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Gogoan-por una memoria digna

~ Por una memoria digna como derecho de las víctimas y de la sociedad vasca en general. Una memoria que deslegitime la violencia y que sea pedagógica para prevenir situaciones como las vividas en Euskal Herria los últimos 50 años.

Gogoan-por una memoria digna

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La impostura sobre el tercer grado de algunos presos de ETA

30 viernes Dic 2022

Posted by gogoanmemoria in presos

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alejamiento, Antton Lopez Kubati, arrepentimiento, ATA, Audiencia Nacional, AVT, cumplimiento íntegro de las penas, ETA, Etxerat, Gobierno Vasco, izquierda abertzale, Joseba Azkarraga, Ley 7/2003, manifestación, Ministerio de Interior, Noticias de Alava, perdón, presos de ETA, reinserción, reinserción restaurativa, SARE, Sortu, tercer grado, vía Nanclares, Yoyes

Reflexiones ante la manifestación de Sare, colectivo de apoyo a los presos de ETA, el próximo 7 de enero bajo el lema “Cerca el camino a casa”

Hoy quedan aproximadamente 170 presos de ETA en España (160 EPPK, 5 ATA, 2 Vía Nanclares y algunos no vinculados) y 13 en Francia (12 del EPPK y 1 ATA). Cuando ETA asumió su final, en 2011, había 700 presos de ETA [Datos de AVT (Asociación de Víctimas del Terrorismo) y Etxerat].

Terminada ya la injustificada política de alejamiento, el debate penitenciario sobre los presos de ETA se está centrando ahora en el acceso al tercer grado, una clasificación que permite, en su régimen normal, salir diariamente a la calle, pernoctando en la cárcel, o regímenes de algo más o algo menos de semilibertad.

Además, desde los colectivos de apoyo a los presos de ETA se piden dos reformas legales, una relativa al cómputo retroactivo del tiempo de prisión cumplido en Francia (que afectaría a 50 presos de ETA) y, otra, sobre la Ley 7/2003 para el cumplimiento íntegro de penas, que elevó hasta 40 años el límite máximo efectivo en privación de libertad. Pero ahora mismo su prioridad está fijada en la concesión de los terceros grados.

En el período 2018-2021 el Ministerio de Interior reconoció 28 terceros grados a presos de ETA. Asimismo el Gobierno Vasco en 2022, desde que empezó a ejercer la competencia de prisiones, ha concedido 33 terceros grados a este colectivo (14 firmes, 6 revocados judicialmente y 13 pendientes de resolución de recurso) [Datos AVT].

En el período 2018-2021 el Ministerio de Interior reconoció 28 terceros grados a presos de ETA y el Gobierno Vasco en 2022, cuando empezó a ejercer la competencia de prisiones, ha concedido 33 terceros grados a este colectivo

La clasificación en tercer grado está sometida a revisión judicial, si la impugna la fiscalía, tanto cuando se ha basado en razones humanitarias (enfermedad incurable), como cuando se fundamenta en la evolución favorable del preso hacia la reinserción. Los datos apuntados reflejan que no pocos presos de ETA han conseguido la clasificación en tercer grado, tanto cuando éstos dependían del Ministerio, como cuando lo hacen del Gobierno Vasco. Nos encontramos con que algunos sí han alcanzado este tratamiento penitenciario y, en cambio, otros no. Aunque sin duda hay valoraciones distintas entre las Juntas de tratamiento, y entre fiscales y jueces de la Audiencia Nacional.

no pocos presos de ETA han conseguido la clasificación en tercer grado

Hay que recordar que en delitos de terrorismo, la ley penitenciaria (artículo 72 LOGP) exige que para el acceso al tercer grado y a la libertad condicional las personas presas muestren signos inequívocos de haber abandonado los fines y los medios terroristas, y además hayan colaborado activamente con las autoridades, lo que podrá acreditarse mediante una declaración expresa de repudio de sus actividades delictivas y de abandono de la violencia y una petición expresa de perdón a las víctimas de su delito, así como por los informes técnicos que acrediten que el preso está realmente desvinculado de la organización terrorista y del entorno y actividades de asociaciones y colectivos ilegales que la rodean y su colaboración con las autoridades.

la ley penitenciaria exige que para el acceso al tercer grado y a la libertad condicional las personas presas muestren signos inequívocos de haber abandonado los fines y los medios terroristas, y además hayan colaborado activamente con las autoridades y una petición expresa de perdón a las víctimas de su delito, así como por los informes técnicos que acrediten que el preso está realmente desvinculado de la organización terrorista y del entorno

Pero en este debate nos parece que hay posiciones llenas de impostura desvergonzada, que hay que poner sobre la mesa. Después de décadas en las que la izquierda abertzale vetó a los presos, con mano de hierro y expulsiones, la petición de progresiones de grado (alargando innecesariamente los encarcelamientos), en 2017 el EPPK cambió de estrategia, pero imponiendo un límite inaceptable.

