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Gogoan-por una memoria digna

~ Por una memoria digna como derecho de las víctimas y de la sociedad vasca en general. Una memoria que deslegitime la violencia y que sea pedagógica para prevenir situaciones como las vividas en Euskal Herria los últimos 50 años.

Gogoan-por una memoria digna

Archivos de etiqueta: Cosme Delclaux

25 años sin MAB

20 sábado Ago 2022

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asesinato, convivencia, Cosme Delclaux, crispación social, Daniel Villar Enciso, ETA, José Antonio Ortega Lara, José María Aldaya, José María Ryan, Joseba Arregui, libertad, Miguel Ángel Blanco, movilización social, pacifismo vasco, Pacto de Ajuria Enea, Unidad frente a la violencia, Víctimas

Con motivo del cumplimiento de los 25 años del secuestro y asesinato de Miguel Ángel Blanco Garrido, se han escrito muchos artículos sobre lo ocurrido aquellos días, días que permanecen en mi memoria y lo harán el resto de mi vida. Comparto con los escritos que fue una reacción sin igual contra la amenaza que ETA lanzó contra toda la sociedad; sin embargo, no veo claro el enfoque positivo que algunas personas tienen sobre el antes y el después de aquel terrible hecho.

Efectivamente, yo no veo tan positivas las secuelas sociales y políticas de aquel asesinato. La mayoría de titulares y artículos sobre ellos hablan de que hubo “un antes y un después”. ¿Y fue positivo? Lo dudo y me explico.

El secuestro y asesinato de Miguel Ángel Blanco no fue una ejecución sin precedentes. Ya hubo un asesinato de muy similar crueldad: en 1981, ETA secuestró y asesinó de idéntica manera a José María Ryan y la reacción que generó en Euskadi también fue grande -muy grande diría yo- para ser 1981. De hecho, muy posiblemente se habría convertido en ‘el hito de la crueldad y la perversión etarra’, si José María Arregui no hubiera sido asesinado por tortura una semana más tarde. Este asesinato desactivó la acumulación de indignación que se había generado contra ETA.

En 1997, con Miguel Ángel Blanco, se desató una respuesta social inmensa sin duda alguna, pero no surgió de la nada.

En 1997, con Miguel Ángel Blanco, se desató una respuesta social inmensa sin duda alguna, pero no surgió de la nada. Si quienes analizan, comentan, hacen historia… no tienen en cuenta el trabajo previo de las organizaciones pacifistas desde 1985 y, especialmente, el nivel de movilización social desarrollado con los secuestros concatenados de José María Aldaya, José Antonio Ortega Lara y Cosme Delclaux para explicar lo sucedido, se equivocan. La manifestación del 12 de julio en Bilbao donde una multitud exigimos la libertad de Miguel Ángel Blanco solo pudo ocurrir después de una respuesta en la calle también sin precedentes al terror de ETA durante más de dos años. La de Bilbao, Ermua y cientos de localidades en todo el País Vasco y de fuera, fueron una eclosión del hartazgo social acumulado tras meses y meses de protesta contra los ataques que ETA estaba haciendo a todxs nosotrxs, a toda la sociedad vasca y… efectivamente, estalló.

Daniel Villar Enciso. Mapa del terrorSin embargo, estos días que se quieren interpretar como un hito positivo, “un antes y un después”, arrastraron una cola negativa. Ante la amenaza de ETA, lxs pacifistas volvimos a salir esta vez acompañadxs por muchísima gente que, hasta entonces, había estado en su casa con resignación o con indiferencia y, quizás, salieron con la idea de que conseguirían el objetivo de la convocatoria, lo que pudo suponer una importante frustración posterior. No eran corredores de fondo y prueba de ello es que, cuando algo más de un mes más tarde, ETA asesinó, también en Bizkaia, al policía nacional Daniel Villar Enciso, aquella multitud se volvió a quedar en casa quizás pensando que no merecía la pena protestar públicamente contra aquel nuevo asesinato o quizás continuando con su vida y mirando hacia otro lado, sin más.

El trabajo por la paz era una carrera larga donde primaba la tenacidad y la convicción en una transformación lenta, pero verdadera, y, sin duda alguna, era mucho más difícil e incómoda que acudir a una manifestación durante unas horas. Aquel trabajo suponía un compromiso ético y cívico con la sociedad que queríamos y queremos. Quizás era demasiado esfuerzo para una población “demasiado acomodada” para implicarse en esta tarea. Considero que la movilización social no salió especialmente ganando con aquellos días de julio.

El trabajo por la paz era una carrera larga donde primaba la tenacidad y la convicción en una transformación lenta, pero verdadera, y, sin duda alguna, era mucho más difícil e incómoda que acudir a una manifestación durante unas horas. Aquel trabajo suponía un compromiso ético y cívico con la sociedad que queríamos y queremos

Por desgracia, si marcaron un antes y un después fue en algo que califico de dramático para nuestra convivencia: la ruptura de la unidad de los partidos políticos frente al uso de la violencia. Se rompió el Pacto de Ajuria Enea y la división que creó la clase política afectó de manera directa a la convivencia ciudadana. De la noche a la mañana, personas que habían compartido el objetivo de buscar la paz, se veían discutiendo malhumoradas sobre estrategias cortoplacistas que no nos llevaban a ningún lado.

