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Gogoan-por una memoria digna

~ Por una memoria digna como derecho de las víctimas y de la sociedad vasca en general. Una memoria que deslegitime la violencia y que sea pedagógica para prevenir situaciones como las vividas en Euskal Herria los últimos 50 años.

Gogoan-por una memoria digna

Archivos de etiqueta: tortura

‘GESTO’ dokumentala

26 viernes Ago 2022

Posted by gogoanmemoria in Memoria

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'Gesto', 70SSIFF, acercamiento, derechos humanos, deslegitimación de la violencia, Festival de Cine de San Sebastián, Gesto por la Paz, Memoria, movilización social, pacifismo vasco, pluralismo, reinserción, separación de conflictos, Tabakalera, tortura, víctimas de la violencia, violencia de persecución, Xuban Intxausti, Zinemira

El 17 de septiembre se proyectará por primera vez el documental ‘Gesto’ en el Festival de Cine de San Sebastián.

El 26 de agosto, se presentó en Tabakalera (Donostia-San Sebastián) las películas y documentales que concursan o se exhiben en el apartado Zinemira del Festival de Cine de San Sebastián. Una de las películas que concursa es ‘Gesto‘, documental producido por Gogoan, por una memoria digna, dirigido por Xuban Intxausti y con música original de Fernando Velázquez.


¿Qué es ‘Gesto’?

‘Gesto‘ es un viaje por la memoria del pacifismo vasco que durante 30 años trabajó por la paz y en contra de la violencia en Euskal Herria. Entendemos la memoria no solo como un ejercicio de acercamiento a la verdad, sino como una valoración, en este caso positiva, del papel que realizó Gesto por la Paz en un momento realmente difícil. La memoria es también aprendizaje y, en este sentido, consideramos que recuperar la esencia de Gesto por la Paz es, además de un gesto de agradecimiento a quienes lo hicieron posible, una herramienta enormemente útil para las generaciones posteriores.

En el documental ‘Gesto’ se recogen los principios y actuaciones que dieron forma a esa genuina construcción colectiva que fue Gesto por la Paz, que no se creó ni se desarrolló con patrones preestablecidos, todo fue el resultado del análisis, las motivaciones y las inquietudes de las personas que lo hicieron posible. Muchos de sus principios y actuaciones conservan plena vigencia, pero es necesario destacar que el gran valor de Gesto es lo que hizo en el momento que lo hizo, en esas circunstancias y con esos condicionantes.

En ‘Gesto’ algunos miembros de la organización pacifista nos van relatando ese trabajo a través de imágenes del pasado y de intervenciones que dan paso a esos principios y actuaciones mencionadas De esta manera, se invita al espectador a descubrir lo que fue Gesto por la Paz y la vigencia de su esencia.

Los derechos humanos

Gesto por la Paz fue una organización que trabajó por la paz y el respeto de los derechos humanos para todas las personas desde 1985 hasta 2013 en el ámbito de la violencia específica generada en Euskal Herria.

La movilización social como cauce de expresión y sensibilización

Desde el inicio, la labor fundamental fue la concienciación y sensibilización sobre la gravedad de la violencia que inundaba nuestra sociedad y lo hizo a través de la movilización social desde un planteamiento unitario y plural. Ahí se enmarcan los “gestos por la paz”, las concentraciones silenciosas que se realizaron en numerosos pueblos, barrios, colegios o campus universitarios después de cada muerte relacionada con la violencia específica generada en Euskal Herria. Estas concentraciones silenciosas de 15 minutos fueron la seña de identidad más genuina de la organización.

El conflicto violento y el conflicto político

De forma paralela, Gesto por la Paz desarrolló un discurso genuino basado en el respeto a los Derechos Humanos de todas las personas y en la defensa de un ámbito unitario pre-partidista para afrontar el grave problema de la violencia. En este sentido, uno de los pilares fundamentales de este discurso fue la separación del conflicto violento del conflicto político. Gesto por la Paz defendió que no existió ninguna relación necesaria entre el conflicto político identitario -uno de tantos conflictos políticos que se dan en una sociedad plural- y el uso de la violencia. Consecuentemente, el terrorismo fue el resultado de una decisión voluntaria, libremente tomada, injusta y errónea que no tuvo ninguna justificación. Desde ahí, Gesto por la Paz siempre defendió que se debía llegar al final de la violencia desde el puro desistimiento de quienes mantuvieron y defendieron esa estrategia, sin pagar ningún precio político por la paz, como afortunadamente así ha ocurrido.

Gesto por la Paz defendió que no existió ninguna relación necesaria entre el conflicto político identitario -uno de tantos conflictos políticos que se dan en una sociedad plural- y el uso de la violencia.

Las víctimas de la violencia

El cimiento más significativo del discurso de Gesto por la Paz fueron las víctimas que originó esta violencia. De esta manera, es destacable la creciente centralidad de las víctimas. Las víctimas eran la razón fundamental para realizar un posicionamiento contrario al uso de la violencia. Una sola víctima ya deslegitimaba el uso de la violencia.

Se trataba de que la ciudadanía comprendiera que las víctimas eran las trágicas destinatarias de un ataque que iba dirigido contra toda la sociedad.

Se trataba de que la ciudadanía comprendiera que las víctimas eran las trágicas destinatarias de un ataque que iba dirigido contra toda la sociedad. La asunción de este principio posibilitaba los imprescindibles mecanismos de reconocimiento y solidaridad hacia todas ellas, cada una desde su especificidad. En este ámbito, el primero de los pasos que se dio fue humanizar a las víctimas, “descubrir” que, bajo aquellos uniformes o cargos, había seres humanos con una vida que quedaba truncada para siempre. El segundo paso y fundamental fue dar voz a las víctimas. Su testimonio directo nunca deja indiferente a quien se atreve a escucharlo.

Ante el acoso que sufrieron miles de ciudadanos y ciudadanas, Gesto por la Paz creó el concepto “violencia de persecución” (2000) con el que se pretendió denunciar la falta de libertad de una parte importante de la población por su condición de representante de la ciudadanía o por el libre ejercicio de su profesión. Estas personas padecieron la utilización sistemática de la amenaza, el acoso, la agresión y hasta el asesinato por el hecho de defender públicamente unos planteamientos ideológicos no coincidentes con los de quienes apoyaban y ejercían la violencia.

Las personas presas y detenidas

Desde la defensa de los Derechos Humanos para todas las personas, Gesto por la Paz también abordó la situación de las personas presas y detenidas relacionadas con los delitos de terrorismo. En este sentido, desde el inicio de la organización se denunciaron casos de tortura como el de Tomás Linaza en 1987 y otros que, desgraciadamente, le sucedieron a lo largo de los años.

Por otra parte, en 1994, Gesto por la Paz junto a Denon Artean, ya planteó y defendió el principio democrático de la reinserción y lanzó los criterios que consideraba que se debían aplicar, criterios que mantienen toda su vigencia en la actualidad (Criterios: 1. Desvinculación de la estrategia terrorista, 2. Acatamiento de las reglas y principios democráticos, 3. Reconocimiento del daño causado).

También en 1994, se lanzó a la opinión pública el concepto del acercamiento para las personas presas relacionadas con el terrorismo; un posicionamiento planteado desde una perspectiva ética y humanitaria. Dicha reivindicación se diferenció claramente de la reivindicación que desde la izquierda abertzale se hacía en aquel momento del reagrupamiento de presos.

      

Por una memoria deslegitimadora de la violencia

Toda la actividad de Gesto por la Paz ha ido claramente dirigida a la deslegitimación de la violencia. Todo relato que se construya debe partir de la defensa de los derechos humanos para todas las personas y debe poner en primer lugar a las víctimas, como el trágico e irreparable logro que ha generado la violencia. Se debe construir una memoria claramente deslegitimadora de la violencia.


Trailer del documental

El 17 de septiembre se proyectará por primera vez el documental ‘Gesto’ en el Festival de Cine de San Sebastián a las 22’15 h. También habrá pases por la tarde los días 18 y el 19 de septiembre.

Posicionamientos retroalimentados

29 domingo May 2022

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ETA, GAL, izquierda abertzale, Macarena Olona, Meritxel Batet, Partido Popular, PSOE, tortura, VOX

No recuerdo muchas ocasiones en las que haya presenciado una intervención que destile tanto odio y ausencia de empatía como la de Macarena Olona en el Congreso; es de esas actuaciones que te revuelven las tripas, cómo alguien puede reirse así del sufrimiento ajeno, en este caso de los torturados. Es totalmente incomprensible que Meritxel Batet, Presidenta del Congreso, no le interrumpiera retirándole la palabra o que ningún juez abriera diligencias al respecto.

Gesto por la Paz, 2008

Desgraciadamente, gracias a la comprensión y ceguera del PP, entre otros factores, VOX, partido que apoya este tipo de actitudes, tiene demasiado apoyo y fuerza en España.

Paradójicamente, me parece que uno de los mayores beneficiarios de esta situación es la rebautizada izquierda independentista, la izquierda abertzale de toda la vida; podríamos decir que para la izquierda española esta rebautizada izquierda independentista es el bueno de la película, porque está haciendo lo que se habría tenido que hacer desde hace muchos años: política.

