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Gogoan-por una memoria digna

~ Por una memoria digna como derecho de las víctimas y de la sociedad vasca en general. Una memoria que deslegitime la violencia y que sea pedagógica para prevenir situaciones como las vividas en Euskal Herria los últimos 50 años.

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El relato y el Foro Social

03 Martes Mar 2020

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“De la batalla del relato a una narrativa ética compartida”

 

El pasado 17 de febrero, en nombre del Foro Sozial, Taxio Arrizabalaga y Teresa Toda publicaron un artículo (“Relato, memoria? Una aportación más a la reflexión“) con una serie de consideraciones sobre la memoria, sobre la forma de recordar las numerosas tragedias provocadas en la historia reciente de la sociedad vasca.

En su artículo mencionaban a nuestra organización, Gogoan por una Memoria Digna, por haber cuestionado el planteamiento del Foro de que “todos lo relatos se sientan confortablemente representados”.

                 

Consideramos que merece la pena aprovechar la ocasión para intercambiar y contrastar algunas ideas sobre nuestra memoria democrática, diferenciando cuatro planos: lo legal/ilegal, la verdad histórica de los hechos, una necesaria narrativa ética compartida y la diversidad de relatos individuales y colectivos.

Lo legal y lo ilegal

Primeramente el Foro plantea en su escrito el plano legal “todos los relatos tienen derecho a poder expresarse”. Esto nos llevaría a debatir sobre el sentido y contenido de delitos como el de apología del terrorismo, del franquismo, delitos de odio, humillación a las víctimas… Pensamos que éste no es el dilema fundamental en nuestra sociedad. Y, en todo caso, ante problemas como los sistemáticos homenajes a presos de ETA, debe primar el rechazo ético y social. Preservando la libertad de expresión, con ciertos límites del derecho penal garantista solo para tratar barbaridades extremas.

RTVE

 debe primar el rechazo ético y social. Preservando la libertad de expresión, con ciertos límites del derecho penal garantista solo para tratar barbaridades extremas

La verdad histórica

En segundo lugar está el plano de la verdad histórica, a la que se llega aplicando un método riguroso, para conocer los hechos tal y como sucedieron, y deslindarlos de los errores, mitos y/o mentiras. Sirva como ejemplo el debate historiográfico sobre la autoría en 1960 del asesinato en Donostia de la niña Begoña Urroz (el DRIL, y no ETA). O sirvan también las controvertidas bases de datos “militantes” de Euskal Memoria y Egiari Zor, que mezclan/suman víctimas reales y verdugos muertos en accidentes de tráfico (ejemplo, el dirigente de ETA muerto en Argel, Txomin Iturbe) o incluso muertes cometiendo atentados (ejemplo, Hodei Galarraga, al que le explotó la bomba que transportaba, y que, por cierto, fue nombrado hijo predilecto de su pueblo).

¿Hablamos de reconocer víctimas o se pretende una mezcolanza de caídos por la causa?

Diario Vasco. Txomin Iturbe funeral

¿Hablamos de reconocer víctimas o se pretende una mezcolanza de caídos por la causa?. Convendría revisar con el rigor mínimo de la criminología y victimología lo que realmente ocurrió, es decir, con respeto básico hacia la verdad histórica de los hechos.

Una narrativa ética común

En tercer lugar proponemos situar una narrativa ética común sobre la que construir nuestra convivencia, lo que se pretendía con el hoy disputado “suelo ético compartido” de las distintas ponencias parlamentarias de paz, o con el decálogo de demandas del colectivo plural de víctimas Eraikiz. A veces se ha identificado de manera demasiado simplista con el “matar estuvo mal”, o lo que es más preocupante, con derivadas distorsionadoras como el “aquí todos hemos sufrido”, o “todos hemos sido un poco malos”.

