• Hitzaldiak – Charlas
  • Memoria
  • Quiénes somos…

Gogoan-por una memoria digna

~ Por una memoria digna como derecho de las víctimas y de la sociedad vasca en general. Una memoria que deslegitime la violencia y que sea pedagógica para prevenir situaciones como las vividas en Euskal Herria los últimos 50 años.

Gogoan-por una memoria digna

Archivos mensuales: diciembre 2023

Ulayar: un asesinato que sigue interpelando

28 jueves Dic 2023

Posted by gogoanmemoria in Sin categoría

≈ 1 comentario

Pello Salaburu

Por muchos años que pasen, todos los asesinatos siguen interpelando. En nuestra historia reciente, los asesinatos cometidos en nombre del pueblo vasco, sin que nadie hubiese contratado al ejecutor, interpelan aún más: lo hacen a quien fue el causante, a la familia que lo sufrió, a la parte de la sociedad que lo permitió y al resto que quiere pasar página, con la confianza íntima de que olvidando lo sucedido se puede vivir con más tranquilidad.

Estamos ante algo mucho más básico y elemental. Es la viva imagen de la miseria moral de un pueblo, de la ruptura y pisoteo de unas normas mínimas de convivencia y respeto

Me referiré en particular a uno de estos asesinatos: reúne todos los ingredientes que sazonan una crueldad ejercida a lo largo de los años contra una familia acorralada por matones de pueblo. Se asemeja a esas persecuciones sin miramientos que hemos visto en las películas del lejano oeste, y se ha producido con el visto bueno, cuando no con el apoyo explícito, de los gobernantes locales. Una persecución tuvo su punto culminante en el asesinato del padre, Jesus Ulayar (alcalde de Etxarri-Aranatz entre 1969 y 1975), pero que no acabó allí. El hostigamiento a la familia, terco en hechos, continuó durante varias décadas más, a la vista de todos. Aún continúa. Su hijo Salvador lo contó en un libro publicado en 2014: Morir para contarlo.

El 27 de enero de 1979 Salvador Ulayar tenía 13 años cuando vio con horror que alguien disparaba contra su padre y lo remataba en el suelo. Territorio comanche: Etxarri Aranatz. ETA: asesinado por «actividades fascistas y antivascas». El libro lo narra con detalle: el salvaje asesinato; las injurias contra una familia impotente en un pueblo silencioso; las enormes dificultades de todos y cada uno de los miembros para seguir haciendo su vida (el hermano mayor, 19 años, tuvo que hacerse cargo del negocio al día siguiente, para poder alimentar a los cinco miembros de la familia); la falta de empatía generalizada por parte de la mayoría de los vecinos; la revictimización de la familia que pasa a ser en la práctica la causante de sus propias desgracias («Algo habrá hecho») y los fallos del sistema judicial y de todos los sistemas de servicio de la administración frente a una familia sufriente pero llena siempre de enorme dignidad. La viva imagen del vacío.

«A mí algún día me pegarán cuatro tiros». Estremece pensar lo que pudiera pasar por la cabeza de aquel hombre cuando soltó esa frase a su hijo adolescente

«A mí algún día me pegarán cuatro tiros». Estremece pensar lo que pudiera pasar por la cabeza de aquel hombre cuando soltó esa frase a su hijo adolescente. El autor añade a continuación: «Solo se equivocó en uno». Fueron cinco, en realidad, aunque parece que quizás una de las balas no llegó a tocarlo. El larguísimo calvario de la familia aparece recogido con fidelidad en un libro que ninguna editorial quiso publicar, bien sea por miedo o porque entendían que tenía poca salida comercial. Un libro editado por la propia familia, según indica el epílogo, y que resulta esencial para preservar nuestra memoria: la memoria y el recuerdo de unos hechos sobrecogedores que jamás debieron suceder. Y que una sociedad democrática está obligada a recordar.