Y es que Antton Lopez «Kubati», responsable de presos de Sortu y quién mató a Yoyes, y Joseba Azkarraga, portavoz de Sare, manifestaron: «cada preso debe actuar de manera individual en la búsqueda de avanzar y mejorar su propia situación con las líneas infranqueables de no arrepentimiento y no delación»

la izquierda abertzale vetó a los presos, con mano de hierro y expulsiones, la petición de progresiones de grado, alargando innecesariamente los encarcelamientos

sus portavoces han impuesto públicamente que el reconocimiento de la injusticia cometida es una línea roja infranqueable para los presos de ETA

Por eso, tener que escuchar ahora a las organizaciones de la izquierda abertzale encargadas de estos temas, que todos los presos de ETA están asumiendo la “reinserción restaurativa”, cuando sus portavoces han impuesto públicamente que el reconocimiento de la injusticia cometida es una línea roja infranqueable para los presos de ETA, y han despreciado a los presos disidentes de la vía Nanclares por hacerlo, resulta contradictorio y engañoso, al afirmar una cosa y la contraria. Más allá de las dudas sobre sus connotaciones, las palabras “perdón” o “arrepentimiento”, significan desear no haberlo hecho; significan reconocer la injusticia de lo hecho, una valoración ética del daño causado, lo cual es diferente del mero reconocimiento de haber causado un daño. Decir que el daño causado fue injusto e injustificado es algo que sí puede tener efecto reparador para las víctimas y para el conjunto de la sociedad.

las palabras “perdón” o “arrepentimiento”, significan desear no haberlo hecho; significan reconocer la injusticia de lo hecho, una valoración ética del daño causado, lo cual es diferente del mero reconocimiento de haber causado un daño.

Esta impostura sobre los procesos de reinserción de ciertos presos de ETA se enmarca en la posición de fondo de Sortu en cuanto al relato y la memoria, desplegada mediante tres estrategias:

  1. Evitar a toda costa que los presos de ETA y quienes les dieron y les dan soporte sociopolítico hagan público cualquier gesto de reconocimiento de la injusticia de la violencia y del «bietan jarrai» que promovieron durante décadas.
  2. Extender una viscosa niebla ética relativista con el «todos los relatos son válidos», una mercancía averiada que pretende neutralizar el suelo ético democrático deslegitimador del terrorismo.
  3. Y mientras tanto, reproducir su relato épico-martirológico con distintos proyectos memorialísticos sectarios, y hegemonizando el espacio público con fotos y murales de presos condenados por gravísimos delitos, como sigue sucediendo en cientos de lugares del país.

pretender a la vez vender que todos los presos de ETA están transitando la reinserción restaurativa, reconociendo la injusticia provocada, es un insulto a la inteligencia, que muestra una escasa honestidad

Defender el relato de ETA y de la izquierda abertzale es una histórica posición política, éticamente brutal, aunque amparada por las libertades fundamentales. Pero pretender a la vez vender que todos los presos de ETA están transitando la reinserción restaurativa, reconociendo la injusticia provocada, es un insulto a la inteligencia, que muestra una escasa honestidad. Hay unos que sí (dejadles recorrer su propio camino ético y permitidles su libertad de expresión sin líneas rojas); pero otros muchos, y el conjunto de la izquierda abertzale vinculada a Sortu, por el momento, no. Y ya que algunos no están todavía para rectificar los relatos justificadores de su violencia, que al menos abandonen el uso de la trampa y el engaño victimista.

Gogoan, por una memoria digna

De políticas penitenciarias

05 viernes Nov 2021

Posted by gogoanmemoria in derechos humanos

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convivencia, desarme de ETA, Diario Vasco, dispersión de presos, El Correo, Foro Social, izquierda abertzale, Joseba Azkarraga, política penitenciaria, presos de ETA, reconocimiento del daño causado, SARE, Sortu, vía Nanclares

La situación de los presos de ETA está muy presente en determinados ámbitos que se esfuerzan mucho en no dejarlos en el olvido y en denunciar la situación en la que viven que califican de injusta.