Desde la izquierda española no se le da la debida importancia a la falta de autocrítica respecto a su pasado reciente de la izquierda abertzale

Desde la izquierda española no se le da la debida importancia a la falta de autocrítica respecto a su pasado reciente de la izquierda abertzale. Es posible que el PSOE persiga una estrategia de olvido respecto a una necesaria autocrítica propia en relación al GAL. Sea así o no, me da la sensación de que la izquierda abertzale está jugando a ganar tiempo, a que la sociedad se olvide de que tienen pendiente dicha autocrítica, en definitiva, a que desaparezca esa exigencia en la sociedad.

En Euskal Herria la respuesta a Olona, afortunadamente, ha sido diferente, con un posicionamiento muy mayoritario de crítica. Aun así, esta unanimidad proviene de posicionamientos muy diversos; por un lado, están los que consideran que torturar es tan inadmisible como los asesinatos de ETA, que creo son mayoría; por otra parte están los que han mantenido y siguen manteniendo una postura acrítica hacia ETA. Es difícil de entender cómo estos últimos, considerando inaceptable la intervención de Olona, pueden tener un posicionamiento neutro, cuando no favorable, a la trayectoria de ETA.

Esta visión parcial se da todavía hoy en día en un amplio espectro de nuestra sociedad, un espectro que al mismo tiempo que identifica rápidamente el fascismo exterior es incapaz de reconocer el propio.

Xabier Mugarza Ayastuy, miembre de Gogoan, por una memoria digna

Artículo publicado en Goienkaria

Biktima guztien alde

20 lunes Dic 2021

Posted by gogoanmemoria in Víctimas

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COVITE, espainar Konstituzioa, estatu terrorismoa, ETA, ETAren biktima, etika publikoa, euskera, eusko-kultura, GAL, gizarte mugimenduak, José Manuel Piñuel Villalón, Juan Carlos García Goena, mugimendu ekologista, mugimendu feminista, Patxi Elola Azpeitia, pintadak, presoen amnistia, Sebastián Aizpiri Lejaristi, sindikatuak, tortura, tratu txarrak

Horma-irudi bat egiteko auzokideen hausnarketa eta parte-hartze prozesuak irekitzen diren garai honetan, nire haurtzaroa eta gaztaroa datorzkit burura, neure herria: Inork ez zidan inoiz iritzia eskatu teorian guztiona zen eremu publikoan jartzen zutenaren inguruan, eta batzuk espazio hori bere egin zuten hamarkadetan zehar kartel eta pintadaz josiz. Bertan gizakien aurkako eraso larriak burutu zituzten, edo horretan lagundu zuten presoen amnistia eskatzen zuten; edo gure bizilagunen irudiak jartzen zituzten diana barruan; beste batzutan ETAk bahituta zituen pertsonak aske uzteko ordainketa exijitzen zuten; edo heriotza-zigorra ekar zezaketen “txibato” edo “traidore” hitzak idazten zituzten; eta ETAk akabatu berri zuen gizonarentzat “izorra hadi” bezalako espresio mingarriak margotu ere bai.

Inork ez zidan inoiz iritzia eskatu teorian guztiona zen eremu publikoan jartzen zutenaren inguruan

Inguru hartan sozializatu ginen, guzti hark etika publikoarentzat zuen eragin suntsigarriaz konturatu gabe. Horma haiek ETAko preso eta militanteen aurka egiten ziren edo egin zitezkeen erasoekiko guztiz bihozbera bilakatu gintuen, eta militante hauen biktimekiko erabat bihozgabe. Eta ETAren biktima hauen bizitza eta eskubideak ez ziren inolako horma edo eremu publikotan aldarrikatzen.

ETAren biktima hauen bizitza eta eskubideak ez ziren inolako horma edo eremu publikotan aldarrikatzen.

Eta giza eskubideen defentsan sektario hutsak ziren arren, zoritxarrez frogatuta geratu zen askotan salatzen zuten bezala, torturak eta tratu txarrak egon zirela eta estatu terrorismoak ere izugarrikeria ugari egin zituela, guzti horrek suposatzen zuenarekin: biktima horiei eta beren senitartekoei eragiten zitzaien oinaze bidegabea, eta zuzenbide estatuari egiten zitzaion kaltea.

Eta hainbeste denboran zehar nagusitu zen indarkeriak guztiz hondatuta utzi zuen gure herria: ehundaka hildako eta zauriturekin, lur jota geratu ziren milaka lagunekin eta gizartea ere oso ukituta geratu zen. Orain zatitxoak batu eta apurtutakoa konpontzea dagokigu, eta bakoitzak bere erantzukizuna bere gain hartu beharko luke.

Estatuari eta botere publikoei dagokionez espainiar Konstituzioari begiratu bat egitea besterik ez dago –babesik handiena jasotzen duen muinari adibidez- askotan Estatuak inoiz zeharkatu behar ez zituen mugak gainditu zituela ikusteko. Eta hau esateko Espainiako auzitegiek segurtasun indarrek eta administrazioko goi-karguek pertsonen bizitza eta osotasunaren aurka egindako delitu larriengatik emandako epaietan oinarritzen naiz, eta nazioarteko auzitegiek tortura eta tratu txarrak ez ikertzeagatik emandako ebazpenetan. Boterea izan zutenek eta boterea dutenek autokritika egin beharko lukete eta berroneratze demokratikoa egiteko eta gertatutakoa ez errepikatzeko konpromiso sendoa hartu.

Espainiako auzitegiek segurtasun indarrek eta administrazioko goi-karguek pertsonen bizitza eta osotasunaren aurka egindako delitu larriengatik emandako epaietan oinarritzen naiz, eta nazioarteko auzitegiek tortura eta tratu txarrak ez ikertzeagatik emandako ebazpenetan

Bestalde ETAren eta bere inguru politiko eta sozialaren tentakuluak gure gizarteak duen onena kutsatu zuten: gizarte mugimenduak, kultura, politika… Mugimendu ekologistan adibidez, ETA bere jarduketa eremuan muturra sartzearen aurka zeudenen ahotsa guztiz isilduta geratzen zen ETAk egiten zituen izugarrikerien aurrean pasibo mantentzen zirenen artean edo ETAren jarduera justifikatzen zutenen artean. Mugimendu feministari dagokionez ez dakigu inoiz ETAren indarkeriak emakumeengan izan duen eraginaren inguruko hausnarketa edo ikerketarik egin ote duten, esate baterako zenbat emakume alargun atera zen Euskaditik senarraren hilkutxarekin batera, asko bere ume txikiak besoetan hartuta, edo zer garrantzia izan zuen emakume biktima askoren ahaleginak gorrotoari eutsi eta seme-alabei ez helarazteko. Sindikatuak, askotan ezker abertzalearen deialdietara biltzeko prest, hain kritiko eta gogor –eta horrela izan behar du- lan-istripuekin, ez dut gogoratzen horrelako jarrera zorrotzik ETAren hilketen aurrean, nahiz eta hildakoa sindikatuko kidea izan. Zein epel jokatzen zuten ETAk enpresariak mehatxatu eta hiltzen zituenean; penagarria da langileen borrokan jokabide horiek soberan zeudela argi zutenen ahotsa ez gailentzea. Eta zer esan kultura eta euskerari buruz… zein arrotza egiten den giro batzuetan indarkeriari zilegitasuna euskeraz kentzea, txarto ikusita dagoela esango nuke; baina zorionez gero eta gehiago gara konpromiso hori geureganatzen ari garenok.

Eta zer esan kultura eta euskerari buruz… zein arrotza egiten den giro batzuetan indarkeriari zilegitasuna euskeraz kentzea, txarto ikusita dagoela esango nuke

Gizarte-mugimenduetan aritzen diren pertsonak beraien militantziaren inguruko hausnarketa sakona egitera animatzen ditut, eta ondo legoke biktima ezberdinen lekukotasunen argipean egitea. Zeren eta indarkeriaren aldeko kultura edo indarkeriarekiko jarrera akritikoa gailendu den azken hamarkada hauen ondoren, urteak beharko ditugu guzti hau gainditzeko eta biktimak, gutxietsiak eta isilduak izan diren arren, txertoa eta sendagarria izan daitezke eta gizartearen erdigunean jarri beharko genituzke gizarte eta politikako ekimen guztietan zeharka eraginez; lehenengo eta behin bidezkoa delako eta bigarrenik guztion onerako izango litzatekelako. Etorkizun hobea lortze aldera biktimek eta gizarteak eskutik helduta aurrera egin beharko lukete, biktimek erabateko aitortza lortu arte eta gizarteak normaltasuna berreskuratzen duen bitartean.

