presos de ETA


 

Se acerca este enero la cita anual de apoyo a los presos del EPPK, grupo donde no solo se organizan los condenados por pertenencia a ETA, sino que también se integran presos de organizaciones políticas afines. En estos días, se vuelve a dar un cruce confuso y contradictorio de datos y opiniones sobre la política penitenciaria con este colectivo. Por ello compartimos unas notas con ánimo aclaratorio.

Datos aproximativos

Algunos datos aproximativos, contrastando distintas fuentes periodísticas::

  • Desde que ETA abandonó la violencia, el número de sus presos ha disminuido de 700 a 270 (un 62%, excarcelaciones por cumplimiento de penas) [El País, 2018 y Wikipedia].

  • De los 220 presos en cárceles españolas, en torno a la mitad (110) está utilizando la legalidad penitenciaria para progresar de grado y acceder a beneficios penitenciarios [El País, 2018]. Según Berria (2018), unos 30 presos están a punto de pasar a segundo grado y unirse a los 20 que ya están en segundo y tercer grado.
  • El 12% de ellos, cumple pena en primer grado puro, separados en módulos especiales. El resto de los presos de primer grado -175- están en módulos ordinarios [Naiz, 2018], pero con alguna hora menos de patio y con celda individual.

Diario Información

  • De los 47 presos que están en cárceles francesas [Gara, 2018] se mantiene la política de alejamiento y de vigilancia especial (DPS) para un 20% de ellos; esto es, cerca de 10.

 

Tres ideas

1// Tras muchos años de una política penitenciaria atravesada por la política antiterrorista y de una parte mayoritaria de los presos de ETA contrarios a usar los beneficios penitenciarios, se están dando cambios que deberían promover de manera ordinaria, sin excepcionalidades y vetos excluyentes, la progresión de grado hacia la reinserción social, como vía restaurativa de la convivencia y del injusto daño causado a las víctimas (vía Nanclares).

Centro Penitenciario Zaballa. foto El Correo

2// Asimismo se debería practicar una política humanitaria de manera incondicional, acabar con la pena añadida que supone la política de alejamiento, y dar un tratamiento humanitario a los presos enfermos graves [El País, 2012], adecuado a sus enfermedades, sin esperar al riesgo inminente de muerte [El País, 2017] [teinteresa.es 2017]

3 // Los colectivos Sare, Etxerat y Kalera de apoyo a los presos oficialistas del EPPK (esto es, no a los de Nanclares, ni a los de ATA), mantienen un enfoque sesgado, que junto a reivindicaciones parciales compartibles, ampara tratar a los presos como si fueran mártires (los “ongi etorris” como máxima expresión), y pretende vetar los pasos hacia experiencias de justicia restaurativa, de perdón y reconciliación. Así consta en declaraciones de Kubati, asesino de Yoyes, e incluso de Joseba Azkarraga:

cada preso debe actuar de manera individual en la búsqueda de avanzar y mejorar su propia situación con las líneas infranqueables de no arrepentimiento y no delación

la vía Nanclares es un modelo que se terminó sin haber avanzado prácticamente nada

Deia, 2018

Podría hacerse una mejor contribución a la defensa coherente de los Derechos Humanos y de la convivencia.

Ongi etorri en Lekeitio, foto El Mundo

 


20 de octubre: fin de 50 años de violencia y dolor

22 Lunes Oct 2018

Posted by gogoanmemoria in Reflexiones

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Como ya comentamos en su día, la fecha clave del fin de ETA, que fue el fin de 50 de años de violencia y dolor, fue el 20 de octubre de 2011. En torno a esta fecha, este año, se han escrito algunos artículos de opinión que consideramos que pueden ser del interés de nuestr@s seguidores. Por lo tanto, os los dejamos aquí para que los podáis leer con detenimiento.


“Las paradojas del final” de Jesús Herrero Arranz, publicado en la revista Galde (septiembre, 2018). Un fino análisis de la escenificación utilizada por ETA, del papel de los autodenominados “facilitadores“, de la evolución del lenguaje de la izquierda abertzale, el camino que aún queda por recorrer, etc. para terminar con una mirada crítica sobre las interpretaciones que se están realizando sobre la aportación de Gesto por la Paz.

Algunos análisis actuales intentar reducir únicamente a Gesto por la Paz al plano de la ética, obviando sus aportaciones a la política pre-partidista, para diferenciarlo de otras organizaciones con otras aproximaciones ante el problema de la violencia. Estas y otras muchas cuestiones son las que tienen que ser analizadas con rigurosidad para construir y reivindicar la memoria de lo que nunca debió comenzar.