Bien, pues a propósito de los presos, hemos querido rescatar el artículo que escribió un ex preso de ETA, Joseba Urrosolo Sistiaga, en 2020 en el periódico El Diario Vasco y en El Correo donde nos ofrece un punto de vista crítico con quienes aparentemente más están haciendo por los presos.

Para los suscriptores a este medio: El Correo


“Están a otra cosa”

Hace más de 10 años que algunos presos comenzamos a dar pasos en lo que luego se conoció como Vía Nanclares. Era un marco que facilitaba la aplicación de la legalidad penitenciaria en los casos en los que había un desmarque de la actividad de ETA, un reconocimiento del daño causado y la solicitud de traslado a la cárcel de Nanclares. Todo esto estaba prohibido dentro de la política penitenciaria que la Izquierda Abertzale imponía a sus presos.

qué difícil se hacía plantear algo tan evidente como que ETA debía desaparecer, que el final de ETA debía estar acompañado de una reflexión necesariamente crítica de nuestro pasado

Después incluso de desperdiciar toda posibilidad de un final negociado o acordado, qué difícil se hacía plantear algo tan evidente como que ETA debía desaparecer, que el final de ETA debía estar acompañado de una reflexión necesariamente crítica de nuestro pasado. Qué difícil cuando los comisarios políticos salían constantemente en los medios de comunicación asegurando que era imposible que ETA desapareciera mientras hubiera presos en las cárceles. Desperdiciaron 8 años alargando gratuitamente el desarme y la desaparición de ETA. Con mucha pompa y escenificación para su parroquia y decepción para quienes esperaban algo más que ayudara a cerrar heridas y recuperar la convivencia.

Y así siguen. Como si no fueran conscientes de la difícil situación en la que les han dejado abandonados, siguen tratando de afrontar el tema de los presos desde los fuegos de artificio, mareando la perdiz, sin ir al fondo del problema. Para ello se ponen en marcha toda una serie de movidas como Sare, Foro Social… controlados por SORTU, por militantes de SORTU, cuyo único objetivo es escenificar que se dan pequeños pasos, que se hacen cositas. Parece que tiran del carro, pero tan despacito que frenan la corriente positiva que hay en la sociedad para superar los errores del pasado.

Joseba Azkarraga en nombre de SARE, frivolizaba sobre los resultados de la política de dispersión de la que él mismo fue parte. Decía que no se consiguió que los presos se alejaran de ETA, que no hubo desertores salvo unos pocos casos (…) Ni fuimos tan pocos en tantos años, ni era la dispersión sino la discrepancia la que nos alejaba de ETA, ni se puede obviar la presión social que se ejercía sobre presos y familiares, y el costo que tuvo

En un reciente escrito, Joseba Azkarraga en nombre de SARE, frivolizaba sobre los resultados de la política de dispersión de la que él mismo fue parte. Decía que no se consiguió que los presos se alejaran de ETA, que no hubo desertores salvo unos pocos casos. Todo muy épico, hasta hablar de deserción, cuando la realidad es que han tenido que hacer desaparecer a ETA, “porque les sobraba y estorbaba”, entregaron las armas a la policía y están solicitando a nivel individual un tratamiento como presos comunes.

Como para frivolizar con ese tema. Además, ni fuimos tan pocos en tantos años, ni era la dispersión sino la discrepancia la que nos alejaba de ETA, ni se puede obviar la presión social que se ejercía sobre presos y familiares, y el costo que tuvo, para evitar que el preso decidiera por sí mismo sobre los beneficios penitenciarios a los que tenía derecho.

Ahora, a los que siguen en la cárcel les dicen que ánimo, que sigan fuertes, que ya no es un deshonor solicitar el cambio de grado, ni trabajar en la cárcel, ni salir de permiso, que lo intenten, que ya no tendrán que soportar los insultos, las campañas de desprestigio y el acoso social que el entorno de la Izquierda Abertzale sometía a los que lo hacían.

Pero no les facilitan lo imprescindible. Porque, como decían los responsables del tema de presos en SORTU, “ellos están a otra cosa”. De momento, a evitar lo fundamental: la reflexión crítica y ética sobre todo el sufrimiento injusto que causamos desde el mundo de ETA. Y no solo los militantes de ETA. Algún día afrontarán esa responsabilidad, siempre demasiado tarde.