Etorkizun hobea lortze aldera biktimek eta gizarteak eskutik helduta aurrera egin beharko lukete, biktimek erabateko aitortza lortu arte eta gizarteak normaltasuna berreskuratzen duen bitartean

Eta bukatu baino lehen goiburuan jasotzen dudan ideia azaldu nahiko nuke: azken boladan erraz esaten dugu biktima guztien alde gaudela, baina jada desagertuta dagoen Bakearen Aldeko Koordinakundeko lagun batek zioen bezala “Biktima guztien alde esan beharrean, biktima bakoitzaren alde gaudela esan beharko genuke”, eta ñabardura hau ez da huskeria eta beharrezkoa da horrela sentitzen dugun hausnartzea, zeren eta hori horrela bada giza eskubideen alde gaudela esan ahal izango dugu, eta indarkeriari zilegitasuna errotik kentzeko gai izango gara.

Biktima guztien alde esan beharrean, biktima bakoitzaren alde gaudela esan beharko genuke

Bukatze aldera lau biktima zehatz gogoratu nahi ditut, eta beraiekin batera beste guztiak, denek merezi dutelako plaka bat, lore bat, oroitzapen bat.

Sebastian Aizpiri Lejaristi, ETAk hil zuen Eibarren 1988ko maiatzaren 25ean; bere hilketaren inguruabarrak inflexio-puntu bat izan ziren niretzat, eta Euskal Herriko Bakearen Aldeko Koordinakundearekin bat egiteko erabakian berretsi ninduten.

Juan Carlos García Goena, GAL taldeek hil zuten Hendaian 1987ko uztailaren 24an, eta berarekin batera bere alarguna eta alabak ere gogoan izan nahi ditut, eta estatu terrorismoaren eta tortura eta tratu txarren biktima guztiak

Patxi Elola Azpeitia, Zarautzko udaleko zinegotzi sozialista, berak eta bere familiak mehatxua eta jazarpen indarkeria jasan behar izan zuten milaka euskaldunek bezala.

Azkenik Jose Manuel Piñuel Villalón, ETAk akabatu zuen Legutioko guardia zibilaren kuartelean jarri zuen bonba-auto baten bidez 2008ko maiatzaren 14an. Bere hil-kaperara joan nintzen eta agian horregatik bere hilketa bereziki sentitu nuen. Legutiotik pasatzen naizen bakoitzean bere argazkia ikusten dut kuartela zegoen eremua inguratzen duen hesian jarrita, eta bere alargunaz eta semeaz gogoratzen naiz, eta bere lankideetaz ere bai, eta indarkeriaren zentzugabekeria eta injustizia datorkit burura. Zer pena.

Eta amaitzeko COVITEko kideei eskerrak eman nahi dizkiet aurten azaroaren 11an Iruñean antolatu dituzten jardunaldietan parte hartzeko luzatu didaten gonbidapenagatik, ezingo naiz joan baina idatzi hau eskaini nahi diet; nahiz eta neurri handi baten biktimak beraiek emandako guztiaren emaitza den.

 

Maite Leanizbarrutia Biritxinaga – “Gogoan, por una memoria digna” elkarteko kidea

Laura Mintegi, la banalización del mal

04 martes May 2021

Posted by gogoanmemoria in Víctimas

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'Aun estamos a tiempo', Aitzol, Antza, aseseinato, Batasuna, Berria, cementerio de Polloe, derechos humanos, deslegitimación de la violencia, Edurne Albizu, Egunkaria, El silencio no es cobijo, escritores vascos, Estepan Urkiaga, ETA, Eugenio Olaziregi Borda, extorsión, GAL, José de Ariztimuña, Lauaxeta, Laura Mintegi, Mikel Albizu, Nork bere egoerak bizi du, Noticias de Gipuzkoa, pena de muerte, Sarrionaindia, secuestro, socialización del sufrimiento, tortura, verdad justicia y reparación

Este escrito es la respuesta que nuestra compañera Edurne Albizu ha dirigido a Laura Mintegi por su artículo publicado en Berria “Nor bere egoerak bizi du”. La dirección del periódico Berria decidió no publicarlo, por lo que se ha enviado a otros medios. El sábado, 1 de mayo, se publicó en Noticias de Gipuzkoa. 


En el artículo titulado “Nor bere egoerak bizi du”, publicado en el diario Berria, te has referido con ternura al destino y vicisitudes de varios escritores vascos. Los que mencionas eran de impronta vasca y abertzales. Pones sobre la mesa las injusticias ordenadas por los fascistas en 1936, entre otras, el fusilamiento de Estepan Urkiaga “Lauaxeta, el de José de Ariztimuño “Aitzol”. Hablas del cierre, contrario a la ley, de Egunkaria, etc. Sin duda alguna, tienes razón. Les cortaron las alas y las manos a la literatura y a los escritores vascos, les quitaron la vida.

A continuación mencionas a Sarrionandia y a Mikel Albizu “Antza”, y he de confesarte que, al menos a mí, como a muchos otros que aún no se han atrevido a decirte nada de esto, se me han revuelto las entrañas ante la frivolidad que demuestras.

Afortunadamente, en la cultura vasca no todo el mundo se ha limitado como Laura Mintegi a protegerse bajo la servidumbre de ETA. Ha habido también quien se ha opuesto al fusilamiento de conciudadanos a través de manifiestos como “Aún estamos a tiempo” de 33 intelectuales en 1980 y el de otros 140 en el año 2000, “El silencio no es cobijo”.

En lo que concierne a Sarrionandia, según he sabido, cuando salió de la cárcel, desilusionado por lo que vio de ETA en Iparralde, se marchó a Cuba. Allí, asegurados trabajo, familia, vida y seguridad, ha podido ofrecer un libro al año a sus lectores. Hasta el fin de ETA en 2011, no dijo que ETA tendría que haberse acabado 20 años antes. 20, 25…? Por qué 20? ¿Es ésa la reflexión que la cultura vasca necesita? Él decidió ser “Sarri” o Sarrionandia.

Por otra parte, la decisión de Mikel Albizu “Antza”, fue la de escribir durante 19 años, hasta que fue detenido, el método de la pena de muerte. Mikel Albizu, como los franquistas y utilizando métodos similares a los de éstos, escribió un método para fusilar o ejecutar, a los habitantes de Euskal Herria y de otros sitios. El método se titula “La socialización del sufrimiento”, ¿has oído hablar de ese método? Se extendió en Euskal Herria pueblo por pueblo en las asambleas populares de Batasuna y ETA la asumió como propia.

Ese “método”, continuando con la literatura y escritores, yo lo sitúo en el tipo de literatura dedicada a las realidades crudas. De hecho, aplicando el método “La socialización del sufrimiento” escrito por Mikel Albizu, ETA asesinó a un familiar mío. Había nacido en el barrio donostiarra de Egia,  habitó toda su juventud entre Egia y Aiete, fue miembro de la asociación de ciclistas (Egiako Txirrindu Elkartea) y, por circunstancias, se fue a vivir a Andoain con su familia, a una de aquellas viviendas sociales que en esa época se otorgaban a los trabajadores con pocos recursos para financiarse una vivienda, hasta que se casó.

 

ETA le reventó la cabeza con una bala, acusándolo de una llamada que no nunca hizo, y ahora está enterrado en el cementerio de Polloe situado en la zona alta  de Ametzagaña del barrio de Egía.

Así las cosas, porque deseo el bien de este pueblo y porque siento la responsabilidad de construir para nosotros y nuestras hijas e hijos un porvenir desprovisto de odio, quiero no sólo hablar sino construir un futuro con quienes, habiendo sido miembros de ETA, hayan hecho una profunda autocrítica; los quiero además como compañeros de viaje para la total deslegitimación de cualquier violencia. Creo también que es responsabilidad mía poner sobre la mesa y denunciar todas las violaciones de derechos humanos que se han dado entre nosotros (las víctimas ocasionadas por ETA, las personas torturadas por diferentes cuerpos policiales, las víctimas del GAL y grupos afines, las personas extorsionadas, secuestradas, asesinadas por expresar su opinión política, los ciudadanos marginados por el mismo motivo, bertsolaris, cantantes, escritores…, comerciantes, taberneros, empresarios obligados a hacer huelga contra su voluntad…), así mismo, también es responsabilidad mía pedir verdad, justicia y reparación en todos los casos; por eso no estoy dispuesta a encubrir las salvajadas de quienes han violado los derechos humanos, ni siquiera en los casos provocados por gente de mi cuerda y tú has hecho eso.

EDURNE ALBIZU ORMAZABAL, familiar de Eugenio Olaziregi Borda

 

 

Jeneral ohiaren itzala

07 domingo Mar 2021

Posted by gogoanmemoria in Guerra sucia

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Auzitegi Gorena, Auzitegi Konstituzionala, Bakearen Aldeko Koordinakundea, bergizarteratzea, Botere Judizialaren Kontseilu Nagusia, Busot, CESID, demokrazia, El Mundo, El País, Elizabeth Huerta, Enrique Rodríguez Galindo, ETA, GAL. BVE. Gesto por la Paz, Inork ez du erahiltzeko eskubiderik Estatuak ere ez, Iturbide eta Zabala, Jesús García García, Joaquín Giménez, José María Lidón, Joseba Pagazaurtundua, Joxean Lasa, Joxi Zabala, Juan Mari Bandrés, Juan Mari Jauregi, Julen Elorriaga, La SER, Lasa eta Zabala, Maixabel Lasa, María Jauregi, Noticias de Alava, Noticias de Navarra, Pili Zabala, presoen hurbilketa, RTVE, Si la democracia mata la democracia muere, tortura

Enrique Rodríguez Galindo

Pasa den otsailaren 14an, pandemia gogoangarri honek ekarri digun Enrique Rodríguez Galindoren heriotzak, “Si la democracia mata, la democracia muere. Inork ez du erahiltzeko eskubiderik, Estatuak ere ez» leloa ekarri digu gogora. 1990eko hamarkadan Gesto por la Paz, Bakearen Aldeko Koordinakundearen leloa izan zen hura. Estatuak berak GALen bitartez burututako terrorismoaren inguruko egia eta justizia eskatzeko leloa. Gure oroitzapenetara bueltatzen da, nola ez, zendu den jeneral ohi honek kriminal bihurtzeraino perbertitu baitzuen bere erantzukizun publikoa. Aurretik Batallón Vasco Españolen (BVE) eta errepresio frankistarekin gertatu izan zen legez, GALen ekintza bakoitzarekin demokrazia bahitu, torturatu eta erailtzen zen.