Se rompió el Pacto de Ajuria Enea y la división que creó la clase política afectó de manera directa a la convivencia ciudadana.

Hubo un antes y un después, sí. El antes de la unidad y el después de la discordia, el enfrentamiento, la tensión y la desconfianza… francamente, un asco. Posiblemente, se dio paso a unos de los peores años de la convivencia en Euskal Herria porque, a los asesinatos de ETA, hubo que sumar la brecha que se creó entre nacionalismos, vascos y españoles, marginando del debate político a quienes no amamos ese “ismo”.

Hubo un antes y un después, sí. El antes de la unidad y el después de la discordia

Y termino. ETA generó demasiadas víctimas (la primera ya fue un exceso imperdonable). Todos los asesinatos fueron injustos porque ni ETA ni nadie tenía ningún derecho ni obligación de ejecutar a nadie, al margen de lo que hubieran hecho en su vida o representaran en la sociedad. La voluntad de unos pocos se pretendía imponer a toda la sociedad vasca a través del asesinato. Desde que nació ETA, fue una vergüenza para toda la ciudadanía vasca porque lo hicieron en nuestro nombre y la mayoría calló. Gran parte de las personas asesinadas fueron seres sin especial relevancia social o política, como fueron Miguel Ángel o Daniel y, de aquellas personas que tuvieron una vida ejemplar de la que aprender, es importante y necesario reivindicar su palabra, su pensamiento y su vida. En cualquier caso, todas merecen nuestro recuerdo porque representan la evidencia del mal causado, de lo que no tenía que haber ocurrido nunca. Todas y cada una de ellas deben estar en nuestra memoria si la queremos digna. Del asesinato de Miguel Ángel Blanco me queda un imborrable recuerdo lleno de tristeza por aquella amenaza y cruel ejecución y porque, sin saberlo, su asesinato abrió una puerta que debería haber permanecido siempre cerrada.

todas merecen nuestro recuerdo porque representan la evidencia del mal causado, de lo que no tenía que haber ocurrido nunca. Todas y cada una de ellas deben estar en nuestra memoria si la queremos digna

Isabel Urkijo Azkarate, miembro de ‘Gogoan, por una memoria digna’

[Este artículo ha sido publicado en varios periódicos del grupo Noticias]

Soldaditxs de paz

10 miércoles Jul 2019

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campañas de secuestros, Cosme Delclaux, Garbiñe Santacoloma Ibáñez, Gesto por la Paz, José Antonio Ortega Lara, José María Aldaya, lazo azul, Miguel Ángel Blanco, movilización social, Partido Popular, secuestros, unidad ante la violencia

Recuerdo que estaba con una amiga en una tienda de ropa del Casco Viejo de Bilbao aprovechando las rebajas. De repente, sonó el móvil de Gesto por la Paz. Era Garbiñe Santacoloma Ibáñez. Me dijo, «Isa, han secuestrado a un concejal del PP de Ermua«.

No me lo podía creer. Hacía tan solo diez días, habíamos «celebrado» el final de los secuestros de Ortega Lara y Delclaux. Para ellos, sin duda alguna, aquel cautiverio había sido una cruel tortura; todos aquellos días privados de libertad y sin saber si saldrían vivos de su zulo. Una locura.

Y quienes había estado lunes tras lunes pidiendo su libertad soportando la violencia de los insultos, cuando no agresiones, de quienes se ponían enfrente, quienes habíamos recorrido Euskadi, subido montañas, invadido las playas, organizado marchas de coches, en bici, a pie, soltado globos azules, palomas, repartimos miles de lazos azules por toda Euskal Herria, quienes fuimos creando una enorme bandera azul con retales llegados de muchísimos sitios, habíamos colgado de puentes pancartas que exigían la libertad primero de José María Aldaya y luego de Ortega Lara y Delclaux… estábamos exhaustos. Habíamos estado dos años, un mes y 22 días manteniendo -creando y participando- un nivel de movilización como pocos se habían generado en Euskal Herria.

 

enero de 1996
El Correo
Miembros de Gesto por la Paz haciendo lazos en el local de Bilbao

La liberación de aquellos secuestrados, también fue un poco la nuestra. Sin embargo, aquella tarde de verano, la llamada de Garbiñe me hizo pensar que no había descanso, que teníamos que ser corredores de fondo, que nos querían borrar de nuestras caras las sonrisas de aquel 1 de julio de la liberación de los secuestrados, incluso, que aquello no iba a acabar nunca.