Ideas así no parecen raíces suficientes para sembrar los mínimos de una convivencia democrática sana. Debería ser posible compartir una narrativa ética común que explique a las nuevas generaciones que en nuestra sociedad hay diferentes identidades nacionales y que durante décadas se amenazó, se persiguió y se mató por pensar distinto sobre la articulación y coexistencia de dichas identidades. En muchas sociedades conviven en un mismo territorio varios proyectos nacionales, lo particular del pueblo vasco ha sido que en medio de la Europa moderna se recurriera al asesinato político para afrontarlo. Integremos eso en nuestra narrativa ética común como país. Y que valga de antídoto para la no repetición de la violencia y que, asimismo, nos sirva para que los proyectos de futuro se asienten en el pluralismo, en el respeto profundo a nuestra pluralidad.

en nuestra sociedad hay diferentes identidades nacionales y, durante décadas, se amenazó, se persiguió y se mató por pensar distinto sobre la articulación y coexistencia de dichas identidades

En esta narrativa ética sobre una violencia terrorista, en la que el 95% de las víctimas lo fueron con Franco ya muerto, también debería quedar grabada otra enseñanza fundamental: la línea infranqueable de los Derechos Humanos en la lucha contra el terrorismo. Y es que las decenas de víctimas del terrorismo de Estado y los cientos de víctimas de torturas son testimonio del conocido “todo vale contra el terrorismo”. Guardemos en la memoria colectiva aquella denuncia del movimiento pacifista vasco “si la democracia mata, la democracia muere”.

las decenas de víctimas del terrorismo de Estado y los cientos de víctimas de torturas son testimonio del conocido “todo vale contra el terrorismo”

Y, como complemento inseparable del valor ético de los testimonios de tantas injusticias contra las víctimas, debe acompañarse la asunción de responsabilidad por parte de sus victimarios y su deslegitimación. Y es que, si apostamos por una convivencia positiva, un gran modelo sería el de los encuentros restaurativos (principalmente los de Nanclares).

 

La diversidad de relatos individuales y colectivos

Y, finalmente, un cuarto plano se situaría en los relatos particulares. Cada persona/grupo ha tenido sus vivencias, tamizadas por sus emociones, y eso da como resultado puntos de vista singulares, insustituibles. Eso es lo natural, ahora aquí y en cualquier época y lugar, así transcurren las experiencias de todos los seres humanos. Evidentemente cada cual aportará sus matices, subrayados diferentes, intensidades distintas…. Esos puntos de vista convivirán de manera armoniosa, conflictiva o dialéctica, según cada caso. Así es la vida. Pero con todo, lo importante es que esos relatos respeten la verdad de los hechos y compartan unos valores éticos básicos, la narrativa ética compartida, que proponemos.

lo importante es que esos relatos respeten la verdad de los hechos y compartan unos valores éticos básicos

 

Esperamos que los intercambios de ideas enriquezcan nuestras posturas iniciales. Con ese ánimo compartimos estas líneas.

1997, urte gogorra (un año duro)

31 Sábado Mar 2018

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1997, agresiones, concentraciones silenciosas, Cosme Delclaux, derechos humanos, Domingo Puente Marin, Ermua, Ertzaintza, ETA, Eugenio Aranburu, GAL, Gesto por la Paz, Herri Batasuna, libertad, Mallabia, Miguel Ángel Blanco, Ortega Lara, Partido Popular, Patxi Arratibel, Rafael Emperador, secuestrados, Si la democracia mata la democracia muere, Tolosa, torturas, Tribunal Supremo

[Abajo en castellano]

1997, URTE GOGORRA

1997. urtea gogor hasi zen. ETAk hiltzen jarraitzen zuen; sei gizon akabatu zituen urteko lehenengo bi hilabeteetan eta bi gizaseme zituen bahituta –aske bizi behar zuten bi pertsona zeuzkan zulo malapartatu baten sartuta, bakoitza berean-, bortxaz harrapatu zituen, piztiak sarean harrapatzen diren bezala eta han zeuden, hotzetan, hezetasunean, eguzkiaren argia nolakoa zen ahazteko zorian, ia zutik jartzeko lekurik gabe, lau pausu jarraian egiteko toki barik, biharamunean hilda ala bizirik argituko ziren jakin gabe, zulo beldurgarri hartan zenbat egun emango zituzten ez zekitela, euren etxeko eta lagunengandik urruti. Jose Antonio Ortega Larak 532 egun egin zituen katigutasunean; espetxe-funtzionarioa zen eta preso guztiak Euskal Herrira ekartzea eskatzen zuen ETAk bera aske uzteko; Cosme Delclaux aldiz 232 egun eduki zuten bahituta, eta dirua eskatzen zuten bere buruarengatik. Euskal Herriko Bakearen Aldeko Koordinakundekoak astero biltzen ginen, astelehenero, bi persona hauen askatasuna eskatzeko, eta astelehenero izaten genituen parean gu izutzeko asmoarekin kontramanifestazioa egiten zutenak. Konzentrazio batzuetan euren aurpegiak ia gureak ukitzen jartzen zituzten eta “nazkagarriak” eta antzerako irainak oihukatzen zizkiguten.