Si la democracia mata, la democracia muere. Inork ez du erahiltzeko eskubiderik, Estatuak ere ez

Rodríguez Galindoren figuraren inguruan, elkarren artean erlazionaturiko eta elementu amankomuntzat demokrazia suntsitzea duten hainbat krimen aurkitu daitezke. Bitxia bada ere, demokrazia indartzeko helburuarekin, Estatu terrorismoaren aurka gehien borrokatu zirenetako hainbat, ETAren eta jeneralaren mehatxupean egon ziren.

El País. Jesús García García

1983ko urriaren 15a memoria kolektiboan era lazgarrian markatutako data da. Egun horretan GALek bere ibilbideari ekin zion, Baionan, Joxean Lasa eta Joxi Zabalaren bahiketarekin. Ondoren, Intxaurrondoko kuartelean eta Donostiako “La Cumbre” jauregian jasandako tortura basatien ondorioz zer egoeratan zeuden ikusita, Galindok eta Julen Elgorriagak, biak ala biak, erailtzea eta desagerraraztea erabaki zuten. Azken hau, Busoten, Alacanten gertatu zen eta hantxe izan ziren bi gazteen gorpuak karean lurperatuta eta bi familia oso, guztiz suntsituta, harik eta 1995ean Alacanteko Polizia Nazionaleko Jesús García García komisarioari esker gorpuak identifikatu ziren arte. Azken hau, Galindoren aurkako lekukotza ematen hil zen tribunal aurrean, bihotzekoak jota, izugarrizko presioa jasaten ari zela.

90eko hamarkadaren bigarren erdialdean, Goardia Zibileko, Polizia Nazionaleko, CESIDeko eta Barne Ministerioko instantzia gorenetako kideek GAL talde terroristaren sorreran, zuzendaritzan, finantzaketan eta estalketan izandako inplikazioa ikertzen aritu ziren, bai kazetaritza mundutik baita Auzitegi Nazionalekoen partetik ere. Epaiketa zigorrak 2000ko apirilean iritsi ziren eta 2001eko eta 2002ko uztailean berretsi zituzten, Auzitegi Gorenak eta Konstituzionalak, hurrenez hurren.

Estatu Terrorismoaren aurka egiteagatik Galindok bere jomugan zituen hainbat pertsona erailtzen ditu ETAk.

Demokrazia hain luzaroan kutsatzen zebiltzanen gainetik demokrazia bera gailentzen zen urte berorietan, Estatu Terrorismoaren aurka egiteagatik Galindok bere jomugan zituen hainbat pertsona erailtzen ditu ETAk.

Maixabel Lasa y María Jauregi

2000ko uztailean Juan Mari Jauregiren erailketa izan daiteke esanguratsuena. Tolosan hil zuen Juan Mari ETAk. Frankismoaren aurkako militantea eta Basauriko espetxean beste preso batzuei euskara-eskolak ematen zizkien preso politikoa; Gipuzkoako Gobernadore Zibila eta, horrenbestez, Galindo eta haren jarraitzaileak GALagatik ikertu ahal izateko funtsezko pertsona; bere partehartzeari esker Lasa eta Zabala auziko epaia posible egin zuena. Maixabel emazteak eta Maria alabak urte batzuk geroago adierazi zuten bezala, jasan beharreko ondorioen jakitun zen Juan Mari Jauregi: «Ez dakit nork hilko nauen, ETAk edo Galindok berak». Galindo jeneralak berak hilko zuenaren beldur zen, baina ETA aurreratu zen. Hori bai, biak ala biak arrazoi berdina medio: bere demokraziarekiko atxikipena. Bere hilketarekin, aurretik Lasa eta Zabalarenekin bezala, demokrazia erailtzea zen helburu.

Baina Jauregi ez zen bakarra izan. 2001ean zerbitzu publikorako bokazioa bere biziarekin ordainarazi zion ETAk Jose María Lidoni. Lidon Lidón izan zen, Elizabeth Huerta instruktorearekin batera, 80ko hamarkadan “Linaza auzia” esanguratsuan, hamabi goardia zibil, koronelak barne, torturengatik auzipetu eta kondenatu zituen lehen epaileetako bat.

             

Handik gutxira, 2003an, ETAk Joseba Pagazaurtundua erail zuen. Andoaingo udaltzain gisa egin zituen ikerketak lagungarri izan ziren Iturbide eta Zabalak osatzen zuten trantsizio garaiko eskuin muturreko Batallón Vasco Español talde terroristako talde eragile nagusietako bat desegiteko. Talde hori, heriotzaren triangelu bezala ezagutzen zen eremuan (Urnieta, Hernani eta Andoain) ezker abertzaleko hainbat militante eta ordezkari publiko erail zituen talde berbera izan zen.

Bandres: askatasunagatik hiltzen da, baina ez da akatzen

Izan ere, jeneralaren itzala hain zen luzea, non zikindu zuten demokraziaren izenean hil eta torturatu zuten goardia zibilak ikertzera eta kondenatzera ausartu ziren epaileek ere mehatxuei aurre egin behar izan zieten. Joaquin Giménezek, garai haietan Gipuzkoako eta Bizkaiko Probintzia Auzitegietako presidentea zenak, zehatz mehatz azaldu izan du. Galindo izan zen, 1986ko ikasturte judizialaren irekieran Bandres eta bere “askatasunagatik hiltzen da, baina ez da akatzen” aipatzea aurpegiratu ziona. Galindo zen inpunitate osoz epaileak jazartzen zituena, Audientzia dozenaka ibilgailu militarrez inguratuz, goardia zibilak deklaratzera deitzeagatik, Botere Judizialaren Kontseilu Nagusiari babesa eskatu behar izateraino. Epaile horietako bat Joaquín Giménez bera zen, 18 urtez indarkeria eta tortura kasuak epaitzen aritu ondoren, bere hilketa zehaztasunez planifikatuta zuen ETAren mehatxuengatik Euskaditik alde egin behar izan zuena, ETAko presoak Euskadira hurbiltzea eta bergizarteratzea defendatzen duen epaile bera.

Mikel Zabalza

Estatuko funtzionario batzuk hilketa eta tortura izugarrizko hutsalkeriaz darabilten argitaratu berri den elkarrizketak inpunitatea noraino errotua zegoen argi azaleratzen du, 1985ean jeneralak bihozgabe zuzentzen zuen Intxaurrondoko kuartelean Mikel Zabalza hil zuen poltsa bezain itogarria izateraino.

Joxi Zabalaren arreba den Pili Zabalak honako hau zioen Galindoren heriotzaren harira: “Biktima eta hiltzaileak betirako lotura izango dute, bai ala bai; gure abizenak elkarren ondoan egongo dira Galindok nire anaia gogorarazten didan einean”. Galindoren izena Estatu demokratiko batek terrorismoaren aurkako borrokan egin behar ez duenaren sinbolo gisa gelditu bedi. Ezin dugu bere itzalpean Lasa, Zabala, Zabalza eta beste horrenbesteren istoriak errepikatzeko tentaziorik utzi.

Galindoren izena Estatu demokratiko batek terrorismoaren aurkako borrokan egin behar ez duenaren sinbolo gisa gelditu bedi

Euskadin demokrazia defendatzea terrorismo mota guztiei aurre egitea zen. Gure herrialdean luzaroegian erail da: diktadura garaian, demokraziaren aurka, baita bere izenean ere. Hilketa politiko orok pertsonarekin batera demokrazia erailtzen zuen. BVE, GAL edo ETA izan, bahitu, torturatu, mehatxatu eta erail dutenak saiatu dira demokrazia hiltzen. Eta demokrazia horrek, hainbeste erasoren ondoren iraun badu, ez da twiterren goardia zibilen elkarte jakin batek dioen bezala, Galindo jeneralari esker izan; bere kontra eta zituen jarraitzaileen kontra aurre egin zieten pertsonen konpromezuari esker baizik, Juan Mari Jauregi, Joseba Pagazaurtundua edo Jose Maria Lidón bezalako pertsonei esker, hain zuzen ere. Ez dezagun ahaztu.

