A pesar de que Gesto por la Paz cerró sus puertas hace cuatro años, siguen surgiendo investigadores de muy diversa procedencia interesados por conocer esta peculiar respuesta a la violencia específica generada en Euskal Herria.
Hoy mismo, un investigador de la University of Saint Andrews -Escocia-, Javier Argómaniz, ha entrevistado a dos personas de Gesto por la Paz en Bilbao y mañana va a Germina-Lumo a entrevistarse con otras dos y volverá en junio y… Sin duda alguna, está haciendo un trabajo serio.
Una de las personas entrevistadas, le ha recomendado que visite la web de Gesto por la Paz para recoger información de la organización. Su respuesta ha sido: ‘Ya la he visitado en varias ocasiones y con detenimiento. Es una web muy completa. Se ha hecho un
trabajo estupendo. Enhorabuena. Por el contrario, el resto de asociaciones o no tienen una web o la tienen absolutamente abandonada y es una pena porque la web es una fuente de información valiosísima‘.
Vaya por delante nuestro agradecimiento a Gesto por la Paz por haber dejado su legado tan bien preparado para tod@s l@s investigadores que quieren conocer qué fue eso de ‘Gesto por la Paz’.



En enero de 1999, hace casi 20 años, la izquierda abertzale convocó una manifestación Por los derechos de los presos vascos. En principio, podría ser ‘una manifestación más’, pero en un entorno de tregua de ETA, esta manifestación tuvo como novedad contar con el apoyo de todos los partidos y grupos sociales del Pacto de Lizarra. Pasado el tiempo, se podría valorar como una exitosa maniobra de la izquierda abertzale propiciada por los mayores entusiastas de aquel famoso Pacto.

Es posible que este gesto le costara mucho, entre propios y entre relativamente cercanos que ya vieron la ocasión perfecta para desacreditar a la organización pacifista. Pero, cualquiera podría reconocer que fue la organización con una motivación más humana y ética de cuantos allí se reunieron. Esta es la
circunstancias desde que se produjo la primera muerte, la de José Pardines, hasta la última, la de Jean Serge Nerín. Somos muchas personas las que pensamos que no, que no estuvo a la altura, que no reaccionó como hubiera hecho una sociedad sana, que no se rebeló con la firmeza que lo requerían todas las atrocidades que se cometieron.