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Rueda de prensa de Gogoan en Pamplona

El pasado 6 de abril, Ignacio Janín Orradre escribió en Diario de Navarra un artículo titulado «Gogoan y el terrorismo» en el que cuestionaba a la asociación Gogoan, por una memoria digna en base al texto de presentación que ofrecimos en la rueda de prensa del pasado 2 de marzo y al artículo de uno de nuestros socios publicado días más tarde.

Podéis leer el artículo aquí mismo: «Gogoan y el terrorismo«.

La crítica provenía fundamentalmente sobre lo que él interpreta como un interés de Gogoan por igualar a las víctimas de ETA y a las víctimas de los abusos policiales. Ignacio Janín considera que no son comparables: unas fueron fruto de la voluntad de un ‘grupo de iluminados’ y otras fueron consecuencias de fallos en la necesaria respuesta al terrorismo por parte del Estado.

Entre los miembros de Gogoan, por una memoria digna se encuentra Iñaki García Arrizabalaga, hijo de José Manuel García Cordero, asesinado por los Comandos Autónomos Anticapitalistas en 1980, que ha preparado esta respuesta, la cual ha sido publicada ayer , 12 de abril:


Soy una de las personas que, el pasado 2 de marzo, leyó en Pamplona el manifiesto fundacional de la asociación “Gogoan, por una memoria digna”. Quiero decir al señor Ignacio Janín Orradre, autor del artículo “Gogoan y terrorismo” publicado en este periódico el sábado 6 de abril, que tengo muy claro, al igual que muchas otras víctimas del terrorismo que piensan como yo, que no necesitamos elaborar ningún relato “para llamar tiro en la nuca al tiro en la nuca, secuestro al secuestro y zulo al zulo”. Con su despectivo comentario usted está ofendiendo también -y gravemente- a muchas víctimas del terrorismo. Sí, a muchas víctimas del terrorismo que, aunque no piensen ni sientan políticamente como usted, también hay que “dejarlas en paz, por favor”.

Aunque a usted le cueste creerlo, e incluso aunque le pueda llegar a molestar, las víctimas del terrorismo son un colectivo plural. Y dentro de esa pluralidad hay un numeroso grupo de víctimas del terrorismo (insisto, de víctimas del terrorismo) que piensan que, por ponerle un ejemplo navarro, el disparo a bocajarro en la nuca a Gladys del Estal en Tudela por parte de un guardia civil cuando ella estaba sentada pacíficamente en el suelo fue mucho más que un abuso, un fallo o un atropello “dentro de la obligada respuesta de la sociedad a la agresión recibida”. Estas víctimas del terrorismo creemos que la muerte de Gladys del Estal no se trató de un error del tipo “poner el sello en la instancia equivocada”, sino un acto irreversible contra la vida y la dignidad humana. Por seguir con el ejemplo, y usando sus palabras, le diré que estas víctimas del terrorismo creemos que Gladys del Estal también era “una mujer de carne y hueso, con su vida, su trabajo, su familia, sus proyectos y sus esperanzas”.

Estas víctimas del terrorismo creemos que no reconocer a las víctimas de abusos policiales es un error político y humano grave. Tenemos muy claro que nuestros procesos de victimación fueron radicalmente distintos, pero para nosotras, víctimas del terrorismo, reconocer a las víctimas de abusos policiales no significa blanquear, equiparar, ni legitimar nada. Solo implica reconocer que esas víctimas también tienen derecho a la verdad, la justicia, la reparación y la memoria. Y por ello no vemos mancillado ni el honor ni la memoria de nuestros familiares asesinados por los terroristas de ETA.

No tenemos “una preocupación obsesiva por cambiar la historia y elaborar el relato a nuestra medida”. Bastante tenemos con llevar la pesada carga que nos ha tocado llevar en la mochila como para que aparezcan personajes como usted que “nos manosean, nos ofenden y no nos dejan en paz”. Y no hago sino usar sus palabras. Deje de imaginar el mundo de las víctimas del terrorismo en términos de absolutamente conmigo o contra mí y descubra que existen víctimas del terrorismo, muchas, insisto, que se han sentido ofendidas y heridas por sus palabras. Y estas víctimas del terrorismo también son merecedoras de respeto.