Eta demokrazia horrek, hainbeste erasoren ondoren iraun badu, ez da Galindo jeneralari esker izan; bere kontra eta zituen jarraitzaileen kontra aurre egin zieten pertsonen konpromezuari esker baizik, Juan Mari Jauregi, Joseba Pagazaurtundua edo Jose Maria Lidón bezalako pertsonei esker, hain zuzen ere. Ez dezagun ahaztu.

 

Sergio Campo, Sabin Zubiri, Xabier Mugarza – Gogoan, por una memoria digna


 

Artikulu hau Berrian argitaratu zuten Otsailaren 25an

La alargada sombra del exgeneral

07 domingo Mar 2021

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Enrique Rodríguez Galindo

Enrique Rodríguez Galindo ha muerto este 14 de febrero víctima de esta trágica pandemia y a nuestras cabezas ha vuelto aquella idea de que “si la democracia mata, la democracia muere”. En los años noventa fue el lema de Gesto por la Paz para exigir verdad y justicia sobre el terrorismo perpetrado desde el propio Estado, el del GAL. Y vuelve a nuestra memoria puesto que este exgeneral pervirtió sus responsabilidades públicas hasta el extremo de convertirse él mismo en un criminal. La democracia era secuestrada, torturada y asesinada con cada acción del GAL, como lo había hecho antes con las acciones del Batallón Vasco Español (BVE) y con la represión franquista.

Si la democracia mata, la democracia muere

Precisamente, a partir de la figura de Rodríguez Galindo es posible seguir un hilo de crímenes con conexiones directas entre ellos y con algo en común: poner en la diana la propia noción de democracia. Porque curiosamente algunos de quienes más lucharon contra el terrorismo que se practicó desde el Estado y, por lo tanto, por fortalecer la democracia, estuvieron tanto amenazados por el exgeneral como por la propia ETA.

El País. Jesus García García

El 15 de octubre de 1983 está marcado a sangre y fuego en la memoria colectiva. Ese día el GAL comenzó su andadura con el secuestro en Baiona de Joxean Lasa y Joxi Zabala. Su posterior tortura en el cuartel de Intxaurrondo y en el Palacio de la Cumbre en Donostia fue tan salvaje que viendo el estado en que se encontraban, Galindo y Julen Elgorriaga deciden que sean asesinados y desaparecidos. Lo cual sucede en Busot, Alicante. Allí estuvieron tan enterrados en cal como rotas sus familias hasta el año 1995, en el que fueron identificados sus restos, gracias al comisario de la Policía Nacional de Alicante Jesús García García, que murió de un infarto ante el tribunal, mientras testificaba contra Galindo, en medio de enormes presiones.

En esa segunda mitad de los noventa se investigaba intensamente a nivel periodístico y judicial en la Audiencia Nacional la implicación de miembros de la Guardia Civil, Policía Nacional, CESID y las más altas instancias del Ministerio de Interior en la creación, dirección, financiación y encubrimiento del grupo terrorista GAL. Las sentencias condenatorias llegarían en abril de 2000 y fueron confirmadas en julio de 2001 y julio de 2002 por el Tribunal Supremo y el Tribunal Constitucional respectivamente.

En esos mismos años, cuando la democracia depuraba a quienes la venían mancillando durante tanto tiempo, ETA asesina precisamente a algunos de quienes más habían hecho por esclarecer estos crímenes de Estado. A algunos a los que por ese motivo el mismo Galindo tenía también en su punto de mira.

ETA asesina precisamente a algunos de quienes más habían hecho por esclarecer estos crímenes de Estado

Maixabel Lasa y María Jauregi

El caso de Juan Mari Jauregi en julio del 2000 es el más claro. El militante antifranquista y preso político que daba clases de euskera a otros reclusos de la prisión de Basauri, que en su condición de Gobernador Civil de Gipuzkoa había sido una persona clave para poder investigar a Galindo y sus secuaces por el GAL, aquel sin cuyo concurso no hubiera sido posible probablemente la sentencia del caso Lasa y Zabala, era asesinado en Tolosa por ETA. Juan Mari Jauregui, tal como revelaron años después su mujer Maixabel y su hija María, sabía las consecuencias que enfrentaba: “ez dakit nork hilko nauen, edo ETAk edo Galindok berak”. Temía que le asesinara el mismísimo General Galindo, pero lo hizo ETA. Eso sí, ambos por el mismo motivo homicida: su compromiso con la democracia. Con su asesinato, se intentaba matar la democracia como años antes con los de Lasa y Zabala.

Pero Jauregui no fue el único. En 2001 ETA hizo pagar a José María Lidón con su vida su vocación servicio público. Él fue, junto con la instructora Elizabeth Huerta, uno de los primeros jueces que en los 80 procesó y dictó una sentencia condenatoria contra doce guardias civiles, coroneles incluidos, por torturas en el emblemático “caso Linaza”.

         

Y poco después, en 2003, era Joseba Pagazaurtundua el asesinado por ETA. Sus investigaciones como policía municipal de Andoain contribuyeron a desarticular uno de los grupos operativos principales del grupo terrorista de extrema derecha durante la transición Batallón Vasco Español, formado por Iturbide y Zabala. El mismo comando del BVE que antes había asesinado a varios militantes y cargos públicos de la izquierda abertzale en el conocido aquellos años como triángulo de la muerte (Urnieta, Hernani y el mismo Andoain).

Juan Mari Bandrés: por la libertad se muere, pero no se mata.

Y es que la sombra del General era alargada… Tanto que los jueces que se atrevieron a investigar y condenar a aquellos guardias civiles que mataban y torturaban en nombre de una democracia que mancharon, se enfrentaban a sus amenazas. Joaquín Giménez, presidente de las Audiencias Provinciales de Gipuzkoa y Bizkaia en aquella época, lo ha explicado con detalle. Galindo era el que en 1986 le recriminaba a este magistrado haber citado en la apertura del curso judicial a Bandrés y su: “por la libertad se muere, pero no se mata”. Era el que acosaba impunemente, rodeando la Audiencia con decenas de vehículos militares, a estos jueces por citar a declarar a guardias civiles hasta el punto de tener que pedir amparo al Consejo General del Poder Judicial. Uno de esos jueces era el propio Joaquín Giménez que tras 18 años sentenciando casos de violencia y torturas tuvo que abandonar Euskadi tras la amenaza de una ETA que tenía ya planificado en detalle su asesinato. El mismo juez que defiende el acercamiento de los presos de ETA a Euskadi y su reinserción social.

Mikel Zabalza

En aquellos años la impunidad era tan asfixiante como la bolsa que acabó con la vida de Mikel Zabalza en 1985 en el mismo cuartel de Intxaurrondo que dirigía con mano de hierro el General. La conversación conocida estos días es tremendamente significativa de la impunidad que permite a unos funcionarios del Estado hablar con tal banalidad del asesinato y de la tortura.

Estos días Pili Zabala, hermana de Joxi Zabala, al hilo de la muerte de Galindo, explicaba que “víctima y agresor quedan perpetuamente unidos, se quiera o no. Galindo me recuerda a mi hermano y nuestro apellido y el suyo estarán históricamente enlazados”. Si tiene que ser así, que el nombre de Galindo quede unido a la injusticia de lo que un Estado democrático nunca debería hacer en la lucha contra el terrorismo. Que en su alargada sombra no quepa la tentación de repetir las historias de Lasa, Zabala, Zabalza y de tantos otros.

que el nombre de Galindo quede unido a la injusticia de lo que un Estado democrático nunca debería hacer en la lucha contra el terrorismo

Defender la democracia en Euskadi era enfrentarse a todo tipo de terrorismo. Durante demasiado tiempo en nuestra tierra se mató: en la dictadura, contra la democracia e incluso en nombre de ella. En todos estos casos, cada asesinato político también mataba la democracia. La intentaban matar quienes han secuestrado, torturado, amenazado y asesinado sin importar sus siglas: BVE, GAL o ETA. Y si esa democracia no pereció tras tantos ataques no fue precisamente por el general Galindo, como expresaba en twitter determinada asociación de guardias civiles; fue a su pesar y gracias al compromiso de quienes le plantaron cara a él, a los suyos y a sus métodos, personas como Juan Mari Jauregi, Joseba Pagazaurtundua o José María Lidón. Que no se olvide.

Si esa democracia no pereció tras tantos ataques no fue precisamente por el general Galindo, sino gracias al compromiso de quienes le plantaron cara a él, a los suyos y a sus métodos, personas como Juan Mari Jauregi, Joseba Pagazaurtundua o José María Lidón. Que no se olvide.

 

Sergio Campo, Sabin Zubiri y Xabier Mugarza. Gogoan, por una memoria digna


 

Este artículo fue publicado en Gara y Naiz el 26 de febrero.

Abrazos y memoria

06 jueves Ago 2020

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Tras un par de días intentándolo, hemos conseguido contactar con Kamchatka y nos han dado espacio para continuar el debate. Se lo agradecemos.

