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Gogoan-por una memoria digna

~ Por una memoria digna como derecho de las víctimas y de la sociedad vasca en general. Una memoria que deslegitime la violencia y que sea pedagógica para prevenir situaciones como las vividas en Euskal Herria los últimos 50 años.

Gogoan-por una memoria digna

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El año que viene también acudiré a la manifestación del 25 de noviembre

07 miércoles Dic 2022

Posted by gogoanmemoria in convivencia

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25N. Fundación Miguel Angel Blanco, Asociación de Víctimas del terrorismo, Axun Lasa, Conchi Fernandez. Ana Vidal Abarca, Consuelo Ordoñez, Deia, deslegitimar la violencia, Dirección de Atención a Víctimas del terrorismo del Gobierno Vasco, Fundación Fernando Buesa, Maider García Martín, Maixabel Lasa, movimiento feminista, Noticias de Navarra, Pili Zabala, víctimas de ETA, víctimas de GAL, víctimas de la violencia machista, víctimas del terrorismo

Por desgracia, porque aunque podemos ir despertando conciencias, frenando inercias, educando en la igualdad y dando pasos hacia la no discriminación, es difícil imaginar una sociedad y un mundo en el que no se ejerza la violencia contra las mujeres por el hecho de serlo. Y si hay una corriente de pensamiento imprescindible para alcanzar estos objetivos y acercarnos a un mundo más justo, esta es el feminismo.

Entiendo que toda esta lucha ha de llevarse a cabo necesariamente por vías pacíficas, y así suele ser; las manifestaciones más significativas promovidas desde el movimiento feminista suelen ser pacíficas. Y es que el “25 de Noviembre, Día Internacional de la eliminación de la violencia contra la mujer” a mí me lleva necesariamente a la no violencia, lo que supone como mínimo, no ejercerla y no legitimarla.

en mi opinión algunas de las consignas que se suelen gritar en movilizaciones como la del 25 de noviembre no hacen ningún favor al movimiento feminista

Para erradicar y deslegitimar la violencia, es preciso identificarla y expresarse con rigor, y en mi opinión algunas de las consignas que se suelen gritar en movilizaciones como la del 25 de noviembre no hacen ningún favor al movimiento feminista. En la manifestación que se celebró el viernes en Vitoria-Gasteiz se gritaba “terrorismo es no llegar a fin de mes” o el tan manido “zuek faxistak zarete terroristak” (vosotros los fascistas sois los terroristas). Lo más parecido al terrorismo –y no menos grave- es la violencia que ejercen algunos hombres contra las mujeres, cuando les amenazan de muerte, anulan su libertad, les agreden sexualmente o las matan. No llegar a fin de mes es una pesada losa para muchas mujeres y familias, puede ser la consecuencia de una injusticia estructural, y podemos y debemos comprometernos para que se corrija, pero eso no es terrorismo. También podemos denunciar el fascismo, advertir de su peligrosidad y combatirlo, no obstante las caras más visibles de la extrema derecha en Euskadi han sido víctimas del terrorismo, no victimarios, porque han estado amenazados de muerte por ETA durante años. Si en una manifestación del 25N vamos a lanzar consignas contra el terrorismo, hablemos de lo que ha supuesto ETA, cosa que nunca se hace, porque aunque no ha sido la única banda terrorista, sí ha sido la que más ha durado en el tiempo, la que más víctimas ha generado y la que ha deteriorado los valores y la convivencia de nuestra sociedad.

el movimiento feminista se da voz a muchas mujeres y colectivos de mujeres, incluso a aquellas que están presas por haber pertenecido a ETA, y sin embargo nunca hay un micrófono para las víctimas de ETA

Y unido a todo esto sigo contemplando con muchísima pena que desde el movimiento feminista se da voz a muchas mujeres y colectivos de mujeres, incluso a aquellas que están presas por haber pertenecido a ETA, y sin embargo nunca hay un micrófono para las víctimas de ETA. En Vitoria-Gasteiz y en Euskadi hay mujeres muy valiosas, plurales y comprometidas que son capaces de ofrecer un testimonio y un razonamiento imprescindible para esta sociedad, que tanto el movimiento feminista como el resto de agentes y asociaciones debemos escuchar, reconocer y asumir. Ahí está la historia de la vitoriana Ana María Vidal Abarca, que fue una de las fundadoras la Asociación de Víctimas del Terrorismo, asociación que se creó en los años de plomo del terrorismo y que dio cobijo a muchas víctimas –muchas mujeres- que tras los atentados quedaban absolutamente desamparadas. Si nos acercamos a la Fundación Fernando Buesa Blanco nos encontraremos con su viuda Natividad Rodríguez y sus hijas Marta y Sara, que llevan años haciendo una labor impagable, profundizando en los mejores valores para esta sociedad. No perdamos la ocasión de escuchar los testimonios de víctimas del GAL como Maider García Martín, Pili Zabala o Axun Lasa, mujeres a las que hay que escuchar y merece la pena escuchar. En COVITE Consuelo Ordóñez, siempre arropada por otras víctimas como Conchi Fernández, empeñadas en mantener viva la llama de la memoria de todas las víctimas del terrorismo, realizando un trabajo constante y muy importante. Cristina Cuesta, pionera en la reivindicación de los derechos de las víctimas y en lucha por la paz, y actualmente directora de la Fundación Miguel Angel Blanco. Y por último Maixabel Lasa que fue Directora de la Oficina de Atención a las Víctimas del Terrorismo del Gobierno Vasco, y activista en favor de la paz y la deslegitimación de la violencia. Todas ellas y muchas más han ejercido de muro de contención del odio y de la venganza, y se han esforzado en sacar y ofrecer lo mejor de sí mismas a pesar de todo el espanto que les ha tocado vivir. Creo que ya va siendo hora de que se les reconozca públicamente desde el movimiento feminista de Euskal Herria.