La familia vivió rodeada de mentiras, de esas mentiras que comenzaron ya de inmediato cuando desde el ayuntamiento, y en una asamblea multitudinaria, se negó a Martina y Petra, hermanas de Jesús, que alguien que firmaba como Andrés Fernández de Garayalde, de Bilbao, hubiera remitido 1.500 pesetas para contribuir a los gastos del entierro. Se les tachó de mentirosas en público. Ese dinero, sin embargo, apareció como por arte de magia en la cuenta corriente de la familia al cabo de diez meses. El Ayuntamiento hizo el ingreso sin ninguna explicación.

No ha habido piedad con esta familia. Salvo excepciones, no ha habido compasión, solo ha habido escarnio. El pequeño comercio que tenían se convirtió en el termómetro de la actitud de los vecinos, que condenaron a la soledad más absoluta a una familia del pueblo que vio cómo su vida se convertía en un horror.

Entre quienes fueron detenidos, un pariente, Eugenio Ulayar Huici, hijo de un primo carnal del asesinado, a quien Salvador aseguró haberlo visto a los pocos minutos del asesinato, en el lugar de los hechos. También los hermanos Nazabal Auzmendi. Reparaz Lizarraga completaba el listado de héroes. Del proceso judicial, que concluyó con años de condena (entre 27 y 6) para todos los acusados, la familia casi no se enteró. Nadie les dijo siquiera que podían personarse como acusación particular.

Varias veces se han colocado grandes fotografías de los asesinos en la fachada principal del Ayuntamiento mientras los vecinos bailan en las calles.

El trabajo de policías y jueces fue completado en el juicio paralelo que impulsó el propio ayuntamiento: despegó pancartas a favor de los detenidos, ante la oposición de una familia rota por el dolor; y para cuando abandonaron la prisión, entre 1996 y 1998, la Corporación Municipal ya los había nombrado hijos predilectos. Vicente Nazabal, uno de los hermanos, el que apretó el gatillo, salió de la cárcel en 1996. Me río yo de los ongi-etorris. Recibió un sentido y cálido homenaje de bienvenida, con comida popular incluida, y un alegre pasacalles festivo-militar desfiló por delante de la casa donde vivió el exalcalde asesinado. Como no era suficiente, ese año inauguró las fiestas del pueblo lanzando el chupinazo desde el balcón. En 1998 se repetiría algo parecido con el siguiente delincuente que salía de la cárcel, el otro hermano. Todo en familia. Varias veces se han colocado grandes fotografías de los asesinos en la fachada principal del Ayuntamiento mientras los vecinos bailan en las calles. La corporación completó su actuación colocando tres contenedores de basura en el lugar donde mucho antes había caído abatido Jesús. Años más tarde, a instancias del gobierno presidido por Uxue Barkos, y no sin insistencia, se consiguió que se retiraran. Por supuesto, en esos años se habían abonado ayudas a esos modélicos presos y a sus familiares con cargo al presupuesto municipal o mediante aportaciones «voluntarias» de fondos que incluso fueron solicitados a la propia familia Ulayar, como publicara en su día (10/12/2000) un amplio reportaje de Diario de Navarra firmado por Javier Marrodán Ciordia.

Esta situación surrealista causa estupefacción a quien tenga, no ya algo de empatía con sus propios vecinos, sino dos dedos de frente. No estamos hablando de arrepentimiento: de hecho, cuando los condenados se han encontrado en alguna ocasión con los hijos de las víctimas, no han tenido empacho en lanzarles una patada, pegarles un cabezazo e incluso apuntarles con un paraguas simulando un arma. Estamos ante algo mucho más básico y elemental. Es la viva imagen de la miseria moral de un pueblo, de la ruptura y pisoteo de unas normas mínimas de convivencia y respeto. Eso es una lacra inmensa para la sociedad en su conjunto, una lacra que parece que no queremos ver. Porque el asunto no acaba ahí.

La corporación completó su actuación colocando tres contenedores de basura en el lugar donde mucho antes había caído abatido Jesús.