Cinco apuntes sobre los abrazos a Josu Urrutikoetxea y la memoria democrática vasca

 

1. El abrazo como punta de un iceberg político y ético

Estos días se ha desatado un considerable debate, a raíz de un abrazo en redes sociales, de Bildu para el dirigente de ETA, y en su día de Euskal Herritarrok, Josu Urrutikoetxea, y que ha contado con la aportación de un interesante artículo de Jonathan Martínez. En cambio ha pasado más desapercibido el mitin de campaña de Bildu, de hace pocas semanas, en el que se leyó, desde la propia tribuna, un mensaje suyo musicado de apoyo electoral (buscar en Twitter: Josu Urritikoetxeak hauteskunde).

Aunque algunos se pierden en disquisiciones, sobre si el gesto del abrazo se ha hecho por su enfermedad actual o por su papel en el final de ETA, conviene no perder la perspectiva. Prácticamente todos y cada uno de los presos oficialistas de ETA han tenido su reconocimiento y homenaje, desde hace décadas y hasta hoy. Sirva de ilustración sobre el carácter político, no familiar, de esos ritos martiriales, el vídeo recientemente visto en redes, el enésimo, firmado, como suele ser más habitual, por Sortu (buscar en twitter: Kepa del Hoyo preso politiko galdakaoztarra). Los consideran sus “gudaris”, hoy por hoy sin ánimo de revisión crítica. No hay más. Es lo que hay. Y mejor abordarlo así, sin camuflajes, trampas, ni auto-engaños.

2. Con los señores de la guerra y contra los soldados rasos ‘conversos’

Jose Antonio Urrutikoetxea ha sido uno de los más importantes dirigentes de ETA. Por cierto, no es un secreto que sus propios compañeros utilizaban con total normalidad “Ternera” para hablar de él, así que lo de ir estampando que eso denota argot policial supongo que será un cortafuegos tramposillo frente a las críticas.

Entiendo fácilmente que cualquier miembro de ETA mienta en un proceso penal. Entendía aún mejor cuando hace años se negaban a reconocer los «tribunales opresores» y directamente no testificaban en los juicios. Pero me cuesta más que a la hora del relato, en un artículo, se reivindique el debut con “participación indirecta” en el atentado contra Carrero Blanco (eso sí que será información policial, porque los militantes de ETA no suelen alardear de curriculum concreto), pero se eludan el resto de responsabilidades de un alto dirigente de ETA desde los 70, que estuvo en los preparativos de Argel (1989), en la comisión de Derechos Humanos del Parlamento Vasco (1999), en la negociaciones de Suiza/Loiola (2006) y en la bajada final de persiana de Aiete/Noruega (2011). Y es que Carrero es el muerto número 8 de un listado total de 829.

Resulta llamativo cómo se pretende exculpar el «pasado militar» del Gran General, emplumando las decenas de barbaridades de su mandato ochentero (Ryan, Yoyes, Hipercor, niños de la casa cuartel de Zaragoza…) a los soldados rasos. ¿Dónde queda la modesta verdad que reivindicamos frente al Señor X del GAL?. Incluso se atreven a calificar como invectivas de un «converso» el testimonio contra él de uno de esos militantes de base. Vaya códigos militares gastan algunos.

3. ¿Hacedores de la paz o buscadores de una salida airosa?

Después de años de rechazo social mayoritario y continuas detenciones, ETA y la izquierda abertzale se encontraron, tras las ilegalizaciones, que desde algunas organizaciones rechazamos, con aquella oferta, que cuenta Zapatero y que verbalizó Rubalcaba, ¿votos o bombas?. Y es conocida la opción que tomaron Otegi y Urrutikoetxea.

Eguiguren recuperó hace un tiempo el concepto del artículo de Hans Magnus Enzensberger en 1989, “Los héroes de la retirada”. Pero el pensador alemán diferenció en aquel brillante texto sobre la complejidad política, entre los héroes y los epígonos de la retirada, matizando que “Los epígonos de la retirada se mueven por impulso ajeno. Obran bajo una presión que viene de abajo y de arriba. El verdadero héroe de la renuncia, en cambio, es él mismo, la fuerza motriz”. Ahí queda para la valoración del papel final jugado por ambas personalidades.

Y sí, en ese tránsito se toparon con Bateragune, aquel despropósito judicial, que ya en 2012 en el propio Tribunal Supremo salió adelante por solo 3 votos contra 2, y en el Tribunal Constitucional por 7 contra 5, en la penúltima disputa entre el derecho penal garantista y el autoritario, el del enemigo, que ha sacudido la lucha judicial contra ETA. Y cuyos daños no podrán compensar ya las correspondientes indemnizaciones.

También conste, para ponderar el pretendido carácter pacificador de los protagonistas del caso, que conviene escuchar a Arkaitz Rodriguez en una televisión venezolana, explicando por qué cambiaron de estrategia.

4- La fábula de los pintxos milagrosos de Aiete

La idea de dar una pista de aterrizaje, un puente de plata, a ETA y a Batasuna para acabar con 40 años de alternar política y métodos terroristas, su “bietan jarrai”, me pareció una salida razonable. Pero no poca gente se ha acabado creyendo que aquella escenificación fue la clave de la Paz.

Me unen lazos, de amistad y familiares, con los acompañantes, de Alternatiba y Eusko Alkartasuna, en aquella salida para ETA (Gernika, luego Bildu y Aiete). He compartido militancia política con Jonathan Martínez, en tiempos del ínclito Javier Madrazo, aun en orillas distintas. No tengo ninguna duda de su trayectoria, de todos ellos, contra la violencia de ETA y contra todas las violaciones de Derechos Humanos.

Pero me parece una osadía engañosa atribuirse algún tipo de papel decisivo por aquella operación bikini-flotador de 2009-2010. No, el final de la tragedia vasca no cayó milagrosamente por sus gestiones antes del cóctel palaciego internacional de Aiete. Alivia que no hubiera un final al estilo GRAPO o IRA Auténtico, cuando ya los últimos miembros activos de ETA se alojaban hasta en tiendas de campaña, y sus dirigentes no eran detenidos tras largos años, sino en semanas. Pero la estrategia político-militar sucumbió ante el triunfo de la deslegitimación social pacifista, dentro de la propia Euskal Herria, y por el colapso operativo de combinar violencia y política (mal que nos pese a los que rechazamos las ilegalizaciones).

5. Mas Gabriel Celaya y Martin Ugalde, que Negri, Zizek y compañia, para sembrar la memoria democrática vasca

Euskadi y Navarra afrontan ya sus diversas controversias políticas por fin en condiciones parecidas a otras tantas sociedades del entorno, con sus límites, urgencias y cotidianidades. Pero tantas décadas de violaciones de Derechos Humanos, años en los que se violentó la política, han dejado heridas y retos específicos.

Atender a las víctimas de la persecución de ETA, a las víctimas del “todo valía contra ETA” y contra quien anduviera cerca (BVE, GAL, torturas, atropellos judiciales…), restablecer un derecho penal garantista (sin imputaciones difusas, ni validez total a autoinculpaciones en sede policial) e impulsar una política penitenciaria humanitaria y una reinserción restaurativa de presos (ojalá muchos más abrazos como los de Maixabel Lasa con Ibon Etxezarreta)… sin duda quedan cosas importantes.

Y mientras tanto, a no dejarse impresionar por manifiestos-relatos movidos desde el aparato internacional de la izquierda abertzale, que recolectó a algunos intelectuales para proponerles un frívolo turismo de conflictos. Ese texto que Negri, Zizek y demás firmaron destacando de Urrutikotxea, el gran jefe de ETA durante 30 años, su “determinación y altura moral” y ser “promotor de una resolución justa y duradera”. Y es que hasta a sus hábiles redactores propagandistas, a veces, se les va la mano.

Para cultivar la memoria democrática vasca, mejor que la poca empática complacencia excesiva con victimarios orgullosos, sin autocrítica, creo más valioso acercarse al deslumbrante manifiesto de los 33, donde, entre otros gigantes de la cultura vasca, Gabriel Celaya y Martin Ugalde (primer Presidente de Egunkaria) advirtieron en 1980 de la gangrena moral que amenazaba a nuestra sociedad y que todavía tenemos pendiente curar bien. Que así sea.

 

Sabin Zubiri, miembro de Gogoan, por una memoria digna

 

 

«Líneas complejas, miradas parciales»

10 domingo May 2020

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Antonio Duplá Ansuategui, Diario de Noticias de Navarra, Donostia-San Sebastián, ETA, GAL, Gara, guardia civil, Iñaki Egaña, izquierda abertzale, Jose Antonio Pardines, La línea invisible, Mariano Barroso, Melitón Manzanas, Naiz, parque de atracciones de Igeldo, Patria, Ramón Zallo, Rosenstone, Santiago de Pablo, terrorismo, tortura, Txabi Etxebarrieta, UPV-EHU, Víctimas

Dulce et decorum est pro patria mori decía el poeta latino Horacio. La hipocresía de ese «dulce y honroso es morir por la patria» la denunciaba Robert Owen en su poema The Old Lie (La vieja mentira) antes de morir él mismo en las trincheras de la Gran Guerra. Además, el reverso de ese morir por la patria ha sido históricamente el comprometido matar por la patria, y esa constatación nos lleva directamente a nuestro tema, la serie televisiva La línea invisible, recientemente emitida y que ha provocado un notable debate. La serie dirigida por Mariano Barroso consta de seis capítulos y cuenta con un excelente plantel de actores y actrices fundamentalmente catalanes y vascos. Recrea los primeros años de la historia de ETA y, más en concreto, las primeras muertes sobresalientes de esa historia, las del militante de ETA Txabi Etxebarrieta y el guardia civil José Antonio Pardines en junio de 1969, y la del policía y conocido torturador Melitón Manzanas unas semanas después.