Creo que ya va siendo hora de que se reconozca públicamente a las víctimas del terrorismo desde el movimiento feminista de Euskal Herria

Y en relación a las movilizaciones feministas, yo agradecería que se hiciera un esfuerzo por expresar consignas más ampliamente compartidas por la diversidad de mujeres que queremos unirnos a las manifestaciones, y si no se consigue sería mejor ir en silencio.

Pero a pesar de todo, el año que viene también participaré en la manifestación del 25 de noviembre. Gracias por vuestro compromiso y vuestra tarea incesante.


 

Artículo publicado en Noticias de Navarra y en Deia.

Maite Leanizbarrutia Biritxinaga, miembro de Gogoan, por una memoria digna

Por todas y cada una de ellas

20 lunes Dic 2021

Posted by gogoanmemoria in Víctimas

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ética pública, carteles y pintadas, Constitución española, COVITE, cultura vasca, Deia, derechos humanos, deslegitimar la violencia, empresario, espacio público, ETA, euskera, fuerzas de seguridad, José Manuel Piñuel Villalón, Juan Carlos García Goena, movimiento ecologista, movimiento feminista, Patxi Elola Azpeitia, presos, Sebastián Aizpiri Lejaristi, sindicalismo, terrorismo de Estado, testimonios de víctimas, torturas, víctimas del terrorismo

A día de hoy, cuando para hacer un mural a veces se abren procesos de reflexión y participación vecinal, me viene a la memoria mi niñez y mi juventud, mi pueblo: nadie me pidió entonces mi opinión sobre lo que iban a poner en un espacio público que, siendo teóricamente de todos, algunos secuestraron durante décadas y lo infestaron de carteles y pintadas pidiendo la amnistía para unos presos que habían atentado o habían colaborado para atentar contra seres humanos, llenaron de imágenes de vecinos y vecinas en el centro de una diana, de exigencias de que los familiares de los secuestrados pagaran para que ETA les devolviera su libertad, de sentencias de muerte expresadas en las palabras “chivato” o “traidor”, o de expresiones como “jódete” dedicadas a alguien a quien ETA acababa de asesinar.

un espacio público que, siendo teóricamente de todos, algunos secuestraron durante décadas y lo infestaron de carteles y pintadas pidiendo la amnistía para unos presos que habían atentado o habían colaborado para atentar contra seres humanos

Nos socializamos en aquel paisaje sin darnos cuenta del efecto devastador que tenía para la ética pública la presencia de todo aquello. Esas paredes nos fueron “formando” como seres hipersensibles hacia cualquier conculcación o posible conculcación de derechos que se pudiera cometer contra los presos y militantes de ETA, al tiempo que nos modelaban como personas insensibles hacia sus víctimas, cuyas vidas y derechos no se reivindicaban en ninguna pared.

Y a pesar de que hacían una defensa sectaria y exclusiva de los derechos de las personas que les eran afines, está probado que, tal y como denunciaban, hubo torturas y conculcación de derechos, y que el terrorismo de estado hizo de las suyas con todo lo que eso supuso: un sufrimiento terrible e injusto para esas víctimas y sus familias y un perjuicio grave al estado de derecho.

Y tantas décadas de violencia nos han dejado un país asolado, con centenas de asesinados y heridos, miles de personas afectadas, y una sociedad muy tocada e incluso rota. Y ahora nos toca recoger los pedacitos y rehacernos, y cada cual debería asumir su responsabilidad.

En lo concerniente al Estado y a los poderes públicos no hay más que echar un vistazo a la Constitución española y a los artículos que se encuentran en su núcleo más protegido para ver que en muchas ocasiones se han sobrepasado límites infranqueables. Y me baso en sentencias de tribunales españoles que han condenado a las fuerzas de seguridad y a altos cargos de la administración por graves delitos contra la vida y la integridad de las personas, y a sentencias de tribunales internacionales en relación a la falta de investigación de torturas y malos tratos, por poner un ejemplo. Los que ostentaron y ostentan el poder deberían hacer autocrítica y adquirir un compromiso firme de regeneración democrática y de no repetición.

sentencias de tribunales españoles que han condenado a las fuerzas de seguridad y a altos cargos de la administración por graves delitos contra la vida y la integridad de las personas, y a sentencias de tribunales internacionales en relación a la falta de investigación de torturas y malos tratos,

