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Gogoan-por una memoria digna

~ Por una memoria digna como derecho de las víctimas y de la sociedad vasca en general. Una memoria que deslegitime la violencia y que sea pedagógica para prevenir situaciones como las vividas en Euskal Herria los últimos 50 años.

Gogoan-por una memoria digna

Publicaciones de la categoría: derechos humanos

De políticas penitenciarias

05 viernes Nov 2021

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convivencia, desarme de ETA, Diario Vasco, dispersión de presos, El Correo, Foro Social, izquierda abertzale, Joseba Azkarraga, política penitenciaria, presos de ETA, reconocimiento del daño causado, SARE, Sortu, vía Nanclares

La situación de los presos de ETA está muy presente en determinados ámbitos que se esfuerzan mucho en no dejarlos en el olvido y en denunciar la situación en la que viven que califican de injusta.

Bien, pues a propósito de los presos, hemos querido rescatar el artículo que escribió un ex preso de ETA, Joseba Urrosolo Sistiaga, en 2020 en el periódico El Diario Vasco y en El Correo donde nos ofrece un punto de vista crítico con quienes aparentemente más están haciendo por los presos.

Para los suscriptores a este medio: El Correo


“Están a otra cosa”

Hace más de 10 años que algunos presos comenzamos a dar pasos en lo que luego se conoció como Vía Nanclares. Era un marco que facilitaba la aplicación de la legalidad penitenciaria en los casos en los que había un desmarque de la actividad de ETA, un reconocimiento del daño causado y la solicitud de traslado a la cárcel de Nanclares. Todo esto estaba prohibido dentro de la política penitenciaria que la Izquierda Abertzale imponía a sus presos.

qué difícil se hacía plantear algo tan evidente como que ETA debía desaparecer, que el final de ETA debía estar acompañado de una reflexión necesariamente crítica de nuestro pasado

Después incluso de desperdiciar toda posibilidad de un final negociado o acordado, qué difícil se hacía plantear algo tan evidente como que ETA debía desaparecer, que el final de ETA debía estar acompañado de una reflexión necesariamente crítica de nuestro pasado. Qué difícil cuando los comisarios políticos salían constantemente en los medios de comunicación asegurando que era imposible que ETA desapareciera mientras hubiera presos en las cárceles. Desperdiciaron 8 años alargando gratuitamente el desarme y la desaparición de ETA. Con mucha pompa y escenificación para su parroquia y decepción para quienes esperaban algo más que ayudara a cerrar heridas y recuperar la convivencia.

Y así siguen. Como si no fueran conscientes de la difícil situación en la que les han dejado abandonados, siguen tratando de afrontar el tema de los presos desde los fuegos de artificio, mareando la perdiz, sin ir al fondo del problema. Para ello se ponen en marcha toda una serie de movidas como Sare, Foro Social… controlados por SORTU, por militantes de SORTU, cuyo único objetivo es escenificar que se dan pequeños pasos, que se hacen cositas. Parece que tiran del carro, pero tan despacito que frenan la corriente positiva que hay en la sociedad para superar los errores del pasado.

Joseba Azkarraga en nombre de SARE, frivolizaba sobre los resultados de la política de dispersión de la que él mismo fue parte. Decía que no se consiguió que los presos se alejaran de ETA, que no hubo desertores salvo unos pocos casos (…) Ni fuimos tan pocos en tantos años, ni era la dispersión sino la discrepancia la que nos alejaba de ETA, ni se puede obviar la presión social que se ejercía sobre presos y familiares, y el costo que tuvo

En un reciente escrito, Joseba Azkarraga en nombre de SARE, frivolizaba sobre los resultados de la política de dispersión de la que él mismo fue parte. Decía que no se consiguió que los presos se alejaran de ETA, que no hubo desertores salvo unos pocos casos. Todo muy épico, hasta hablar de deserción, cuando la realidad es que han tenido que hacer desaparecer a ETA, “porque les sobraba y estorbaba”, entregaron las armas a la policía y están solicitando a nivel individual un tratamiento como presos comunes.

