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Gogoan-por una memoria digna

~ Por una memoria digna como derecho de las víctimas y de la sociedad vasca en general. Una memoria que deslegitime la violencia y que sea pedagógica para prevenir situaciones como las vividas en Euskal Herria los últimos 50 años.

Gogoan-por una memoria digna

Archivos de etiqueta: violencia de persecución

Musa de la libertad

20 lunes Nov 2023

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Agustin Ibarrola, Antonio Ruiz López, asesinato, Blas de Otero, Bosque de Oma, cárcel, Dolores González Katarain, Equipo 57, ETA, exilio, franquismo, Gesto por la Paz, incontrolados, Iniciativa Ciudadana en favor de la liberación de Julio Iglesias Zamora, Kubati, lazo azul, Ley de Amnistía de 1977, Ordizia, paz, tortura, violencia de persecución, Yoyes

Carta de Agustín Ibarrola dirigida a la Comisión de Homenaje a Yoyes.

Yoyes, Dolores González Katarain, fue una ex miembro de ETA que abandonó la organización terrorista en 1980. Tras cinco años de exilio en Méjico, regresó a Ordizia en noviembre de 1985. Su regreso lo negoció con ETA a través de Txomin Iturbe y con el Gobierno español que, al no tener ninguna causa pendiente con la Justicia debido a la Ley de Amnistía de 1977, no tenía motivo para impedir su vuelta a casa. Diez meses  más tarde, cuando paseaba en las fiestas de Ordizia junto a su hijo de tres años, fue asesinada por el miembro de ETA Antonio Ruiz López, Kubati.

Agustín Ibarrola Goikoetxea fue un pintor y escultor vasco muy comprometido con la sociedad de su tiempo. En la década de los 50 entró a formar parte del grupo artístico ‘Equipo 57’. Posteriormente, inició su compromiso político durante el franquismo lo que le llevó a ser encarcelado y a sufrir la tortura (1962-1965 y 1967-1973). Dos años después, un grupo de «incontrolados» de extrema derecha quemó su caserío en Ibarrangelua.

Formó parte del movimiento artístico del ‘Land Art‘ y una de sus obras más conocidas la realizó en el Bosque de Oma entre 1982 y  1985.

En 1986, cuando Yoyes fue asesinada por ETA, Agustín Ibarrola formó parte de un valiente movimiento ciudadano que manifestó públicamente su radical rechazo a este asesinato. A partir de entonces, su posición en contra de ETA fue nítida y muy activista. En 1993, formó parte de la Iniciativa Ciudadana en favor de la liberación de Julio Iglesias Zamora y fue quien diseñó a petición de Gesto por la Paz, la imagen del lazo azul que meses antes había puesto en marcha la organización pacifista.

Su compromiso con la paz le llevó a formar parte de otros movimientos contra ETA en años posteriores y sufrió los ataques de la izquierda abertzale a través de la violencia de persecución.

Con motivo del reciente fallecimiento del artista (17 de noviembre, 2023), publicamos la carta que Agustín Ibarrola escribió de puño y letra con objeto de sumarse al movimiento ciudadano contra el asesinato de Yoyes.

 

 

 

 

 


Gernika 15 Octubre 1986

En nombre de Euskadi pido paz.

Pido el derecho a ser vasco libremente sin imposiciones de ningún modelo ideológico. Pido que la construcción del pueblo vasco y de su cultura sea el producto de la participación democrática del ciudadano.

A los que degradan todo razonamiento político, social o cultural a la dialéctica de la liquidación física de las personas y a la difamación de quienes sustentan otros principios les pido que abandonen esas aberrantes prácticas de intolerancia y de devaluación de los procesos democráticos que caracterizan a cualquier comunidad moderna civilizada.

A los que callan por miedo o por complicidad les recuerdo que aquí somos Yoyes en gran parte de nuestra dimensión humana y social casi todos y que con su actitud contribuyen a mantener una situación de violencia, militarización, división y derechización que está impidiendo la salida real de nuestro pueblo hacia la democracia.

Igualmente me dirijo a los presos y exiliados invitándoles a seguir el ejemplo de Yoyes abandonando su actual condición de mercancía política y a regresar a casa, a la casa del padre y a defenderla con los medios propios de una sociedad con voto y partidos políticos, sindicatos, etc.

Hoy todavía tengo que pedir junto a Blas de Otero también la palabra para todos.

Yoyes, por el poder que me confiere mi aportación tanto artística como ciudadana al pueblo vasco yo te nombro MUSA DE LA LIBERTAD

Ibarrola

 

 

 

Gesto y silencio

14 martes Nov 2023

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asesinatos, dispersión de los presos, Edurne Portela, ETA, GAL, Gesto por la Paz, Julio Iglesias Zamora, lazo azul, los asesinos llevan lazo azul, Pacifismo, Rosa María Mateo, secuestros, silencio, violencia de persecución

El primer gesto se produjo en 1985. El 26 de noviembre de ese año un pequeño grupo de civiles se concentró en Bilbao en protesta por el asesinato de un guardia civil retirado. Esa noche, en las noticias del telediario, una sobria Rosa María Mateo comenta la noticia y dice: “Esta acción la piensan repetir siempre que se produzca una acción violenta en el País Vasco”.

Yo tenía 11 años. En aquel entonces no me enteré de que ese día nacía Gesto por la Paz, una coordinadora impulsada por un pequeño sector de la ciudadanía vasca que, con cada secuestro o acción violenta, se congregaba a través de los territorios vascos y navarros, en pueblos y barrios, para protestar y, en silencio, agarrados a una pancarta, pedir la paz. Su distintivo fue ese silencio tenso y un lazo azul que, a partir del secuestro de Julio Iglesias Zamora en 1993, llevaban en la solapa. En 1993 yo tenía 19 años. En aquel entonces me enteré de que había gente que se ponía el lazo azul en protesta de un secuestro. Yo no lo hice. ETA dejó las armas en octubre de 2011. Gesto por la Paz lo celebró y dio por finalizada su labor. Nunca, en todos esos años, me acerqué a ninguna de sus concentraciones.

Nunca, en todos esos años, me acerqué a ninguna de sus concentraciones.

‘GESTO‘ es un documental realizado por Xuban Intxausti que recoge la historia de “Gesto por la paz”, de la mano de algunos de sus protagonistas: Isabel Urkijo, Jesús Herrero, Itziar Aspuru, Maite Leanizbarrutia, Xabier Askasibar y Javier Alcalde, quienes repasan su historia en el escenario de un cine repleto de antiguos activistas de la coordinadora. De fondo, se proyectan imágenes de archivo con las que dialogan. Ese diálogo a veces se abre al patio de butacas, a otros miembros de la coordinadora como Txema Urkijo o Patxi Elola. Escucho cada testimonio, transcribo las palabras porque todas tienen su propio peso, me fijo en la expresión de los rostros al recordar: oscilan entre el orgullo y el dolor, la convicción y la indignación, la alegría por los logros y la frustración ante todo lo que se perdió en el camino a la paz. A veces una voz se quiebra y la palabra apenas consigue salir. Reconozco en las imágenes de archivo los lugares en los que se manifestaban, los lemas de las pancartas, escenas de ellos y ellas, muy jóvenes, repartiendo panfletos en las calles sin que nadie haga el gesto de cogerlos, ofreciendo un lazo azul. Se me encoge el estómago y siento tristeza, vergüenza. ¿Dónde estaba yo?

