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Gogoan-por una memoria digna

~ Por una memoria digna como derecho de las víctimas y de la sociedad vasca en general. Una memoria que deslegitime la violencia y que sea pedagógica para prevenir situaciones como las vividas en Euskal Herria los últimos 50 años.

Gogoan-por una memoria digna

Archivos de etiqueta: Gaizka Fernández Soldevilla

Vitoria-Gasteiz, 22 de febrero de 2000

22 sábado Feb 2020

Posted by gogoanmemoria in Memoria, Sin categoría

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Ajuria-Enea, Antonio Rivera, asesinato, atentado, Centro Memorial de Víctimas del terrorismo, El Correo, Fernando Buesa, Gaizka Fernández Soldevilla, Gesto por la Paz, Jorge Díez, Juan José Ibarretxe, La Vanguardia, Lehendakari, Lorena Gil, Loreno Gil, Pello Salaburu, PNV-EAJ, PSE-EE, Raúl López Romo, UPV-EHU

Pello Salaburu, miembro de ‘Gogoan, por una memoria digna’ recuerda  lo que vivió en torno al asesinato de Fernando Buesa Blanco y Jorge Díez Elorza.


HUBO TRES… PERO UNA NO CUENTA

Tengo muy grabado, supongo que como muchos de quienes vivimos aquellos momentos tan trágicos, el día del asesinato de Fernando Buesa y de Jorge Díez. El hecho fue terrible, y me pilló en un momento de mi vida marcada por otras circunstancias. No sé si era al día siguiente, o quizás fuera a los dos días, teníamos prevista en la UPV/EHU la celebración de un claustro con un tema no menor en el orden del día: la elección de mi sustituto como rector. Yo estaba acabando ciclo, en esa fase en la que estaba convertido en pato cojo desde semanas antes. Cuando llegué a la universidad ya me estaba esperando un grupo de universitarios, a los que conocía bien, a la puerta del despacho: «Rector, hay que parar de inmediato las clases y suspender el claustro«. Hablé con ellos y les indiqué que tenía que estudiar las medidas más adecuadas que iba a adoptar y que lo haría de inmediato. Se fueron, y tras varias llamadas de medios que tuve que atender, y otras que hice yo mismo a la familia y al PSE-EE, me indicaron que en la puerta tenía esperando otro grupo de universitarios, incluyendo estudiantes, a los que también conocía: «Rector, esto no es una cuestión interna de la universidad. Las clases deben seguir«. Lo he querido reflejar como espejo perfecto de lo que sucedía en aquellos momentos en la sociedad.

No me podía quitar de la cabeza que el lehendakari Ibarretxe no hubiera acudido de inmediato al lugar del atentado, a unos metros de Ajurianea.

Mis recuerdos son más borrosos a partir de esos momentos, y me estoy guiando por mi memoria (ese «instrumento maravilloso, pero falaz», al que aludía Primo Levi), una memoria que el paso del tiempo ha ido adaptando, moldeando y distorsionando. Por supuesto, se suspendieron muchas clases, la mayoría, supongo, aunque para esas cosas la orden de un rector en aquellos momentos no dejaba de ser algo bastante esotérico. Lo que es seguro es que el claustro se suspendió. Salí hacia Vitoria, a la capilla ardiente, y participé en las concentraciones. No me podía quitar de la cabeza que el lehendakari Ibarretxe no hubiera acudido de inmediato al lugar del atentado, a unos metros de Ajurianea. Eso es algo que se me quedó también muy grabado. Se convocó una manifestación para el sábado.

La manifestación del sábado, que debía ser en principio única y unitaria, acabó dividida, como todo el mundo sabe, al final. Al llegar me estaba esperando Antonio Rivera, vicerrector de campus en mi equipo. Formaba parte de la lista de Manuel Montero, aspirante al rectorado en aquellos momentos, que acabaría sustituyéndome a los pocos días. Había más miembros de mi equipo en la misma situación. Sin embargo, solo Antonio, de entre los que querían seguir, y a quien se lo agradecí en aquel momento, acompañó al pato cojo. «Por supuesto -me dijo-, eres mi rector«.