Ellos están a otra cosa. De momento, a evitar lo fundamental: la reflexión crítica y ética sobre todo el sufrimiento injusto que causamos desde el mundo de ETA. Y no solo los militantes de ETA.

Joseba Urrosolo Sistiaga, ex preso de ETA y miembro del grupo de la llamada Vía Nanclares

¿Una paz sin ética?

20 domingo Dic 2020

Posted by gogoanmemoria in Memoria

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Arkaitz Rodríguez, El Correo, ETA, Etxerat, izquierda abertzale, Johan Galtung, Memoria, ongietorri, paz, Sortu, Víctimas

Ni paz con memoria, ni paz conciliada, ni paz positiva. Frente a estas legítimas aspiraciones, el riesgo al que nos enfrentamos la sociedad vasca es el de resignarnos a una paz sin ética.

Los últimos meses nos han dejado un reguero de homenajes a victimarios, de ataques a placas en memoria de víctimas y de declaraciones autojustificadoras que evidencian que en un sector de la izquierda abertzale hay una absoluta falta de asunción de responsabilidad por el daño causado durante décadas. Daño que rehúyen decir que fue injusto. Daño que tratan de compensar o neutralizar apelando a otros daños de diferente signo pero igualmente injustos. Daño que, incluso, vuelve a esconderse tras eufemismos como “lucha armada”.

declaraciones autojustificadoras que evidencian que en un sector de la izquierda abertzale hay una absoluta falta de asunción de responsabilidad por el daño causado durante décadas

Los últimos meses si algo se ha evidenciado en nuestra tierra es que la decisión de ETA de poner fin a su acción respondió a un mero cálculo táctico. A una cuestión de conveniencia que no de principios. Explicaba hace un par de semanas Arkaitz Rodríguez, Secretario General de Sortu, que ETA dejó de matar porque “el accionar violento no iba a lograr que se reconociese el derecho de autodeterminación”. Así explicado, su decisión en ningún caso respondió a la empatía con las víctimas o por sentir el enorme daño causado. Tampoco respondió al respeto a la voluntad mayoritaria de la ciudadanía vasca. Y ni mucho menos al convencimiento de los derechos humanos.

Esa ausencia de una dimensión ética en la decisión de abandonar la violencia, es la que se está manifestando estos últimos meses. Se manifiesta cuando no se duda en homenajear a personas con terribles historiales a sus espaldas. Esa ausencia de una dimensión ética es la que impide un acto de consenso el 11 de marzo para reconocer a todas las víctimas del terrorismo. Es la misma ausencia que impide avanzar en la ponencia de paz del Parlamento Vasco y construir una memoria compartida de nuestro pasado reciente.

Esa ausencia de una dimensión ética en la decisión de abandonar la violencia, es la que se está manifestando estos últimos meses. Se manifiesta cuando no se duda en homenajear a personas con terribles historiales a sus espaldas.

Es imposible obviar que la cultura de la violencia es una de las raíces de la violencia directa. En Euskadi hemos dejado atrás la parte más evidente y dolorosa, pero aún hoy perviven actitudes y discursos que extienden un sutil (o no) manto legitimador de aquel pasado. Con menos intensidad, con menos apoyo social… pero pervive precisamente en un sector notable y de ‘notables’ de la izquierda abertzale. Es evidente que ese manto legitimador resulta imprescindible para mantener tranquilas algunas conciencias. Porque esto va precisamente de conciencia: de empatizar con el “otro”, con la injusticia y el sufrimiento ajeno. De ahí que, muchas veces, los avances los protagonizan quienes también sufren. Las positivas declaraciones de la portavoz de Etxerat sobre los ongietorri son una buena muestra de ello.

El proceso de construcción de la paz en nuestra tierra está en esa fase que Johan Galtung identificaba como “re-culturación posterior al daño cultural”. Tenemos el reto de dotarnos como sociedad de una nueva cultura de la convivencia que excluya y proscriba el uso de la violencia. Nos hallamos aún en esa ardua labor de lo que Gesto por la Paz llamó la deslegitimación social de la violencia. Una tarea clave como garantía de no repetición de un pasado oscuro. Y es que cualquier resquicio que dejemos hoy en la deslegitimación de la violencia, ya sea porque no es unánime o porque es ambiguo, mañana será un potencial resquicio para que alguien vuelva a creer que es un medio válido para lograr fines políticos.