No habla de miedo sino de indiferencia, de aceptar el estado de las cosas porque la vida es más cómoda así

Escucho entonces el testimonio de Xabier Askasibar, que habla sobre cómo se unió a Gesto: “yo empecé a participar en alguna concentración silenciosa en mi barrio y, al ver cómo la gente pasaba por delante… parecía que el problema no iba con ellos, me daba mucha rabia y me parecía que una sociedad que se muestra indiferente ante la violencia, que es capaz de, aunque esté en contra, asumirla como algo cotidiano, es una sociedad que se deshumaniza”. No habla de miedo sino de indiferencia, de aceptar el estado de las cosas porque la vida es más cómoda así, porque un gesto supuestamente pequeño como ponerse un lazo azul supone tomar partido. Así lo explica Maite Leanizbarrutia. Cuando ella comenzó a llevar el lazo, algunos le negaron el saludo, otros pasaron al insulto. Cuando se habla de Gesto, se suele decir que rompieron con el miedo, pero me da la sensación de que hicieron algo mucho más difícil: se expusieron a pesar del miedo. Porque, ¿qué significaba entonces no ya llevar el lazo azul sino ponerse detrás de una pancarta de Gesto? No estoy hablando de manifestaciones multitudinarias de Bilbao o San Sebastián, sino de concentraciones en barrios y pequeños pueblos. Itziar Zubia se unió a Gesto con 18 años y señala la importancia de posicionarse frente a la violencia delante de sus vecinos sabiendo que ibas a ser señalada, o peor. Patxi Elola reflexiona sobre el impacto emocional de las contramanifestaciones, donde a veces estaban un padre y un hijo delante de pancartas diferentes, enfrentados, donde tenían que escuchar los insultos y amenazas de un familiar o de un amigo. Durante años. Isabel Urkijo recuerda que varias veces se les pidió a ellos, y no a los violentos, que dejaran de manifestarse. En la localidad navarra de Etxarri-Aranatz, Gesto se disolvió porque sus pocos integrantes no pudieron soportar el acoso. Por algo fue Gesto por la Paz quien acuñó la expresión “violencia de persecución”. En una escena del documental los seis participantes contemplan, de espaldas a la cámara, un cartel que yo también recuerdo empapelando las calles de mi pueblo y que reza: “Los asesinos llevan lazo azul”. El entorno de ETA siempre se caracterizó por el retorcimiento perverso de la realidad.

Desarrollaron, desde la pluralidad ideológica de sus filas, la teoría de la deslegitimación de toda violencia

Gesto por la Paz no solo se manifestó contra la violencia de ETA. La convicción pacifista les llevó a protestar, desde el principio, contra las distintas violencias que vivimos en aquellos años y que incluían las actuaciones de los GAL, la tortura y la represión por parte de las fuerzas de seguridad del Estado; también se manifestaron contra la política de dispersión de presos. Incluso convocaban concentraciones cuando moría un miembro de ETA porque entendían que esa muerte también era innecesaria y no debería haber ocurrido. Desarrollaron, desde la pluralidad ideológica de sus filas, la teoría de la deslegitimación de toda violencia. En una época tan tensionada en la que todo se entendía en clave de “conmigo o contra mí” defender estas posturas era ir a contracorriente, buscarse la enemistad de unos y otros, habitar un espacio de incomodidad que solo la convicción y la coherencia por el respeto a los derechos humanos podía justificar.

defender estas posturas era ir a contracorriente, buscarse la enemistad de unos y otros, habitar un espacio de incomodidad que solo la convicción y la coherencia por el respeto a los derechos humanos podía justificar

Ojalá este documental se vea mucho en nuestra tierra, pero también fuera de ella. En el resto de España creen que fue en 1997, con el asesinato de Miguel Ángel Blanco, cuando surgieron grupos de resistencia en la País Vasco. Este documental les mostrará que desde 1985 hubo ciudadanos y ciudadanas poniendo la cara y el cuerpo en nuestros pueblos y barrios defendiendo, cuando nadie lo hacía, lo único defendible: la no violencia como forma de hacer democracia. El documental “Gesto” representa tanto a los que estuvieron presentes como a los ausentes, que somos quienes nos mantuvimos al margen y ahora tenemos mucha autocrítica por hacer. También están presentes quienes los persiguieron y acosaron, que aparecen con las caras pixeladas en los videos y las fotografías. ¿Qué pensarán si se ven ahí y así reflejados? ¿Entenderán los motivos de sus actuaciones en el pasado? ¿Los justificarán? ¿Buscarán el sentido de todo aquello? ¿Sentirán la vergüenza que siento yo?

El documental ‘GESTO’ representa tanto a los que estuvieron presentes como a los ausentes, que somos quienes nos mantuvimos al margen y ahora tenemos mucha autocrítica por hacer. También están presentes quienes los persiguieron y acosaron

 

Artículo escrito por Edurne Portela en El Correo

‘Hasta que me mates’

10 lunes Oct 2022

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abusos sexuales, amenaza, Ana Erostarbe, Arnaldo Otegi, Camille Kouchner, depresión, Diario Vasco, Dios, Diputación Foral de Gipuzkoa, dispersión de presos, divorcio, emigrante, escolta, escoltas, ETA, Gesto por la Paz, Herri Batasuna, Iglesia, Jesús Eguiguren, libertad, machismo, maltrato familiar, miedo, Mondragón, nacionalismo vasco, Papa, Pello Salaburu, política, Quintana de la Serena, Rafaela Romero, reuniones de Loiola, reuniones de Loyola, Rhodes, socialismo vasco, soledad, terrorismo de extrema derecha, torturas, Valerie Bacot, Vanesa Springora, víctimas del terrorismo, violencia de persecución, VOX

 

 

HASTA QUE ME MATES, Memorias de Rafaela Romero Pozo de Ana Erostarbe

Editorial Alberdania

 

 

 

 

Con paciencia, Ana Erostarbe ha dado forma escrita a las largas conversaciones mantenidas con la militante socialista Rafaela Romero. Conversaciones en las que Rafaela le ha contado su vida y le ha hecho partícipe de su forma de observar algunos aspectos del mundo que nos rodea.

No es una vida cualquiera: comienza con una infancia anegada por el agua de un pozo oscuro de maltrato familiar, y acaba, de momento, tras muchos años de vivir escoltada por las amenazas de ETA, en un puesto de relevancia política en la Diputación de Gipuzkoa.