Inmediatamente volví al local de Gesto. Llamadas a unxs y otrxs, reuniones, mucha gente participando… y, a pesar del agotamiento, éramos muy conscientes de que aquello requería todas nuestras fuerzas y nuestro empuje. No había ninguna duda: empezábamos de nuevo. Nadie tiró la toalla. Nadie se movió de su sitio. A nadie le costó recuperar el lazo azul que teníamos en todas las camisetas, camisas, jerseys… De nuevo, teníamos que ocupar la calle para pedir la libertad de aquel concejal que nadie conocía. Teníamos que salir todos juntxs, cuantos más mejor, se tenía que escuchar más fuerte que nunca que no consentiríamos ese secuestro de la libertad de toda la sociedad.

Desde aquí quiero hacer un sentido homenaje a los anónimos que lucharon por la paz, que abandonaron la comodidad del sofá y, sobre todo, la ‘comodidad de la indiferencia’, a esas personas que se implicaron y se retrataron ante su entorno más cercano como ‘soldaditxs de paz‘ dispuestos a luchar por ella tanto tiempo y con tanta energía como hiciera falta.

Aquel 10 de julio, sólo sabíamos que Miguel Angel Blanco era concejal del PP y que tocaba la batería en un grupo de música. Nada más. Y nadie nos imaginábamos lo que pasaría unos días después, pero todxs estuvimos dispuestos a sembrar paz, una vez más, por las calles de Euskal Herria.

No creo que me pueda sentir más orgullosa de algo como de haber pertenecido a Gesto por la Paz y haber compartido con sus soldaditxs casi treinta años de mi vida. ¡Gracias!

Isabel Urkijo Azkarate

CONTRA LOS FANATISMOS

03 lunes Sep 2018

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CONTRA LOS FANATISMOS, EDUCACIÓN EN VALORES, MEMORIA Y ESCUCHA-SOLIDARIDAD CON LAS VÍCTIMAS

La Vanguardia, 2017

Hace un año el terrorismo yihadista cometió una masacre en Barcelona y Cambrils. Era agosto, mucha gente estaba de vacaciones y una enorme tristeza nos ensombreció los corazones y aquel verano de 2017. Aún no estaban cerradas las heridas que nos provocó el terrorismo de ETA, ya que nuestra bestia se pasó varias décadas dando zarpazos; a veces mató, otras malhirió, otras aterrorizó… Mucha gente a su alrededor se dedicó a echar vinagre en las heridas, a ignorar que hubiera víctimas o a vivir como si no existieran. Y salió al escenario la otra bestia, la yihadista.

Entre nosotr@s había personas que nunca se habían sentido objetivo de ETA y en consecuencia nunca hablaron, ni la criticaron, ni se solidarizaron con sus víctimas, ni dijeron ‘no en mi nombre’… De alzar la voz lo harían contra la policía, contra las torturas, contra la dispersión, contra el estado opresor… Asumían las cuatro consignas de la autodenominada ‘izquierda abertzale’ aunque no fueran más allá en sus planteamientos, pasando por alto la violencia de ETA y sus consecuencias. Ese era su recorrido.

La Vanguardia, 2017

Pero llegaron los atentados de Barcelona y Cambrils, y sintieron que podían ser víctimas del monstruo yihadista, y salieron de sus bocas palabras que nunca se habían verbalizado antes en relación a otros atentados terroristas igual de crueles y sanguinarios: ‘Esperemos que controlen la situación’, ‘a ver si les pillan’, ‘qué fuerte lo que está pasando’ y al final la situación se controló, y se ‘abatió’ a los terroristas, y casi nadie dijo nada, ni se criticó a la policía, ni se hicieron pintadas ni homenajes en favor de los terroristas muertos. Todo esto junto con las declaraciones de vari@s líderes de la autodenominada izquierda abertzale condenando los atentados, solidarizándose con las víctimas y con el pueblo catalán, y, deseosos de ponerse en la pancarta en contra de ‘ese otro’ terrorismo, me removieron por dentro y me inspiraron para escribir este texto en mi muro de Facebook.

YOYES, ZER EGIN DEUTSUE?’ – ‘YOYES, QUÉ TE HAN HECHO?

El País

La primera pintada disonante que veía desde la ventana de mi casa de Mallabia fue, ‘Yoyes, zer egin deutsue?’ Permaneció allí durante años, hasta que derribaron el muro en el que estaba escrita.

Dejando al lado la propaganda electoral, nunca antes había visto en mi pueblo una pintada o un cartel que no proviniera de la autodenominada ‘izquierda abertzale’. Pocos años después, muy cerca de donde se ubicaba el muro comenzamos a concentrarnos pacíficamente los y las mallabitarras de Gesto Por la Paz – Euskal Herriko Bakearen Aldeko Koordinakundea. Entonces éramos nosotros y nosotras la ‘nota disonante’, la pancarta que molestaba, aunque simplemente dijera ‘Bakearen alde – Por la Paz’.