Como para frivolizar con ese tema. Además, ni fuimos tan pocos en tantos años, ni era la dispersión sino la discrepancia la que nos alejaba de ETA, ni se puede obviar la presión social que se ejercía sobre presos y familiares, y el costo que tuvo, para evitar que el preso decidiera por sí mismo sobre los beneficios penitenciarios a los que tenía derecho.

Ahora, a los que siguen en la cárcel les dicen que ánimo, que sigan fuertes, que ya no es un deshonor solicitar el cambio de grado, ni trabajar en la cárcel, ni salir de permiso, que lo intenten, que ya no tendrán que soportar los insultos, las campañas de desprestigio y el acoso social que el entorno de la Izquierda Abertzale sometía a los que lo hacían.

Pero no les facilitan lo imprescindible. Porque, como decían los responsables del tema de presos en SORTU, “ellos están a otra cosa”. De momento, a evitar lo fundamental: la reflexión crítica y ética sobre todo el sufrimiento injusto que causamos desde el mundo de ETA. Y no solo los militantes de ETA. Algún día afrontarán esa responsabilidad, siempre demasiado tarde.

Ellos están a otra cosa. De momento, a evitar lo fundamental: la reflexión crítica y ética sobre todo el sufrimiento injusto que causamos desde el mundo de ETA. Y no solo los militantes de ETA.

Joseba Urrosolo Sistiaga, ex preso de ETA y miembro del grupo de la llamada Vía Nanclares

Valores intermitentes

16 jueves Ene 2020

Posted by gogoanmemoria in derechos humanos

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asesinato, autocrítica, Casa del Pueblo de Portugalete, derechos humanos, deslegitimación de la violencia, dictadura franquista, El Correo, El Mundo, empatía, ETA, ETA mátalos, Gesto por la Paz, impunidad, Jon Sistiaga, Joseba Eceolaza, Katrim Himmler, Maria Luisa Sánchez, memoria histórica, nunca más, pena de muerte, presos de ETA, Primo Levi, Sara Buesa, valores intermitentes, vía Nanclares, víctimas del terrorismo, venganza, verdad justicia y reparación, Zubiak

Joseba Eceolaza

La violencia hace que las vidas y los valores se resientan. Porque entre quienes la han defendido, a veces con un entusiasmo cruel, se da un cambio evidente de los parámetros morales. Así hay quienes, mientras exigen el respeto a los derechos humanos de los “suyos”, defienden la historia política de quienes han sido el principal colectivo vulnerador de los derechos humanos en nuestra historia reciente; ETA. Es lo que se podrían llamar  valores intermitentes. Pero los valores, si representan algo, es la universalidad, es decir, la necesidad de aplicarlos ante cualquier situación, incluso ante aquellos hechos que más nos incomodan.

Por eso tienen tanta validez las enseñanzas que la memoria histórica de lo sucedido en el 36 y en la dictadura franquista nos apunta. La tríada verdad, justicia y reparación vale para aquello y también para abordar las consecuencias dramáticas de los asesinatos de ETA. Porque la impunidad y la ausencia de verdad es negativo en cualquier caso.

Así el espacio de los valores, de la reconstrucción de la moral colectiva, tiene tanta importancia en el relato. Porque tras la “costumbre de la muerte”, como decía Primo Levi, tiene que venir necesariamente la deslegitimación social de la violencia. Sólo así lograremos sanar todas las heridas que, aunque no queramos, aún siguen abiertas.

Decía Sara Buesa que con el relato buscamos el “nunca más” y es cierto que esa es la base de cualquier debate sobre el tema. Por eso ha tenido también tanta importancia la polémica  sobre los recibimientos a presos de ETA que se ha dado este verano, porque es central huir de la autoafirmación y acercarse a la empatía con las víctimas. El potencial de un momento post violencia no solo reside en lo retórico, sino que se basa sobre todo en la necesidad de generalizar actitudes más conciliadoras.