La familia Ulayar intentó que el Ayuntamiento retirara ese título abyecto de hijos predilectos. No pudo ser. La moción, presentada por UPN, indica el reportaje citado, así como el libro de Salvador, fue rechazada por los cuatro concejales de HB y la abstención de los seis concejales de la coalición EA-PNV («enterados del escrito sin entrar en la votación del mismo», parece que estuviesen friendo la velocidad). Estamos ante una historia que llena de miseria moral a todos sus protagonistas: un ambiente claustrofóbico, lleno de mesianismo y miedo, que acaba encerrándolos en una espiral sin sentido.

Todos esos años, la familia se ha sentido sola. Se sigue sintiendo sola. Porque, además, para completar el cuadro, durante esos años, la casa ha aparecido en muchas ocasiones con pintadas a favor de ETA. Han sido inútiles, por supuesto, todos los esfuerzos del Departamento de Paz y Convivencia del gobierno de Navarra y el empeño de la familia para que los servicios de limpieza de un municipio que de forma tan entusiasta y estúpida se ha volcado con los integrantes del comando asesino limpiasen a fondo la pared. No les toca. El 14 de noviembre pasado la Delegación del Gobierno de Navarra se dirigió al ayuntamiento para que procediera a borrar la pintada «ETA» en una pared de la casa. Daba un mes de plazo. No parecía complicado.

La miseria moral no desaparece

En el sano juicio de una persona o de una institución no parece que debiera haber problemas. Los hubo. El Ayuntamiento, ante una petición de esa envergadura, solicita un informe jurídico para ver si, además de recibir como héroes –sin ningún informe– a delincuentes que han matado a un ex-alcalde del municipio, puede borrar también la palabra «ETA» de un domicilio particular, tras haber sido solicitado de forma reiterada por la familia y ordenado por la Delegación del Gobierno.

Se trata de un informe prolijo de 13 páginas del 11 de diciembre), lleno de párrafos farragosos, cuyo coste en horas y euros desconozco. Y concluye, atención, (en lo que sigue incluyo comas que faltan en el original, aunque he respetado las redundancias) de este modo: «El Ayuntamiento, en un sentido amplio de la limpieza viaria, debería limpiar aquellas pintadas que estuvieran en edificios o espacios públicos; y trasladar una notificación al particular propietario del bien afectado por la pintada, informándole del oficio». Es decir: da lo mismo que diga «Gora ETA!», «El dueño es un violador de niños», «Muerte al alcalde”, “Esta señora tiene 5 esclavos en casa» o «Beba Coca-Cola». El Ayuntamiento no puede intervenir. ¿Por qué? Porque así se evitan posibles reclamaciones de los particulares afectados.

De modo que eso se ha comunicado a la familia (Expediente 678/2023, sin fecha): ¿Quieren que se quite eso? Pues quítenlo ustedes, que nosotros nos metemos en un lío con ustedes si lo hacemos. No vaya a ser que ustedes nos acaben llevando a los tribunales.

Pronto serán ya 45 años de tortura. La miseria moral no desaparece. Antes de que termine este año, y ante la falta de esperanza en que se puedan conseguir unos mínimos de convivencia un poco más dignos, desde Gogoan-Por una memoria digna queremos mandar un sentido abrazo a toda la familia Ulayar. Nosotros, al menos, estamos con ellos.

NOTA. En la última semana del año 2023, el Ayuntamiento de Etxarri Aranatz borró la pintada de la fachada.

GAL: 40 años bajo las sombras

26 martes Dic 2023

Posted by gogoanmemoria in Sin categoría

≈ Deja un comentario

Hace 40 años, el GAL cometió sus primeros crímenes. Dos miembros de ‘Gogoan-por una memoria digna’, Pello Salaburu e Isabel Urkijo, conversan sobre las simas pendientes en la investigación y reparación de lo sucedido. Vía @noticiasnavarra

https://www.noticiasdenavarra.com/politica/2023/12/26/gal-40-anos-sombras-7675545.html

GAL: Víctimas abandonadas y desamparadas

18 lunes Dic 2023

Posted by gogoanmemoria in Sin categoría

≈ 1 comentario

Etiquetas

GAL, Guerra sucia, justicia, Memoria, Víctimas

Gorka Landaburu

El pasado 25 de noviembre en el hotel Radisson Blu, ubicado frente al mar en Biarritz, organizado por la Fundación Buesa con la colaboración de Gogoan y COVITE, nos reunimos por primera vez en Iparralde víctimas de ETA y del GAL, bajo el lema “Las voces de las víctimas del terrorismo y la construcción de la memoria”.