El maltrato familiar sigue siendo un tema tabú, aunque en los últimos años se están publicando, contados por sus propios protagonistas, diferentes libros que abordan de forma cruda el tema: Rhodes (Instrumental), Camille Kouchner (La familia grande), Valèrie Bacot (Tout le monde le savait), Vanesa Springora (El consentimiento), etc., por citar algunos. El maltrato a los niños es también tema central del trabajo de Armengou y Belis (Los internados del miedo).

Porque Rafaela Romero fue una niña y una adolescente maltratada de forma sistemática por su padre («el Domingo») y sus abuelos paternos. Ella y el resto de su familia: gritos, golpes, terror, violaciones a su madre delante de los niños. Así, durante una veintena larga de años. Hasta que Rafaela se enfrentó a tortas con su padre, y su madre pudo por fin divorciarse. Una liberación para todos: borrón y cuenta nueva. En los socialistas de Mondragón encontró su tabla de salvación.

Es un libro valiente, seco, sobrecogedor, sincero, no hay medias tintas. A mí me ha impresionado ese testimonio tan personal de alguien que ha tenido que sobrevivir como malamente ha podido: desnudar tu alma de ese modo requiere de una valentía enorme. Lo vivido en la familia es un ejemplo de machismo y de maltrato de libro. Porque el tema sigue siendo tabú: los vecinos no oímos ni vemos lo que pasa, aunque oímos y vemos perfectamente lo que pasa. Todo debe quedar en la familia: los trapos sucios se lavan en casa. Silencio espeso.

Llevar la sangre de alguien que es capaz de tanta maldad me produce una vergüenza enorme

Y las consecuencias, claro: «Mi padre nos destrozó la vida. Nos la destrozaron». Rafaela lo tiene muy asumido: «Llevar la sangre de alguien que es capaz de tanta maldad me produce una vergüenza enorme». La revictimización, como si ella fuera responsable de algo. Aunque con arrestos para afrontar la realidad: «[Mi padre] no tiene ninguna enfermedad mental. No es ningún pobre loco. No lo es, no. Solo es un machista desgraciado y una mala persona». Utiliza el presente, su padre vive. Y todo esto solo puede ocurrir con el silencio propio y ajeno, con cómplices externos que miran a otro lado.

Rafaela nace en Quintana de la Serena, en Badajoz, en un ambiente retratado en afirmaciones crudas: «Aquí lo que tiene que hacer mi hijo con la zorra de tu hija es coger una silla y romperle la cabeza». No parecen expresiones propias de un abuelo.

…no tiene ninguna enfermedad mental. No es ningún pobre loco. No lo es, no. Solo es un machista desgraciado y una mala persona

La familia, ella un bebé, acuciada por problemas económicos, emigra a Mondragón en los años 70: allá hay trabajo.

Mondragón es ese pueblo de dos países a ojos del emigrante, cuidadosamente separado de los autóctonos. Sin encaje posible. Así lo percibe Rafaela. No basta con el malvivir del piso arrendado. Hay que añadir los abusos sexuales del maestro, y el juicio de alguna compañera de clase: sus compañeros de pupitre emigrantes eran «perros españoles» que habían venido «a comer la comida de los vascos». Unos ladrones. Siente un ambiente hostil en el que se quiere aniquilar al diferente. Y una palabra que define su maltrecho estado de ánimo, con su autoestima por los suelos: SOLEDAD.

Siente un ambiente hostil en el que se quiere aniquilar al diferente. Y una palabra que define su maltrecho estado de ánimo, con su autoestima por los suelos: SOLEDAD.

El libro, de una gran frescura, está medianamente estructurado, aunque esa misma forma de concebirlo, casi como unos apuntes, lo acerca aún más al lector. Tres temas centrales van sacudiendo las páginas a medida que se entrecruzan los comentarios:

  • Niñez y adolescencia machacada, universidad a base de becas (hay que salir de esta situación como se pueda), pobreza en la familia, acercamiento a los socialistas (que ayudan, de paso, a sobrellevar el divorcio de los padres), trabajo en un despacho de abogados durante años.
  • Participación plena en la política, con puestos institucionales de distinto nivel, encuentro con Jesús Eguiguren, miedo y zozobra como víctima de persecución en tiempos de ETA.
  • Reflexiones personales más generales sobre esas cuestiones políticas y de convivencia que tanto nos han preocupado, la disolución de ETA y el papel jugado por Eguiguren, con un costo personal y familiar enorme.

La política se convierte en una ventana que se abre en ese «ambiente pesado y sofocante». La política habla de justicia, de derechos.

En ese cuestionamiento interno, la política juega un papel central, como motor ideológico primero, y medio de vida, después. La política se convierte en una ventana que se abre en ese «ambiente pesado y sofocante». La política habla de justicia, de derechos. A ojos de Rafaela, es «un medio para mejorar la vida de las personas».

Ella reivindica el papel de la política y de los políticos, únicos garantes de la democracia en un país. De ideología profundamente socialista, la política le abre la puerta también a otra forma de vivir. Pero lo vive de forma muy personal, porque «la lealtad a una misma es la más importante de todas». Descubre enseguida los costes personales que ello supone: a las primeras de cambio, justo estaba comenzando, recibe un escupitajo en la cara en un bar. Esto está lleno de valientes. Luego, las amenazas, el miedo, el señalamiento que se extiende al resto de la familia, las bombas que van matando amigos y conocidos, los escoltas que acaban asaltando sin querer tu propia intimidad. Una sociedad que se deshace. Las víctimas, abandonadas y olvidadas, quienes peor lo pasan. Mientras se jaleaba a los asesinos.

Luego, las amenazas, el miedo, el señalamiento que se extiende al resto de la familia, las bombas que van matando amigos y conocidos, los escoltas que acaban asaltando sin querer tu propia intimidad

No faltan críticas, inmisericordes con Vox, duras contra una derecha que se supone debería ser más homologable con la europea, aunque salva siempre a personas concretas aplicando un enorme sentido común. Y critica a Herri Batasuna, por supuesto, adueñada de espacios que correspondían a todos. En un terreno más opinable, critica también con libertad, huyendo de servilismos, determinadas actuaciones de los socialistas, personales y grupales, y todo el período oscuro de la actuación de los grupos terroristas de extrema derecha, así como las torturas y la política de dispersión. Critica, es lo esperable, determinadas actuaciones del nacionalismo vasco. Se muestra firme partidaria de gobiernos de coalición.

El fin de ETA se debió a quienes resistieron, a quienes se jugaron la vida por sus ideales, a jueces, policías, a periodistas que no callaron. A quienes escribieron y hablaron. Y se centra con una defensa cerrada en el papel jugado de manera muy personal por Jesús Eguiguren, quien durante años fue tejiendo relaciones con Otegi que al final resultaron centrales, a juicio de Rafaela, para que ETA decidiera disolverse. Un proceso vivido en soledad.