Acto de Gesto por la Paz, 2000. El Mundo

La reivindicación orgullosa del historial de ETA retrasa la tarea pendiente del espejo, que es la más dura y más intensa de las tareas. Porque el dolor que ETA estaba generando hubiera sido descifrable mucho antes si nos hubiéramos quitado el velo de la política y sus autoengaños.

Por eso, buscar refugio en una verdad consoladora que llena nuestra historia de victimarios generosos que ejercían una violencia de respuesta, es romper el círculo de los valores y la coherencia. Porque en ese discurso hay un perturbador odio que todavía resiste en el lenguaje, en actitudes, en la mirada tuerta al pasado, porque aceptar la lógica de la violencia de respuesta es tanto como defender la pena de muerte y la venganza.

La representación socialmente predominante de ETA debe ser aquella que niega la secuencia conflicto político-violencia, porque el hecho de la muerte no fue algo inevitable. Quienes decidieron ejercer algo tan brutal como el asesinato lo hicieron solo condicionados por la decisión que tomaron, de forma autónoma, porque creían que así se conseguirían mejor sus objetivos políticos. El entorno social, un contexto histórico o incluso el terrorismo de Estado no justifican semejante caudal violento que afectó a miles de personas asesinadas, amenazadas o chantajeadas.

Por eso, tener el impulso de justificar la historia de ETA a través de la compensación entre víctimas diferentes, por encima de la sensibilidad y el sentido del dolor ajeno, eterniza la salida ante este periodo de violencia. Porque en la compensación, en la existencia de otras víctimas, no puede encontrarse la coartada perfecta para no abordar una revisión crítica de lo hecho y defendido. En ocasiones, el terrorismo de Estado se convierte así en una escapatoria evidente en la asunción de responsabilidades colectivas e individuales ante la historia de ETA.

Katrim Himmler decía que “escarbar en aspectos secundarios tenía a la postre su sentido, pues fue así como se resolvieron los cautiverios mentales”, y es que profundizar en lo que sucedió tras los disparos de ETA suele impactar. Porque en ocasiones solo hemos visto los grandes atentados, las víctimas más conocidas, pero tras los atentados hay tanta barbaridad, que merece la pena rescatarla como elemento pedagógico.

Sacar a la luz que dos personas de Portugalete murieron abrasados en un ataque a la Casa del Pueblo, nos hace ser conscientes de la magnitud de lo que nos ha sucedido. Porque buena parte de la sociedad, especialmente sectores de izquierdas, hemos tenido una falta de empatía aterradora con las víctimas del terrorismo de ETA.

No solo hubo silencio o ambigüedad, también hubo un entusiasmo por el asesinato que se expresaba de muchas formas y en muchos ámbitos, desde el champán hasta el “ETA mátalos” y eso ha formado parte de nuestro paisaje. Por eso ahora toca, aunque canse, consolidar el “nunca más”, especialmente centrado en la garantía de no repetición de ese discurso del desprecio que ha hecho que el discrepante haya sido objeto del odio. Es importante también lo que Reyes Mate llama proceso de rehumanización de quienes ejercieron la violencia.

Por eso, el documental Zubiak de Jon Sistiaga, es tan relevante en este itinerario de paz positiva al visibilizar la importancia de quienes se acogieron a la Vía Nanclares, porque pone en valor muchas cosas, entre otras, el nuevo papel que un victimario puede jugar en su comunidad como agente defensor de los derechos humanos, porque en su dolor, en su autocrítica, en el acercamiento al daño causado, aparece el ser humano, solo y frente a su pasado, sin más bandera, ni más épica, ni más recibimiento que ese.

Que no transcurra demasiado tiempo y que no se sobrescriban los recuerdos, es una responsabilidad de quienes hemos vivido en un tiempo en el que, a veces, nos despertábamos con la noticia fatal de la muerte. Habrá sin duda diferentes relatos, pero contemos al menos la verdad de lo sucedido, sin compensaciones, sin relatos auto justificatorios, sin despreciar a quien piensa diferente, porque la buena convivencia se construye con valores consistentes y universales.