Gesto por la Paz, 1995

Fueron más de 20 años concentrándonos en Ermua y Mallabia; salíamos cada vez que ETA mataba, también por los atentados del GAL y cada vez que se producía una muerte en este contexto de violencia; nos concentramos para exigir la libertad de Julio Iglesias Zamora, José Mari Aldaia, Cosme Delclaux y José Antonio Ortega Lara, portamos en nuestro pecho el lazo azul que simbolizaba la ‘A’ de ASKATASUNA – libertad para los secuestrados-, aguantamos estoicamente las contramanifestaciones, las amenazas y los insultos; nos echamos a la calle y vivimos con especial dolor e intensidad el cruel secuestro y posterior asesinato del ermuarra Miguel Ángel Blanco, un chico de nuestra edad al que conocíamos de vista porque muy a menudo coincidíamos con él y su novia en los bares de Ermua; denunciamos el terrorismo de estado, pedimos el acercamiento de los presos, exigimos una y otra vez el respeto de los derechos humanos para todas las personas y denunciamos la tortura, incidimos en la necesidad de educar para la paz y la tolerancia, denunciamos la crueldad de la violencia de persecución y nos solidarizamos con tantas y tantas víctimas, vecinos y vecinas que no podían hacer una vida normal y tenían que protegerse día a día…

El Correo, 2002

Hemos convivido con esto gran parte de nuestra vida. El terrorismo ha matado a cerca de 1.000 personas, mucha gente ha quedado rota por dentro y por fuera; la mayoría son víctimas de ETA, pero también hay otras víctimas de otras violencias que han sufrido mucho…

Estamos mejor que hace 10 años, eso es verdad, pero hay gente y colectivos interesados en pasar página, en olvidar, en repartir las culpas y se acabó.

Eso no puede quedar así, hay que grabar en la memoria todo lo que ocurrió para que no se vuelva a repetir, hay que seguir deslegitimando toda aquella violencia, hay que devolver la dignidad a todas las víctimas, desde los guardias civiles a los concejales, pasando por los asesinados por el terrorismo de estado o víctimas de actuaciones desproporcionadas o abusos policiales, hay que seguir exigiendo verdad, justicia y reparación para ellas.

Gesto por la Paz, 2010

Tiene que quedar claro que, en aras a imponer su proyecto totalitario, un@s cuant@s se han dedicado a sembrar el odio y a socializar el sufrimiento, socializando también a la juventud en el ejercicio de la violencia. Sin ningún escrúpulo captaron jóvenes para militar en ETA o ejercer la kale borroka arruinando su propia vida y haciendo imposible la vida a los demás o simplemente asesinándoles. Por tanto, aunque no bajemos la guardia y sigamos exigiendo al estado que respete los derechos humanos y que acerque a l@s pres@s hay que recordar lo obvio: ETA es la responsable de que cientos de jóvenes cogieran las armas y de que much@s de ell@s acabaran en la cárcel: ETA es la responsable de que haya pres@s de ETA.

Esto nos ha pasado hace muy poquito. Hay gente que nunca se ha solidarizado con la mayoría de las víctimas, que nunca ha hecho un mínimo ejercicio de empatía, o lo que es peor aún, personas que han justificado y legitimado toda esta violencia.

Ahora que todos y todas somos objetivo del terrorismo yihadista, se escuchan voces que salen de bocas que nunca hablaron, se siente cierta preocupación por parte de personas que nunca se preocuparon porque su vecin@ tuviera que ir escoltado. Quien hacía discursos que contextualizaban el terror de ETA despreciando a su propio pueblo, se esmera en solidarizarse con el pueblo catalán tras los atentados de agosto.

Europa Press, 2017

Mirémonos al espejo, con honradez y valentía. ¿Realmente hay que pasar página y vivir como si nada de esto nos hubiera pasado? ¿Hay que tragar y callar para siempre? Es eso justo? ¿Qué futuro nos espera si no nos vacunamos contra este cáncer de violencia, indolencia e intolerancia? La memoria puede ser una buena vacuna para nuestra sociedad. Y no podemos olvidarnos de las víctimas. Pongámonos en su piel. ¿No querríamos que se reconociera nuestro dolor, recibir el calor de la sociedad? ¿No nos gustaría que se hiciera justicia? Os animo a escuchar a las víctimas. Hay muchos testimonios grabados: os humanizarán y os enriquecerán, os sorprenderán. Merece la pena escucharles, y es lo mínimo que podemos hacer por ellas.

Gesto por la Paz, 2000

Maite Leanizbarrutia Biritxinaga

Movilizaciones por la paz en el País Vasco: el caso de la Coordinadora Gesto por la Paz de Euskal Herria

30 miércoles May 2018

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El 1 de junio, se cumplirá el quinto aniversario de la despedida de Gesto por la Paz de la sociedad. Dijo adiós para siempre.


Sin pretenderlo, esta efeméride ha coincidido con la defensa de la tesis «Movilizaciones por la paz en el País Vasco: el caso de la Coordinadora Gesto por la Paz» que la historiadora Irene Moreno realizó ayer en la Sala de Grados de la Facultad de Historia de la UPV-EHU de Vitoria-Gasteiz ante un tribunal presidido por Luis Castells Arteche. Esto es un pequeño resumen de lo que fue.

