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Reflexiones actualizadas sobre la política penitenciaria y sobre la reinserción restaurativa de los presos de ETA (diciembre 2019)
Una vez más este enero se acerca la cita anual de apoyo a los presos del EPPK, grupo donde no solo se han venido organizando los condenados por pertenencia a ETA, sino que también se han integrado presos de organizaciones políticas afines. En estos días, se vuelve a dar un cruce de diferentes datos y opiniones sobre la política penitenciaria con este colectivo. Por ello volvemos a compartir unas notas actualizadas con ánimo aclaratorio.
Datos aproximativos
Algunos datos aproximativos, contrastando distintas fuentes:
- Quedan unos 257 presos de ETA (había 700 en 2011, cuando ETA abandonó la violencia). La mayoría son del EPPK, en torno a media docena de ATA, y ya solo uno de la vía Nanclares [Fuentes: Wikipedia, AVT, Foro Social].

AVT
- A los 37 presos que están en cárceles francesas se les ha dejado de aplicar casi completamente la política de alejamiento y de vigilancia especial por peligrosidad (DPS) [EITB, 2019].
- De los 220 presos en cárceles españolas, cerca del 72% (160) está utilizando la legalidad penitenciaria para progresar de grado y acceder a beneficios penitenciarios. Por el contrario, 60 presos han decidido no emplear los cauces ordinarios de reinserción y mejora penitenciaria [Foro Social, 2019].
- El 74% de los presos en cárceles españolas, cumple pena en grados o en módulos ordinarios. El resto (58), se encuentran en primer grado puro.

Heraldo de Aragon
- A principios del 2019 el Ministerio de Interior derogó la instrucción penitenciaria que restringía la excarcelación de presos gravemente enfermos solo a casos terminales. Durante el año ha habido varias excarcelaciones por este motivo.
Tres ideas
1. La política penitenciaria ya está cambiando. En Francia de manera completa, y en las cárceles españolas a un ritmo más lento, aparentemente debido a la interinidad gubernamental. Pero el cambio en la política penitenciaria de grados y con los presos gravemente enfermos es claro, y también se han concedido permisos de salida, mientras que los acercamientos hasta ahora se han producido muy parcialmente, manteniendo situaciones de alejamiento injustificables.
2. Lo que se mantiene es la negativa de los presos del EPPK y de la izquierda abertzale (con la tímida excepción de Etxerat) a avanzar con gestos reparadores hacia sus víctimas, a dar pasos en la justicia restaurativa. Algo que, tal y como nos ha mostrado la vía Nanclares y sus encuentros restaurativos, es capital para paliar y deslegitimar tanto dolor injusto, y para la recuperación de la convivencia.
3. Además, el colectivo Sare de apoyo a los presos oficialistas del EPPK, sigue manteniendo un enfoque sesgado, que junto a reivindicaciones parciales compartibles, ampara tratar a los presos de ETA como si fueran mártires, incluso justificando los ongi etorris/omenaldis. Y con esa falta de empatía difícilmente se podrá construir una convivencia basada en la memoria y en los Derechos Humanos universales.