Joseba Eceolaza miembro de Gogoan, por una Memoria Digna


 

Este artículo ha sido publicado en los principales periódicos de la Comunidad Autónoma Vasca y Comunidad Foral Navarra.

ETA kanpora

20 viernes Abr 2018

Posted by gogoanmemoria in derechos humanos, Memoria, Víctimas

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Artesanos por la Paz, asesinatos, bombardeo de Gernika, Brian Currin, cafetería Rolando, Carlos Alonso Palate, comunicado de ETA, Diego Armando Estacio, ejército, empresario, ETA, Foro Social, funcionario de prisiones, guardia civil, heridos, Hipercor, jueces, Maixabel Lasa, Margarita González Manxilla, militares, pacifistas, perdón, periodistas, policía nacional, politicos, terrorismo, Víctimas, Yoyes

A pesar de compartir con Maixabel Lasa que este comunicado de ETA no debería tener tanto bombo mediático porque solo significa el agur a quien ha causado dolor, muerte, sufrimiento… y nada más que eso y porque el comunicado de despedida poca novedad aporta. Aún así, queremos hacer una pequeña reflexión sobre este comunicado.

Como el comunicado de Aiete, este comunicado viene precedido de unas baladas que vienen sonando desde hace un tiempo tocadas por el Foro Social y los Artesanos por la Paz que han nacido recientemente en Iparralde. No se puede obviar el hecho de que hayan surgido justo, justo cuando terminó la «actividad armada». Mientras esta existía, no dijeron ni pío. O sí? Y, como en Aiete, Brian Currin vuelve a hacer acto de presencia. Este aditivo pretende ser el hilo de unión entre Aiete y esta representación que tienen preparada para mayo.

Lo más significativo de este comunicado son estas palabras: «nada de todo ello debió producirse jamás o que no debió prolongarse tanto en el tiempo» porque es un reconocimiento de que todo lo que hicieron fue un error.

También podrían ser importantes estas palabras: «Queremos mostrar respeto a los muertos, los heridos y las víctimas que han causado las acciones de ETA«, pero llegan con muchos años de retraso. Las familias de las víctimas, muchas, han sufrido la sádica falta de respeto a sus muertos durante años y años sin ningún tipo de piedad, sin rasgos de humanidad. Muy tarde ya. De hecho, ya no tienen significado real.

Quizás las palabras que más polémica están originando son las referidas al perdón: «A consecuencia de errores o de decisiones erróneas, ETA ha provocado también víctimas que no tenían una participación directa en el conflicto, tanto en Euskal Herria como fuera de ella. Sabemos que, obligados por las necesidades de todo tipo de la lucha armada, nuestra actuación ha perjudicado a ciudadanos y ciudadanas sin responsabilidad alguna. También hemos provocado graves daños que no tienen vuelta atrás. A estas personas y a sus familiares les pedimos perdón.» Sin participación directa en el conflicto, sin responsabilidad alguna… Debemos suponer que se refieren a todos los niñ@s asesinad@s aunque fueran hij@s de guardias civiles, a las de la cafetería Rolando de Madrid (1974), a las víctimas de Hipercor (1987), a Margarita González Mansilla (1995), a Carlos Alonso Palate y Diego Armando Estacio (2006), a todas las personas asesinadas por pasar por el sitio en el que explotaría la bomba y a todas aquellas que ETA asesinó equivocadamente, tal y como ella misma reconoció.

Nunca se debería publicar este titular

Por desgracia, no reciben el perdón todas aquellas víctimas que sí tenían participación directa en el conflicto y que tenían alguna responsabilidad; esto es, el 98% de las personas asesinadas, según los criterios de la propia ETA. No recibirán el perdón de ETA las familias de ningún guardia civil, ningún policía nacional, ningún militar, ningún político, ningún camarero, ningún camello, ningún drogadicto, ningún periodista, ningún juez, ningún profesor de universidad, ningún empresario, ningún funcionario de prisiones, ningún trabajador de Telefónica o de Iberduero, ningún comprometido pacifista… ningún etarra «arrepentido».