Diario Vasco

Es un capítulo que me ha llamado la atención. No solo porque desvela datos subterráneos desconocidos (al menos para mí) de aquellos años, sino porque el final de ETA supuso la debacle anímica y personal de Eguiguren, a quien los socialistas habían apartado ya del tema: esa misma noche acabó en el hospital tras una explosión personal y un ataque de ansiedad que lo precipitó durante años a una depresión que Rafaela Romero y la familia, con ayuda de especialistas, atendieron como pudieron: «Jesús dejó de ser él mismo durante largo tiempo». En su opinión, la sociedad ha sido muy desagradecida con Eguiguren.

el final de ETA supuso la debacle anímica y personal de Eguiguren. Esa misma noche acabó en el hospital tras una explosión personal y un ataque de ansiedad que lo precipitó durante años a una depresión

Se refiere de pasada a las reuniones de Loiola, y no cita los movimientos sociales contra ETA -como Gesto por la Paz-, a mi modo de ver, tuvieron capital importancia en el cambio del posicionamiento social. Sí habla, muy poco, de algunas manifestaciones. Toda esta parte está salpicada de comentarios realizados con mucha libertad sobre cuestiones diversas que necesariamente mueven a la reflexión. Son una muestra de cómo las mismas situaciones pueden terminar siendo vistas de manera diversa, aun cuando haya coincidencia compartida en los propósitos finales.

Critica con vehemencia el papel de la iglesia en el tema de abusos sexuales, también al actual Papa por no hacer nada en ese tema, y manifiesta que ha «estado mucho tiempo enfadada con Dios, hasta que dejé de creer en él». Esto, por supuesto pertenece al ámbito privado de cada cual. Lo traigo a colación porque me ha llamado la atención su boda celebrada en una iglesia, así como la primera comunión de su hija.

Creo que Ana Erostarbe ha hecho un gran trabajo, creo que Rafaela Romero merece nuestro reconocimiento, y creo que Alberdania ha acertado.

Acto de presentación del libro «Hasta que me mates»

Eskerrik asko!

Pello Salaburu Etxeberria, miembro de Gogoan, por una memoria digna

 

‘GESTO’ dokumentala

26 viernes Ago 2022

Posted by gogoanmemoria in Memoria

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'Gesto', 70SSIFF, acercamiento, derechos humanos, deslegitimación de la violencia, Festival de Cine de San Sebastián, Gesto por la Paz, Memoria, movilización social, pacifismo vasco, pluralismo, reinserción, separación de conflictos, Tabakalera, tortura, víctimas de la violencia, violencia de persecución, Xuban Intxausti, Zinemira

El 17 de septiembre se proyectará por primera vez el documental ‘Gesto’ en el Festival de Cine de San Sebastián.

El 26 de agosto, se presentó en Tabakalera (Donostia-San Sebastián) las películas y documentales que concursan o se exhiben en el apartado Zinemira del Festival de Cine de San Sebastián. Una de las películas que concursa es ‘Gesto‘, documental producido por Gogoan, por una memoria digna, dirigido por Xuban Intxausti y con música original de Fernando Velázquez.


¿Qué es ‘Gesto’?

‘Gesto‘ es un viaje por la memoria del pacifismo vasco que durante 30 años trabajó por la paz y en contra de la violencia en Euskal Herria. Entendemos la memoria no solo como un ejercicio de acercamiento a la verdad, sino como una valoración, en este caso positiva, del papel que realizó Gesto por la Paz en un momento realmente difícil. La memoria es también aprendizaje y, en este sentido, consideramos que recuperar la esencia de Gesto por la Paz es, además de un gesto de agradecimiento a quienes lo hicieron posible, una herramienta enormemente útil para las generaciones posteriores.

En el documental ‘Gesto’ se recogen los principios y actuaciones que dieron forma a esa genuina construcción colectiva que fue Gesto por la Paz, que no se creó ni se desarrolló con patrones preestablecidos, todo fue el resultado del análisis, las motivaciones y las inquietudes de las personas que lo hicieron posible. Muchos de sus principios y actuaciones conservan plena vigencia, pero es necesario destacar que el gran valor de Gesto es lo que hizo en el momento que lo hizo, en esas circunstancias y con esos condicionantes.

En ‘Gesto’ algunos miembros de la organización pacifista nos van relatando ese trabajo a través de imágenes del pasado y de intervenciones que dan paso a esos principios y actuaciones mencionadas De esta manera, se invita al espectador a descubrir lo que fue Gesto por la Paz y la vigencia de su esencia.

Los derechos humanos

Gesto por la Paz fue una organización que trabajó por la paz y el respeto de los derechos humanos para todas las personas desde 1985 hasta 2013 en el ámbito de la violencia específica generada en Euskal Herria.

La movilización social como cauce de expresión y sensibilización

Desde el inicio, la labor fundamental fue la concienciación y sensibilización sobre la gravedad de la violencia que inundaba nuestra sociedad y lo hizo a través de la movilización social desde un planteamiento unitario y plural. Ahí se enmarcan los “gestos por la paz”, las concentraciones silenciosas que se realizaron en numerosos pueblos, barrios, colegios o campus universitarios después de cada muerte relacionada con la violencia específica generada en Euskal Herria. Estas concentraciones silenciosas de 15 minutos fueron la seña de identidad más genuina de la organización.

El conflicto violento y el conflicto político

De forma paralela, Gesto por la Paz desarrolló un discurso genuino basado en el respeto a los Derechos Humanos de todas las personas y en la defensa de un ámbito unitario pre-partidista para afrontar el grave problema de la violencia. En este sentido, uno de los pilares fundamentales de este discurso fue la separación del conflicto violento del conflicto político. Gesto por la Paz defendió que no existió ninguna relación necesaria entre el conflicto político identitario -uno de tantos conflictos políticos que se dan en una sociedad plural- y el uso de la violencia. Consecuentemente, el terrorismo fue el resultado de una decisión voluntaria, libremente tomada, injusta y errónea que no tuvo ninguna justificación. Desde ahí, Gesto por la Paz siempre defendió que se debía llegar al final de la violencia desde el puro desistimiento de quienes mantuvieron y defendieron esa estrategia, sin pagar ningún precio político por la paz, como afortunadamente así ha ocurrido.

Gesto por la Paz defendió que no existió ninguna relación necesaria entre el conflicto político identitario -uno de tantos conflictos políticos que se dan en una sociedad plural- y el uso de la violencia.

Las víctimas de la violencia

El cimiento más significativo del discurso de Gesto por la Paz fueron las víctimas que originó esta violencia. De esta manera, es destacable la creciente centralidad de las víctimas. Las víctimas eran la razón fundamental para realizar un posicionamiento contrario al uso de la violencia. Una sola víctima ya deslegitimaba el uso de la violencia.

Se trataba de que la ciudadanía comprendiera que las víctimas eran las trágicas destinatarias de un ataque que iba dirigido contra toda la sociedad.