Este acto lleno de simbolismo no tenía otro objetivo que dar a conocer y sobre todo llevar al País Vasco francés, el testimonio conjunto de unas víctimas de la sinrazón de la violencia y del terrorismo de ETA y el GAL.

El evento presentado por Eduardo Mateo, coordinador de la Fundación Buesa, no lleno plenamente nuestras expectativas al asistir solamente unas treinta personas. Nuestro temor confirmó que el GAL no es de interés general para el país vecino. Ni la prensa se hizo eco del evento y la losa del silencio perdura en todos los estamentos. La presencia de la alcaldesa de Biarritz nos alivió al principio, pero su ausencia apenas inaugurarse el acto nos dejó perplejos.

Sin embargo, la intervención de Véronique Caplanne, hija de Robert Caplanne asesinado por el GAL, el 24 de diciembre de 1985, nos devolvió a la cruda realidad del olvido, del desamparo y la soledad con la que han vivido y viven las víctimas del GAL.
Véronique Caplanne con una voz serena pero entrecortada por la emoción, relató como todos estos años, ella y su familia no han recibido ni el menor apoyo ni reconocimiento público por parte de la administración e instituciones francesas.
Con el poco dinero que recibieron del ejecutivo galo pudieron pagar a los abogados españoles que defendieron su causa: ”Me ofrecieron poder disponer del transporte gratuito y hasta hoy nada más”.

Francia siempre ha jugado de forma ambigua con el tema de ETA

Este es un debe inadmisible y preocupante que se asemeja a los años de plomo que vivimos en Euskadi en la década de los ochenta. Francia siempre ha jugado de forma ambigua con el tema de ETA, permitiendo que la banda terrorista mantuviera durante largos años su santuario en Iparralde. Del mismo modo el comportamiento de muchos electos y de la prensa francesa siempre han considerado a ETA, como una organización independentista y no como un grupo terrorista. Es cierto que esta actitud pasiva cambió radicalmente a partir de los años noventa y que posteriormente permitió con la colaboración policial el desmantelamiento y el final de la banda armada. Por fin Paris se tomó en serio el tema de ETA.

Los distintos gobiernos franceses empezaron a preocuparse con la llegada del GAL y sus asesinatos indiscriminados. El Eliseo y los distintos ministros de interior, lavándose las manos consideraban, y así lo hacían saber y afirmando reiteradamente que “ETA, c’est un problème espagnol”. La policía vigilaba y no intervenía para que el País Vasco francés no se contagiara de sus vecinos del norte. Un alto responsable de Renseignements Generaux llego a confesarme que los sábados se desplazaban a la calle Pannecau (casco viejo de Bayona), donde chiquiteaban tranquilamente muchos miembros de ETA con total impunidad, para comprobar quién estaba y quién faltaba. A menudo se saludaban y entablaban la conversación con muchos de ellos.

Nuestro temor confirmó que el GAL no es de interés general para el país vecino

Así se explica en gran parte su no intervención, su omisión y negligencia hasta con sus propias víctimas. Desde los poderes políticos siempre se ha intentado evitar que el territorio galo cayera en un nuevo campo de batalla que podía afectar a la convivencia en Iparralde y sobre todo a su economía y principalmente a su turismo. Sorprendentemente surgió el grupo Iparretarrak, que pretendía emular a su hermano mayor de Hegoalde. Fueron rápidamente desmantelados por la policía. Ni a Paris ni menos a ETA interesaba que este grupo pudiera crecer al otro lado de la frontera. ETA sabía que el nacimiento de Iparretarrak iba a incrementar la presencia policial en Iparralde y perjudicar su movilidad e intereses.