Manuel Jodar
Yoyes
Juan Mari Jauregui

ETA ha perdido una buena oportunidad, pero… ¿deberíamos esperar algo más de esta organización terrorista?

Sobre el resto del comunicado, es vergonzoso e intolerable el recurrente argumento de ligar su vergonzosa existencia con la guerra civil a través del bombardeo de Gernika, pero… ¿son los únicos que tratan de unir estos dos episodios de violencia?

Como siempre, han decepcinado. ETA desaparecerá para siempre, pero aquí queda la izquierda abertzale que tanto les apoyó. A ver qué hace porque… moverse, se tendrá que mover algún día, no?

Si necesitas leer el comunicado entero, lo puedes ver pulsando aquí.

 

[Y para decir todo esto, no es necesario apuntar que también estamos en contra de la violencia ilegítima de las fuerzas de seguridad o del terrorismo del GAL y demás. ¿Por qué hay tanta gente con complejos, siempre justificándose?]

 

«Cerca, pero dentro»

22 lunes Ene 2018

Posted by gogoanmemoria in derechos humanos, presos

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acercamiento, alejamiento, amnistía, cárceles, condena, derechos de los presos, dispersión, dolor injusto, EITB, El Correo, enfermedades incurables, EPPK, ETA, Gesto por la Paz, Herrera de la Mancha, libertad, manifestación, Noticias de Gipuzkoa, presos, reagrupamiento, SARE, víctimas de la violencia

[Sobre la manifestación convocada por el colectivo SARE a favor de los derechos de los presos. Bilbao, 13 de enero de 2018]

Manifa-EITB

Foto de EITB. 13 de enero de 2018

Antes de entrar de lleno en la cuestión, creo que es necesario aclarar dos términos que se manejan con calculada estrategia sobre la política penitenciaria: dispersión y alejamiento. La reclamación del fin de la dispersión de los presos significa que se persigue que todos los presos y presas de ETA estén juntos, no diseminados por las diferentes y lejanas cárceles de la geografía española y francesa. Pero estoy seguro de que los reclamantes del fin de la dispersión no quieren que todos los presos estén juntos en, pongamos, la cárcel de Herrera de La Mancha. No, obviamente. Los quieren cerca, en una cárcel próxima. Aunque realmente –y ya lo dicen- los quieren en casa. Y punto. Pero la impartición de justicia y la no impunidad son principios irrenunciables en un estado de derecho, por lo que esas personas que cometieron crímenes con largas condenas han de cumplir sus penas. Y el asunto es que deben hacerlo cerca de sus lugares habituales de residencia, tal y como figura en el art. 12 de la Ley Gral. Penitenciaria; llevarlo a cabo ahora no supone ningún quebranto para la administración estatal ya que tenemos un centro penitenciario “ad hoc” dentro del territorio vasco. De esta manera, si los presos por delitos de terrorismo cumplen su pena de privación de libertad cerca de sus ámbitos familiares, no solo estamos ante una política penitenciaria imparcial y lógica, sino que además no se inflige un perjuicio y sufrimiento añadido a las personas cercanas al reo. Finalmente, tal y como refleja el código Penal, los presos con enfermedades incurables deberían ser puestos en libertad y con el tratamiento adecuado. Así pues, el estado no debería hacer política con el tema de los presos, sino aplicar su propia ley. GxP-acercamiento1Todo lo susodicho lo reclamó la organización pacifista Gesto por la Paz desde 1994, que denunciaba el nulo efecto disuasivo que produjo tanto la dispersión como el continuo traslado de cárcel de los presos. Ambas medidas dificultaban enormemente las relaciones familiares y amistosas de las personas presas y, por ende, era un castigo para aquellas.