Se trataba de que la ciudadanía comprendiera que las víctimas eran las trágicas destinatarias de un ataque que iba dirigido contra toda la sociedad. La asunción de este principio posibilitaba los imprescindibles mecanismos de reconocimiento y solidaridad hacia todas ellas, cada una desde su especificidad. En este ámbito, el primero de los pasos que se dio fue humanizar a las víctimas, “descubrir” que, bajo aquellos uniformes o cargos, había seres humanos con una vida que quedaba truncada para siempre. El segundo paso y fundamental fue dar voz a las víctimas. Su testimonio directo nunca deja indiferente a quien se atreve a escucharlo.

Ante el acoso que sufrieron miles de ciudadanos y ciudadanas, Gesto por la Paz creó el concepto “violencia de persecución” (2000) con el que se pretendió denunciar la falta de libertad de una parte importante de la población por su condición de representante de la ciudadanía o por el libre ejercicio de su profesión. Estas personas padecieron la utilización sistemática de la amenaza, el acoso, la agresión y hasta el asesinato por el hecho de defender públicamente unos planteamientos ideológicos no coincidentes con los de quienes apoyaban y ejercían la violencia.

Las personas presas y detenidas

Desde la defensa de los Derechos Humanos para todas las personas, Gesto por la Paz también abordó la situación de las personas presas y detenidas relacionadas con los delitos de terrorismo. En este sentido, desde el inicio de la organización se denunciaron casos de tortura como el de Tomás Linaza en 1987 y otros que, desgraciadamente, le sucedieron a lo largo de los años.

Por otra parte, en 1994, Gesto por la Paz junto a Denon Artean, ya planteó y defendió el principio democrático de la reinserción y lanzó los criterios que consideraba que se debían aplicar, criterios que mantienen toda su vigencia en la actualidad (Criterios: 1. Desvinculación de la estrategia terrorista, 2. Acatamiento de las reglas y principios democráticos, 3. Reconocimiento del daño causado).

También en 1994, se lanzó a la opinión pública el concepto del acercamiento para las personas presas relacionadas con el terrorismo; un posicionamiento planteado desde una perspectiva ética y humanitaria. Dicha reivindicación se diferenció claramente de la reivindicación que desde la izquierda abertzale se hacía en aquel momento del reagrupamiento de presos.

      

Por una memoria deslegitimadora de la violencia

Toda la actividad de Gesto por la Paz ha ido claramente dirigida a la deslegitimación de la violencia. Todo relato que se construya debe partir de la defensa de los derechos humanos para todas las personas y debe poner en primer lugar a las víctimas, como el trágico e irreparable logro que ha generado la violencia. Se debe construir una memoria claramente deslegitimadora de la violencia.


Trailer del documental

El 17 de septiembre se proyectará por primera vez el documental ‘Gesto’ en el Festival de Cine de San Sebastián a las 22’15 h. También habrá pases por la tarde los días 18 y el 19 de septiembre.

Museo Centro Memorial de Víctimas del terrorismo

15 viernes Oct 2021

Posted by gogoanmemoria in Memoria

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El 1 de junio de 2021, se inauguró este Museo Centro Memorial de Víctimas del terrorismo situado en la capital alavesa. Se ha hecho esperar, pero ha merecido la pena.

En el museo se recoge la actividad terrorista que ha habido en España en el siglo XX y en el XXI y resulta realmente interesante para cualquier persona interesada en el tema. A pesar de los esfuerzos invertidos, es posible que a quien lo visite no le termine de encajar el tratamiento en el mismo espacio de dos conceptos de terrorismo tan diferentes como los terrorismos ‘autóctonos’ de funcionamiento ‘clásico’ (desde el FRAP hasta ETA) y el terrorismo global protagonizado por los distintos grupos extremistas de inspiración islamista que, además de tener unas maneras diferentes, nos traslada a una problemática un tanto ajena para la mayoría de la sociedad.

El terrorismo de ETA ocupa un lugar relevante como no podía ser de otra manera, teniendo en cuenta el número de víctimas ocasionadas y el tiempo que ha pervivido en nuestra sociedad. Prácticamente, al incorporarte al museo hay una sala en la que se escuchan testimonios de víctimas del terrorismo. Todos ellos son impactantes, pero hemos seleccionado las palabras de Ana Arregui:

Con ser como son y pensar como piensan, bastante condena tienen

Los datos que se ofrecen son muy interesantes y, en ocasiones, hasta sorprendentes. Por ejemplo, es llamativa la cantidad de víctimas –92– que ocasionó la organización terrorista GRAPO (Grupo de Resistencia Antifranquista Primero de Octubre) que, a pesar de carecer de apoyo social, se mantuvo activa desde 1968 hasta 2012.

Otro aspecto especialmente interesante son los datos sobre los heridos. Decir que se generaron 5.000 heridos, se puede quedar en una anécdota, en un simple número que nos pudiera dejar un tanto indiferentes. Sin embargo, en el museo, se hace una referencia expresa a las personas heridas que quedaron con una gran invalidez: 60 personas que quedaron muertas en vida y cuyo testimonio es difícil compartir, traerlo a la memoria, ya que resulta complicado mostrar ese dolor sin aumentárselo a la propia víctima.

Uno de esos casos fue muy bien recogido en la película de Iñaki Arteta «Trece entre mil«, un film que abrió un camino por el que han transitado otros posteriormente y que impactó sobremanera en 2005. En la película aparece el caso de Francisco Marañón, chófer de un alto cargo del ejército que desde 1985 vivía entre su cama y una silla de ruedas.

En el museo también se recoge la importancia de la actuación policial, judicial, política y la reacción social. Sorprende un poco que la respuesta desde la sociedad se enmarque en el mismo bloque que las necesarias y obligadas respuestas policial, judicial y política porque, de esa forma, se minimiza ese importante rasgo de reacción voluntaria y espontanea desde la ciudadanía. En este ámbito social, destacan las actuaciones de movimientos pacifistas como Gesto por la Paz o Denon Artean_Paz y Reconciliación y de organizaciones ciudadanas como Basta Ya, aunque del trabajo de esta última fuera más limitado en el tiempo.

Precisamente fue Gesto por la Paz la organización que acuñó la expresión ‘violencia de persecución‘ y desarrolló una importante campaña (‘Si te amenazan, nos agreden‘) denunciando la situación que vivían las personas amenazadas. Afirmaron que existían 42.000 amenazadxs. En relación a esta cuestión, sugeriríamos una pequeña matización:

En uno de los paneles de dice: «El miedo, que afectaba sobre todo a los no nacionalistas, fue un factor determinante en Euskadi«. Efectivamente, ‘sobre todo’ afectó a ese sector de la clase política. Sin embargo, en otro panel cuando se menciona a los colectivos amenazados, la referencia que se hace es a «cargos públicos constitucionalistas». Se da por hecho, que todos los partidos políticos democráticos son constitucionalistas, pero como el panel se refiere a los ‘no nacionalistas’ (vascos), consideramos que es tan de justicia reconocer que los no nacionalistas fueron mayoritariamente amenazados, como reconocer que también hubo políticos nacionalistas que fueron amenazados e, incluso, que fueron víctimas directas de la violencia de ETA y de su entorno.