 


“Anomalías” de Fabián Laespada Martínez, publicado en El Correo (19 de octubre de 2018). Aborda lo que considera que es importante para avanzar: el reconocimiento de los errores cometidos como lo han hecho los pres@s de la llamada ‘Vía Nanclares‘. Y, en relación a la manifestación convocada por Sare, denuncia la doble moral que se tiene al juzgar unos delitos y otros, la exigencia de puesta en libertad a los pres@s y nula exigencia a estos sobre una revisión crítica de su pasado…

 

La cuestión es que convocan la enésima manifestación en favor de las presas y presos asesinos. La gente que piensa acudir ¿no tiene ninguna exigencia hacia los reclusos? ¿No les pueden sugerir que para cerrar heridas lo ideal es empezar a recorrer un itinerario de convivencia que supone pedir perdón por las atrocidades cometidas, intentar reparar, en alguna medida siquiera, los daños infligidos y contribuir en el esclarecimiento de los delitos no resueltos?

 


“Mientras alguien las recuerde, estarán entre nosotr@s” de Isabel Urkijo Azkarate, publicado en El Correo (20 de octubre de 2018). A partir de la finalización del ciclo de violencia y dolor que durante 50 años protagonizó la vida social y politica vasca, señala lo que queda avanzar en la reconstrucción de la convivencia. Antes de nada, tener muy presentes los errores que cometió toda la sociedad con las víctimas del terrorismo y de la violencia.

…aportar aquello que esté en nuestras manos para mitigar el dolor que aún perdura en las víctimas. Y lo hacemos, desde el convencimiento de que tenemos una deuda pendiente, una responsabilidad hacia ellas porque las víctimas fueron quienes recibieron la bala que la violencia y el terrorismo disparaban contra toda la sociedad a la que pretendían someter. No lo entendimos así. Incluso, les dimos la espalda y, de esta manera, las volvimos a victimizar. Esto, como sociedad, no lo podemos olvidar porque corremos el riesgo de volver a repetir las mismas ignominias. Es más, debemos tenerlo muy presente para desarrollar una ética social más sana que nos convierta a cada persona en seres resistentes al miedo y a los prejuicios, en defensores de la justicia y en convencidos practicantes de la empatía y la solidaridad. Solo si aprendemos de nuestros errores, podremos salvar la indignidad que la sociedad, salvo honrosas excepciones, manifestó con las víctimas del terrorismo y de la violencia.

 


 

Es posible que os hayáis sentido identificados con las palabras de Jesús Herrero Arranz, Fabián Laespada Martínez e Isabel Urkijo Azkarate. Si es así o si por el contrario discrepais, podéis dejar vuestros comentarios en el blog para compartirlos con el resto de seguidores. Muchas gracias.

 

 

“Cerca, pero dentro”

22 Lunes Ene 2018

Posted by gogoanmemoria in derechos humanos, presos

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[Sobre la manifestación convocada por el colectivo SARE a favor de los derechos de los presos. Bilbao, 13 de enero de 2018]

Manifa-EITB

Foto de EITB. 13 de enero de 2018

Antes de entrar de lleno en la cuestión, creo que es necesario aclarar dos términos que se manejan con calculada estrategia sobre la política penitenciaria: dispersión y alejamiento. La reclamación del fin de la dispersión de los presos significa que se persigue que todos los presos y presas de ETA estén juntos, no diseminados por las diferentes y lejanas cárceles de la geografía española y francesa. Pero estoy seguro de que los reclamantes del fin de la dispersión no quieren que todos los presos estén juntos en, pongamos, la cárcel de Herrera de La Mancha. No, obviamente. Los quieren cerca, en una cárcel próxima. Aunque realmente –y ya lo dicen- los quieren en casa. Y punto. Pero la impartición de justicia y la no impunidad son principios irrenunciables en un estado de derecho, por lo que esas personas que cometieron crímenes con largas condenas han de cumplir sus penas. Y el asunto es que deben hacerlo cerca de sus lugares habituales de residencia, tal y como figura en el art. 12 de la Ley Gral. Penitenciaria; llevarlo a cabo ahora no supone ningún quebranto para la administración estatal ya que tenemos un centro penitenciario “ad hoc” dentro del territorio vasco. De esta manera, si los presos por delitos de terrorismo cumplen su pena de privación de libertad cerca de sus ámbitos familiares, no solo estamos ante una política penitenciaria imparcial y lógica, sino que además no se inflige un perjuicio y sufrimiento añadido a las personas cercanas al reo. Finalmente, tal y como refleja el código Penal, los presos con enfermedades incurables deberían ser puestos en libertad y con el tratamiento adecuado. Así pues, el estado no debería hacer política con el tema de los presos, sino aplicar su propia ley. GxP-acercamiento1Todo lo susodicho lo reclamó la organización pacifista Gesto por la Paz desde 1994, que denunciaba el nulo efecto disuasivo que produjo tanto la dispersión como el continuo traslado de cárcel de los presos. Ambas medidas dificultaban enormemente las relaciones familiares y amistosas de las personas presas y, por ende, era un castigo para aquellas.