Y por otro lado, observo con tristeza que los tentáculos de ETA y su entorno político y social han contaminado lo mejor de nuestra sociedad: los movimientos sociales, la cultura, la política… Si nos fijamos por ejemplo en el movimiento ecologista, la voz de los militantes que se manifestaban en contra de que ETA se inmiscuyera en su ámbito de actuación quedaba totalmente silenciada y diluida en la pasividad generalizada hacia las acciones de ETA o en su justificación. En lo que respecta al movimiento feminista nunca ha trascendido que se haya realizado ningún análisis de cómo ha afectado el terrorismo a las mujeres –por ejemplo la cantidad de viudas que tuvieron que abandonar Euskadi acompañando los féretros de sus maridos, muchas con sus hijos pequeños-, o sobre el papel que jugaron las mujeres víctimas de ETA en contener y no transmitir el odio a sus hijos e hijas. Los sindicatos, a menudo dispuestos a adherirse a las convocatorias de la izquierda abertzale, tan críticos y contundentes –como debe ser- con los accidentes laborales, no recuerdo haber percibido dicha contundencia cuando ETA asesinaba, incluso a sus propios afiliados. Y qué tibios se mostraban cuando ETA extorsionaba o asesinaba a empresarios. Siempre he echado en falta que se impusieran las voces de los que tenían claro que en la lucha sindical no cabían estas prácticas. Qué decir del mundo de la cultura y del euskera; cuando en determinados ambientes suena extraño e incluso mal deslegitimar la violencia de raíz política en esta lengua, aunque afortunadamente somos cada vez más los que vamos adquiriendo este compromiso.

El Español.com

Animo a las personas que se mueven en estos ámbitos a que hagan una reflexión profunda sobre su militancia; estaría bien que probaran a hacerla a la luz de los testimonios de víctimas diversas. Porque después de décadas en las que se ha impuesto una cultura favorable o acrítica con la violencia, necesitaremos unos cuantos años para reparar todo eso y las víctimas, aunque han sido acalladas y despreciadas, pueden ser vacuna y antídoto, y deberían por justicia y por el bien común ocupar un lugar central y transversal en nuestra sociedad, influyendo en todas las iniciativas sociales y políticas que se lleven a cabo. Para conseguir un futuro mejor víctimas y sociedad deberían caminar de la mano, hasta que las primeras sean plenamente reconocidas y hasta que esta sociedad recupere la normalidad.

después de décadas en las que se ha impuesto una cultura favorable o acrítica con la violencia, necesitaremos unos cuantos años para reparar todo eso y las víctimas, aunque han sido acalladas y despreciadas, pueden ser vacuna y antídoto

Y por último quiero detenerme en la idea que recojo en el título de este escrito: se habla mucho de reconocer a todas las víctimas, pero como apuntaba una compañera de la ya disuelta Gesto por la Paz: “Más que decir que estamos con todas las víctimas deberíamos decir que estamos con cada una de ellas”, y ese matiz no es una cuestión baladí y deberíamos analizar si lo sentimos así, porque solamente si concluimos que estamos con todas y cada una de las víctimas podremos asegurar que estamos a favor de los derechos humanos y seremos capaces de deslegitimar la violencia.

Más que decir que estamos con todas las víctimas deberíamos decir que estamos con cada una de ellas

Voy a acabar recordando a cuatro víctimas concretas y con ellas a todas las demás, porque todas se merecen una placa, una flor, un recuerdo.

Sebastián Aizpiri Lejaristi, porque su asesinato en Eibar a manos de ETA el 25 de mayo de 1988 y todas las circunstancias que rodearon aquel hecho marcaron un punto de inflexión para mí, y me reafirmaron en mi decisión de unirme a Gesto por la Paz.

Juan Carlos García Goena, asesinado en Hendaia por los GAL el 24 de julio de 1987, y un recuerdo también para su viuda, hijas y para todas las víctimas del terrorismo de estado y de las torturas.

Patxi Elola Azpeitia, concejal socialista en Zarauz y con él todos los vecinos y vecinas que sufrieron la amenaza y la violencia de persecución junto con sus familias.

Y José Manuel Piñuel Villalón, asesinado por ETA el 14 de mayo de 2008 con un coche bomba en el cuartel de la guardia civil de Legutio. Acudí a su capilla ardiente, y cada vez que paso por Legutio y veo su fotografía fijada en la valla metálica que acota el espacio en el que se encontraba el cuartel, me acuerdo de su viuda, de su hijo y de sus compañeros, y pienso en el sinsentido y en la injusticia de la violencia, y siento pena.

Y concluyo agradeciendo a COVITE su invitación para participar en sus jornadas que este año tendrán lugar en Pamplona el 11 de noviembre, ese día no podré acudir, pero les dedico este escrito, que es en parte el resultado de todo lo que las propias víctimas me han regalado con sus testimonios y su afecto.

 

Maite Leanizbarrutia Biritxinaga, miembro de ‘Gogoan, por una memoria digna’

 

[Este artículo fue publicado en distintos periódicos del grupo Noticias (Deia, 9 de noviembre de 2021)]

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