La construcción de la memoria consiste en visibilizar a las víctimas en arroparles, en acompañarles y protegerles para sacarles del olvido, omisión, abandono e indiferencia en la que viven las víctimas del GAL en Francia, desde hace 40 años.
Véronique Caplanne con un reflexión lapidaria nos interpeló a todos al afirmar “Aquí no hay sitio para la memoria. Muchas puertas se han cerrado. Aquí toman partido por los presos, pero no se escucha a las víctimas ni se les reconoce”.

Aquí no hay sitio para la memoria. Muchas puertas se han cerrado. Aquí toman partido por los presos, pero no se escucha a las víctimas ni se les reconoce

En Biarritz en la primera la mesa participamos además de Véronique Caplanne, Marta Buesa, Ana Azpiri y un servidor. En la segunda Martin Alonso, Luisa Etxenique y Pablo Garcia Astrain. El debate fue fructífero y nos comprometimos con la Fundación Buesa, Gogoan y COVITE, a seguir por la vía de la colaboración, a estrechar los contactos y los encuentros para levantar esa losa pesada del olvido y de la incomprensión. Queda tarea. La construcción de la memoria nos debe requerir y comprometer a todos; sobre todo a los franceses.

‘GESTO’ en Ugao-Miraballes y Deba

12 martes Dic 2023

Posted by gogoanmemoria in Sin categoría

≈ Deja un comentario

Etiquetas

'Gesto', Memoria, Pacifismo

El documental ‘GESTO’ se proyectará esta semana en Ugao-Miraballes y Deba en sesiones organizadas por sus ayuntamientos.

  • Ugao-Miraballes. Jueves, 14 de diciembre 2023, 18:30 h. en el Ático del Palacio de Jane. Organiza el Ayuntamiento de Ugao-Miraballes. Presentación y Coloquio a cargo de Jesus Herrero.

  • Deba. Domingo, 17 de diciembre 2023, 19:00 h. en KULTUR ELKARTEA (C/ Ostolaza 12). Organiza el Ayuntamiento de Deba a través de DEBAKODEZINE. Presentación y coloquio a cargo de Maite Leanizbarrutia.

GAL: 40 años de una deuda de Estado

08 viernes Dic 2023

Posted by gogoanmemoria in Sin categoría

≈ Deja un comentario

Etiquetas

GAL, Guerra sucia, justicia, Memoria, Víctimas

Sergio Campo / Pello Salaburu *

Artículo publicado en las versiones digitales de El Correo, Diario Vasco y otros periódicos del grupo Vocento.

«Si la democracia mata, la democracia muere», denunció Gesto por la Paz.

Hace escasas semanas, en una charla organizada por la asociación Gogoan, Pili Zabala, hermana de Joxi Zabala, asesinado junto a Josean Lasa por el llamado ‘GAL verde’, ofrecía un testimonio tan desgarrador como constructivo. Desgarrador, por el cúmulo de sufrimientos que tan injustamente ha padecido y que tiene que ver no solo con el secuestro, tortura, asesinato y desaparición de su hermano, sino también con el maltrato posterior al que está siendo sometida por parte de algunos poderes públicos. Sin embargo, el testimonio de Pili Zabala también fue constructivo. Habló la víctima y también la activista por los derechos humanos. «El dolor de la familia Buesa es mi dolor», dijo en relación con los ataques a la tumba de Fernando Buesa, dirigente socialista asesinado por ETA en 2000.

«Lasa-Zabala: GAL, 40 años» Charla organizada por Gogoan. Bilbao, 10 de octubre de 2023.