Demostrando un gran conocimiento de la materia sobre la que hablaba, Irene Moreno comenzó la exposición explicando la metodologia utilizada para pasar a destacar la importancia del relato; y, en este caso, el relato sobre el papel de la sociedad vasca ante el terrorismo, centrandolo en la Coordinadora Gesto por la Paz de Euskal Herria.

Irene Moreno Bibiloni

En los previos al nacimiento de Gesto por la Paz, describió la nula reacción de la sociedad vasca, más allá de manifestaciones puntuales convocadas por partidos ante determinados asesinatos o secuestros; una nula reacción ‘explicada’ por la imagen heroíca y simbólica de ETA y por la cualidad de las víctimas, mayoritariamente miembros de las fuerzas de seguridad que durante el franquismo no eran cuerpos especialmente ‘populares’.

El nacimiento de Gesto por la Paz -la Coordinadora Gesto por la Paz y la Asociación por la Paz de Euskal Herria- introdujo un cambio importante y, según la historiadora, su mayor éxito fue la sistematización y ritualización de la respuesta a la violencia.

Gesto de la Plaza Circular de Bilbao

Además, utilizó una herramienta fundamental para lograr las adhesiones de personas de todas las ideologías: el silencio.

Gesto de la Plaza de Gipuzkoa de Donostia

Durante la década de los 90, la Coordinadora Gesto por la Paz de Euskal Herria fue adquiriendo un protagonismo en la sociedad y en los medios de comunicación y, quizás, su momento culmen fue con el lazo azul en los años de movilización contra los secuestros, primero de Julio Iglesias Zamora y, posteriormente, los de José María Aldaya, José Antonio Ortega Lara y Cosme Delclaux.

Irene Moreno, distinguió entre uno y los otros, porque mientras que en 1993 la izquierda abertzale se vio sorprendida y no articuló ninguna respuesta, en 1995, puso en práctica la ponencia Oldartzen que se basaba en recuperar la calle y convocó las contra-concentraciones que tanta tensión generaron.

En la defensa proyectó este impresionante vídeo:

Irene Moreno afirmó que Gesto por la Paz nunca había sido una organización mayoritaria en su militancia, pero consiguió mucha influencia simbólica y mediática.

A finales de los 90, el inicio del declive de ETA y la destrucción del Pacto de Ajuria Enea y la creación del Pacto de Lizarra, con el surgimiento de organizaciones como Basta Ya o Foro Ermua, propició un nuevo escenario en el que una organización plural como Gesto por la Paz encontraría dificultades añadidas para desenvolverse como lo había hecho hasta entonces.

Irene Moreno afirmó que Gesto por la Paz inyectó el estimulo necesario a la sociedad vasca y navarra y lo mantuvo durante muchas décadas. Ese fue otro de sus éxitos: mantenerse en el tiempo. Por otra parte, creó nuevas formas de protestas y conceptos innovadores como la violencia de persecución.

El tribunal de la tesis le concedió un sobresaliente por el trabajo, lo cual le abre la posibilidad de obtener un cum laude por este buen trabajo que ayer presentó.

¡Enhorabuena, Irene!

1997, urte gogorra (un año duro)

31 sábado Mar 2018

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1997, agresiones, concentraciones silenciosas, Cosme Delclaux, derechos humanos, Domingo Puente Marin, Ermua, Ertzaintza, ETA, Eugenio Aranburu, GAL, Gesto por la Paz, Herri Batasuna, libertad, Mallabia, Miguel Ángel Blanco, Ortega Lara, Partido Popular, Patxi Arratibel, Rafael Emperador, secuestrados, Si la democracia mata la democracia muere, Tolosa, torturas, Tribunal Supremo

[Abajo en castellano]

1997, URTE GOGORRA

1997. urtea gogor hasi zen. ETAk hiltzen jarraitzen zuen; sei gizon akabatu zituen urteko lehenengo bi hilabeteetan eta bi gizaseme zituen bahituta –aske bizi behar zuten bi pertsona zeuzkan zulo malapartatu baten sartuta, bakoitza berean-, bortxaz harrapatu zituen, piztiak sarean harrapatzen diren bezala eta han zeuden, hotzetan, hezetasunean, eguzkiaren argia nolakoa zen ahazteko zorian, ia zutik jartzeko lekurik gabe, lau pausu jarraian egiteko toki barik, biharamunean hilda ala bizirik argituko ziren jakin gabe, zulo beldurgarri hartan zenbat egun emango zituzten ez zekitela, euren etxeko eta lagunengandik urruti. Jose Antonio Ortega Larak 532 egun egin zituen katigutasunean; espetxe-funtzionarioa zen eta preso guztiak Euskal Herrira ekartzea eskatzen zuen ETAk bera aske uzteko; Cosme Delclaux aldiz 232 egun eduki zuten bahituta, eta dirua eskatzen zuten bere buruarengatik. Euskal Herriko Bakearen Aldeko Koordinakundekoak astero biltzen ginen, astelehenero, bi persona hauen askatasuna eskatzeko, eta astelehenero izaten genituen parean gu izutzeko asmoarekin kontramanifestazioa egiten zutenak. Konzentrazio batzuetan euren aurpegiak ia gureak ukitzen jartzen zituzten eta “nazkagarriak” eta antzerako irainak oihukatzen zizkiguten.