Volvamos al presente. Sábado pasado, manifestación en favor de los derechos de los presos de ETA. Muchos creemos que el acercamiento de todas y todos ellos a cárceles próximas así como la puesta en libertad de quienes padezcan enfermedades incurables no era el objetivo primordial de la manifestación anual en favor de los presos. Por muchas razones: la primera, porque un número no pequeño de personas relevantes que acuden habitualmente han estado sistemáticamente defendiendo la amnistía y la impunidad de los presos de ETA, con el pretexto de que estamos en otros tiempos, la organización (sic) ya ha dado los pasos que debía dar, en el fondo son nuestros gudaris, estamos ante una suerte de fuerzas simétricas pero sólo se ha movido una de ellas, etc. como si el daño perpetrado por la banda terrorista fuera equiparable, negociable, mensurable e intercambiable por el sufrimiento de sus presos. La segunda razón es que en el manifiesto leído al final de la marcha, se reclamó la aplicación de la justicia

El Correo, 2016

El Correo, 2016

transicional, instrumento que podría aplicarse en situaciones de resolución de conflictos en los que se ha producido una vulneración simétrica y equiparable de derechos humanos en sendos bandos. Y aquí, no ha lugar. Finalmente, las pancartas desplegadas, los testimonios recogidos en la propia manifestación y la cartelería desplegada por Bilbao indican que lo que pretenden es que esas personas presas vuelvan a sus casas. No los queremos en foto, los queremos en casa. Blanco y en botella.

Es obvio que tantos y tantos años de violencia política, de represión desaforada y de tramas de grupos antiterroristas nos ha dejado muy escarmentados y dolidos. Pero la violencia de ETA ha sido la que se ha quedado hasta el final haciendo el más pasmoso y obsoleto ridículo en la Europa avanzada, pegando tiros cuando ya nadie creía en su revolución. Y ahora quedan sus presos, colectivo acerca del cual una gran parte de la sociedad vasca sigue opinando que los delitos cometidos son gravísimos y deben cumplir la pena de privación de libertad que les corresponda. Igualmente, también opina que han de aplicarse las medidas y reglamentos con total y absoluta normalidad y legalidad porque pensamos que ellos, los asesinos, están privados de libertad, pero no se puede extralimitar su castigo, y menos todavía, sobre sus familiares y amigos. Pero a muchas y muchos nos gustaría que ese colectivo tuviera el coraje de plantearse su error, de preguntarse y responderse por qué decidió asesinar y si eso tuvo algún sentido.

Es un deber ético planteárselo. Hace unos años, contra toda corriente y pronóstico, mentes preclaras llevaron a cabo una iniciativa modélica en este sentido: algunas víctimas de la propia banda, en un acto de generosidad y humanidad inmenso, se entrevistaron con presos de ETA arrepentidos de sus crímenes. Eso no les supuso ningún beneficio penitenciario, tan solo personal. De alguna manera, se acercaban al dolor que habían generado y se reconciliaban con la sociedad que les iría a acoger después. Fue una experiencia dura, muy dura para esas víctimas, y, sin embargo, necesaria y reparadora para los reclusos. ¿Nadie de los presos encuadrados en el EPPK va a tener la valentía de dar un paso adelante y reconocer que matar fue no solo hacer un daño irreparable sino que también un error? ¿Alguien de los que acudió a la manifestación del sábado vería con buenos ojos un gesto así? Yo supongo que la mayoría, ya que dijeron algo de reivindicar los derechos humanos.

Noticias de Gipuzkoa, 2018

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Última reflexión: el año pasado fueron asesinadas 46 mujeres en España ¿Alguien podría aceptar que un colectivo formado por madres y padres afectados por las sentencias judiciales de violencia machista, reclamase la vuelta de sus hijos violadores y/o asesinos a casa, poco menos que impunemente? ¿Veríamos con buenos ojos que esos familiares y amigos o colegas del barrio inundasen las paredes con pintadas de libertad para ellos, y con amplio despliegue infográfico? ¿Admitiríamos que utilizasen a escolares con mochila en sus proclamas para provocar la compasión de la sociedad? ¿Qué nos parecería que nuestra alcaldesa, por ejemplo, recibiera con honores y laureles a un violador y asesino de esos tras cumplir su castigo? ¿Cantarían nuestros hijas e hijos canciones en su honor, en plan “la mató porque era suya, txutxua, txutxua…” y nosotros les regalaríamos el CD en su cumple? ¿Qué nos parecería que la televisión pública emitiese con absoluta normalidad y profusión de detalles las visitas de los familiares a sus chicos malotes, y fuesen entrevistados sin el menor atisbo de crítica? Hay diferencias entre una violencia y otra, indudablemente, pero el resultado final es que las víctimas siempre son las peor paradas. ¿Alguien pensó en ellas el sábado?

 

Artículo de Fabián Laespada publicado en El Correo el  20 de enero de 2018

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