Volvamos al presente. Sábado pasado, manifestación en favor de los derechos de los presos de ETA. Muchos creemos que el acercamiento de todas y todos ellos a cárceles próximas así como la puesta en libertad de quienes padezcan enfermedades incurables no era el objetivo primordial de la manifestación anual en favor de los presos. Por muchas razones: la primera, porque un número no pequeño de personas relevantes que acuden habitualmente han estado sistemáticamente defendiendo la amnistía y la impunidad de los presos de ETA, con el pretexto de que estamos en otros tiempos, la organización (sic) ya ha dado los pasos que debía dar, en el fondo son nuestros gudaris, estamos ante una suerte de fuerzas simétricas pero sólo se ha movido una de ellas, etc. como si el daño perpetrado por la banda terrorista fuera equiparable, negociable, mensurable e intercambiable por el sufrimiento de sus presos. La segunda razón es que en el manifiesto leído al final de la marcha, se reclamó la aplicación de la justicia

El Correo, 2016

El Correo, 2016

transicional, instrumento que podría aplicarse en situaciones de resolución de conflictos en los que se ha producido una vulneración simétrica y equiparable de derechos humanos en sendos bandos. Y aquí, no ha lugar. Finalmente, las pancartas desplegadas, los testimonios recogidos en la propia manifestación y la cartelería desplegada por Bilbao indican que lo que pretenden es que esas personas presas vuelvan a sus casas. No los queremos en foto, los queremos en casa. Blanco y en botella.

Es obvio que tantos y tantos años de violencia política, de represión desaforada y de tramas de grupos antiterroristas nos ha dejado muy escarmentados y dolidos. Pero la violencia de ETA ha sido la que se ha quedado hasta el final haciendo el más pasmoso y obsoleto ridículo en la Europa avanzada, pegando tiros cuando ya nadie creía en su revolución. Y ahora quedan sus presos, colectivo acerca del cual una gran parte de la sociedad vasca sigue opinando que los delitos cometidos son gravísimos y deben cumplir la pena de privación de libertad que les corresponda. Igualmente, también opina que han de aplicarse las medidas y reglamentos con total y absoluta normalidad y legalidad porque pensamos que ellos, los asesinos, están privados de libertad, pero no se puede extralimitar su castigo, y menos todavía, sobre sus familiares y amigos. Pero a muchas y muchos nos gustaría que ese colectivo tuviera el coraje de plantearse su error, de preguntarse y responderse por qué decidió asesinar y si eso tuvo algún sentido.

Es un deber ético planteárselo. Hace unos años, contra toda corriente y pronóstico, mentes preclaras llevaron a cabo una iniciativa modélica en este sentido: algunas víctimas de la propia banda, en un acto de generosidad y humanidad inmenso, se entrevistaron con presos de ETA arrepentidos de sus crímenes. Eso no les supuso ningún beneficio penitenciario, tan solo personal. De alguna manera, se acercaban al dolor que habían generado y se reconciliaban con la sociedad que les iría a acoger después. Fue una experiencia dura, muy dura para esas víctimas, y, sin embargo, necesaria y reparadora para los reclusos. ¿Nadie de los presos encuadrados en el EPPK va a tener la valentía de dar un paso adelante y reconocer que matar fue no solo hacer un daño irreparable sino que también un error? ¿Alguien de los que acudió a la manifestación del sábado vería con buenos ojos un gesto así? Yo supongo que la mayoría, ya que dijeron algo de reivindicar los derechos humanos.

Noticias de Gipuzkoa, 2018

Noticias de Gipuzkoa, 2018

Última reflexión: el año pasado fueron asesinadas 46 mujeres en España ¿Alguien podría aceptar que un colectivo formado por madres y padres afectados por las sentencias judiciales de violencia machista, reclamase la vuelta de sus hijos violadores y/o asesinos a casa, poco menos que impunemente? ¿Veríamos con buenos ojos que esos familiares y amigos o colegas del barrio inundasen las paredes con pintadas de libertad para ellos, y con amplio despliegue infográfico? ¿Admitiríamos que utilizasen a escolares con mochila en sus proclamas para provocar la compasión de la sociedad? ¿Qué nos parecería que nuestra alcaldesa, por ejemplo, recibiera con honores y laureles a un violador y asesino de esos tras cumplir su castigo? ¿Cantarían nuestros hijas e hijos canciones en su honor, en plan “la mató porque era suya, txutxua, txutxua…” y nosotros les regalaríamos el CD en su cumple? ¿Qué nos parecería que la televisión pública emitiese con absoluta normalidad y profusión de detalles las visitas de los familiares a sus chicos malotes, y fuesen entrevistados sin el menor atisbo de crítica? Hay diferencias entre una violencia y otra, indudablemente, pero el resultado final es que las víctimas siempre son las peor paradas. ¿Alguien pensó en ellas el sábado?