Bahituen askatasunaren alde egiten genituen isilune eta ekintzetaz gain eta bortxazko heriotzak salatzeko ohiko isiluneetaz aparte, Gestok giza eskubide guztien alde lanean jarraitzen zuen; esate baterako urte honen hasieran bertan tortura salaketak ikertu, epaitu eta tratu txarrei aurrea hartzeko neurriak eskatzen genituen, eta GAL talde terroristaren trama argitzeko “Demokraziak hiltzen badu demokrazia bera hiltzen da” kanpaina indarrean geneukan.

Hatan-horretan otsailaren 10a iritsi zen, egun beltza. ETAk Domingo Puente Marín eta Rafael Martínez Emperador hil zituen. Domingo Granadako Armilla base militarreko ile-apaintzailea zen eta furgoi militar batean zihoala hil zuten bonba-kotxe bat estanda arazi zutenean. Rafael Auzitegi Goreneko Magistratua zen eta kokotean egin zioten tiro etxeko atera deitzen ari zenean.

Egun horretan bertan Eugenio Aranburu “Txo” herrikideak bere buruaz beste egin zuen Mallabian, gurasoen baserrian. Eugenio Aranburu Herri Batasunakoa zen, Mallabiko zinegotzia eta Mahai Nazionaleko kidea, eta LAB sindikatuko liberatua ere bazen. Auzitegi Gorenaren aurrean deklaratzera joateko deituta zegoen. Heriotza guztiak latzak badira suizidioa ez da gozoa inondik inora, lehenengo eta behin pausu hori ematen duenarentzat, argi bait dago ikaragarri sufritzen ari dela, eta bigarren bizirik geratzen diren senitarteko eta lagunentzat. Oso gai delikatua dela deritzot, eta arrazoi bat bilatzeko joera badaukagu ere, azken finean nork daki zein den arrazoia edo zeintzuk diren motiboak norbaitek bere buruaz beste egiteko. Eta sarritan pausu bat gehiago emateko tentazioa ere izaten dugu eta erantzuleak bilatzeri ekiten diogu, eta hor bai jokatu behar dela zuhur.

Hala ere badirudi guztiok ez dugula berdin pentsatzen, eta Mallabian gertakari triste hau jazo eta berehala gure herrikide mordoxka batek argi zeukan norena zen errua: Bakearen aldeko Koordinakundeko kideok ginen Txoren heriotzaren erantzule. Heriotza hau gertatu zen astelehenean bertan pankartak jarri zituzten herrian lazo urdina paparrean generamanon aurka, “dónde están, no se ven los de Gesto por la Paz” oihukatzen zuten kalean, hiltzaile deitzen gintuzten… Hainbeste gaiztotu zuten giroa astelehenero bahituen askatasuna eskatzeko egiten genuen bilkura bertan behera uztea erabaki genuela.

Biharamuna Inauteri asteartea zen, eta Patxi Arratibel enpresaria asesinatu zuen ETAk Tolosako Karnabaletan bere semearen aurrean. Egun horretan bertan Mallabian guztia prest zegoen Eugenio Aranbururi azken agurra egiteko. Gure herri txikia jendez gainezka zegoen eta pentsaezina zen Mallabian Euskal Herriko Bakearen Aldeko Koordinakundeak astelehenean ETAk hil zituen bi pertsonen oroimenez 15 minutuko isilunea egitea. Eta egoera hartan ez zen erraza guretzat Txoren heriotzagatik inolako dolumin edo elkartasunik agertzea, nahiz eta gertakari horrek asko atsekabetu gintuen, bai ni eta baita taldeko kideak ere.

Hurrengo egunean berriro ere kalera atera beharra geneukan, Patxi Arratibelen hilketa deitoratzera. Ordurako bailarako hainbat HBko kide itxialdia egiten ari ziren udaletxean Txoren heriotzagatik protestatzeko. Lehen esan dudan bezala protestak astelehenean bertan hasi ziren, gure aurkako pankarta eta oihuekin, eta asteartean jarraitu zuten: kaputxadun batzuk Radio Euskadiren kotxea irauli zuten herrian, beste kaputxadun batzuk autobus bat erre zuten Elorrion, Telefonikako furgoneta Hernanin eta Santurtziko Batzokia ere erasotua izan zen.