Más allá de este pequeño apunte, recomendamos encarecidamente, la visita al museo. Es grato reconocer que se ha realizado un buen trabajo.

 

Isabel Urkijo Azkarate y Jesus Herrero Arranz, miembros de Gogoan, por una memoria digna.

‘Dos vivencias contadas desde el dolor profundo’

13 martes Jul 2021

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Alberto Muñagorri, asesinato, atentado, charla-coloquio, condena, Dos vivencias contadas desde el dolor profundo, ETA, Lourdes Oñederra, PSE-EE, Ramón Etxezarreta, superviviente, víctimas del terrorismo, violencia de persecución

Alberto Muñagorri, superviviente de un atentado de ETA, y Ramón Etxezarreta, escritor y político del PSE-EE que sufrió durante años la violencia de persecución, han participado en la charla-coloquio dirigida por la miembro de Gogoan por una memoria digna, Lourdes Oñederra.

 

Alberto Muñagorri:

La bomba me explotó a mí, pero la onda expansiva afectó a todo mi familia

Ramón Etxezarreta:

Cuando le explotó la bomba a Alberto, yo aún no había llegado a la ‘condena’

Aquí tenéis la oportunidad de ver la charla-coloquio completa:

 

 

 

 

Dos vivencias contadas desde el dolor profundo

07 miércoles Jul 2021

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Alberto Muñagorri, charla-coloquio, Dos vivencias contadas desde el dolor profundo, ETA, Lourdes Oñederra, Ramón Etxezarreta, víctimas de la violencia, víctimas del terrorismo, violencia de persecución

La asociación Gogoan, por una memoria digna, organiza una charla-coloquio online para el martes, 13 de julio, con el título ‘Dos vivencias contadas desde el dolor profundo’. En la charla participarán dos personas directamente afectadas por la violencia que han vivido en ambientes diferentes. Por una parte, hablará Alberto Muñagorri, víctima superviviente de ETA; por otra, intervendrá Ramón Etxezarreta, un superviviente de la violencia de persecución ejercida contra él durante muchos años.

Tras una exposición de sus vivencias, habrá una charla-coloquio dirigida por la miembro de Gogoan, Lourdes Oñederra.

Datos para participar:

Fecha: Martes, 13 de julio de 2021. Hora: 19:00
Para unirse a la reunión Zoom hacerlo a través del link https://us02web.zoom.us/j/84178306027


Gogoan por una memoria digna elkarteak antolatutako solasaldi bat izango da online datorren asteartean, uztailak 13, ‘Dos vivencias contadas desde el dolor profundo’ (Bi bizipen, sakoneko minetik kontatuak) izenburupean. Giro desberdinetan bizi izan diren eta biolentziak zuzenean erasan dituen bi lagunek parte hartuko dute solasaldian. Gurekin izango ditugu, alde batetik, Alberto Muñagorri,  ETAren erasotik bizirik ateratako biktima; bestetik, urte luzeetan zehar bere kontrako jazarpen biolentzia jasan duen Ramón Etxezarreta. Beren bizipenak azaldu ondoren, Lourdes Oñederra Gogoan, por una memoria dignako kideak zuzenduko duen solasaldia izango da.

Parte hartzeko argibideak:

Gogoan por una memoria digna konbidatzen du ekitaldi honetara (gazteleraz).
Gaia: ‘Dos vivencias contadas desde el dolor profundo’
Data: Asteartea, 2021eko uztailak 13. Ordua: 19:00

Zoom bilerarekin bat egiteko erabili Gogoan-en sarean agertzen den esteka:

https://us02web.zoom.us/j/84178306027

‘Bi bizipen, sakoneko minetik kontatuak’ mahai-ingurua

15 martes Jun 2021

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asesinato, Benjamin Atutxa, Bi bizipen, Edurne Albizu, Eugenio Olaziregi, mahai ingurua, Miguel Ángel Blanco, Pello Salaburu, sakoneko minetik kontatuak, secuestro, víctimas del terrorismo, violencia de persecución

Ekainaren 14an antolatutako solasaldia ikusi ezin izan bazenuten, hemen aurkituko duzue Benjamin Atutxaren eta Edurne Albizuren lekukotasuna

Para quienes no pudieron asistir a la charla-coloquio celebrada el 14 de junio, aquí tenéis oportunidad de ver y escuchar los testimonios de Benjamín Atutxa y de Edurne Albizu.

 

Mila esker!

Abrazos y memoria

06 jueves Ago 2020

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'Los héroes de la retirada', Acuerdo de Aiete, Alfredo Rubalcaba, Alternatiba, Arkaitz Rodríguez, Arnaldo Otegi, atentado contra la casa cuartel de Zaragoza, atentado de Hipercor, Batasuna, Bateragune, Bildu, BVE, Carrero Blanco, Conversaciones de Argel, deslegitimación de la violencia, Dolores González Katarain, Egunkaria, ETA, Euskal Herritarrok, Eusko Alkartasuna, Gabriel Celaya, GAL, GRAPO, Ibon Etxezarreta, IRA Auténtico, izquieda abertzale, Javier Madrazo, Jesús Eguiguren, Jonatan Martínez, José María Ryan, Jose Luis Zarapatero, Josu 'ternera', Josu Urrutikoetxea, Kamchatka, Kepa Del Hoyo, Loiola, Maixabel Lasa, Martin Ugalde, memoria democrática, negociaciones, Negri, Parlamento Vasco, paz, política penitenciaria, preso, reinserción, Sabin Zubiri, señor X, Sortu, tortura, Tribunal Constitucional, Tribunal Supremo, Twitter, violencia de persecución, Yoyes, Zizek

Tras un par de días intentándolo, hemos conseguido contactar con Kamchatka y nos han dado espacio para continuar el debate. Se lo agradecemos.

Cinco apuntes sobre los abrazos a Josu Urrutikoetxea y la memoria democrática vasca

 

1. El abrazo como punta de un iceberg político y ético

Estos días se ha desatado un considerable debate, a raíz de un abrazo en redes sociales, de Bildu para el dirigente de ETA, y en su día de Euskal Herritarrok, Josu Urrutikoetxea, y que ha contado con la aportación de un interesante artículo de Jonathan Martínez. En cambio ha pasado más desapercibido el mitin de campaña de Bildu, de hace pocas semanas, en el que se leyó, desde la propia tribuna, un mensaje suyo musicado de apoyo electoral (buscar en Twitter: Josu Urritikoetxeak hauteskunde).