Bahituen askatasunaren alde egiten genituen isilune eta ekintzetaz gain eta bortxazko heriotzak salatzeko ohiko isiluneetaz aparte, Gestok giza eskubide guztien alde lanean jarraitzen zuen; esate baterako urte honen hasieran bertan tortura salaketak ikertu, epaitu eta tratu txarrei aurrea hartzeko neurriak eskatzen genituen, eta GAL talde terroristaren trama argitzeko “Demokraziak hiltzen badu demokrazia bera hiltzen da” kanpaina indarrean geneukan.

Hatan-horretan otsailaren 10a iritsi zen, egun beltza. ETAk Domingo Puente Marín eta Rafael Martínez Emperador hil zituen. Domingo Granadako Armilla base militarreko ile-apaintzailea zen eta furgoi militar batean zihoala hil zuten bonba-kotxe bat estanda arazi zutenean. Rafael Auzitegi Goreneko Magistratua zen eta kokotean egin zioten tiro etxeko atera deitzen ari zenean.

Egun horretan bertan Eugenio Aranburu “Txo” herrikideak bere buruaz beste egin zuen Mallabian, gurasoen baserrian. Eugenio Aranburu Herri Batasunakoa zen, Mallabiko zinegotzia eta Mahai Nazionaleko kidea, eta LAB sindikatuko liberatua ere bazen. Auzitegi Gorenaren aurrean deklaratzera joateko deituta zegoen. Heriotza guztiak latzak badira suizidioa ez da gozoa inondik inora, lehenengo eta behin pausu hori ematen duenarentzat, argi bait dago ikaragarri sufritzen ari dela, eta bigarren bizirik geratzen diren senitarteko eta lagunentzat. Oso gai delikatua dela deritzot, eta arrazoi bat bilatzeko joera badaukagu ere, azken finean nork daki zein den arrazoia edo zeintzuk diren motiboak norbaitek bere buruaz beste egiteko. Eta sarritan pausu bat gehiago emateko tentazioa ere izaten dugu eta erantzuleak bilatzeri ekiten diogu, eta hor bai jokatu behar dela zuhur.

Hala ere badirudi guztiok ez dugula berdin pentsatzen, eta Mallabian gertakari triste hau jazo eta berehala gure herrikide mordoxka batek argi zeukan norena zen errua: Bakearen aldeko Koordinakundeko kideok ginen Txoren heriotzaren erantzule. Heriotza hau gertatu zen astelehenean bertan pankartak jarri zituzten herrian lazo urdina paparrean generamanon aurka, “dónde están, no se ven los de Gesto por la Paz” oihukatzen zuten kalean, hiltzaile deitzen gintuzten… Hainbeste gaiztotu zuten giroa astelehenero bahituen askatasuna eskatzeko egiten genuen bilkura bertan behera uztea erabaki genuela.

Biharamuna Inauteri asteartea zen, eta Patxi Arratibel enpresaria asesinatu zuen ETAk Tolosako Karnabaletan bere semearen aurrean. Egun horretan bertan Mallabian guztia prest zegoen Eugenio Aranbururi azken agurra egiteko. Gure herri txikia jendez gainezka zegoen eta pentsaezina zen Mallabian Euskal Herriko Bakearen Aldeko Koordinakundeak astelehenean ETAk hil zituen bi pertsonen oroimenez 15 minutuko isilunea egitea. Eta egoera hartan ez zen erraza guretzat Txoren heriotzagatik inolako dolumin edo elkartasunik agertzea, nahiz eta gertakari horrek asko atsekabetu gintuen, bai ni eta baita taldeko kideak ere.