Jose Antonio Pardines
Txabi Etxebarrieta
Melitón Manzanas

La serie, muy recomendable en mi opinión, ha recibido opiniones muy favorables y también, como no podía ser de otra manera, críticas negativas. Me interesa ahora referirme a estas últimas, en concreto a las escritas por Iñaki Egaña y Ramón Zallo en sendos periódicos de ámbito vasconavarro, Gara y Diario de Noticias de Navarra respectivamente. Creo que ambas merecen atención porque, en distinto grado, evidencian un tipo de pensamiento muy presente en la sociedad vasca, en particular en amplios sectores autoconsiderados de izquierda y progresistas. Para ambos autores la serie es burdamente maniquea, ridiculiza a los militantes etarras, blanquea a la dictadura franquista y a sus policías, en particular a Melitón Manzanas y, en consecuencia, falsea la realidad histórica. A partir de ahí, es justo reconocer las diferencias de tono y los matices entre una y otra valoración.

Iñaki Egaña

Iñaki Egaña, con notable trazo grueso, denuncia la, en su opinión, manipulación grosera de la serie, que abusaría de la ridiculización del mundo de ETA y de la presentación de mentiras intencionadas, como en el caso de la muerte de Etxebarrieta y, en general, de la difuminación del franquismo, que asimila, en un concepto que le es caro, al genocidio. En su valoración general, cae en el mismo maniqueísmo que denuncia, pues parece no haber margen entre su crítica radical y quienes aplauden la serie, que serían «quienes habitualmente siguen las directrices de Interior». Serie que, desliza, se habrá financiado con alguna versión actualizada de los fondos reservados y que se añadiría a una larga serie de títulos que participarían del relato único y de la negación del conflicto político.

Ramón Zallo

La crítica de Ramón Zallo parece, en principio, más elaborada y más matizada. En primer lugar, no deja de elogiar la factura de la serie, según él bellamente contada. No obstante, la conclusión es igualmente rotunda: la serie no ayuda a entender nuestra historia, sino que la embarra (al igual que la novela Patria) y, en el fondo, es reaccionaria. A ello contribuirían desde la tergiversación de la historia de aquellos primeros años de ETA, la edulcoración de la dictadura franquista y en especial de sus policías, y la presentación distorsionada de Etxebarrieta. La serie sería particularmente reaccionaria al presentar de forma determinista una continuidad entre aquella ETA, amparada en el legítimo principio de resistencia (se remite incluso a Francisco de Vitoria) y la de las décadas siguientes.

Frente a ambas críticas, y otras posibles, yo comenzaría por recordar que estamos ante una obra de ficción. Santiago de Pablo, colega de la UPV/EHU y él mismo destacado estudioso sobre cine e historia, también en el caso de ETA, lo destacaba recientemente y se remitía a Rosenstone y al concepto de «invención adecuada» para encuadrar la serie y aquilatar las posibles valoraciones.

Más allá de la discusión sobre aspectos concretos de la reconstrucción histórica de la serie, tema importante, pero que merecería otro espacio, quisiera referirme en primer lugar a dos cuestiones que ambos críticos pasan por alto y que considero de particular interés.

La primera hace referencia a un tema central en la serie, esto es, a la decisión de matar que se supone que toman los militantes de ETA en un momento dado y que realmente supone un hito en la historia de la organización y, por extensión, en nuestra historia reciente. Creo que, acostumbrados en las últimas décadas, hasta épocas relativamente recientes, al cómputo regular de asesinatos a manos de ETA y, en mucha menor medida, del GAL y otros grupos, hemos banalizado, y muchos han aceptado casi como normal, ese acto trascendental que supone el que alguien decida que tiene derecho, en aras de un bien superior, a quitarle la vida a otro ser humano. En mi opinión, ese punto es de una enorme trascendencia y una serie de detalles en la serie, por ejemplo, alrededor del asesinato de Pardines, se entienden directamente relacionados con el trauma que implica ese paso. Así, cabe interpretar el tema de las anfetaminas y la actitud de Etxebarrieta frente a Pardines y su histérica reacción posterior al asesinato, no tanto como una frivolización y una ridiculización del personaje, sino como un reflejo del impacto que en cualquiera puede tener la conciencia de haber decidido la posibilidad de matar a alguien y de enfrentarse a la realidad de llevarlo a cabo. Tiendo a pensar que, salvo para los psicópatas (y supongo que habrá un porcentaje -no desdeñable- en las organizaciones terroristas), la posibilidad de matar a alguien debe suponer un trauma profundo, incluso si se justifica la acción por una razón política de orden absoluto y superior.

Tiene esto que ver con el segundo ángulo de crítica que me parece importante analizar. Se trata del supuesto blanqueamiento en la serie del franquismo y, en particular, de los policías, y más en concreto todavía, de Melitón Manzanas.

En mi opinión, la serie tiene la virtud de presentar a estos individuos no solo como agentes de la represión de una Estado dictatorial (Pardines, ciertamente, como agente de Tráfico), sino también como personas con una familia, unas relaciones, un entorno más allá de su función represora. Creo que este es un aspecto esencial a la hora de entender a las víctimas, ausente tradicionalmente en la visión más convencional de la izquierda sobre la violencia política y sus consecuencias. Poner nombre y apellidos a las víctimas, conocer su entorno, pensar en quienes son irremisiblemente golpeados por su pérdida ayuda a subrayar las consecuencias irremediables de toda muerte. Y lo controvertido de un personaje como Melitón Manzanas es que reúne la paradójica condición de victimario y víctima. Y en cuanto a su supuesto blanqueamiento, sorprende que alguien de quien se espera un juicio más sutil diga que es presentado en la serie casi con un reflejo simpático. Un tipo cínico, arrogante, hipócrita en el ámbito familiar, a quien se le ve torturar, ¿puede caer simpático? ¿Hace falta que aparezca cubierto de sangre y ensañándose con su víctima para que lo rechacemos? Creo que no. El problema es que su condición de torturador aparece acompañada de otros elementos que simplemente lo hacen más humano (no mejor), pues dichos elementos no difuminan lo inaceptable de su actividad, pero hacen su figura más compleja, como la de cualquier ser humano.

Dos apuntes adicionales. Se dice también que se naturaliza la dictadura porque, entre otras razones, se ve una sociedad alegre en el parque de Igueldo. Yo he estado en el parque de atracciones de Igueldo a mediados de los años sesenta y realmente allí la gente pretendía disfrutar. El franquismo fue una dictadura implacable, pero en los años sesenta también había espacios de ocio que la sociedad aprovechaba. La burbuja en la que hemos vivido durante mucho tiempo los militantes de la izquierda más radical quizá no nos dejaba ver un mundo en el que, junto a las negruras que distinguíamos y denunciábamos con justeza, había más realidades. Se denuncia igualmente como algo anacrónico y abiertamente reaccionario la pretensión de continuidad que la serie establece entre aquella ETA y la de décadas posteriores, esta sí, aparentemente, más rechazable. Habría que decir que esa continuidad la reivindican la propia ETA y la izquierda abertzale, al haber convertido a Txabi Etxebarrieta en un mártir, símbolo de la lucha de liberación de Euskal Herria. Por otra parte, la continuidad viene dada por la decisión de convertirse en una organización armada que, pese a las presuntas buenas intenciones iniciales y como se confirma en otras experiencias históricas, acaba finalmente convertida en una organización terrorista. Ese es el tema que ofrece mayor interés para el debate, el hecho, en principio negado por la evidencia histórica, de que una organización que opta por la lucha armada pueda superar el militarismo, el sectarismo, su estructura forzosamente antidemocrática y, en definitiva, su deriva terrorista.

En fin, no creo que la serie apueste por el relato único y por la negación del conflicto. Al contrario, pienso que, desde la ficción, aporta elementos de reflexión muy interesantes para abordar la progresiva elaboración de ese necesario relato. Y lo hace con un ángulo novedoso y sugerente, abandonando la épica y centrándose en la complejidad poliédrica de las personas concretas.

 


Antonio Duplá Ansuategui, historiador y miembro de Gogoan, por una memoria digna

Este artículo ha sido publicado en Naiz y en una versión más corta en Diario de Noticias de Navarra,

El relato y el Foro Social

03 martes Mar 2020

Posted by gogoanmemoria in Memoria

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«De la batalla del relato a una narrativa ética compartida»

 

El pasado 17 de febrero, en nombre del Foro Sozial, Taxio Arrizabalaga y Teresa Toda publicaron un artículo («Relato, memoria? Una aportación más a la reflexión«) con una serie de consideraciones sobre la memoria, sobre la forma de recordar las numerosas tragedias provocadas en la historia reciente de la sociedad vasca.