Tenemos el reto de dotarnos como sociedad de una nueva cultura de la convivencia que excluya y proscriba el uso de la violencia.

Y como suele ocurrir, las grandes tareas no admiten atajos. En esto es imprescindible que las instituciones, los partidos políticos, los agentes sociales y la sociedad civil organizada pongamos las luces largas. Es momento de tener firmeza y no ceder a la tentación de reconstruir la convivencia con prisas y pies de barro. Y al mismo tiempo toca tender la mano de forma sincera para que ese sector de la izquierda abertzale, más pronto que tarde, incorpore la dimensión ética de la paz que anhelamos la mayoría de este pueblo. Una incorporación que no admite ambigüedades. Una incorporación que no será más nítida por convertir determinadas palabras en fetiches o en un nuevo Rubicón, sino por asegurar la sinceridad del tránsito de una cultura de la violencia a otra de los derechos humanos que permita asentar una convivencia con una memoria digna.

Sergio Campo Lladó, consultor social y miembro de Gogoan, por una memoria digna

Este artículo se publicó en septiembre en El Correo

Abrazos y memoria

06 jueves Ago 2020

Posted by gogoanmemoria in Memoria

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'Los héroes de la retirada', Acuerdo de Aiete, Alfredo Rubalcaba, Alternatiba, Arkaitz Rodríguez, Arnaldo Otegi, atentado contra la casa cuartel de Zaragoza, atentado de Hipercor, Batasuna, Bateragune, Bildu, BVE, Carrero Blanco, Conversaciones de Argel, deslegitimación de la violencia, Dolores González Katarain, Egunkaria, ETA, Euskal Herritarrok, Eusko Alkartasuna, Gabriel Celaya, GAL, GRAPO, Ibon Etxezarreta, IRA Auténtico, izquieda abertzale, Javier Madrazo, Jesús Eguiguren, Jonatan Martínez, José María Ryan, Jose Luis Zarapatero, Josu 'ternera', Josu Urrutikoetxea, Kamchatka, Kepa Del Hoyo, Loiola, Maixabel Lasa, Martin Ugalde, memoria democrática, negociaciones, Negri, Parlamento Vasco, paz, política penitenciaria, preso, reinserción, Sabin Zubiri, señor X, Sortu, tortura, Tribunal Constitucional, Tribunal Supremo, Twitter, violencia de persecución, Yoyes, Zizek

Tras un par de días intentándolo, hemos conseguido contactar con Kamchatka y nos han dado espacio para continuar el debate. Se lo agradecemos.

Cinco apuntes sobre los abrazos a Josu Urrutikoetxea y la memoria democrática vasca

 

1. El abrazo como punta de un iceberg político y ético

Estos días se ha desatado un considerable debate, a raíz de un abrazo en redes sociales, de Bildu para el dirigente de ETA, y en su día de Euskal Herritarrok, Josu Urrutikoetxea, y que ha contado con la aportación de un interesante artículo de Jonathan Martínez. En cambio ha pasado más desapercibido el mitin de campaña de Bildu, de hace pocas semanas, en el que se leyó, desde la propia tribuna, un mensaje suyo musicado de apoyo electoral (buscar en Twitter: Josu Urritikoetxeak hauteskunde).

Aunque algunos se pierden en disquisiciones, sobre si el gesto del abrazo se ha hecho por su enfermedad actual o por su papel en el final de ETA, conviene no perder la perspectiva. Prácticamente todos y cada uno de los presos oficialistas de ETA han tenido su reconocimiento y homenaje, desde hace décadas y hasta hoy. Sirva de ilustración sobre el carácter político, no familiar, de esos ritos martiriales, el vídeo recientemente visto en redes, el enésimo, firmado, como suele ser más habitual, por Sortu (buscar en twitter: Kepa del Hoyo preso politiko galdakaoztarra). Los consideran sus “gudaris”, hoy por hoy sin ánimo de revisión crítica. No hay más. Es lo que hay. Y mejor abordarlo así, sin camuflajes, trampas, ni auto-engaños.

2. Con los señores de la guerra y contra los soldados rasos ‘conversos’

Jose Antonio Urrutikoetxea ha sido uno de los más importantes dirigentes de ETA. Por cierto, no es un secreto que sus propios compañeros utilizaban con total normalidad “Ternera” para hablar de él, así que lo de ir estampando que eso denota argot policial supongo que será un cortafuegos tramposillo frente a las críticas.