Hurrengo egunean berriro ere kalera atera beharra geneukan, Patxi Arratibelen hilketa deitoratzera. Ordurako bailarako hainbat HBko kide itxialdia egiten ari ziren udaletxean Txoren heriotzagatik protestatzeko. Lehen esan dudan bezala protestak astelehenean bertan hasi ziren, gure aurkako pankarta eta oihuekin, eta asteartean jarraitu zuten: kaputxadun batzuk Radio Euskadiren kotxea irauli zuten herrian, beste kaputxadun batzuk autobus bat erre zuten Elorrion, Telefonikako furgoneta Hernanin eta Santurtziko Batzokia ere erasotua izan zen.

Giroa gaiztotuta zegoen, egonezin handia geneukan, urduri geunden eta aput bat bildurtuta, baina gure isilunea egiteko beharra sentitzen genuen. Eta han atera ginen, betikoak: dozena bat inguru ikasle, geure amak, aita batzuk eta herriko beste dozena erdi bat andra-gizon. Parean herriko eta bailarako HBko kide multzo handia, oihuka, mehatxuka, guri hiltzaile deituz… egun horretan Eibarko Ertzain-etxea hustuta geratu zen eta hainbat furgoi etorri ziren gure segurtasuna babestera, eskerrak…

Lau gizaseme gehiago garbitu zituen ETAk uztailaren 1ean Jose Antonio Ortega Lara eta Cosme Delclaux aske geratu ziren arte. Egun gutxitara, uztailaren 10ean Ermuko Miguel Angel Blanco Alderdi Popularreko zinegotzia bahitu zuen, eta uztailaren 13an hil zen terroristek jaurti zioten tiroen ondorioz. Intentsitate, kezka eta pena handiz bizi izan genituen egun horiek Ermua-Mallabiko Gestoko kideok; bahiketaren egunean kalera atera eta ia ez ginen etxera bueltatu Miguel Angel Blancori azken agurra eman genion arte.

Tristuraz eta nostalgiaz gogoratzen ditut 1997ko gertakari horiek.

Maite Leanizbarrutia Biritxinaga


1997, UN AÑO DURO

ETA seguía matando; asesinó a seis personas los dos primeros meses del año y mantenía a dos hombres secuestrados –tenía metidos en un zulo a dos personas que nunca debieron haber perdido la libertad, cada una en su agujero-, los atrapó de manera violenta, como se caza a las alimañas. Pasaban frío, soportaban muchísima humedad, estuvieron a punto de olvidarse de cómo era la luz del sol, casi no podían ponerse de pie, apenas podían dar cuatro pasos, no sabían si al día siguiente amanecerían vivos o muertos y desconocían cuánto tiempo iban a permanecer en aquella horrible situación. Además estaban lejos de sus familiares y amigos. José Antonio Ortega Lara pasó 532 días en cautividad; era funcionario de prisiones y ETA exigía que todos sus presos vinieran a Euskal Herria a cambio de su libertad; Cosme Delclaux estuvo 232 días secuestrado, y pedían dinero a cambio de su vida. La Coordinadora Gesto por la Paz de Euskal Herria se concentraba todos los lunes para pedir la libertad de estas dos personas, y a raíz de esta campaña en favor de los secuestrados tuvimos que padecer las contramanifestaciones que la autodenominada izquierda abertzale comenzó a hacer con el ánimo de intimidarnos; en algunos casos se ponían a un palmo de nuestras narices y teníamos que soportar sus gritos e insultos.

Aparte de las concentraciones y actos que realizábamos para exigir la libertad de los secuestrados, y además de las habituales concentraciones silenciosas para lamentar y denunciar las muertes violentas, Gesto seguía trabajando en favor de todos los derechos humanos, y en esos dos primeros meses del año salió en prensa pidiendo que se investigaran las torturas y se tomaran las medidas necesarias para evitar los malos tratos y además continuó con su campaña “Si la democracia mata, la democracia muere” que tenía como objetivo denunciar y pedir el esclarecimiento del terrorismo del GAL.

Llegó el 10 de febrero, día en el que ETA asesinó a Domingo Puente Marín y a Rafael Martínez Emperador. Domingo era peluquero en la base granadina de Armilla e iba en un furgón militar cuando a su paso hicieron estallar un coche bomba. Rafael era magistrado del Tribunal Supremo y le dieron un tiro en la nuca cuando estaba llamando al portero automático de su casa.