Aunque algunos se pierden en disquisiciones, sobre si el gesto del abrazo se ha hecho por su enfermedad actual o por su papel en el final de ETA, conviene no perder la perspectiva. Prácticamente todos y cada uno de los presos oficialistas de ETA han tenido su reconocimiento y homenaje, desde hace décadas y hasta hoy. Sirva de ilustración sobre el carácter político, no familiar, de esos ritos martiriales, el vídeo recientemente visto en redes, el enésimo, firmado, como suele ser más habitual, por Sortu (buscar en twitter: Kepa del Hoyo preso politiko galdakaoztarra). Los consideran sus “gudaris”, hoy por hoy sin ánimo de revisión crítica. No hay más. Es lo que hay. Y mejor abordarlo así, sin camuflajes, trampas, ni auto-engaños.

2. Con los señores de la guerra y contra los soldados rasos ‘conversos’

Jose Antonio Urrutikoetxea ha sido uno de los más importantes dirigentes de ETA. Por cierto, no es un secreto que sus propios compañeros utilizaban con total normalidad “Ternera” para hablar de él, así que lo de ir estampando que eso denota argot policial supongo que será un cortafuegos tramposillo frente a las críticas.

Entiendo fácilmente que cualquier miembro de ETA mienta en un proceso penal. Entendía aún mejor cuando hace años se negaban a reconocer los «tribunales opresores» y directamente no testificaban en los juicios. Pero me cuesta más que a la hora del relato, en un artículo, se reivindique el debut con “participación indirecta” en el atentado contra Carrero Blanco (eso sí que será información policial, porque los militantes de ETA no suelen alardear de curriculum concreto), pero se eludan el resto de responsabilidades de un alto dirigente de ETA desde los 70, que estuvo en los preparativos de Argel (1989), en la comisión de Derechos Humanos del Parlamento Vasco (1999), en la negociaciones de Suiza/Loiola (2006) y en la bajada final de persiana de Aiete/Noruega (2011). Y es que Carrero es el muerto número 8 de un listado total de 829.

Resulta llamativo cómo se pretende exculpar el «pasado militar» del Gran General, emplumando las decenas de barbaridades de su mandato ochentero (Ryan, Yoyes, Hipercor, niños de la casa cuartel de Zaragoza…) a los soldados rasos. ¿Dónde queda la modesta verdad que reivindicamos frente al Señor X del GAL?. Incluso se atreven a calificar como invectivas de un «converso» el testimonio contra él de uno de esos militantes de base. Vaya códigos militares gastan algunos.

3. ¿Hacedores de la paz o buscadores de una salida airosa?

Después de años de rechazo social mayoritario y continuas detenciones, ETA y la izquierda abertzale se encontraron, tras las ilegalizaciones, que desde algunas organizaciones rechazamos, con aquella oferta, que cuenta Zapatero y que verbalizó Rubalcaba, ¿votos o bombas?. Y es conocida la opción que tomaron Otegi y Urrutikoetxea.

Eguiguren recuperó hace un tiempo el concepto del artículo de Hans Magnus Enzensberger en 1989, “Los héroes de la retirada”. Pero el pensador alemán diferenció en aquel brillante texto sobre la complejidad política, entre los héroes y los epígonos de la retirada, matizando que “Los epígonos de la retirada se mueven por impulso ajeno. Obran bajo una presión que viene de abajo y de arriba. El verdadero héroe de la renuncia, en cambio, es él mismo, la fuerza motriz”. Ahí queda para la valoración del papel final jugado por ambas personalidades.

Y sí, en ese tránsito se toparon con Bateragune, aquel despropósito judicial, que ya en 2012 en el propio Tribunal Supremo salió adelante por solo 3 votos contra 2, y en el Tribunal Constitucional por 7 contra 5, en la penúltima disputa entre el derecho penal garantista y el autoritario, el del enemigo, que ha sacudido la lucha judicial contra ETA. Y cuyos daños no podrán compensar ya las correspondientes indemnizaciones.

También conste, para ponderar el pretendido carácter pacificador de los protagonistas del caso, que conviene escuchar a Arkaitz Rodriguez en una televisión venezolana, explicando por qué cambiaron de estrategia.

4- La fábula de los pintxos milagrosos de Aiete

La idea de dar una pista de aterrizaje, un puente de plata, a ETA y a Batasuna para acabar con 40 años de alternar política y métodos terroristas, su “bietan jarrai”, me pareció una salida razonable. Pero no poca gente se ha acabado creyendo que aquella escenificación fue la clave de la Paz.

Me unen lazos, de amistad y familiares, con los acompañantes, de Alternatiba y Eusko Alkartasuna, en aquella salida para ETA (Gernika, luego Bildu y Aiete). He compartido militancia política con Jonathan Martínez, en tiempos del ínclito Javier Madrazo, aun en orillas distintas. No tengo ninguna duda de su trayectoria, de todos ellos, contra la violencia de ETA y contra todas las violaciones de Derechos Humanos.

Pero me parece una osadía engañosa atribuirse algún tipo de papel decisivo por aquella operación bikini-flotador de 2009-2010. No, el final de la tragedia vasca no cayó milagrosamente por sus gestiones antes del cóctel palaciego internacional de Aiete. Alivia que no hubiera un final al estilo GRAPO o IRA Auténtico, cuando ya los últimos miembros activos de ETA se alojaban hasta en tiendas de campaña, y sus dirigentes no eran detenidos tras largos años, sino en semanas. Pero la estrategia político-militar sucumbió ante el triunfo de la deslegitimación social pacifista, dentro de la propia Euskal Herria, y por el colapso operativo de combinar violencia y política (mal que nos pese a los que rechazamos las ilegalizaciones).

5. Mas Gabriel Celaya y Martin Ugalde, que Negri, Zizek y compañia, para sembrar la memoria democrática vasca

Euskadi y Navarra afrontan ya sus diversas controversias políticas por fin en condiciones parecidas a otras tantas sociedades del entorno, con sus límites, urgencias y cotidianidades. Pero tantas décadas de violaciones de Derechos Humanos, años en los que se violentó la política, han dejado heridas y retos específicos.

Atender a las víctimas de la persecución de ETA, a las víctimas del “todo valía contra ETA” y contra quien anduviera cerca (BVE, GAL, torturas, atropellos judiciales…), restablecer un derecho penal garantista (sin imputaciones difusas, ni validez total a autoinculpaciones en sede policial) e impulsar una política penitenciaria humanitaria y una reinserción restaurativa de presos (ojalá muchos más abrazos como los de Maixabel Lasa con Ibon Etxezarreta)… sin duda quedan cosas importantes.

Y mientras tanto, a no dejarse impresionar por manifiestos-relatos movidos desde el aparato internacional de la izquierda abertzale, que recolectó a algunos intelectuales para proponerles un frívolo turismo de conflictos. Ese texto que Negri, Zizek y demás firmaron destacando de Urrutikotxea, el gran jefe de ETA durante 30 años, su “determinación y altura moral” y ser “promotor de una resolución justa y duradera”. Y es que hasta a sus hábiles redactores propagandistas, a veces, se les va la mano.