Entiendo fácilmente que cualquier miembro de ETA mienta en un proceso penal. Entendía aún mejor cuando hace años se negaban a reconocer los «tribunales opresores» y directamente no testificaban en los juicios. Pero me cuesta más que a la hora del relato, en un artículo, se reivindique el debut con “participación indirecta” en el atentado contra Carrero Blanco (eso sí que será información policial, porque los militantes de ETA no suelen alardear de curriculum concreto), pero se eludan el resto de responsabilidades de un alto dirigente de ETA desde los 70, que estuvo en los preparativos de Argel (1989), en la comisión de Derechos Humanos del Parlamento Vasco (1999), en la negociaciones de Suiza/Loiola (2006) y en la bajada final de persiana de Aiete/Noruega (2011). Y es que Carrero es el muerto número 8 de un listado total de 829.

Resulta llamativo cómo se pretende exculpar el «pasado militar» del Gran General, emplumando las decenas de barbaridades de su mandato ochentero (Ryan, Yoyes, Hipercor, niños de la casa cuartel de Zaragoza…) a los soldados rasos. ¿Dónde queda la modesta verdad que reivindicamos frente al Señor X del GAL?. Incluso se atreven a calificar como invectivas de un «converso» el testimonio contra él de uno de esos militantes de base. Vaya códigos militares gastan algunos.

3. ¿Hacedores de la paz o buscadores de una salida airosa?

Después de años de rechazo social mayoritario y continuas detenciones, ETA y la izquierda abertzale se encontraron, tras las ilegalizaciones, que desde algunas organizaciones rechazamos, con aquella oferta, que cuenta Zapatero y que verbalizó Rubalcaba, ¿votos o bombas?. Y es conocida la opción que tomaron Otegi y Urrutikoetxea.

Eguiguren recuperó hace un tiempo el concepto del artículo de Hans Magnus Enzensberger en 1989, “Los héroes de la retirada”. Pero el pensador alemán diferenció en aquel brillante texto sobre la complejidad política, entre los héroes y los epígonos de la retirada, matizando que “Los epígonos de la retirada se mueven por impulso ajeno. Obran bajo una presión que viene de abajo y de arriba. El verdadero héroe de la renuncia, en cambio, es él mismo, la fuerza motriz”. Ahí queda para la valoración del papel final jugado por ambas personalidades.

Y sí, en ese tránsito se toparon con Bateragune, aquel despropósito judicial, que ya en 2012 en el propio Tribunal Supremo salió adelante por solo 3 votos contra 2, y en el Tribunal Constitucional por 7 contra 5, en la penúltima disputa entre el derecho penal garantista y el autoritario, el del enemigo, que ha sacudido la lucha judicial contra ETA. Y cuyos daños no podrán compensar ya las correspondientes indemnizaciones.

También conste, para ponderar el pretendido carácter pacificador de los protagonistas del caso, que conviene escuchar a Arkaitz Rodriguez en una televisión venezolana, explicando por qué cambiaron de estrategia.

4- La fábula de los pintxos milagrosos de Aiete

La idea de dar una pista de aterrizaje, un puente de plata, a ETA y a Batasuna para acabar con 40 años de alternar política y métodos terroristas, su “bietan jarrai”, me pareció una salida razonable. Pero no poca gente se ha acabado creyendo que aquella escenificación fue la clave de la Paz.

Me unen lazos, de amistad y familiares, con los acompañantes, de Alternatiba y Eusko Alkartasuna, en aquella salida para ETA (Gernika, luego Bildu y Aiete). He compartido militancia política con Jonathan Martínez, en tiempos del ínclito Javier Madrazo, aun en orillas distintas. No tengo ninguna duda de su trayectoria, de todos ellos, contra la violencia de ETA y contra todas las violaciones de Derechos Humanos.

Pero me parece una osadía engañosa atribuirse algún tipo de papel decisivo por aquella operación bikini-flotador de 2009-2010. No, el final de la tragedia vasca no cayó milagrosamente por sus gestiones antes del cóctel palaciego internacional de Aiete. Alivia que no hubiera un final al estilo GRAPO o IRA Auténtico, cuando ya los últimos miembros activos de ETA se alojaban hasta en tiendas de campaña, y sus dirigentes no eran detenidos tras largos años, sino en semanas. Pero la estrategia político-militar sucumbió ante el triunfo de la deslegitimación social pacifista, dentro de la propia Euskal Herria, y por el colapso operativo de combinar violencia y política (mal que nos pese a los que rechazamos las ilegalizaciones).