El Correo daba cuenta al día siguiente, en primera página, de lo sucedido en Vitoria: «Decenas de miles de personas hicieron un único recorrido pero en manifestaciones distintas, tras dos pancartas, coreando consignas a menudo enfrentadas y hasta con dos discursos finales. El PNV convirtió su marcha en un acto de exaltación del lehendakari, en el que los gritos de apoyo a Ibarretxe fueron mucho más numerosos que los de reivindicación de la paz. Atrás, la viuda y los hijos de Buesa abrían el segundo bloque exigiendo libertad y la desaparición de ETA, arropados por socialistas y populares. En medio, Gesto por la Paz. La mayor concentración humana jamás vista en Vitoria […]». Al margen de detalles concretos, en similares términos contaron lo sucedido el resto de los medios. Allí percibí un ambiente de agresión que me descolocó por completo. No sabía, literalmente, dónde meterme. Estimaba mucho, y estimo, al lehendakari Ibarretxe a nivel personal. Pero no había ido a ningún acto de exaltación de nadie ni de nada en aquellos momentos.

El PNV convirtió su marcha en un acto de exaltación del lehendakari. Atrás, la viuda y los hijos de Buesa abrían el segundo bloque exigiendo libertad y la desaparición de ETA. En medio, Gesto por la Paz.

Mi lugar era la fila de la viuda e hijos, pero no me sentía cómodo acompañando a gente que coreaba cosas que no me gustaban mientras veía alrededor pancartas de «Basta ya». No había ido a eso. Había ido a solidarizarme con la familia, en primer lugar, no a apoyar proclamas, y a protestar sin matices ni justificaciones políticas contra aquella barbaridad. A denunciar la salvajada. Todo lo demás no me importaba demasiado. No me importaba nada.

Por eso respiré cuando pude localizar al grupo de Gesto, guiado por el móvil de un compañero, en medio de las dos manifestaciones. Tan solo, y no era poco, denunciando la barbarie. Pensé que aquellos carteles caseros que reclamaban unidad frente a la violencia y huían de siglas era lo único necesario, por muy solos ante el resto que nos pudiéramos sentir. Un soplo de aire en un ambiente de actitudes dislocadas. Unos centenares, no más, pero sosteniendo la llama de la ética, y creo que del sentido común, también entonces.

El Correo, Vitoria-Gasteiz, 26 de febrero de 2000

El Correo, Vitoria-Gasteiz, 26 de febrero de 2000

Aquellos carteles caseros que reclamaban unidad frente a la violencia y huían de siglas era lo único necesario. Un soplo de aire en un ambiente de actitudes dislocadas. Unos centenares, no más, pero sosteniendo la llama de la ética, y creo que del sentido común

Para cuando acabamos el recorrido, hacía media hora que se había marchado el lehendakari. Todo esto también lo recogieron los medios, con nombres y apellidos. Una manifestación dividida en tres. Tres manifestaciones paralelas, dos de ellas plegadas a intereses que parecían alejados de lo que la inmensa mayoría de la sociedad pedía y, sobre todo, necesitaba.

Y ahora, a los veinte años, procede una vez más, recordar aquello. Así lo hacen Raúl López Romo y Gaizka Fernández Soldevilla, del Centro Memorial de Víctimas del Terrorismo, en un artículo publicado también en El Correo («La moral en la política» 20.02.2020), en el que cuentan la historia con una versión que no coincide con la que el periódico dio en primera página en aquella ocasión y que acabo de recoger más arriba. Así es como plasman su relato: «En un clima de tensión, dos manifestaciones masivas recorrieron las calles de Vitoria. Una se convirtió en un acto jeltzale de apoyo al lehendakari Ibarretxe […]. La otra, siguiendo la llamada de la familia de Buesa, reunió a los constitucionalistas«. Todas las palabras mágicas recogidas en pocas líneas. La tercera manifestación, la de Gesto por la Paz, inexistente. Simplemente, desaparecida del mapa. Algunos no estuvimos allí.

La tercera manifestación, la de Gesto por la Paz, inexistente. Simplemente, desaparecida del mapa. Algunos no estuvimos allí

Todo esto no lo debería recordar yo, sino un historiador, porque ese es su trabajo. Mirar lo sucedido con la cabeza fría. La moral en política debe darse la mano con la moral en la historia también.