Para cultivar la memoria democrática vasca, mejor que la poca empática complacencia excesiva con victimarios orgullosos, sin autocrítica, creo más valioso acercarse al deslumbrante manifiesto de los 33, donde, entre otros gigantes de la cultura vasca, Gabriel Celaya y Martin Ugalde (primer Presidente de Egunkaria) advirtieron en 1980 de la gangrena moral que amenazaba a nuestra sociedad y que todavía tenemos pendiente curar bien. Que así sea.

 

Sabin Zubiri, miembro de Gogoan, por una memoria digna

 

 

El relato y el Foro Social

03 martes Mar 2020

Posted by gogoanmemoria in Memoria

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«De la batalla del relato a una narrativa ética compartida»

 

El pasado 17 de febrero, en nombre del Foro Sozial, Taxio Arrizabalaga y Teresa Toda publicaron un artículo («Relato, memoria? Una aportación más a la reflexión«) con una serie de consideraciones sobre la memoria, sobre la forma de recordar las numerosas tragedias provocadas en la historia reciente de la sociedad vasca.

En su artículo mencionaban a nuestra organización, Gogoan por una Memoria Digna, por haber cuestionado el planteamiento del Foro de que “todos lo relatos se sientan confortablemente representados”.

                 

Consideramos que merece la pena aprovechar la ocasión para intercambiar y contrastar algunas ideas sobre nuestra memoria democrática, diferenciando cuatro planos: lo legal/ilegal, la verdad histórica de los hechos, una necesaria narrativa ética compartida y la diversidad de relatos individuales y colectivos.

Lo legal y lo ilegal

Primeramente el Foro plantea en su escrito el plano legal “todos los relatos tienen derecho a poder expresarse”. Esto nos llevaría a debatir sobre el sentido y contenido de delitos como el de apología del terrorismo, del franquismo, delitos de odio, humillación a las víctimas… Pensamos que éste no es el dilema fundamental en nuestra sociedad. Y, en todo caso, ante problemas como los sistemáticos homenajes a presos de ETA, debe primar el rechazo ético y social. Preservando la libertad de expresión, con ciertos límites del derecho penal garantista solo para tratar barbaridades extremas.

RTVE

 debe primar el rechazo ético y social. Preservando la libertad de expresión, con ciertos límites del derecho penal garantista solo para tratar barbaridades extremas

La verdad histórica

En segundo lugar está el plano de la verdad histórica, a la que se llega aplicando un método riguroso, para conocer los hechos tal y como sucedieron, y deslindarlos de los errores, mitos y/o mentiras. Sirva como ejemplo el debate historiográfico sobre la autoría en 1960 del asesinato en Donostia de la niña Begoña Urroz (el DRIL, y no ETA). O sirvan también las controvertidas bases de datos “militantes” de Euskal Memoria y Egiari Zor, que mezclan/suman víctimas reales y verdugos muertos en accidentes de tráfico (ejemplo, el dirigente de ETA muerto en Argel, Txomin Iturbe) o incluso muertes cometiendo atentados (ejemplo, Hodei Galarraga, al que le explotó la bomba que transportaba, y que, por cierto, fue nombrado hijo predilecto de su pueblo).

¿Hablamos de reconocer víctimas o se pretende una mezcolanza de caídos por la causa?

Diario Vasco. Txomin Iturbe funeral

¿Hablamos de reconocer víctimas o se pretende una mezcolanza de caídos por la causa?. Convendría revisar con el rigor mínimo de la criminología y victimología lo que realmente ocurrió, es decir, con respeto básico hacia la verdad histórica de los hechos.

Una narrativa ética común

En tercer lugar proponemos situar una narrativa ética común sobre la que construir nuestra convivencia, lo que se pretendía con el hoy disputado “suelo ético compartido” de las distintas ponencias parlamentarias de paz, o con el decálogo de demandas del colectivo plural de víctimas Eraikiz. A veces se ha identificado de manera demasiado simplista con el “matar estuvo mal”, o lo que es más preocupante, con derivadas distorsionadoras como el “aquí todos hemos sufrido”, o “todos hemos sido un poco malos”.

Ideas así no parecen raíces suficientes para sembrar los mínimos de una convivencia democrática sana. Debería ser posible compartir una narrativa ética común que explique a las nuevas generaciones que en nuestra sociedad hay diferentes identidades nacionales y que durante décadas se amenazó, se persiguió y se mató por pensar distinto sobre la articulación y coexistencia de dichas identidades. En muchas sociedades conviven en un mismo territorio varios proyectos nacionales, lo particular del pueblo vasco ha sido que en medio de la Europa moderna se recurriera al asesinato político para afrontarlo. Integremos eso en nuestra narrativa ética común como país. Y que valga de antídoto para la no repetición de la violencia y que, asimismo, nos sirva para que los proyectos de futuro se asienten en el pluralismo, en el respeto profundo a nuestra pluralidad.

en nuestra sociedad hay diferentes identidades nacionales y, durante décadas, se amenazó, se persiguió y se mató por pensar distinto sobre la articulación y coexistencia de dichas identidades

En esta narrativa ética sobre una violencia terrorista, en la que el 95% de las víctimas lo fueron con Franco ya muerto, también debería quedar grabada otra enseñanza fundamental: la línea infranqueable de los Derechos Humanos en la lucha contra el terrorismo. Y es que las decenas de víctimas del terrorismo de Estado y los cientos de víctimas de torturas son testimonio del conocido “todo vale contra el terrorismo”. Guardemos en la memoria colectiva aquella denuncia del movimiento pacifista vasco “si la democracia mata, la democracia muere”.

las decenas de víctimas del terrorismo de Estado y los cientos de víctimas de torturas son testimonio del conocido “todo vale contra el terrorismo”

Y, como complemento inseparable del valor ético de los testimonios de tantas injusticias contra las víctimas, debe acompañarse la asunción de responsabilidad por parte de sus victimarios y su deslegitimación. Y es que, si apostamos por una convivencia positiva, un gran modelo sería el de los encuentros restaurativos (principalmente los de Nanclares).

 

La diversidad de relatos individuales y colectivos

Y, finalmente, un cuarto plano se situaría en los relatos particulares. Cada persona/grupo ha tenido sus vivencias, tamizadas por sus emociones, y eso da como resultado puntos de vista singulares, insustituibles. Eso es lo natural, ahora aquí y en cualquier época y lugar, así transcurren las experiencias de todos los seres humanos. Evidentemente cada cual aportará sus matices, subrayados diferentes, intensidades distintas…. Esos puntos de vista convivirán de manera armoniosa, conflictiva o dialéctica, según cada caso. Así es la vida. Pero con todo, lo importante es que esos relatos respeten la verdad de los hechos y compartan unos valores éticos básicos, la narrativa ética compartida, que proponemos.

lo importante es que esos relatos respeten la verdad de los hechos y compartan unos valores éticos básicos

 

Esperamos que los intercambios de ideas enriquezcan nuestras posturas iniciales. Con ese ánimo compartimos estas líneas.

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