Aunque no sea una novedad que víctimas de diferentes terrorismos se reconozcan entre sí (la experiencia de Glencree abrió el camino), estos ejemplos empujan decididamente para que los partidos políticos y la ciudadanía en general interioricemos que todas las víctimas y sus sufrimientos injustos nos interpelan y que para todas ellas debemos exigir el mismo respeto y reconocimiento. No hay argumentación ética que justifique diferencias en el tratamiento social, institucional y jurídico entre las víctimas de ETA y las de los GAL. Tienen los mismos derechos y, por ello, la sociedad y el Estado tienen la obligación de procurar del mismo modo el ejercicio efectivo de sus derechos a la verdad, la justicia y la reparación.

En cuanto a la reparación, las víctimas de los GAL se encuentran, por diferentes motivos, en situaciones muy diversas. No todas ellas eran victimarios y algunas de ellas ya recibieron indemnización en 1999. Es con la reforma de 2012 de la Ley de Reconocimiento y Protección Integral a las Víctimas del Terrorismo cuando se incorporó la posibilidad de suprimir la indemnización si la víctima hubiera sido también victimario, bajo la excusa de que humillaba al resto de las víctimas. Frente a ello, debemos aclarar que las víctimas quedan igualadas por el mal injusto que sufrieron con su asesinato y esa condición la comparten a partir justamente de ese hecho, no antes. La ejemplaridad de sus vidas nada tiene que ver con su reconocimiento como víctimas.

No hay argumentación ética que justifique diferencias en el tratamiento social, institucional y jurídico entre las víctimas de ETA y las de los GAL.

Las indemnizaciones (y con ellas el reconocimiento formal de su condición de víctimas) a presuntos victimarios-víctimas de los GAL han sido denegadas única y exclusivamente por un acto de voluntad política. Ya que la literalidad de la ley no establece un mandato obligatorio de hacerlo, sino que concede al Estado la potestad de decidir si se lo deniega o no, dejándolo a su voluntad política. Siendo así, para resolverlo ni siquiera sería imprescindible reformar la norma. La misma voluntad que creó el problema lo puede solucionar ahora arbitrando el mecanismo preciso para reconocer a estas víctimas en igualdad de condiciones respecto a las demás.
En lo que respecta a la verdad y a la justicia, es cierto que algunos de los delitos de los GAL han sido juzgados y ha habido condenas, especialmente para los mercenarios en Francia, pero no podemos obviar que las responsabilidades no fueron esclarecidas hasta sus últimas consecuencias. La opinión autorizada y poco sospechosa de los tribunales de justicia españoles es reveladora. La sentencia 24/99 de la Audiencia Nacional en la que se considera a los GAL como banda armada, dice: «Fue el Ministerio del Interior el organismo desde el que finalmente se pudo atajar, en colaboración con el Ministerio del Interior francés, la lucha ilícita contra ETA. Si eso fue así, significaría que ambos departamentos tenían información sobre personas involucradas y que solo a partir de un momento dado lograron neutralizar. Ello conduce a la convicción de que existen responsabilidades de diversa naturaleza que estarían aún por deducir». Añádase que los condenados por crímenes cometidos por los GAL tuvieron en España cumplimientos de pena livianos, en general, propiciados por el propio Estado, incluso a través de indultos.

Acto de Gesto por la Paz en Donostia 6/05/1995

Por todo ello, en estos días en que se cumplen 40 años de las primeras acciones de los GAL, no podemos ni debemos permanecer en silencio porque el dolor de estas víctimas, su sufrimiento injusto, continúa hoy y nos sigue interpelando. Nuestra sociedad tiene que atender las consecuencias de todos los terrorismos y, en particular, es necesario reconocer la enorme grieta ética que representó para nuestra democracia que fuera precisamente el Estado quien, excusándose en su defensa, vulnerara la dignidad y los derechos de sus ciudadanos. «Si la democracia mata, la democracia muere», denunció Gesto por la Paz, porque los GAL fueron una auténtica subversión contra el Estado de derecho.

Así, hoy, 40 años después, el Estado tiene una deuda pendiente con sus víctimas y con el conjunto de la sociedad. El reconocimiento de los errores y los horrores cometidos, lejos de debilitar al Estado de derecho, lo fortalece y lo legitima. Nadie debería valorarlo como una muestra de debilidad, sino como voluntad de superar los traumas del pasado y fortalecer la convivencia.