 

Pello Salaburu, miembro de Gogoan por una memoria digna


 

Adjuntamos el reportaje escrito por la periodista Lorena Gil en El Correo el 16 de febrero de 2020 en el que recupera con fidelidad y exquisita profesionalidad lo que ocurrió veinte años antes: «El atentado que partió Euskadi»

La moral en política debe darse la mano con la moral en la historia también.

 

 

 

 

‘Gestos frente al miedo’

21 viernes Jun 2019

Posted by gogoanmemoria in libros, Memoria

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"Gestos frente al miedo", Basta Ya, Centro Memorial Víctimas del terrorismo, documental sobre Gesto por la Paz, Foro Ermua, Fundación Mario Onaindía, Gaizka Fernández Soldevilla, Gesto por la Paz, GestoMemoria, Goteo.org, Hotel Abando, Instituto de la Memoria, Instituto Valentín de Foronda, Irene Moreno Bibiloni, la convivencia y los derechos humanos Gogora, lazo azul, Librería Cámara, libro, movilizaciión social, pacifismo vasco, Raúl López Romo, tesis

Este es el título elegido por su autora, Irene Moreno Bibiloni, para divulgar de una manera lo más amena posible la tesis que realizó sobre Gesto por la Paz y que presentó el pasado año en el campus de Vitoria-Gasteiz de la UPV-EHU.

Sin duda alguna, hay que reconocer el mérito que tiene que esta historiadora, hoy ya doctora, mallorquina y que se licenció en Granada, haya realizado su tesis sobre una organización que le quedaba lejos en espacio y tiempo.

Nos consta que fueron muchas horas de entrevistas, de revisar documentos y más documentos hasta que finalmente terminó el trabajo.

El pasado miércoles, 19 de junio, en el Hotel Abando de Bilbao, Irene Moreno Bibiloni presentó el libro editado por Tecnos con la ayuda del Centro Memorial de las Víctimas del Terrorismo, el Instituto de la Memoria, la Convivencia y los Derechos Humanos, Gogora y la Fundación Mario Onaindía.

En dicha presentación le acompañaron los historiadores del Memorial de las Víctimas del terrorismo y miembros del Instituto Valentín de Foronda Raúl López Romo y Gaizka Fernández Soldevilla quienes elogiaron el trabajo de investigación realizado por Irene e, incluso, dedicaron unas palabras de reconocimiento al trabajo realizado por Gesto por la Paz.

La sala estuvo llena y la librería Cámara vendió prácticamente todos los libros que llevó. Buena gestión. El precio del libro es de 20€

A lo largo de nueve capítulos, va desgranando el trabajo que realizó Gesto por la Paz durante casi 30 años. La autora relata cómo partió de la nada a mediados de la década de los 80. Alcanzó su máximo esplendor en los años 90 con el lazo azul. Posteriormente, con la ruptura de la unidad de los partidos frente a la violencia, la aparición de organizaciones como Basta Ya o Foro Ermua y la convocatoria de concentraciones de respuesta por parte de las instituciones públicas, el protagonismo de Gesto por la Paz se diluye. Precisamente, el capítulo octavo lo dedica a estas nuevas organizaciones: «Basta Ya, el grito frente al silencio (1998-2007)» y en el último, retoma la actividad de Gesto desde 2008 hasta su cierre.

 


Precisamente en medio de la campaña de crowdfunding de Gogoan, por una memoria digna para realizar un documental sobre Gesto por la Paz, se ha presentado este libro lo cual nos alegra enormemente porque estamos convencidxs de que empujará la campaña y, entre todxs, podremos recuperar una de las iniciativas más positivas que surgieron en aquellos oscuros años de violencia.

