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Del asesinato de Santiago Brouard a penas recuerdo nada, salvo a su hijo con el que compartí el aula de la Universidad durante dos años. La explicación, que no justificación, es que yo estaba viviendo fuera de Euskadi y las noticias no llegaban igual.josu-muguruza

El asesinato de Josu Muguruza lo recuerdo perfectamente. Fui a la concentración silenciosa convocada por Gesto por la Paz donde soportamos los gritos e insultos de otra manifestación de protesta que terminaba en la misma plaza. Ya nunca dejé de asistir a esas concentraciones.

lvg20001122-0El asesinato de Ernest Lluch me sobrecogió, no sólo porque era un objetivo ‘raro’. Cada persona guarda un recuerdo, una imagen, de los sucesos que le impactan. Yo imaginé a aquel hombre tirado en un garaje, junto a su coche, tiempo y tiempo sin que nadie lo viera… y me sobrecogí. Esa imagen era como el paraguas de López de Lacalle o la barra de pan de Zamarreño.

Imágenes y recuerdos absolutamente tristes y dolorosos que deben permanecer en nuestra memoria con dos objetivos fundamentales:

  1. a) deslegitimar el uso de la violencia porque la vida del ser humano tiene que estar por encima del resto de sus derechos; y
  2. b) no olvidar estos episodios que sólo ocasionaron dolor y tristeza -nada más- para que jamás se repitan.

Tomemos nota porque las portadas de los periódicos no indican que todos estemos yendo en la dirección correcta.

I.U.A. – GOGOAN