Nuestra sociedad tiene que atender las consecuencias de todos los terrorismos.

Por eso, algunas personas de la sociedad civil vasca que nunca callamos ante el terrorismo, queremos alzar la voz para decir con claridad que el Estado tiene deudas pendientes y emplazar a sus responsables a realizar un solemne reconocimiento de responsabilidad en la injusticia del daño causado, así como a poner fin a los agravios en el tratamiento de los derechos de las víctimas de los GAL, aplicando el principio constitucional de igualdad.

Es de justicia. Que no tenga duda nadie.

*Firman también este artículo: Isabel Urkijo, Gorka Landaburu, Lourdes Oñederra, Milagros Rubio, Jon Arrizabalaga, Sabin Zubiri, Iñaki García Arrizabalaga, Jesús Herrero y Kepa Korta.

Suscribir

  • Artículos (RSS)
  • Comentarios (RSS)

Archivos

  • diciembre 2025
  • noviembre 2025
  • octubre 2025
  • septiembre 2025
  • agosto 2025
  • julio 2025
  • junio 2025
  • marzo 2025
  • febrero 2025
  • enero 2025
  • diciembre 2024
  • octubre 2024
  • enero 2024
  • diciembre 2023
  • noviembre 2023
  • septiembre 2023
  • junio 2023
  • mayo 2023
  • febrero 2023
  • enero 2023
  • diciembre 2022
  • noviembre 2022
  • octubre 2022
  • septiembre 2022
  • agosto 2022
  • junio 2022
  • mayo 2022
  • abril 2022
  • marzo 2022
  • enero 2022
  • diciembre 2021
  • noviembre 2021
  • octubre 2021
  • julio 2021
  • junio 2021
  • mayo 2021
  • abril 2021
  • marzo 2021
  • febrero 2021
  • enero 2021
  • diciembre 2020
  • noviembre 2020
  • octubre 2020
  • septiembre 2020
  • agosto 2020
  • junio 2020
  • mayo 2020
  • abril 2020
  • marzo 2020
  • febrero 2020
  • enero 2020
  • diciembre 2019
  • noviembre 2019
  • octubre 2019
  • septiembre 2019
  • agosto 2019
  • julio 2019
  • junio 2019
  • mayo 2019
  • abril 2019
  • marzo 2019
  • febrero 2019
  • enero 2019
  • diciembre 2018
  • noviembre 2018
  • octubre 2018
  • septiembre 2018
  • julio 2018
  • junio 2018
  • mayo 2018
  • abril 2018
  • marzo 2018
  • febrero 2018
  • enero 2018
  • diciembre 2017
  • noviembre 2017
  • agosto 2017
  • julio 2017
  • junio 2017
  • mayo 2017
  • abril 2017
  • marzo 2017
  • febrero 2017
  • enero 2017
  • noviembre 2016
  • octubre 2016

Categorías

  • 'Gesto'
  • convivencia
  • derechos humanos
  • Guerra sucia
  • justicia
  • Justifica restaurativa
  • libros
  • Memoria
  • memoria, partidos políticos, víctimas inocentes, violencia injusta, víctimas injustas, Día de la Memoria
  • Pacifismo
  • Películas
  • presos
  • Reflexiones
  • Sin categoría
  • Víctimas

Meta

  • Crear cuenta
  • Iniciar sesión

Blog de WordPress.com.

  • Suscribirse Suscrito
    • Gogoan-por una memoria digna
    • Únete a otros 38 suscriptores
    • ¿Ya tienes una cuenta de WordPress.com? Inicia sesión.
    • Gogoan-por una memoria digna
    • Suscribirse Suscrito
    • Regístrate
    • Iniciar sesión
    • Denunciar este contenido
    • Ver el sitio en el Lector
    • Gestionar las suscripciones
    • Contraer esta barra
 

Cargando comentarios...