Giroa gaiztotuta zegoen, egonezin handia geneukan, urduri geunden eta aput bat bildurtuta, baina gure isilunea egiteko beharra sentitzen genuen. Eta han atera ginen, betikoak: dozena bat inguru ikasle, geure amak, aita batzuk eta herriko beste dozena erdi bat andra-gizon. Parean herriko eta bailarako HBko kide multzo handia, oihuka, mehatxuka, guri hiltzaile deituz… egun horretan Eibarko Ertzain-etxea hustuta geratu zen eta hainbat furgoi etorri ziren gure segurtasuna babestera, eskerrak…

Lau gizaseme gehiago garbitu zituen ETAk uztailaren 1ean Jose Antonio Ortega Lara eta Cosme Delclaux aske geratu ziren arte. Egun gutxitara, uztailaren 10ean Ermuko Miguel Angel Blanco Alderdi Popularreko zinegotzia bahitu zuen, eta uztailaren 13an hil zen terroristek jaurti zioten tiroen ondorioz. Intentsitate, kezka eta pena handiz bizi izan genituen egun horiek Ermua-Mallabiko Gestoko kideok; bahiketaren egunean kalera atera eta ia ez ginen etxera bueltatu Miguel Angel Blancori azken agurra eman genion arte.

Tristuraz eta nostalgiaz gogoratzen ditut 1997ko gertakari horiek.

Maite Leanizbarrutia Biritxinaga


1997, UN AÑO DURO

ETA seguía matando; asesinó a seis personas los dos primeros meses del año y mantenía a dos hombres secuestrados –tenía metidos en un zulo a dos personas que nunca debieron haber perdido la libertad, cada una en su agujero-, los atrapó de manera violenta, como se caza a las alimañas. Pasaban frío, soportaban muchísima humedad, estuvieron a punto de olvidarse de cómo era la luz del sol, casi no podían ponerse de pie, apenas podían dar cuatro pasos, no sabían si al día siguiente amanecerían vivos o muertos y desconocían cuánto tiempo iban a permanecer en aquella horrible situación. Además estaban lejos de sus familiares y amigos. José Antonio Ortega Lara pasó 532 días en cautividad; era funcionario de prisiones y ETA exigía que todos sus presos vinieran a Euskal Herria a cambio de su libertad; Cosme Delclaux estuvo 232 días secuestrado, y pedían dinero a cambio de su vida. La Coordinadora Gesto por la Paz de Euskal Herria se concentraba todos los lunes para pedir la libertad de estas dos personas, y a raíz de esta campaña en favor de los secuestrados tuvimos que padecer las contramanifestaciones que la autodenominada izquierda abertzale comenzó a hacer con el ánimo de intimidarnos; en algunos casos se ponían a un palmo de nuestras narices y teníamos que soportar sus gritos e insultos.

Aparte de las concentraciones y actos que realizábamos para exigir la libertad de los secuestrados, y además de las habituales concentraciones silenciosas para lamentar y denunciar las muertes violentas, Gesto seguía trabajando en favor de todos los derechos humanos, y en esos dos primeros meses del año salió en prensa pidiendo que se investigaran las torturas y se tomaran las medidas necesarias para evitar los malos tratos y además continuó con su campaña “Si la democracia mata, la democracia muere” que tenía como objetivo denunciar y pedir el esclarecimiento del terrorismo del GAL.

Llegó el 10 de febrero, día en el que ETA asesinó a Domingo Puente Marín y a Rafael Martínez Emperador. Domingo era peluquero en la base granadina de Armilla e iba en un furgón militar cuando a su paso hicieron estallar un coche bomba. Rafael era magistrado del Tribunal Supremo y le dieron un tiro en la nuca cuando estaba llamando al portero automático de su casa.

Ese mismo día Eugenio Aranburu “Txo” se suicidó en nuestro pueblo, en el caserío familiar. Eugenio era concejal de Herri Batasuna en Mallabia y miembro de la Mesa Nacional, y era también liberado del sindicato LAB. Había sido citado a declarar ante el Tribunal Supremo. Si todas las muertes son duras y difíciles de asimilar considero que el suicidio es terrible, primeramente para la persona que da ese paso, ya que está claro que está sufriendo un montón, y después para toda su familia y amigos. En estos casos suele ser normal que busquemos una causa, pero en realidad quién sabe cuál ha sido el motivo o los motivos que han llevado a una persona a quitarse la vida. Además en ocasiones tenemos la tentación de dar un paso más y buscamos al responsable, y esto sí que es delicado; soy de la opinión de que en esto hay que en actuar con mucha cautela.

De cualquier manera parece que no todos pensamos igual y en Mallabia, nada más ocurrir este desgraciado suceso un buen grupo de paisanos tenía claro quién era el culpable: los miembros de Gesto por la Paz. Ese mismo lunes colocaron varias pancartas en contra de las personas que portábamos en nuestro pecho el lazo azul, gritaban “dónde están, no se ven, los de Gesto por la Paz” y nos llamaban asesinos. Tanto caldearon el ambiente que decidimos suspender la concentración silenciosa que todos los lunes hacíamos en favor de los secuestrados.

Al día siguiente era martes de Carnaval y ETA volvió a matar, en este caso lo hicieron en pleno Carnaval de Tolosa y le arrebataron la vida al empresario Patxi Arratibel en presencia de su hijo. Ese mismo día en Mallabia todo estaba preparado para darle el último adiós a Eugenio Aranburu. Nuestro pequeño pueblo estaba a rebosar de gente, y era absolutamente impensable que los de Gesto nos concentráramos para condenar los asesinatos del día anterior. Y tal y como estaban las cosas en el pueblo tampoco era fácil mostrar ninguna condolencia o solidaridad por la muerte de Eugenio, aunque fue un hecho que nos apenó mucho.