¡Ayúdanos!

http://goteo.cc/gestoporlapaz

 

El catalanismo, del éxito al éxtasis

17 sábado Jun 2017

Posted by gogoanmemoria in Reflexiones

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Bakeaz, Catalunya, El catalanismo del éxito al éxtasis, Fernando Molina, Fundación Centro Memorial de Víctimas del terrorismo, Gaizka Fernández Soldevilla, Jordi Pujol, Josu Ugarte, Librería Cámara, Marta Ferrusola, Martin Alonso, Opus Dei, referendum, UPV-EHU

­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­DSC_0175Escuchar a Martin Alonso hablar de las entretelas del poder en la Catalunya de la transición, de la post transición y también de la de estos días, es un placer que está al alcance en pocas ocasiones. Este sociólogo, politólogo es un gran conversador, siempre desde la premisa de una sincera y sonrojante humildad. Suele suceder que los que más y mejor piensan y más profundamente llegan, dicen que no han recorrido prácticamente nada y se admiran por toda esa gente que apenas ha recorrido un par de metros. Martín es un perfecto ejemplo de esta forma de resolverse y usarse en la vida.

El bruto de él se puso a escribir hace tres años sobre el fenómeno del procès català y no ha parado hasta anteayer. El resultado es una trilogía exhaustiva sobre las cosas que no se dicen; esas que no tienen emoción, carga de bilis ni odios, sino datos, citas, fechas y publicaciones comprometidas, textos que no vieron la luz y se medio censuraron, personas y personajes, periodistas y factotums de los medios.el-catalanismo

Nos contó qué significa y qué consecuencias tiene tomarse un chocolate en el Pati dels Tarongers (Patio de los Naranjos) de la Generalitat rodeado de conveniente compañía. Lo que supone considerar al ex honorable como padre de la patria y artífice del estado naciente; ese aturdimiento, ese éxtasis hacia el líder neutraliza completamente el espíritu mínimamente crítico que un ciudadano del catalanishment pudiera albergar. Ayer oí por primera vez un concepto que me resultó elocuente y preocupante a la vez: Fertilización cruzada, esa cosa del ámbito de la política que puede suponerse: do ut des, en el mundo de la Roma Antigua. Es decir, favores  con billete de ida y vuelta.

Martín desenmascaró un secreto que retumba en las Ramblas: a mayor clase social y acomodo en la burguesía rampante, mayor adhesión al independentismo. A muchos les da igual que Marta Ferrusola asista a los actos oficiales del Opus Dei, que todos los hijos estén con las manos metidas en el cajón de los dineros públicos, que el 3% se convirtiese en el 4, 5 o más por ciento. Por cientos y por miles. Eso es lo de menos. Lo de más es que España les roba, ideas fuerza, ideas negativas sobre los españoles, positivas sobre nosaltres; así que resulta incompatible ser secesionista y ser capaz, a su vez, de denunciar la estafa pujolista.

EL-CATALANISMO-ecard1

Y Martín también nos dijo que el lenguaje es vital, y debemos cuidarlo y respetarlo; no por limpiar, fijar y darle esplendor, no, sino porque la democracia empieza en el lenguaje, en la fidelidad a los términos, en que si empezamos a pervertir los términos, acabamos estropeando todo con la ayuda de una lengua manipulada a nuestro placer. También nos habló de la censura, de escribir un ensayo y no ser publicado porque no agrada su contenido: aquí tenéis la referencia de una lectura que por fin, muchos años después, vio la luz, según nos contó Martín Alonso: Catalunya

La metáfora de la tarde: muchos se subieron a un tigre del cual ya no saben descabalgarse, aun cuando en la intimidad, en catalán, confiesan querer bajarse.

Librería Cámara, Bilbao

Librería Cámara, Bilbao

Y por fin, a una pregunta de un atento oyente: ‘referéndum ¿sí o no?’ Llega una reflexión que aquí, en el paisito, nos queda cercana en el tiempo y en el espacio: “Dividir en 48-52% o mitades más o menos iguales, es resquebrajar la convivencia de un país, partirlo de raíz, abrirlo en canal. Eso siempre es perder, ser menos y peores. ¿Qué haces con un país así? ¿Y si empezamos a preguntarnos dónde empezó el desagravio, el desgarro y la afrenta? ¿La hubo de tal magnitud, realmente?

Martín Alonso, en la presentación de este último tomo en la librería Cámara, estuvo bien escoltado por Gaizka Fernández Soldevilla, historiador y miembro del Centro Memorial de Víctimas del Terrorismo, Fernando Molina, doctor investigador permanente en la UPV y Josu Ugarte, exdirector de Bakeaz. Gracias a los cuatro por ese rato de reflexión y acercamiento.

Fabián Laespada

 

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