Ese mismo día Eugenio Aranburu “Txo” se suicidó en nuestro pueblo, en el caserío familiar. Eugenio era concejal de Herri Batasuna en Mallabia y miembro de la Mesa Nacional, y era también liberado del sindicato LAB. Había sido citado a declarar ante el Tribunal Supremo. Si todas las muertes son duras y difíciles de asimilar considero que el suicidio es terrible, primeramente para la persona que da ese paso, ya que está claro que está sufriendo un montón, y después para toda su familia y amigos. En estos casos suele ser normal que busquemos una causa, pero en realidad quién sabe cuál ha sido el motivo o los motivos que han llevado a una persona a quitarse la vida. Además en ocasiones tenemos la tentación de dar un paso más y buscamos al responsable, y esto sí que es delicado; soy de la opinión de que en esto hay que en actuar con mucha cautela.

De cualquier manera parece que no todos pensamos igual y en Mallabia, nada más ocurrir este desgraciado suceso un buen grupo de paisanos tenía claro quién era el culpable: los miembros de Gesto por la Paz. Ese mismo lunes colocaron varias pancartas en contra de las personas que portábamos en nuestro pecho el lazo azul, gritaban “dónde están, no se ven, los de Gesto por la Paz” y nos llamaban asesinos. Tanto caldearon el ambiente que decidimos suspender la concentración silenciosa que todos los lunes hacíamos en favor de los secuestrados.

Al día siguiente era martes de Carnaval y ETA volvió a matar, en este caso lo hicieron en pleno Carnaval de Tolosa y le arrebataron la vida al empresario Patxi Arratibel en presencia de su hijo. Ese mismo día en Mallabia todo estaba preparado para darle el último adiós a Eugenio Aranburu. Nuestro pequeño pueblo estaba a rebosar de gente, y era absolutamente impensable que los de Gesto nos concentráramos para condenar los asesinatos del día anterior. Y tal y como estaban las cosas en el pueblo tampoco era fácil mostrar ninguna condolencia o solidaridad por la muerte de Eugenio, aunque fue un hecho que nos apenó mucho.

El miércoles nos tocaba volver a salir a la calle, en esta ocasión por Patxi Arratibel. Muchos miembros de la izquierda abertzale de la comarca estaban encerrados en el ayuntamiento para protestar por la muerte de Txo. Como he comentado previamente las protestas comenzaron el mismo lunes cuando un grupo de vecinos desplegaron pancartas y gritaban por la calle que éramos unos asesinos. El martes varios encapuchados volcaron un coche de Radio Euskadi en Mallabia y otros encapuchados quemaron un autobús en Elorrio, hicieron lo mismo con una furgoneta de Telefónica en Hernani y atacaron el Batzoki de Santurtzi.

El ambiente estaba muy enrarecido, estábamos intranquilos, nerviosos y un poco asustados, pero sentíamos la obligación de hacer la concentración. Y salimos los de siempre, las de siempre; alrededor de una docena de estudiantes, con nuestras madres, algunos padres y cerca de media docena más de vecinos y vecinas. Enfrente teníamos a un gran grupo de gente de HB del pueblo y de los alrededores; nos gritaban, nos amenazaban, nos señalaban con el dedo y nos llamaban asesinos… ese día la comisaría de la Ertzaintza de Eibar se quedó vacía para proteger nuestra integridad, enviaron un buen número de agentes, y menos mal…

ETA asesinó a 4 personas más antes de que el 1 de julio se liberara Jose Antonio Ortega Lara y a Cosme Delclaux. A los pocos días, el 10 de julio, ETA secuestró en Ermua al concejal del Partido Popular Miguel Angel Blanco, y el día 13 murió como consecuencia de los disparos que le propinaron los terroristas. Los miembros de Gesto de Ermua y Mallabia vivimos esos días con gran intensidad, preocupación y dolor. Como la mayoría de la gente de Ermua y mucha gente de Mallabia, salimos a la calle el día del secuestro y casi no volvimos a casa hasta que le dimos el último adiós a Miguel Angel.

Recuerdo con tristeza y nostalgia esos acontecimientos de 1997.

Maite Leanizbarrutia Biritxinaga

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