El miércoles nos tocaba volver a salir a la calle, en esta ocasión por Patxi Arratibel. Muchos miembros de la izquierda abertzale de la comarca estaban encerrados en el ayuntamiento para protestar por la muerte de Txo. Como he comentado previamente las protestas comenzaron el mismo lunes cuando un grupo de vecinos desplegaron pancartas y gritaban por la calle que éramos unos asesinos. El martes varios encapuchados volcaron un coche de Radio Euskadi en Mallabia y otros encapuchados quemaron un autobús en Elorrio, hicieron lo mismo con una furgoneta de Telefónica en Hernani y atacaron el Batzoki de Santurtzi.

El ambiente estaba muy enrarecido, estábamos intranquilos, nerviosos y un poco asustados, pero sentíamos la obligación de hacer la concentración. Y salimos los de siempre, las de siempre; alrededor de una docena de estudiantes, con nuestras madres, algunos padres y cerca de media docena más de vecinos y vecinas. Enfrente teníamos a un gran grupo de gente de HB del pueblo y de los alrededores; nos gritaban, nos amenazaban, nos señalaban con el dedo y nos llamaban asesinos… ese día la comisaría de la Ertzaintza de Eibar se quedó vacía para proteger nuestra integridad, enviaron un buen número de agentes, y menos mal…

ETA asesinó a 4 personas más antes de que el 1 de julio se liberara Jose Antonio Ortega Lara y a Cosme Delclaux. A los pocos días, el 10 de julio, ETA secuestró en Ermua al concejal del Partido Popular Miguel Angel Blanco, y el día 13 murió como consecuencia de los disparos que le propinaron los terroristas. Los miembros de Gesto de Ermua y Mallabia vivimos esos días con gran intensidad, preocupación y dolor. Como la mayoría de la gente de Ermua y mucha gente de Mallabia, salimos a la calle el día del secuestro y casi no volvimos a casa hasta que le dimos el último adiós a Miguel Angel.

Recuerdo con tristeza y nostalgia esos acontecimientos de 1997.

Maite Leanizbarrutia Biritxinaga

¡Libertad!

03 lunes Jul 2017

Posted by gogoanmemoria in Memoria, Sin categoría

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1 de julio de 1997, Ana Rosa Gómez Moral, concentraciones silenciosas, Cosme Delclaux, Gesto por la Paz, guardia civil, Irene Moreno Bibiloni, José Antonio Ortega Lara, lazo azul, libertad, secuestro, UPV-EHU

Cosme Delclaux
Cosme Delclaux
José Antonio Ortega Lara
José Antonio Ortega Lara

Aquel 1 de julio de 1997, nos despertamos con la noticia de la liberación de Cosme Delclaux. Qué duda cabe de que era una noticia muy buena después de 232 días de secuestro, pero la alegría se habría quedado trágicamente coja si no hubiera estado acompañada de otra noticia: la Guardia Civil estaba estrechando el cerco en una zona donde sospechaba que se encontraba José Antonio Ortega Lara. Solo la liberación del funcionario de prisiones, habría liberado a quienes cargaron en sus hombros con el deber moral de pedir su libertad cada día, en cada rincón, de diversas maneras, pero nunca abandonarlo.

19970701-fin secuestros

Concentración de Gesto por la Paz en la Plaza de Moyúa de Bilbao (1 de julio de 1997)

Sí, Gesto por la Paz convocó ese mismo día en las capitales vascas concentraciones silenciosas que terminaron con la lectura de un comunicado y la feliz entrega de los lazos azules que llevaban prendidos en las solapas dos años, un mes y 23 días.

Irene Moreno Bibiloni, investigadora de la UPV-EHU escribe esto:

«El lazo fue, de hecho, una significación personal, un posicionamiento social y, especialmente, una exposición pública, por lo que supuso el ascenso de un escalón más en el compromiso personal de cada uno: ‘Ya no se trataba de diluir nuestra presencia en una gran manifestación de Gesto, sino de portar, permanente y visiblemente, la pancarta de la libertad sobre nuestro propio cuerpo‘ (Gómez Moral, 2003: 91)»

Irene está realizando un interesante trabajo de investigación sobre la violencia política y la respuesta social. Recientemente, ha publicado una parte de su trabajo que creemos que será de interés para las personas que habitualmente se acercan a Gogoan, por una memoria digna. El lazo azul en el País Vasco: una aproximación desde la historia oral veinte años después

«El uso del lazo azul es, hoy en día, un símbolo de la movilización contra el terrorismo
en la década de los noventa. Permitió la visibilización de un sector de la sociedad que llevaba años movilizándose por la paz en el País Vasco, pese a las dificultades con las que se encontraban.»
Recomendamos su lectura. 

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