5. Mas Gabriel Celaya y Martin Ugalde, que Negri, Zizek y compañia, para sembrar la memoria democrática vasca

Euskadi y Navarra afrontan ya sus diversas controversias políticas por fin en condiciones parecidas a otras tantas sociedades del entorno, con sus límites, urgencias y cotidianidades. Pero tantas décadas de violaciones de Derechos Humanos, años en los que se violentó la política, han dejado heridas y retos específicos.

Atender a las víctimas de la persecución de ETA, a las víctimas del “todo valía contra ETA” y contra quien anduviera cerca (BVE, GAL, torturas, atropellos judiciales…), restablecer un derecho penal garantista (sin imputaciones difusas, ni validez total a autoinculpaciones en sede policial) e impulsar una política penitenciaria humanitaria y una reinserción restaurativa de presos (ojalá muchos más abrazos como los de Maixabel Lasa con Ibon Etxezarreta)… sin duda quedan cosas importantes.

Y mientras tanto, a no dejarse impresionar por manifiestos-relatos movidos desde el aparato internacional de la izquierda abertzale, que recolectó a algunos intelectuales para proponerles un frívolo turismo de conflictos. Ese texto que Negri, Zizek y demás firmaron destacando de Urrutikotxea, el gran jefe de ETA durante 30 años, su “determinación y altura moral” y ser “promotor de una resolución justa y duradera”. Y es que hasta a sus hábiles redactores propagandistas, a veces, se les va la mano.

Para cultivar la memoria democrática vasca, mejor que la poca empática complacencia excesiva con victimarios orgullosos, sin autocrítica, creo más valioso acercarse al deslumbrante manifiesto de los 33, donde, entre otros gigantes de la cultura vasca, Gabriel Celaya y Martin Ugalde (primer Presidente de Egunkaria) advirtieron en 1980 de la gangrena moral que amenazaba a nuestra sociedad y que todavía tenemos pendiente curar bien. Que así sea.

 

Sabin Zubiri, miembro de Gogoan, por una memoria digna

 

 

Este es el relato de Sortu?

20 martes Ago 2019

Posted by gogoanmemoria in Memoria

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20 de octubre de 2011, Arkaitz Rodríguez Torres, Cataluña, derecho de autodeterminación, derechos humanos, ETA, independencia, izquierda abertzale, Memoria, relato, Sortu, Venezolana de Televisión, violencia terrorista

Relato de Sortu sobre su «Bietan jarrai» (=combinación de política y violencia terrorista) y sobre su «cambio de estrategia».

A falta de una actitud empática y enraizada en defender los Derechos Humanos de todas las personas, se valora la franqueza. Y es que, entre tantos gestos acartonados y demasiada propaganda victimista, no es frecuente que portavoces políticos de la izquierda patriótica se atribuyan «en primera persona» sus décadas de estrategia político-militar. Es decir, el uso y provecho de tanto dolor injusto con fines políticos. Así lo hizo el pasado 29 de julio (2019) el secretario general de Sortu, Arkaitz Rodriguez, en el programa Dossier, de Venezolana de Televisión.
Ver

Destacan las dos razones por las que dice que el «movimiento operó un cambio de estrategia»:
  • Un cálculo instrumental sobre la ineficacia del uso la violencia, acompañado de una referencia al proceso independentista de Cataluña (referencia algo descuadrada cronológicamente, teniendo en cuenta que el cese «definitivo» de ETA fue el 20 de octubre de 2011):
«el Estado Español, a pesar del accionar armado, no iba a reconocer el derecho de autodeterminación de nuestro pueblo«
«esto terminó de confirmárnoslo la actitud del Estado Español para con el proceso independentista de Cataluña«
  • Y una reivindicación utilitarista del provecho obtenido de la violencia, de la estrategia político-militar:
«entendimos que ya habíamos generado las condiciones políticas, sociales… para poder abordar la conquista de nuestra soberanía nacional«
En definitiva, un testimonio significativo que señala la lejanía actual para un relato compartido sobre tantos años de violencia y de daño injusto.
Si se desea ver la entrevista completa, lo pueden hacer a través de este link:
https://www.youtube.com/watch?v=CrSc_SKvXpw&t=

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