En su artículo mencionaban a nuestra organización, Gogoan por una Memoria Digna, por haber cuestionado el planteamiento del Foro de que “todos lo relatos se sientan confortablemente representados”.

                 

Consideramos que merece la pena aprovechar la ocasión para intercambiar y contrastar algunas ideas sobre nuestra memoria democrática, diferenciando cuatro planos: lo legal/ilegal, la verdad histórica de los hechos, una necesaria narrativa ética compartida y la diversidad de relatos individuales y colectivos.

Lo legal y lo ilegal

Primeramente el Foro plantea en su escrito el plano legal “todos los relatos tienen derecho a poder expresarse”. Esto nos llevaría a debatir sobre el sentido y contenido de delitos como el de apología del terrorismo, del franquismo, delitos de odio, humillación a las víctimas… Pensamos que éste no es el dilema fundamental en nuestra sociedad. Y, en todo caso, ante problemas como los sistemáticos homenajes a presos de ETA, debe primar el rechazo ético y social. Preservando la libertad de expresión, con ciertos límites del derecho penal garantista solo para tratar barbaridades extremas.

RTVE

 debe primar el rechazo ético y social. Preservando la libertad de expresión, con ciertos límites del derecho penal garantista solo para tratar barbaridades extremas

La verdad histórica

En segundo lugar está el plano de la verdad histórica, a la que se llega aplicando un método riguroso, para conocer los hechos tal y como sucedieron, y deslindarlos de los errores, mitos y/o mentiras. Sirva como ejemplo el debate historiográfico sobre la autoría en 1960 del asesinato en Donostia de la niña Begoña Urroz (el DRIL, y no ETA). O sirvan también las controvertidas bases de datos “militantes” de Euskal Memoria y Egiari Zor, que mezclan/suman víctimas reales y verdugos muertos en accidentes de tráfico (ejemplo, el dirigente de ETA muerto en Argel, Txomin Iturbe) o incluso muertes cometiendo atentados (ejemplo, Hodei Galarraga, al que le explotó la bomba que transportaba, y que, por cierto, fue nombrado hijo predilecto de su pueblo).

¿Hablamos de reconocer víctimas o se pretende una mezcolanza de caídos por la causa?

Diario Vasco. Txomin Iturbe funeral

¿Hablamos de reconocer víctimas o se pretende una mezcolanza de caídos por la causa?. Convendría revisar con el rigor mínimo de la criminología y victimología lo que realmente ocurrió, es decir, con respeto básico hacia la verdad histórica de los hechos.

Una narrativa ética común

En tercer lugar proponemos situar una narrativa ética común sobre la que construir nuestra convivencia, lo que se pretendía con el hoy disputado “suelo ético compartido” de las distintas ponencias parlamentarias de paz, o con el decálogo de demandas del colectivo plural de víctimas Eraikiz. A veces se ha identificado de manera demasiado simplista con el “matar estuvo mal”, o lo que es más preocupante, con derivadas distorsionadoras como el “aquí todos hemos sufrido”, o “todos hemos sido un poco malos”.

Ideas así no parecen raíces suficientes para sembrar los mínimos de una convivencia democrática sana. Debería ser posible compartir una narrativa ética común que explique a las nuevas generaciones que en nuestra sociedad hay diferentes identidades nacionales y que durante décadas se amenazó, se persiguió y se mató por pensar distinto sobre la articulación y coexistencia de dichas identidades. En muchas sociedades conviven en un mismo territorio varios proyectos nacionales, lo particular del pueblo vasco ha sido que en medio de la Europa moderna se recurriera al asesinato político para afrontarlo. Integremos eso en nuestra narrativa ética común como país. Y que valga de antídoto para la no repetición de la violencia y que, asimismo, nos sirva para que los proyectos de futuro se asienten en el pluralismo, en el respeto profundo a nuestra pluralidad.

en nuestra sociedad hay diferentes identidades nacionales y, durante décadas, se amenazó, se persiguió y se mató por pensar distinto sobre la articulación y coexistencia de dichas identidades

En esta narrativa ética sobre una violencia terrorista, en la que el 95% de las víctimas lo fueron con Franco ya muerto, también debería quedar grabada otra enseñanza fundamental: la línea infranqueable de los Derechos Humanos en la lucha contra el terrorismo. Y es que las decenas de víctimas del terrorismo de Estado y los cientos de víctimas de torturas son testimonio del conocido “todo vale contra el terrorismo”. Guardemos en la memoria colectiva aquella denuncia del movimiento pacifista vasco “si la democracia mata, la democracia muere”.

las decenas de víctimas del terrorismo de Estado y los cientos de víctimas de torturas son testimonio del conocido “todo vale contra el terrorismo”

Y, como complemento inseparable del valor ético de los testimonios de tantas injusticias contra las víctimas, debe acompañarse la asunción de responsabilidad por parte de sus victimarios y su deslegitimación. Y es que, si apostamos por una convivencia positiva, un gran modelo sería el de los encuentros restaurativos (principalmente los de Nanclares).

 

La diversidad de relatos individuales y colectivos

Y, finalmente, un cuarto plano se situaría en los relatos particulares. Cada persona/grupo ha tenido sus vivencias, tamizadas por sus emociones, y eso da como resultado puntos de vista singulares, insustituibles. Eso es lo natural, ahora aquí y en cualquier época y lugar, así transcurren las experiencias de todos los seres humanos. Evidentemente cada cual aportará sus matices, subrayados diferentes, intensidades distintas…. Esos puntos de vista convivirán de manera armoniosa, conflictiva o dialéctica, según cada caso. Así es la vida. Pero con todo, lo importante es que esos relatos respeten la verdad de los hechos y compartan unos valores éticos básicos, la narrativa ética compartida, que proponemos.

lo importante es que esos relatos respeten la verdad de los hechos y compartan unos valores éticos básicos

 

Esperamos que los intercambios de ideas enriquezcan nuestras posturas iniciales. Con ese ánimo compartimos estas líneas.

El desarme

15 sábado Abr 2017

Posted by gogoanmemoria in Memoria

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agresiones, alejamiento, Artesanos por la Paz, Bayona, BVE, cese de la violencia, conflicto vasco, construcción de paz, desarme, ETA, GAL, Gesto por la Paz, Guerra sucia, movilización ciudadana, PCE-EPK, personas presas, personas refugiadas, PNV, Semana Santa, Sergio Campo, sociedad civil, tortura, Trump, violencia

Sergio Campo

Sergio Campo Lladó

Desde antes incluso de que se produjera, se ha escrito mucho sobre el desarme de ETA; quizás demasiado para la pequeña repercusión que ha tenido en la ciudadanía vasca. Es muy posible que ésta estuviera más atenta a las locuras de Trump, a la situación de las personas refugiadas o a dónde y de qué manera consumir los días de Semana Santa.

Sin embargo, hay un análisis que nos ha gustado de manera especial por la referencia que hace al papel de la sociedad civil. Es el de Sergio Campo Lladó, Sobre desarmes y relatos publicado en Público. Y dice:

«Algunos han intentado vender este sábado que el proceso de construcción de paz poco menos que recomenzaba gracias a un nuevo gesto de ETA. Nada más lejos de la realidad y nada más alejado de la percepción mayoritaria de la sociedad vasca. El proceso de construcción de la paz no nació con la declaración de cese de la violencia, comenzó con la sociedad civil; comenzó cuando partidos como el PCE-EPK comenzaron a finales de los 70 a convocar movilizaciones ciudadanas ante cada atentado; comenzó cuando colectivos como Gesto por la Paz -y otros antes- se movilizaron ante cada atentado del GAL, del BVE, de ETA o contra la tortura y el alejamiento de las personas presas. (…)

Un proceso que no acabará con una entrega de armas, ni con la disolución ineludible de ETA, ni con un acercamiento de presos, aun siendo hitos sobresalientes. Finalizará cuando el conjunto de la sociedad vasca y cada rincón de nuestra tierra estén absolutamente empapados de una radical cultura de paz y de derechos humanos que haga impensable que la violencia sea concebida como un recurso para gestionar ningún conflicto, sea del tipo que sea y la ejerza quien la ejerza.»

Gracias Sergio.

Quizás sólo habría que puntualizar que también el PNV convocó en aquellos años manifestaciones contra la violencia, pero que, tanto las de uno como las de otro, eran esporádicas; y que antes de Gesto por la Paz sólo existieron los Artesanos por la Paz, pero sus actuaciones no se dirigían específicamente contra la violencia que se ejercía en Euskal Herria.

19960330-BAYONA

Acto en solidaridad con las víctimas del GAL organizado por Gesto por la Paz. Bayona, 1996

Por cierto, es curioso que hayan recuperado este nombre, Artesanos por la Paz y que, en su mayoría, sean vecinos de Iparralde. ¿Dónde estaban cuando ETA asesinaba? ¿Para dónde miraban cuando pro etarras insultaban, tiraban huevos y agredían a los miembros de Gesto por la Paz en Bayona? (ver más fotos en Gesto por la Paz – Guerra sucia) ¿Por qué…

 

 

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