 

Artículo de Fabián Laespada publicado en El Correo el  20 de enero de 2018

Torturas en el País Vasco, 1960-2014

20 miércoles Dic 2017

Posted by gogoanmemoria in derechos humanos

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Comité contra la tortura, denuncias, Dictadura, forense, Francisco Etxeberría, investigación, organismos internacionales, Proyecto de investigación de la tortura y malos tratos en el País Vasco entre 1960 y 2014, Secretaría General de Derechos Humanos Convivencia y Cooperación, tortura y malos tratos, Tribunal europeo de Derechos Humanos, Víctimas, vulneración de los derechos de las personas detenidas

Francisco EtxeberriaRecientemente, se ha presentado a la opinión pública el informe que encargó la Secretaría General de Derechos Humanos, Convivencia y Cooperación a un equipo multidisciplinar dirigido por el prestigioso médico forense, Francisco Etxeberria.

 

Los objetivos del Informe

• Realizar un estudio científico que nos acerque a la realidad objetiva del fenómeno de la tortura en nuestro contexto recogiendo los antecedentes y elaborando un censo a lo largo del tiempo entre 1960 y 2014.
• Proponer las medidas de reconocimiento, reparación y prevención que sean necesarias y plausibles a la luz de las conclusiones de ese estudio.

NOTORTURA

Algunos datos del Proyecto de investigación de la tortura

Y estos son algunos de los interesantes datos que se ofrecen en el Proyecto de investigación de la tortura y malos tratos en el País Vasco entre 1960-2014:

  • Entre 1960 y 2014 se ha establecido un censo de 4.113 casos en los que se han denunciado pública y/o judicialmente malos tratos o torturas. Estos casos han ocasionado 3.415 víctimas ya que algunas han denunciado en más de una ocasión.
  • De los 4.113 casos denunciados, 1.081 lo hicieron antes de 1978; esto es, durante la Dictadura. Esto se interpreta como que el número real es superior al contabilizado, puesto que se entiende que durante el periodo franquista se producirían más casos de tortura y de malos tratos y que sus víctimas no denunciarían por no tener confianza en que la denuncia sirviera para algo.
  • A partir de 2004 se produce un considerable descenso de esta práctica.
  • Entre 1979 y 1992 hay 20 sentencias condenatorias por practicar la tortura que ocasionaron 31 víctimas. Las sentencias fueron nueve contra miembros de la Policía Nacional y 11 contra miembros de la Guardia Civil.
  • En repetidas ocasiones, diferentes organismos internacionales han condenado a España por incumplir obligaciones contraidas para la prevención y la investigación de la tortura. De forma sistemática, las autoridades han negado la existencia de tales prácticas, y de la ausencia de investigación, lo cual es un indicador de la falta de voluntad de llevar a cabo una erradicación de dichas prácticas o en su caso proteger a los agentes de posibles denuncias falsas.
  • A partir de los años 90, se produce un cambio de las formas de maltrato pasando de las palizas, la ‘bañera’, la aplicación de electricidad, etc. a la utilización de métodos más difíciles de detectar en exámenes forenses superficiales, tales como maniobras de asfixia como la bolsa, las posturas forzadas o ejercicios extenuantes, las amenazas y humillaciones, el desnudo forzado y vejaciones sexuales.

Proyecto de investigación de la tortura

INFORME-Proyecto-investigacion-tortura-1960-2014

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